¿Es el cristianismo una imitación de las religiones paganas?

         Dan Brown dice en su novela ficticia llamada 'El Código Da Vinci' que: "Nada en el cristianismo es original". Lo mismo ha sostenido películas conspiranoicas como Zeitgeist y Irreligious del comediante Bill Maher. En muchas redes sociales (principalmente ateas y anticristianas) también se ha promovido esta idea de que el Génesis se deriva de mitos antiguos, principalmente de los cuentos sumerios. ¿Pero es eso cierto? No. De hecho, Génesis es la única fuente que el ser humano conoce que provee una historia lógica y coherente de los sucesos, remontándose hasta el mismo principio. Sin esta historia real, solo quedarían las narraciones fantásticas o explicaciones alegóricas que se hallan en los relatos de la creación de las naciones paganas. Además, una comparación del libro de Génesis con los relatos paganos de la creación muestra claramente la superioridad del relato bíblico pues ningún escrito antiguo ha hecho una declaración tan acertada como el Génesis la cual afirma que el universo tuvo un principio. Sin embargo, tanto los escritos babilónicos y egipcios exponen mitos sobre el nacimiento de sus dioses en un universo preexistente.
          En el mito babilónico dice que Apsu y la diosa Tiamat hicieron a otros dioses y que Apsu más tarde los quiso matar, pero el dios Ea lo mató. Tiamat quiso vengarse, pero Marduk el hijo de Ea la mató y con la ayuda de Ea hicieron a la humanidad con la sangre de Kingu. Los registros chinos antiguos son ante todo calendarios y cálculos cronológicos, o tratan sobre asuntos de interés meramente local o temporal. Mientras que los mitos egipcios de la creación registran las actividades de varios dioses, y no concuerdan en cuanto al dios de qué ciudad concibió la creación. Un mito egipcio relata que Ra (el dios-sol) creó a la humanidad a partir de sus lágrimas.
         “Quién sabe y quién puede decir de dónde todo esto procede y cómo sucedió la creación?” Hallamos estas palabras en el poema “El himno de la creación”, compuesto en sánscrito hace más de 3 mil años, y forma parte del Rig-Veda, un libro sagrado hindú. El poeta dudaba de que ni siquiera los muchos dioses hindúes supieran “cómo sucedió la creación”, pues “los mismos dioses son posteriores a la creación”. En cuanto a los sumerios, ellos creían que el todo se originó en un océano primordial al que llamaron Nammu, de este océano primordial nacieron el cielo AN y la tierra KI luego nacieron sus dioses. En otras palabras, para los sumerios el origen de todo era el agua.
             ¿Le parece que estos tipos de cuentos tengan similitud con el relato de Génesis acerca de la creación? La realidad es que ninguno de estos mitos explica la procedencia del universo, sólo muestran luchas de deidades por supremacía. ¿Suena lógico alegar entonces que el relato bíblico está inspirado en tales leyendas? Aunque a algunas personas les ha parecido ver ciertas similitudes entre el poema babilonio y el relato de la creación de Génesis, es obvio que el relato bíblico de la creación y el mito babilonio antes expuesto no son en realidad similares. Después de examinar las aparentes similitudes las investigaciones y los descubrimientos tan solo confirmaron la gran brecha entre ambos relatos y las diferencias como el orden de los acontecimientos de estos relatos. Los escritos de las naciones de la antigüedad reflejan incertidumbre y hasta confusión. Ninguna de esas fuentes antiguas contiene un registro histórico, genealógico y cronológico como el que se encuentra en el libro de Génesis.
           La obra, “The Babylonian Legends of the Creation and the Fight Between Bel and the Dragon” de Sir Ernest Alfred Thompson Wallis Budge (1857-1934) quien fue un egiptólogo inglés, orientalista y filólogo que trabajó para el Museo Británico y publicó numerosas obras en el antiguo Cercano Oriente afirma que, “los conceptos fundamentales de los relatos babilonio y hebreo son, en esencia, diferentes”. El profesor y oficial británico, Air Commodore P. J. Wiseman, es conocido como el padre de la arqueología bíblica pues hizo muchas visitas y descubrimientos de antiguas tabletas narrativas como los pasajes de Toledoth (hebreo para "generaciones") también la siguiente observación: “Es deplorable el hecho de que, en vez de mantenerse al día con la investigación arqueológica moderna, muchos teólogos aún repitan la ya refutada teoría de que los hebreos se basaron en fuentes babilonias”. (Creation Revealed in Six Days, Londres, pág. 58.).

Diferencias claves que muestran que la Biblia no es una copia de mitos antiguos

         Moisés centra la atención en un Creador, Dios, que trasciende el universo material porque le dio origen y, por consiguiente, existía con anterioridad. El Génesis se abre con esta sencilla y poderosa declaración: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Al igual que muchos científicos de nuestro tiempo, los hebreos de la antiguedad creían que el universo tuvo principio. A diferencia de las civilizaciones antiguas, Moisés no contaba con telescopios ni ningún otro instrumento para observar el espacio, ni siquiera se dedicaba a estudiar el universo. Ni todo el conocimiento de los sabios de Egipto no pudiera haber suministrado a Moisés, clave alguna respecto al proceso de la creación. No pudo simplemente adivinarlo. Entonces, ¿cómo supo todas estas cosas el escritor de Génesis? Sólo pudo saberlo de alguien que estuvo presente, es decir, de Dios.

¿Y qué hay de la historieta repetida de Moisés ¿ ¿Acaso eso no es un plagio de otras culturas antiguas?

           Tampoco. Aunque no se escucha mucho esto hoy en día todavía hay alguno que otro ateo militante o anticristiano que sigue comparando la historia de Moisés con otras figuras como Krishna, Habis, Sargón, Perseo, Remo y Rómulo para decir que es una copia de culturas antiguas. Muchos de estos desinformadores no dan ni siquiera referencias para corroborar lo que afirman gratuitamente, pero es posible que lo hayan sacado de, “Moisés y la Religión Monoteísta de Sigmund Freud” y de su seguidor, el psicólogo austriaco Otto Rank. Sin embargo, hay 4 problemas con este tipo de argumento falaz. Veamos:  

