
Charles Spurgeon, el predicador que fumaba para la “gloria” de Dios
Algunos cristianos como los calvinistas le gustan usar a C.S. Lewis o a Charles Spurgeon como una excusa para fumar como chimenea y lo cual es una falacia de autoridad. Suelen usar la anécdota de cuando D.L. Moody le dijo a Spurgeon, “¿Cómo puedes, tú, un hombre de Dios, fumar ese cigarro?”. Spurgeon le respondió, “De la misma manera que tú, un hombre de Dios, puedes ser tan gordo”. Es interesante saber que los fariseos también llamaron “comelones” a Jesús y a sus apóstoles (Mateo 11:19). Sin embargo, hay algunos problemas con este tipo de mal argumento. En primer lugar, cuando Spurgeon trató de justificar su pecado acusando a Moody de hipócrita por ser obeso estaba apelando a una falacia de tu quoque. El tu quoque es una locución latina que significa “tú también” o "mira quién habla". Pero, aunque la acusación sea cierta tanto para el fumador como para el glotón, se menciona estrictamente para cambiar de tema y se utiliza a menudo para distraer la atención de las críticas sobre su propio comportamiento. En otras palabras, no aborda el argumento en sí mismo, sino que intenta desacreditar a la persona que lo presenta. Esto fue lo que hizo Spurgeon con Moody. Además, siguiendo esa lógica entonces no podríamos juzgar a nadie ya que todos cometemos diferentes tipos de pecados. Por ejemplo, entonces no habría problema con que un hermano fume Marihuana y en el caso de que, si lo hubiera, ¿cómo se lo debería decir para que este hermano no me saque algún pecado solo para "empatar"? Recordemos que todo cristiano está llamado a corregir y restaurar a otros hermanos débiles en amor y buscando su edificación, no simplemente apuntar por apuntar (Gálatas 6:1). Solo no se puede juzgar a alguien si estas cometiendo el mismo pecado (Romanos 2:1).
Pero no solo eso, Spurgeon no solo fumaba, sino que también bebía y era obeso. Cualquiera que haya visto sus retratos/cuadros puede darse cuenta del porqué pues muestran un Spurgeon cansado, gordo y descuidado. Por eso Spurgeon murió joven y más rápido que Moody. Spurgeon murió en 1892 a la edad de 57 y Moody a la edad de 62 en 1899. La misma página reformada llamada, BITE, afirma que Spurgeon sufría de excesos de ansiedad, ataques de pánico, depresión y que tenía una larga historia de problemas de salud. Sin olvidar que con la gula te haces daño a ti solamente, pero con el cigarrillo te haces daño no solo a ti mismo sino a otros (familiares, compañeros de trabajo, hermanos de la iglesia, etc.) que te rodean con el llamado “humo de segunda mano”. Por eso los fumadores cada vez tienen menos lugares donde fumar libremente ya que los no fumadores se convierten en fumadores pasivos al inhalar el humo del cigarrillo poniendo así en riesgo su salud también.
Otros pésimos argumentos incluyen, “Y los que comen cerdo ¿se condenan?" Escrito esta, "De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia;" (1 Corintios 10:25). “¿Y acaso seremos juzgados de la misma manera en el futuro cuando alguien diga que tomábamos una gaseosa como un ateo?”. En primera esto es cometer una falacia de Tu quoque. Segundo, ignora que el cigarrillo contiene sustancias químicas mas adictivas y peligrosas que una gaseosa. Tercero, descuidar tu cuerpo físico el cual es templo del Espíritu Santo ya sea fumando o consumiendo comida de más sigue siendo pecado. Por último, Spurgeon decía que fumaba para la gloria de Dios y que el cigarrillo era como un tipo de incienso celestial. En cambio, ningún payaso dice que se toma una coca cola para la gloria de Dios o que es una bebida celestial. En fin, gran diferencia. “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? (Mateo 7:3).” Lo cual le cae como anillo al dedo a Spurgeon cuando juzgó a Moody por ser obeso cuando él no solo fumaba, sino que también bebía y era gordo y quizás hasta masón.