1. Falsa analogía. La comparación de la historia del bebé Moisés que fue puesto en el rio para luego ser rescatado y adoptado en Éxodo 2 con la infancia de otros personajes antiguos es una semejanza muy vaga que deja a un lado las muchas y grandes diferencias que demuestran que no son la misma historia. Cualquiera que estudia la historia de tales figuras puede darse cuenta de que en ningún modo “sus similitudes son casi iguales” sino que son claramente diferentes, principalmente cuando el pueblo judío tenía leyes que estrictamente prohibían la invasión de mitos paganos a su cultura (Deuteronomio 12 y Hechos 17).
              Además, como afirma la revista, “Biblical Archaeology Review”: “Debe observarse que tanto Babilonia como Egipto son civilizaciones fluviales, y que colocar a un bebé en un cesto impermeabilizado sería menos desagradable que arrojarlo al vertedero, como era costumbre. […] La historia del niño abandonado que asciende al poder quizá sea un motivo tradicional, pero seguramente se debe a que sucedió con cierta frecuencia en la vida real”. En su libro Exploring Exodus (Análisis del éxodo), el profesor y erudito bíblico, Nahum M. Sarna, también menciona que, pese a las semejanzas, la historia de Moisés se aparta de la “leyenda de Sargón” en “muchos puntos significativos” por lo que no son convincentes las alegaciones de que la Biblia es una copia de leyendas paganas. Lo mismo se puede decir de Perseo, Habis, Krishna, Remo y Rómulo, etc.
    2. El que la religión judía-cristiana tenga historias o conceptos similares a religiones más antiguas NO significa que haya copiado las creencias de dichas religiones. Asumir tal cosa sería incurrir a la falacia llamada Post hoc ergo propter hoc (también llamado correlación coincidente o causalidad falsa) la cual establece que no afirmaras que, si algo ocurrió antes, entonces es la causa. En otras palabras, el que diferentes historias tengan ciertos detalles parecidos simplemente no significa que una sea copia de la otra. El profesor Gregory Elder ilustra esto muy bien con el caso del álgebra: “La ciencia del álgebra fue inventada tanto en la antigua Asiria unos mil años antes de Cristo como en la Arabia medieval unos mil años después de Cristo. Pero no hay evidencia de que los musulmanes árabes obtuvieron su álgebra de los asirios, cuyo idioma fue completamente intraducible para los árabes de la época”.
    3. Historia Vs. Mitos. Además de que la historia de Moisés es muy diferente a estas leyendas antiguas hay otro importante detalle que tampoco se puede pasar por alto. La historia de Moisés ha sido comprobada por la arqueología. El filme documental, “Exodus: Patterns of Evidence” del cineasta Tim Mahoney está llena de evidencias históricas y arqueológicas las cuales refutan los argumentos de Richard Dawkins, Christopher Hitchens y otros escépticos que afirman que solo es un mito tomado de antiguas leyendas. David Rolh es un escritor, egiptólogo e historiador agnóstico. Sin embargo, cree que hay evidencia arqueológica de que Moisés, el Jacob bíblico y los hebreos en Egipto. Por ejemplo:
    a) Hay evidencias de que los hebreos estuvieron en Egipto en las regiones de Avaris y las tumbas vacías de Jacob y sus hermanos las cuales luego fueron encontradas en Shechem/Nablus en Canaán encajan con las descripciones de la Biblia.
    b) Otros eventos bíblicos que también coinciden con la arqueología son las excavaciones hechas por famosos arqueólogos como Kenyon, Garstang y Ernst Sellin las cuales demuestran que la destrucción de la ciudad de Jericó y la conquista de Josué fue real.
    c) Las plagas que habla la Biblia aparecen también registradas en una copia antigua de papiro llamado, “The Admonitions of an Egyptian Sage” y la cual se encuentra en el Museo de Leiden. Ese rollo escrito por un testigo egipcio coincide con la lectura del Éxodo. De hecho, otro sacerdote egipcio llamado Manetho también habla de la historia de Egipto y de cómo “Dios” (en singular) y en referencia al Dios monoteísta de los judíos acabó con los egipcios.
    d) Hay evidencias arqueológicas como los documentos egipcios llamados “Papyrus Brooklyn 35.1446” y el “Kahun Papyrus” las cuales contiene una lista de esclavos con nombres hebreos y que demuestran que los hebreos sí estuvieron en Egipto.
               Estas y muchas otras evidencias arqueológicas y rollos de papiro coinciden con todas las secuencias de eventos registrados en el Éxodo de la llegada de Jacob a Egipto, Moisés, las plagas y la liberación de la esclavitud de israelitas.  Sin embargo, hay críticos que no ven estas evidencias porque miran el periodo de tiempo equivocado (1250 a.C.) y con el faraón equivocado (Ramsés II). Ahí no encontraran nada. La Biblia no cita al faraón del Éxodo por su nombre, pero sabemos que fue antes del gobierno de Ramsés porque da la fecha exacta del Éxodo. En 1 Reyes 6:1 se lee que fue 480 antes de la construcción del templo de Salomón (970 a.C.) la cual ubicaría el Éxodo en 1450 a.C., es decir, 200 años antes de Ramsés el Grande. Por tanto, la Biblia y la arqueología demuestran que esa es la fecha más correcta y que es posible que Tutmosis III, Amenhotep II o Amenofis II era el faraón en el tiempo de Moisés y el Éxodo. Por eso muchos historiadores (creyentes y no creyentes) como el agnóstico David Rohl quien ha pasado toda su vida entera explorando el Medio Oriente y quien es un experto en jeroglíficos e historia egipcia reconoce el Éxodo como un verdadero acontecimiento histórico y cronológicamente más antiguo que las leyendas ya mencionadas (Vea por ejemplo el documental “Exodus: Patterns of Evidence” del cineasta Tim Mahoney).
    4. Error en el orden cronológico de las historias. Los eventos del Éxodo tomaron lugar alrededor de 1450 a.C. Sin embargo, los expertos en la leyenda del rey Sargón aseguran que fue escrita entre 721 al 705 a.C. y lo que se conoce de la niñez de Sargón, de cómo fue colocado en una canasta y enviado río abajo, proviene de dos tabletas cuneiformes del siglo VII a.C. (de la biblioteca del rey asirio Asurbanipal, quien reinó del 668 al 627 a.C.), escrita cientos de años después del libro de Éxodo. Por tanto, si alguien quiere argumentar que una narración fue tomada de la otra, tendría que haber sido de la manera contraria: la leyenda de Sargón parece haber sido tomada del relato de Éxodo sobre Moisés (Brian Lewis, The Sargon Legend, American Schools of Oriental Research, 1978). Lo mismo se puede decir de Ciro, Habis, Rómulo y Remo, etc.
              Tampoco encuentro ninguna información que diga que Ciro haya sido rescatado de las aguas cuando era bebé, pero aun si eso fuera cierto se debe recordar que Ciro nació después de Moisés por lo que tampoco se puede decir que la historia de Moisés es una copia de Ciro. De hecho, es interesante saber que la misma Biblia predijo que un hombre llamado Ciro conquistaría a Babilonia y que liberaría a los judíos con unos doscientos años de antelación y unos ciento cincuenta años antes de que naciera Ciro (Isaías 44:28; 45:1). No solo eso, la Biblia también predijo que el río Éufrates se secaría y permitiría el paso al ejército de Ciro (Isaías 44:27), que las puertas de la ciudad estarían abiertas (Isaías 45:1) y que los soldados babilonios no opondrían resistencia (Jeremías 51:30; Isaías 13:1, 7). Por tanto, al igual que muchas otras espectaculares predicciones, estas profecías bíblicas de Ciro también se cumplieron lo que demuestran que la Biblia es la infalible Palabra escrita de Dios ya que esos datos no podían venir de simples hombres (2 Pedro 1:21).
              ¿Y qué hay de Krishna? El mito de Krishna NO siempre ha sido la misma y ha ido cambiando a través de los siglos. De hecho, algunos eruditos como el filólogo, gran investigador de la antigua India e historiador Sir William Jones afirma que, con la excepción del nombre, mucho de los que se cuenta de Krishna ha sido copiado de la Biblia (Benjamin Walker, The Hindu World, p 240). Hasta historiadores como el Dr. Edwin Bryant y David V. Mason aseguran que los mitos sobre Krishna sólo pueden fijarse entre el siglo 2 al 6 d. C. por lo que tampoco se puede decir que la historia de Moisés o de Jesús es una copia de Krishna ya que según los expertos es más bien al revés. Resumiendo, uno de los reporteros investigadores de temas científicos más famosos del mundo es el profesor Ian Andrew Wilson (Ph.D.) de Biología Estructural y presidente del Departamento de Biología Computacional y Estructural Integrativa del Instituto de Investigación Scripps en San Diego, California, Estados Unidos. Wilson dijo a la comunidad científica mundial que se tomaría unos 10 años para probar que arqueológicamente la Biblia estaba llena de historietas provenientes de “civilizaciones más antiguas que los hebreos”. Tiempo después, Ian Wilson publicó su libro y no le quedó otra alternativa que titularlo: ¡“La Biblia ES historia”! donde admitió que sus hallazgos le mostraron que no existe libro alguno en los anales de la historia que esté por encima de la integridad y la exactitud histórica y arqueológica de la Biblia. También añade diciendo, “no haber encontrado un solo reclamo bíblico ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento que no se haya verificado, o que esté en proceso de verificación”.

    ¿Hammurabi Vs. Moisés?

              El descubrimiento de códigos antiguos de leyes antiguas como las del rey babilónico Hammurabi ha hecho pensar a muchas de estas legislaciones del Antiguo Oriente Medio preceden a Moisés y que por ende la religión judeocristiana tomó prestado estas ideas como la ley del talión de los paganos y que los redujo a los 10 mandamientos que están en la Biblia. ¿Pero es esto cierto? Sin embargo, al igual que todas las demás acusaciones están también apelan a la falaciaPost hoc ergo propter hoc (también llamado correlación coincidente o causalidad falsa) y de falsa analogía. Por ejemplo, al igual que Éxodo 21:22-23, las Antiguas Leyes Asirias, El Código Hammurabi y El Código de los Hititas también consideraban el aborto voluntario como un acto de homicidio abominable y castigable con pena de muerte.  Sin embargo, en tales culturas antiguas de esa época se consideraba a la mujer de manera inferior al hombre por lo que el código de Hamurabi demandaba que en tales situaciones la mujer fuera echada al río, si sobrevivía era inocente y si no fue porque era culpable por lo que podemos notar una diferencia entre las leyes paganas y las leyes bíblicas pues en el Antiguo Testamento el hombre tampoco quedaba excusado (Levítico 20:10 y Deuteronomio 19:18-19) mientras que la ley de Números 5:11-31 protegía la inocencia, reputación, vida y relación marital de la mujer de las consecuencias de una sospecha precipitada y sin fundamento.  
            Por otro lado, que naciones paganas tengan leyes morales similares a la religión judeocristiana solo demuestra que todo ser humano está creado a la imagen de un Dios moral y lo cual es un argumento de la moral objetiva y absoluta a favor de la existencia de Dios. Por eso el apóstol Pablo dice, “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Romanos 2:14-16). 
                Además, y como afirma el pastor y fundador de Jackson Hole Bible College, Don Landis, “Muchas leyendas antiguas describen la creación y un gran diluvio precedente a los escritos de Moisés sobre el Génesis. La gente asume que Moisés tomó prestado de Hammurabi, sincronizó otras leyendas, y organizó su propia versión más civilizada de los antiguos relatos. Si éste es el caso, entonces los primeros libros de la Biblia no son originales y, de este modo, pierden autenticidad y autoridad. Es cierto que los escritos de Génesis y de la Ley son posteriores a muchas leyendas antiguas y otros registros de historia y leyes antiguas, pero aquí es donde yace la autoridad final:  ¿quién escribió primero las palabras en la tabla de barro? O ¿debería ser el énfasis en quien escribió las palabras y si él es la autoridad final? … Desde el punto de vista del mundo, como Moisés escribió más tarde que otros, su relato no tiene prioridad sobre esos escritores…Pero sabemos lo que el mundo no puede comprender: Dios es el verdadero autor de la Biblia. Él concibió la Biblia antes de que el mundo empezara (Salmos 119:89). Su exactitud en relevar la verdadera historia y moralidad no dependió del tiempo en que Él dio el texto. Sí, algunos de los instrumentos escogidos de Dios para escribir la Escritura, tal como Moisés, escribió después de otros relatos; pero ¡Dios estuvo ahí primero, en el principio (Génesis 1:1)! Moisés fue simplemente la mano que transcribió la Palabra de Dios. Cada letra vino del Creador mismo. Porque Dios es el autor, el Pentateuco y el resto de la Biblia puede ser considerada como precisa. Esto significa que muchos otros relatos – aun si fueron escritos antes que el libro de Moisés – son distorsiones y falsificaciones de la verdad original que Adán, Noé y sus descendientes inmediatos sabían… Los mitos y leyendas pueden contener trozos de verdad porque son perversiones de la original. Cuando hay una contradicción entre la Biblia y otro registro histórico, la Biblia siempre tiene prioridad porque contiene la verdad final de Dios que estuvo ahí….Dios tiene la autoridad final en todas las cuestiones de “secuencia y tiempo”. (https://answersingenesis.org/es/biblia/hammurabi-o-mois%C3%A9s-qui%C3%A9n-es-la-autoridad/). 

    Gedeón y Leónidas, ¿Uno Copia al Otro?