https://www.libertytothecaptives.net/charles_spurgeon_photos_lions_paw_hidden_hand.html?fbclid=IwY2xjawIbanFleHRuA2FlbQIxMAABHd4B0tKlXpwjUv-52whGvEBnjGSC1EemToS52bqJSFmOkZICFHh9TLyI7w_aem_Ad45eHCBjZ4iZxzYxHwYdw
https://www.facebook.com/spurgeonuncensored
Spurgeon también usó otra falacia en su defensa diciendo que: “Si alguien me puede mostrar en la Biblia el mandamiento: “No fumaras” estoy dispuesto a dejarlo, pero no he encontrado eso, aun encuentro diez mandamientos, y es todo lo que puedo ver, y no tengo ganas de hacer de ellos once o doce mandamientos.” Sin embargo, esto se conoce como la falacia del silencio pues el hecho de que Dios no prohíba algo directamente no quiere decir que lo aprueba o que sea bueno. Solo quiere decir que no encontramos un versículo que diga “No Fumarás”. Esto es como decir que, si la Biblia no dice “No a las Drogas”, “No verás Pornografía” o “No Abortarás” entonces tales acciones tampoco son pecados. Sin embargo, aunque la Biblia no menciona el tabaquismo, sí hay principios bíblicos que nos advierten “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a é; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:16-17; 6:19,20). De hecho, la nicotina del cigarrillo es considerado como la droga más adictiva de todas. Esta es la razón principal por la cual para la mayor parte de los fumadores es tan difícil dejar de fumar, y por la que nadie debería arriesgarse a comenzar a fumar pensando que puede dejar de hacerlo cuando quiera (Juan 8:34; 2 Pedro 2:19). Por lo tanto, es pecado porque el vicio del cigarro destruye y esclaviza el cuerpo que es templo del Espíritu Santo. Dios considera a cada uno responsable del bienestar de su cuerpo y si pecas contra Dios destruyendo ese cuerpo, acortaras tu vida, y no solo destruirás el cuerpo sino también tu influencia y felicidad (Romanos 12:1). No estamos bajo la ley sino bajo la gracia, pero cada cristiano debería decir juntamente con Pablo que “todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar por ningún vicio o droga o lujuria de la carne” (1 Corintios 6:12).
Algunos calvinistas responden diciendo, “Usted no debe difamar a este Gigante de Dios y Príncipe de los predicadores porque no creo que usted le llegue a su calzado.” Y yo no creo que Spurgeon le llegue al calzado de Cristo tampoco. Además ¿acaso todo se vale mientras seas un buen teólogo? ¿Príncipe de predicadores o Príncipe de fumadores? Tales calvinistas parecen confundir juzgar con difamar ignorando que, aunque el juzgar es usualmente una impopular e ingrata tarea que ofende algunas personas de cristal, la realidad es que todo cristiano tiene el derecho y no solo el derecho sino la responsabilidad de cuestionar, criticar, examinar y juzgar cualquier movimiento, doctrina o persona por más famoso que sea (Proverbios 31:9; 1ra Corintios 14: 29 y Hechos 17:11). Además, doy gloria a Dios por Spurgeon pues, aunque no era perfecto ganó muchas almas para Cristo porque no creía en la expiación limitada, ni en el bautismo infantil lo cual demuestra que no era consistente con su propio calvinismo. Lástima que los calvinistas en vez de imitar lo que predicó, prefieren imitar el beber y fumar. Otros tratan de justificar este vicio de Spurgeon diciendo, “¿Y qué diferencia hay entre uno que fuma diario, a uno que consume coca cola a diario?” Simple, en que ambos están descuidando su cuerpo lo cual es pecado.
También tratan de justificar este mal testimonio de Spurgeon diciendo que para su tiempo nadie sabía con exactitud sobre los efectos nocivos del fumar. Esto es apelar a un argumento anacrónico pues Spurgeon era del siglo XIX y fue a mediados del siglo XX que algunos médicos empezaron a recomendar el tabaquismo como una posible utilidad terapéutica. Pero no todo el mundo lo creía así y mucho menos la mayoría de los científicos quienes ya habían realizado numerosos estudios médicos demostrando las malas consecuencias del tabaco. El mismo hecho de que Moody no fue el único cristiano en reprender a Spurgeon no solo demuestra que muchos cristianos (principalmente los del movimiento de la templanza) no lo veían con buenos ojos sino porque ya se tenía conocimiento de que fumar era una adicción antieconómica, peligroso y desagradable. Solo que ahora tenemos más evidencias de que es perjudicial para la salud. Entre los que no tenían ninguna simpatía por Spurgeon en esta controversia estaba un viejo amigo del predicador, James Clarke, quien afirmó: “Para nosotros esta plaga del tabaco es un martirio cotidiano, y podríamos sinceramente desear que todo maestro cristiano, en todo caso, no sienta el deseo de disfrutar de un hábito … que es, sin duda, más temeroso y destructivo tanto a los cuerpos y almas de decenas de miles de nuestros jóvenes.”