                   En la Biblia encontramos un relato en el Libro de Jueces en donde se cuenta la historia de Gedeón, un líder hebreo que logró vencer en combate a los madianitas con tan solo 300 guerreros. Muchos han llegado a identificar esta historia con la del rey griego Leónidas I de Esparta, quien se enfrentó al imperio persa en las Guerras Médicas y cuya batalla de las Termópilas inspiró la leyenda de sus 300 soldados, plasmándola con gran ahínco en numerosas partes de nuestra cultura popular. Una similitud que a menudo se ha usado entre los detractores del cristianismo como una excusa más para asegurar que la Biblia no es más que un conjunto de mitos plagiados de otras civilizaciones. 
              Sin embargo, esta es otra falsa acusación más, basadas en la falacia de correlación coincidente (también llamado post hoc ergo propter hoc o causalidad falsa). En primer lugar, es importante conocer lo que nos cuenta el pasaje bíblico acerca del juez Gedeón, un israelita que reunió 32.000 soldados hebreos para pelear contra un ejército de 150.000 madianitas, aunque Dios le prometió vencer con una cantidad minúscula de guerreros. A primera instancia leemos en Jueces 7:1-25 una historia en la que un líder hebreo con 300 guerreros y todos los pronósticos en contra impidieron la invasión de su nación por parte de otros imperios como en teoría hizo el griego Leónidas según la historia tradicionalmente difundida. Solo con esto ya les ha bastado a muchos sectores ateos para apresurarse a afirmar que el relato bíblico es una recreación imaginaria a partir de la Segunda Guerra Médica. Sin embargo, existen muchísimos detalles tanto históricos como teológicos que desmontan esta falacia de casualidad por completo. A continuación, nombraremos uno por uno cada aspecto que diferencia a Gedeón de Leónidas.
    1. El Libro de los Jueces, cuya autoría se ha atribuido tradicionalmente al juez y profeta Samuel, fue escrito entre los años 1045 y 1000 antes de Cristo, mientras que la batalla de las Termópilas ocurrió en el año 480 antes de Cristo, con lo cual la existencia del espartano Leónidas es muchísimo más posterior a la del juez Gedeón. Por tanto, ¿cómo podrían los autores de esa parte de la Biblia plagiar un evento histórico que no tuvo lugar hasta muchos siglos después?
    2. Gedeón reunió 32.000 soldados israelitas para quedarse finalmente con 300 antes de bajar a pelear con los madianitas, justo al contrario que los griegos en la batalla de las Termópilas contra Persia: de acuerdo con las cifras aportadas por historiadores como Heródoto o Diodoro Sículo, Leónidas aportó 300 hoplitas espartanos a un ejército que en total sumaron unos 7000 griegos entre su pueblo y otros más como los tebanos, los micenos o los corintios. Es decir, que la cantidad de guerreros del ejército heleno fue aumentando gracias a los aportes de cada rey griego y no solo fueron 300 espartanos los que pelearon contra los persas en las Termópilas.
          3. Deducido a partir del punto anterior, sabemos que, aunque Israel no contaba con caudillos estables hasta la época de los reyes, sí que era una nación unificada bajo una misma bandera que se enfrentaba contra extranjeros. En cambio, Grecia era solo una zona geográfica del mar Mediterráneo conformada por ciudades-Estado independientes y varias en constantes disputas entre sí que solo se aliaban momentáneamente en un frente común para impedir la conquista de sus territorios.
    4. Gedeón y sus 300 hombres vencieron a los madianitas gracias a la intervención divina y todos ellos salieron ilesos de la batalla, sin ningún fallecido entre las fuerzas israelitas. En el caso de Leónidas, las bajas griegas en la batalla de las Termópilas ascendieron a unos 2000 soldados entre los caídos en combate y los que se marcharon durante el transcurso de los días que duró la misma. Entre los difuntos se encontraban el propio Leónidas y todos sus hoplitas espartanos.
    5. El tipo de valor que demostró cada uno en batalla también es diferente: Gedeón se apoyó totalmente en la confianza en Dios para vencer y jamás buscó la gloria o los reconocimientos para sí mismo. Esto se tradujo en una victoria impecable para Israel tal y como hablamos en el punto 4. Al trasladarnos a la historia de Leónidas, observamos que los griegos también buscaban cierta fama y popularidad para sí mismos además de defender sus propiedades y a su gente. Esa clase de heroísmo griego en donde uno mismo se ponía en un pedestal no solo contradice los principios de la Biblia, sino que su insuficiencia quedó demostrada en que el bando griego sufrió miles de muertes entre sus filas, incluyendo la de Leónidas y sus 300 espartanos, por mucho que el combate en las Termópilas sirviera para ganar tiempo y reorganizar el contrataque de los helenos hacia las pretensiones persas. En otras palabras, no siempre basta con la fuerza física o con la superioridad en la estrategia militar para derrotar al enemigo a la primera.
    6. Muchos pueden argumentar que los arqueólogos no han encontrado monumentos en Israel dedicados a ensalzar la figura de Gedeón como sí los hay de Leónidas en Grecia. Si a esto le sumamos que el relato bíblico es varios siglos anteriores a la de las Guerras Médicas y que este dato no es muy conocido entre las publicaciones regulares sobre el héroe hebreo y el griego, ha servido para perpetuar la creencia errónea de que la Biblia copió descaradamente los documentos griegos para sus textos. Pero pocos se han parado a pensar en que los judíos consideraban el ensalzamiento totalitario de humanos como idolatría, completamente prohibido en sus leyes, y que tanto Gedeón como otras tantas figuras bíblicas rechazaban esa clase de honores exclusivamente para ellos si no se anteponían la adoración y la atribución del poder a Jehová. Por lo general, los judíos solían reconocerse como seres imperfectos. En el caso de Leónidas, existen monumentos y también le semidivinizaron dedicándole juegos deportivos y festividades en el calendario. Tras su muerte, Leónidas recibió adoraciones como si fuera un dios aun habiendo sido un hombre con virtudes y defectos como cualquier otro.
    7. Alegar que en su momento el erudito y obispo primitivo Orígenes comparó el sacrificio de Leónidas con la de Cristo es sinónimo de cometer una falacia non sequitur junto con la de falsa analogía. Que Orígenes citara a Leónidas en sus textos como una forma de ganarse el apoyo de gentiles o paganos de su tiempo no lo convierte en evidencia de que la cultura griega y las Sagradas Escrituras sean sinónimas; y menos cuando las muertes de Leónidas y Cristo, adheridas al símil de los 300 guerreros de Gedeón, se desarrollaron por motivos y circunstancias muy distintas.
             En resumen: Gedeón, Leónidas y los 300 soldados que reclutaron ambos no son los mismos bajo ningún concepto; empezando por las fechas históricas, siguiendo con los contextos y consecuencias de cada suceso y finalizando con la moral de cada civilización y las distorsiones u omisiones intencionadas de muchos historiadores.

    ¿Es el día de nacimiento de Jesucristo (25 de diciembre) una copia del nacimiento de los dioses paganos y antiguos?

              En primer lugar, se debe recordar que no todo cristiano festeja la Navidad y que no celebrarlo no es pecado puesto que solo hay dos ordenanzas (no sacramentos) en la Biblia: el Bautismo y la Santa Cena. Aquellos que lo celebramos sabemos que la Biblia tampoco dice que Jesús nació el 25 de diciembre, pero lo celebramos para recordar su encarnación. Por tanto, ningún cristiano afirma, ni conoce realmente la fecha del nacimiento de Cristo y diciembre 25 es una fecha altamente improbable. Una de las razones de esto es porque es invierno en Israel el 25 de diciembre y según Lucas 2:8 había “…pastores en la misma región, que velaban y guardaban vigilias de la noche sobre sus rebaños” en el tiempo del nacimiento del Señor. Como es conocido, los pastores en Palestina no hacen esto durante el invierno. Siempre traen sus rebaños de las montañas a los rediles antes del 15 de octubre. Así que, Jesús no pudo haber nacido a mitad del invierno sino en otoño a mediados del mes de septiembre o principios de octubre.
             Segundo, aun si Jesús hubiese nacido el 25 de diciembre sería absurdo decir que eso se debe a que es un plagio de otros dioses paganos por las siguientes razones: No hay registros de que los dioses paganos que tanto mencionan los ateos militantes y algunos creyentes nacieron en tal fecha. Por ejemplo, el nacimiento de Dionisio es celebrado el 6 de enero y la de Mitra es desconocida. De hecho, según la mitología del dios sol, Mitra nació de una roca, no de una virgen y aun si las afirmaciones sobre Mitra fueran ciertas (las cuales no lo son) los cristianos ya afirmaban el nacimiento virginal de Jesús antes de toparse con los cultos de Mitra.
            En el caso de Horus hay que recordar que el mes de diciembre es un mes y calendario romano totalmente diferente a la de los egipcios y a las demás culturas paganas. Sin olvidar que hay diferentes fechas sobre el nacimiento de Horus. Los templos de Karnak por ejemplo revelan que el mito del nacimiento del dios falso Horus sucedió en “El día de la fiesta de Renenutet”. Ese día, “El día de la fiesta de Renenutet” según el calendario de celebraciones egipcias, corresponde al Cuarto de Peret 27 de marzo o 25 de abril. Otras referencias dicen que nació en noviembre (Khoiak, Traditional Festivals: A Multicultural Encyclopedia p. 223). Mientras que Plutarco dice que fue en invierno, pero no hay evidencia de que fue específicamente el 25 de diciembre. Simplemente no hay registros en la mitología egipcia que diga que la madre de Horus fue una virgen y tampoco una fecha exacta ligada a su nacimiento el 25 de diciembre.
               ¿Y qué hay de Quetzalcoatl y Balder? Ningún cristiano sobre la faz de la tierra escuchó hablar del dios azteca Quetzalcoatl sino hasta el siglo 16 y en cuanto al dios nórdico y segundo hijo de Odín, Balder, hubieron ya 193 papas antes de que la mitología de Baldur fuese plasmada en papel y tinta. Tercero, el que el cristianismo tenga historias o conceptos similares a religiones más antiguas no significa que haya copiado las creencias de dichas religiones. Asumir tal cosa es cometer la falacia llamada Post hoc ergo propter hoc (también llamado correlación coincidente o causalidad falsa) la cual establece que no afirmaras que, si algo ocurrió antes, entonces es la causa. Por último, aun si la Navidad fuera una tradición de origen pagano, sería hipócrita de parte de los ateos criticar a los cristianos por celebrarlo cuando sigue siendo una festividad religiosa que muchos de ellos también participan.
             En conclusión, ningún historiador y erudito en las religiones antiguas asocian el nacimiento de los dioses paganos con el nacimiento de Jesucristo. Toda esta desinformación más bien la sacan del “documental” falso de Zeitgeist, del comediante Bill Maher (Religulous) o de Gerald Massey quien inventó esta mentira convirtiéndose así en el hazmerreír de todo egiptólogo serio en el planeta. Además, la iglesia (sea católica, bautista o protestante) que celebran el nacimiento de Cristo saben que Jesús no nació el 25 de diciembre y que tampoco es un mandato del Señor. Aquellos que quieren celebrarlo lo hacen sólo para recordar que Dios se hizo hombre a través de Jesucristo para salvarnos del pecado.

    La Resurrección de Cristo ¿copia de religiones antiguas y paganas?

    “La evidencia para la resurrección de Cristo es mejor que las afirmaciones de milagros en cualquier otra religión. Es sobresalientemente diferente en calidad y cantidad” – Antony Flew, ex ateo y filósofo deísta de la religión

            Esto de comparar creencias cristianas (incluyendo la resurrección) con creencias antiguas y paganas no es nada nuevo pues esto ya ha sido descartado por los expertos hace más de 100 años atrás. En una reciente revisión de la evidencia, T.N.D. Mettinger, reconocido experto con doctorado en religiones antiguas y de la Universidad de Lund informa: "El consenso entre los estudiosos modernos, casi universales, es que no hubo dioses muriendo y resucitando que precedieron al cristianismo. Todos datan del siglo primero". Mettinger continúa diciendo que: "Aquellos que aún piensan de otra manera son considerados como miembros residuales de una especie casi extinta.” (Tryggve N. D. Mettinger, The Riddle of Resurrection: Dying and Rising Gods” in the Ancient Near East [Stockholm, Sweden: Almquist & Wiksell International, 2001], pp. 4, 7). El propio Mettinger cree que los mitos de morir y resucitar existieron en los casos de Dumuzi, Baal, y Melqart; pero él reconoce que tales símbolos son bastante diferentes a la temprana creencia cristiana en la resurrección de Jesús. Por eso Mettinger concluye diciendo que, "NO HAY, HASTA DONDE YO SÉ, EVIDENCIA PRIMA FACIE QUE LA MUERTE Y LA RESURRECCIÓN DE JESÚS ES UNA CONSTRUCCIÓN MITOLÓGICA..." A pesar de esto, los nuevos ateos de Internet siguen insistiendo con esta falsa analogía que ya fue rechazada más de 100 años atrás. ¿Y por qué fue descartada? Por dos razones principales:              
    1. Los paralelos resultaron ser espurios. De hecho, no existe tales paralelos en la antigua mitología de muertes y resurrecciones de dioses paganos.
              Los más mencionados por los ateos son los dioses egipcios. Así que, empecemos con ellos. Según la egiptología y su Libro de los Muertos, durante su batalla con Set, Horus perdió uno de sus ojos, pero nunca murió y si no murió entonces no puede haber resurrección. Tampoco resucitó a Osiris de la muerte pues Osiris no volvió a la vida, sino que permaneció en el mundo subterráneo para servir como el dios de los muertos (Conceptions of God In Ancient Egypt p. 233). No vuelve a la vida en la tierra de los vivientes. Por tanto, Osiris nunca volvió a una resurrección corporal como hizo Jesús. Sin olvidar que la expresión “Levántate, tú que has muerto” en la religión egipcia y aplicada a Osiris y los ciudadanos de Egipto se refería a una nueva vida permanente en el reino de los muertos (Jonathan Z. Smith Dying and Rising Gods, Encyclopedia of Religion, pages 524-525). Para los egipcios la resurrección simplemente no significaba volver a la vida en cuerpo físico por lo que Osiris no resucitó en el sentido judío o cristiano de la palabra.
                  Lo de Mitra muerto y resucitado al tercer día es otra mentira moderna pues no existe referencias en la literatura mitraica que diga que murió y mucho menos de que resucitó. Lo más cercano que existe es un escrito en grafiti conocido como el “Santa Prisca Mithraeum” pero con fecha después de 200 D.C. y que lee “Ya nosotros, salvaste al derramar la sangre eterna”. Sin embargo, todo experto en el mitraísmo sabe y admite que esto no tiene nada que ver con resurrecciones y que esto se refiere a la sangre de un toro que Mitra había matado, no el de Mitra. (Vea Mithras the Secret God pp. 171-173 y Mithras – Orion, Greek Hero y Roman Army God, p. 45). Tampoco existe evidencia de que Dionisio, ni Buda, o Atis resucitaron de la muerte. El erudito Edwin Yamauchi escribe que: "la supuesta resurrección de Atis no aparece hasta después del año 150 DC". Y en el caso de Mitra, el propio profesor Ronald Nash opina que: "El mitraísmo floreció después del cristianismo, no antes, por lo que el cristianismo no pudo haber copiado del mitraísmo. El momento es incorrecto para haber influido en el desarrollo del cristianismo del primer siglo". El historiador Gary Habermas dijo: "NO SÉ DE NADIE QUE PIENSE QUE DIONÍSIO ES PRE-CRISTIANO, NO EN LA PARTE DE RESURRECCIÓN". 
                  Krishna tampoco resucitó de la muerte pues cuando murió su espíritu simplemente ascendió a los cielos lo cual no es una resurrección corporal como ocurrió con la de Jesús (Srimaad Bhagavatam 10.30.25-43). Por tanto, aunque estas eran religiones precristianas no hablan de una resurrección corporal como el de Jesucristo. La más temprana de la supuesta resurrección de Adonis viene del siglo segundo y las demás son del siglo 4. Como afirma, T.N.D. Mettinger, "Las referencias a una resurrección de Adonis se han fechado principalmente a la Era Cristiana." (Tryggve N. D. Mettinger, The Riddle of Resurrection:”Dying and Rising Gods” in the Ancient Near East [Stockholm, Sweden: Almquist & Wiksell International, 2001]). Como dice el teólogo y erudito en ciencias bíblicas del Nuevo Testamento, Gary Habermas, “No hay datos ni dibujos en la arquitectura de dichas religiones antiguas que muestran una resurrección física de estos dioses mitológicos antes del siglo 2. Mientras que los expertos (cristianos y no cristianos) ponen la epístola del apóstol Pablo en 55 D.C. De hecho, algunos de esos expertos creen que los evangelios fueron escritos en el 38 D.C. Además, la tumba vacía, los testigos de la resurrección de Cristo y la transformación de sus discípulos quienes estuvieron dispuestos a morir por esa gran verdad también demuestran que la resurrección de Cristo no fue una copia sino una realidad histórica.” (Gary Habermas (PhD), profesor de teología y filosofía, autor del libro “El Caso de la Resurrección de Cristo”). El historiador y teólogo judío, Pinchas Lapide, también agrega: “Yo acepto la resurrección del domingo pascual no como una invención de la comunidad de discípulos sino como un evento histórico.”
               2. No hay una conexión causal entre estos mitos paganos y el pueblo hebreo y los primeros discípulos de Jesús. Los judíos por ejemplo tenían conocimiento de estos mitos paganos y los encontraban detestables y no hay rastro histórico de estos dioses muertos y resucitado en Israel. La misma Biblia también los prohibía a emparentar (imitar o unirse) a las costumbres paganas (Levítico 20:23 y Deuteronomio 12:31,32). Por tanto, la idea de que la iglesia primitiva fue influenciada o que basaron la resurrección de Cristo en mitos paganos simplemente no es plausible.
                  De hecho, así como los judíos y los primeros cristianos rechazaban las creencias paganas, los paganos también rechazaban las creencias judeocristianas, principalmente la resurrección física de Jesucristo. Los paganos ni siquiera practicaban la sepultura sino la cremación (acción de quemar el cadáver de una persona para reducirlo a cenizas) pues no creían en una resurrección corporal como lo que vemos en el cristianismo y esto es algo que hasta el mismo Pablo explica en 1 Corintios 15:12, “¿cómo dicen algunos…que no hay resurrección de muertos?” Los pensadores gentiles (Hechos 17:32), no creían en la resurrección porque no entendían “cómo” podía ser posible (1ra Corintios 15:35-36). Los paganos solo querían morir para ser separados de sus cuerpos las cuales consideraban malas o una cárcel para el alma y así estar con sus dioses en una dimensión espiritual lo cual es similar a la mitología de Osiris.
                  En países orientales como Japón y la India, tienen religiones más antiguas que el cristianismo, pero tampoco entierran el cuerpo de sus difuntos, sino que la cremación es el rito con el que despiden y disponen de los restos del cadáver porque tampoco creen en la resurrección sino en la reencarnación o en ninguno de ambos. En cambio, el cristianismo cree en un cielo nuevo y una tierra nueva porque cree que habrá una resurrección corporal para todos (Juan 5:29). Todo esto es completamente diferente a las creencias antiguas de los mismos paganos. Tan diferente que cuando el apóstol Pablo presenta su argumento a favor de la resurrección de Cristo frente de los paganos y filósofos griegos en Atenas ellos no entendían lo que predicaba. Al final, la mayoría de ellos rechazaron su mensaje de Pablo principalmente porque la resurrección corporal les pareció algo extraño, nuevo e inaceptable (Hechos 17:16-33). Si sus dioses hubieran tenido la misma historia es obvio que no hubiese sido algo nuevo para ellos. 
                    Como Bart D. Ehrman, profesor ateo de Estudios Religiosos en la UNC y erudito del Nuevo Testamento con especialización crítica en Paleocristianismo, el Jesús histórico, y Crítica Textual del N.T. admite: “Los supuestos paralelos entre Jesús y los dioses-salvadores "paganos" en la mayoría de los casos residen en la imaginación moderna: No tenemos relatos de otras personas que nacieron de madres vírgenes y que murieron como expiación por el pecado y luego resucitaron de entre los muertos (a pesar de lo que los sensacionalistas dicen ad nauseum en sus versiones propagandizadas).” El profesor James Dunn en su artículo sobre "Mito" en el Diccionario de Jesús y los Evangelios, escribe: "El mito es un término de al menos dudosa relevancia para el estudio de Jesús y los Evangelios". 
                 T.N.D. Mettinger, reconocido experto con doctorado en religiones antiguas y de la Universidad de Lund informa: "El consenso entre los estudiosos modernos, casi universales, es que no hubo dioses muriendo y resucitando que precedieron al cristianismo. Todos datan del siglo primero". Mettinger continúa diciendo que: "Aquellos que aún piensan de otra manera son considerados como miembros residuales de una especie casi extinta.” En fin, como dice el profesor escéptico de Historia Teológica, Randal Rauser, “Hay buena evidencia para la resurrección de Jesús, a diferencia de otros reportes antiguos de milagros”. La resurrección de Jesucristo simplemente no es una copia de religiones paganas. Al contrario, es único y verdadero pues sólo Jesús hace la diferencia. Mas el historiador ateo, Gerd Ludermann, también admite, “Puede tomarse como una certeza histórica que Pedro y los discípulos tuvieron experiencias después de la muerte de Jesús en las cuales Jesús se les apareció como el Cristo resucitado” (Gerd Ludemann, historiador ateo del Nuevo Testamento).