En una carta abierta en forma de folleto, otro cristiano llamado W. M. Hutchings, también criticó esta postura de Spurgeon diciendo, “Muchos corazones han sido profundamente apenados por su apología de fumar que hizo en la Casa de Dios, y que formó parte de la adoración del día del Señor mismo. El mayor poder para el mal en la tierra es la falsa enseñanza de un gran hombre y su mala influencia. ¿Has contemplado los resultados de su defensa del fumar? ¿Has pensado en el resultado que ha causado en los jóvenes que encienden sus cigarros, el domingo por la noche, en el recinto del Tabernáculo Metropolitano, y se alejan de la Casa de Dios fumando un buen cigarro o una sucia pipa corta? Algunos de ellos pierden muchas horas en el hábito de fumar y listos para decir: “PREDICA SPURGEON EN FAVOR DE FUMAR y prendamos un buen puro para la gloria de Dios.” ¿Acaso no piensas tampoco en los hombres más ancianos y de los pobres hombres que no pueden comprar tabaco, excepto si privan a sus esposas e hijos de la comida, o la ropa, o la educación que deben tener por su ejemplo, consejo y conducta poco viril? Sr. Spurgeon, me temo que sus palabras han dado un poderoso bajo impulso a las multitudes que ya están en el camino que conduce a la ruina pues fumar es un hábito perjudicial para el cuerpo. Declaramos una guerra a muerte contra el tabaco, y las costumbres de beber que van de la mano con el tabaco. Nos llamas “fariseos” insinuando que somos autosuficientes, que añadimos a los mandamientos de Dios y que deseamos invadir tu libertad. ¿En serio? Bueno, entonces estamos en buena compañía pues seguimos al “fariseo” que dijo, “Si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne mientras el mundo está en pie (1 Corintios 8:13) y que “Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada [¿es posible que la palabra “nada” puede incluir un buen puro?] que tu hermano tropiece, o se ofenda, o sea debilitado.” (Romanos 14:21). Sabemos que el tabaco afecta tu credibilidad como cristiano y que es “tropezadero para los débiles” (1 Corintios 8:9). Aun así, Spurgeon escribió una carta al Daily Telegraph cuando era pastor del Tabernáculo diciendo que no se avergonzaba de fumar y que hasta lo hacía para la gloria de Dios. Su mal ejemplo fue de tropiezo para muchos cristianos de su tiempo y todavía lo sigue siendo. En cuanto a C.S. (Clive Staples) Lewis, algunos calvinistas en pro del cigarrillo afirman, "Pe pero ... C.S Lewis era arminiano y sin embargo también fumaba". El famoso escritor británico C.S. (Clive Staples) Lewis conocido también como Jack, fue un buen novelista y uno de los mejores apologistas en contra del ateísmo y el calvinismo de su tiempo. Sin embargo, Lewis no era arminiano ni provisionista en el sentido más puro de la palabra y su teología era más liberal que conservadora. Lamentablemente no solo porque fumaba y bebía en la taberna con sus amigos (C.S. Lewis Superstar, Christianity Today, Dec. 2005) sino porque en su propia autobiografía, Surprised by Joy, afirma creer en la doctrina de la regeneración bautismal (Christianity Today, Dec. 2005), rechazó la expiación sustitutiva y la doctrina biblica del infierno como lugar de tormento de fuego (Lewis, The Great Divorce, pp. 65 y 296). Lewis tampoco creía en la inspiración inerrante de las Escrituras, la historicidad de Job y de Jonás (Teología Moderna y Criticismo Bíblico). Creyó en el teísmo evolutivo y decía que el relato de la creación de Génesis era solo un mito hebreo (Lewis, The Problem of Pain). Algunos de sus seguidores dicen que al final de sus dias Lewis cambió de opinión con respecto al mito de la macroevolución pero eso sigue siendo debatible. Lewis también era ecuménico (Christianity Today, Oct. 25, 1993) y creía en los rezos por los difuntos del purgatorio (Letters to Malcolm, p. 109-111 y The Great Divorce) y que los paganos podían ser salvos sin reconocer a Cristo como su Señor y Salvador (Lewis, Mere Christianity, 2001, pp. 64, 208-209; More Than One Way? Pp. 110-111 y Las Crónicas de Narnia: La Ultima Batalla, capítulo 15). De hecho, el consejero espiritual de C.S. Lewis fue un sacerdote católico llamado Walter Adam a quien Lewis le confesaba sus pecados (The Narnian, p.224). En fin, es importante recordar que Spurgeon ni C.S. Lewis eran perfectos sino solo Jesús quien es nuestro mejor Modelo y debemos vivir como Él vivió (1 Pedro 2:21; Juan 14:12; Filipenses 2:5). Por tanto, no usemos la barata excusa de que como Spurgeon o C.S. Lewis fue un famoso cristiano que fumaba entonces nosotros también podemos fumar. Estamos llamado a ser imitadores de Dios y seguidores de Cristo el cual tampoco podemos imaginar con un buen puro en la boca y con el mal olor de tabaco rancio en su ropa. https://www.cristianismoparaateos.com/index.php/2018/06/07/no-fumar/


Tu post tiene buena intención pero una pregunta, para ti es pecado tomar gaseosa o poner pizza aunque la persona lo haga una vez al mes?
Nota:Estoy de acuerdo con lo de juzgar pero no el meterse en la vida privada de una persona, dios no nos ha dado ese derecho al menos que la acción de tal persona afecta a los demás. Saludos
No creo que tomarse una gaseosa lo cual es menos dañino y menos adictivo que la nicotina del cigarrillo pero siempre y cuando no se tome o coma en exceso. Eso seria como cometer el mismo error que los mormones quienes prohiben tomar café, saludos.
Ojalá así sea hay que tener cuidado con el radicalismo, hoy en día es más común incluso que el liberalismo, igual con el derechismo radical y eso que soy de derecha, pero hay derechistas que no pueden ya ver a alguien hablando contra el machismo, por ejemplo, da miedo
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