      ¿Es el cristianismo una copia de la mitología o filosofía griega?

              ¿Es el cristianismo una copia de la mitología o filosofía griega? La respuesta es “No” puesto que muchas de las doctrinas fundamentales del cristianismo están en oposición directa a los más grandes filósofos de la antigua Grecia tales como Sócrates, Platón y Aristóteles. De hecho, el mensaje de la cruz era “locura” es decir irracional para los griegos (Vea Hechos 17:18 y 1 Corintios 1:23) y como observa el profesor Martin Hengel: "RELIGIONES DE MISTERIO HELENÍSTICAS... NO PODRÍA GANAR PRÁCTICAMENTE NINGUNA INFLUENCIA [EN PALESTINA JUDÍA]". No solo eso, después del ministerio terrenal de Cristo, ciertas ideas de los griegos tuvieron que ser confrontadas por la iglesia porque estaban creando una nueva corriente sincrética filosófico-religiosa con el cristianismo llamada gnosticismo durante en los tres primeros siglos de nuestra era, convirtiéndose finalmente en un pensamiento declarado herético (Vea 1 Juan 4:2-3; 1 Timoteo 4:1-5 y Colosenses 2:6-9). 
                 Además, si el cristianismo hubiese sido una copia de la filosofía griega entonces los primeros cristianos no hubiesen sido tan duramente perseguidos por los antiguos paganos como cuando eran lanzados a los leones. Los dioses de los romanos sí eran una copia de los dioses griegos, pero con diferentes nombres. Mientras que la religión judeocristiana no (La Patrística y El Libro de los Mártires de John Foxe). Sin olvidar que otra de las diferencias es que las religiones griegas y romanas eran inclusivas pues aceptaban la adoración de cualquier dios (como se ve en Hechos 17) mientras que el cristianismo es una religión exclusiva donde solo a Cristo se le rinde culto y adoración como único Dios verdadero lo cual fue otro motivo que usaron los paganos para perseguirlos.
                   Por otro lado, es cierto que la iglesia primitiva nació en un mundo dominado por la cultura griega la cual influyó en el uso de las palabras, sistemas y métodos de discusión de los cristianos a través de la historia para explicar su fe. Además, los filósofos griegos enseñaron algunas verdades morales y teológicas las cuales los filósofos cristianos aceptaban y hasta el mismo Pablo admitió esto al decirle a los griegos en Atenas que hasta sus propios filósofos afirmaban creencias similares al cristianismo (Hechos 17). Pero eso no significa que el cristianismo los plagió puesto que eso sería incurrir a la falacia post hoc (también llamado correlación coincidente o causalidad falsa) pues el que la religión judía-cristiana tenga algún concepto parecido a religiones más antiguas NO significa que son la copia de mitos paganos. El que diferentes historias tengan ciertos detalles iguales simplemente no significa que una tomó prestado de la otra.
                  Además, según la Enciclopedia de Historia Mundial, la filosofía griega como género cultural independiente apareció alrededor del 600 a.C., y ese conocimiento ha persistido hasta nuestros días. Mientras que la formación del pueblo hebreo tuvo lugar durante el segundo milenio antes de Cristo, posiblemente alrededor de 1800 a. C. y los eventos del Éxodo alrededor de 1450 a.C. De hecho, la mayoría del Antiguo Testamento fue escrita durante la Edad de Hierro (1,200 A.C. – 500 A.C.) y todo el Nuevo Testamento en el primer siglo D.C. después de los períodos de la Edad de Bronce y la Edad de Hierro. Por tanto, nuestra cosmovisión, moral y creencias principales precede cientos de años antes del surgimiento de la filosofía griega. Por tanto, si alguien quiere argumentar que una narración fue tomada de la otra, tendría que haber sido de la manera contraria: la filosofía griega parece haber sido tomada del relato de Éxodo sobre Moisés. Como dice el apologista y filósofo cristiano, John Lennox, “Mucho antes de Aristóteles, el libro de Génesis fue escrito y empieza diciendo estas palabras: En el principio Dios creó los cielos y la tierra.” El otro problema con esta afirmación gratuita es que también incurren a la falacia de falsa analogía, o sea, apelan a semejanzas muy vagas dejando de lado las grandes y claras diferencias que existe entre la religión judeocristiana y la mitología o filosofía griega. Acá unos ejemplos:  

      ¿Mismo Dios?

                   La primera y más significativa diferencia entre la religión judeocristiana y la filosofía griegaes que en el cristianismo se cree en un solo Dios inmaterial, transcendental, atemporal y que esta fuera del tiempo y el espacio (monoteísmo). Mientras que algunos filósofos griegos creían en el politeísmo (muchos dioses) que eran parte del universo pues eran físicos y no espirituales como el Dios de la Biblia. Mientras que algunos filósofos profesaban creer en algún tipo de dios impersonal similar al de los deístas lo cual sigue siendo diferente al Dios de la religión judeocristiana. De hecho, hasta la Biblia cuenta que, en Atenas, varios filósofos griegos como los epicúreos y estoicos se opusieron contra Pablo porque no querían aceptar la idea de que un Dios sea el Creador de todas cosas sino que preferían creer que todo vino de una materia eterna y por el azar sin una intervención divina. Pablo refutó este pensamiento naturalista diciendo que el verdadero Dios no está limitado por la materia como los falsos dioses que creían los griegos politeístas pues el Dios de la Biblia es un Espíritu (Hechos 17:24,25 y Juan 4:24). En otras palabras, Pablo les muestra a los filósofos atenienses que el Dios inmaterial y monoteísta de los cristianos no es el mismo que los dioses físicos de los griegos.  
             Otra diferencia es que el Dios de la Biblia es descrito como un ser perfecto en moral, eterno, inmaterial, compasivo, omnipotente, omnisciente, omnipresente y de bien supremo. En cambio, los dioses de los griegos eran imperfectos, inmorales, finitos, materiales, con poder limitado y no siempre estaban de acuerdo el uno con el otro. Mientras que las tres personas de la Trinidad cristiana están perfectamente unidas en amor, pensamiento, deseo, conocimiento y poder y propósito (1 Juan 5:7). De hecho, esta es la razón por la que la religión griega permitía a sus adoradores a desobedecer o cuestionar la naturaleza y autoridad de sus dioses como hizo Sócrates, Aristóteles, los epicúreos y otros filósofos porque sabían que no eran perfectos y debatían sobre cuales morales seguir puesto que creían que eran subjetivas a diferencia de los 10 mandamientos de Dios las cuales son sostenidas por los cristianos como objetivas y absolutas porque están basadas en la naturaleza de Dios.
               Después de todo, nadie ha visto un super hombre llamado Zeus (quien es definido como un dios poderoso, físico e inmortal) ni su gran palacio de cristal, ni los demás falsos dioses de la mitología griega en ningún lado del Monte Olimpo. En cambio, hay mucha evidencia histórica de que el Cristo resucitado sí existió. Esta es la razón por la que el paganismo antiguo fue derrotado por la iglesia primitiva la cual no podían detener ni con argumentos válidos ni con derramamiento de sangre (Lea La Patrística yEl Libro de los Mártires de John Foxe). Además, el argumento cosmológico del Kalam y la navaja de Ockham también demuestra que solo puede haber un solo Dios (no muchos) lo cual descartaría el panteísmo, el hinduismo y todas las demás religiones paganas (incluyendo el ateísmo).

       El Hijo de Dios

                   Algunos que creen que el cristianismo es una copia de la mitología griega dicen que aun así hay similitudes entre los dioses griegos y el Dios de la Biblia porque los griegos creían que los dioses tenían hijos y en el cristianismo Dios tiene un hijo, Jesús. Sin embargo, esta similitud es muy vaga e ignoran que, a diferencia de los hijos de los dioses griegos, Jesús es el Hijo Eterno por lo que preexistía antes de su encarnación humana. Tampoco fue un semidios como Hércules sino 100% Dios y 100% hombre. Jesús fue Dios-Hombre, no mitad dios y mitad hombre. Los semidioses griegos tampoco eran eternos, todopoderosos, omnipresente y omnisciente. Jesús y el Padre sí lo son.  
             Jesús tampoco fue nacido naturalmente sino sobrenaturalmente. Muchos anticristianos o ateos militantesno se cansan de relacionar el suceso del bautismo de Jesucristo con el anuncio de su nacimiento virginal a María para asumir la mala interpretación de que el Espíritu Santo es una paloma que fecundó una mujer, así como en la mitología griega el dios Zeus tuvo sexo con Leda en forma de ave. Pero ¿es esto cierto? NO. El mismo hecho de que las personas que asumen esta falacia no citan ni un sólo versículo de la Biblia para verificar su falsa analogía es prueba de que no saben de teología cristiana o que simplemente están mintiendo. Además, Dios no es, ni era una paloma sino un ser espiritual (inmaterial) y la Biblia dice “y vio al Espíritu de Dios que descendía COMO paloma” (Mateo 3:13-17). Aquí la palabra clave es “como” lo cual es un símil y esto fue en el bautismo de Jesús, no durante el anuncio de su nacimiento virginal a María (Mateo 1:18-25). La realidad es que el nacimiento virginal de Jesucristo fue un milagro precisamente porque no hubo ningún acto sexual cosa que la misma Biblia explica (Vea Isaías 7:14; Lucas 1:31-35 y Mateo 1:18-25).

      ¿Pero no es cierto que la palabra “Dios” proviene del latín “Deus”, que a su vez viene del griego “Zeus”?

                    Se ha estado divulgando por muchas redes, principalmente ateas y unos pocos creyentes que el nombre “Jesús” y “Dios” se derivan del dios griego “Zeus”. La discusión principal en apoyo de esta aseveración es que los griegos clásicos pronunciaban Dios y Zeus de la misma manera. Además de esto, dicen que también está el hecho de que según las esculturas antiguas y modernas ambos tienen una barba. Así que, ¿qué podemos decir con respecto a este tonto mito?  
      1. No todo el que tiene una barba trata de tomar el lugar de Jesucristo y solo porque cierta palabra o parte de una palabra suena parecido a otra no es prueba de comunalidad (falacia non sequitur). 
      2. Los evangelios y todas las epístolas de los apóstoles fueron escritos en griego y la transcripción de iwvhy (independientemente de la ortografía del nombre del Mesías que pudo haber sido usado entonces), hecha por los apóstoles y hombres apostólicos cuando ellos escribieron el Nuevo Testamento, es IhsouV, es decir, Jesús. No Zeus y la palabra griega theos (Dios) en la Biblia tampoco era en referencia a Zeus.  
      3. En el lenguaje griego, Jesús (IhsouV), Dios (theos) y Zeus (ZeuV) no suenan, ni se escriben del mismo modo en absoluto. ¡La única similitud de sonido entre Jesús y Zeus en griego es el sonido final de la “s” lo cual resulta ser el final más común en el idioma griego y su propósito no era recordarles a las personas de Zeus sino simplemente facilitar la variación de la declinación (variación de la forma del sustantivo, adjetivo, pronombre, o verbo)!
      4. Los nombres se traducen de un lenguaje a otro (ejemplo: Elizabeth, Isabela, Zsoka o Eliska) pero no cambian su significado, ni el carácter, ni la identidad de la persona. Lo mismo con Jesús. El nombre hebreo-aramico Yeshua se traduce en griego como Iésous (Jesús). El nombre Jesús es una forma griega de Joshua lo cual era un nombre muy común entre los judíos y en Mateo 1:21 indica que el significado de la palabra es “El Señor salva” o “El Señor es salvación”. Por tanto, no importa cómo se pronuncie “Jesús”, “Joshua” o “Yeshua” el significado se queda igual y no tiene nada que ver con Zeus. Lo mismo se puede decir del Dios de la Biblia.
      5. En los manuscritos donde aparece el nombre Jesús al igual que en los léxicos griegos antiguos no dicen nada de que el nombre Jesús proviene o que esté relacionado con la palabra Zeus. Tampoco lo dice la Enciclopedia Británica, ni en las inscripciones, ni en los museos epigráficos de Atenas, Grecia, ni en los muchos lugares asociados con Zeus. De hecho, cualquiera en conocimientos del griego sabe que no hay ninguna conexión entre Jesús y Zeus en el griego.

      La Vida Eterna   

                 ¿En qué parte de la mitología griega muestra que la adoración a su dios te llevaría al Cielo? En algunas religiones paganas como la griega o ya estabas predestinado a ir al inframundo o tenías que hacer ciertas obras para ganar el Cielo sin la necesidad de adorar un dios. Mientras que, en otras, los dioses te recompensaban con prosperidad terrenal si los adorabas, pero no con la vida eterna (según sus creencias). Otros filósofos griegos creían que la salvación, se ganaba a través de obras y por la adquisición del conocimiento divino el cual lo libera a uno de las ilusiones de las tinieblas. En cambio, Jesús no dijo nada acerca de la salvación a través del conocimiento, sino solo por el arrepentimiento de nuestros pecados y la fe en Él como Salvador del pecado. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). El cristianismo es la única religión donde se presenta un Dios que baja del cielo para salvar al hombre de sus pecados. En las demás, el hombre tiene que subir y salvarse asimismo a través de conocimiento y buenas obras. En otras palabras, las falsas religiones te dicen haz esto y aquello mientras que Jesús te dice hecho esta, solo tienes que arrepentirte de tus pecados y aceptarme como tu Señor y Salvador personal. Como dijo el biofísico, teólogo y profesor de Teología histórica en la Universidad de Oxford, Alister McGrath, “Puede que Sócrates nos enseñara cómo morir con dignidad; pero Cristo nos permite morir con esperanza.”   

      El uso de imágenes como adoración y para representación de los Dioses

                En la antigua Grecia era muy común usar estatuas de dioses como adoración y representación divina. En cambio, el segundo mandamiento de Dios dice “No harás imagen para ti, ni le honraras ni te inclinaras a ella” (Éxodo 20). En otras palabras, el Dios cristiano solo quiere que le adoremos en espíritu y en verdad y sin la ayuda de ningún objeto visual porque sin fe es imposible agradarle. El “No te harás imagen…no te inclinaras a ellas, ni las honrarás”. Estos dos versículos deben ser considerados juntos. No son una prohibición de modelar estatuas, sino de hacerlas para el culto. Alguno dirá “¿pero acaso la Iglesia Católica no afirma que sus imágenes solo son una representación de Jesús, María, los santos y los ángeles? ¡En otras palabras, los cristianos hacen uso pleno de las mismas e igual forma que en la antigua Grecia y Roma con sus dioses!” Eso es cierto, pero es falaz generalizar pues no todo cristiano está de acuerdo con esa práctica idolatra de los católicos romanos. El punto es que Dios NO quiere que imitemos las prácticas y creencias del mundo pagano lo cual incluye la de los griegos. Moisés mismo, al dirigirse a los hebreos, el pueblo escogido de Dios les dijo: “Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra,” (Deuteronomio 4:15-16 y 12:29-32).
                Es cierto que hubo un tiempo en que la cultura grecolatina (excepto algunos filósofos naturalistas) siempre creyeron que en la creación original el hombre fue hecho en cierto “estado de perfección” pero que fue decayendo de lo perfecto a lo imperfecto, de lo superior a lo inferior y de lo más grande a lo más pequeño. A esto también lo llamaban etapas y edades como la edad de oro, la de plata, la de bronce y por último la de hierro. Hasta el famoso Platón, en su diálogo inconcluso acerca de La Atlántida, habló de una creación inicial en perfección y el Gran Diluvio que sobrevino por la desobediencia primera. Por tanto, al igual que la cosmovisión griega y la cosmovisión judeocristiana era que el hombre no solo no venía de un origen simiesco, sino que a medida que se iba yendo hacia atrás en la historia era superior a los hombres modernos y “más hombre” (no medio hombre) por su cercanía con la divinidad creadora. Sin embargo, los griegos fueron abandonando esta idea a través del tiempo.
                    Pero aun con estas similitudes (como el caso del diluvio universal) eso tampoco demostraría que la religión judeocristiana es una copia de otras religiones antiguas o relatos mitológicos. Al contrario, solo demostraría que tales eventos sobrenaturales de Génesis realmente ocurrieron y que fueron contado por generación en generación. Solo que la verdadera historia se encuentra en la Biblia al ser la Palabra escrita de Dios quien no miente ni se contradice. Después de todo, la verdad no es griega, ni hebrea, ni romana, ni latina sino que “toda verdad, sea quien fuese el que la predique, viene de Dios” (San Ambrosio de Miláno). Además, tales similitudes siguen siendo vagas y superficiales. Mientras que las diferencias son monumentales. Como dice el experto en religiones antiguas, el Dr. Truggue Mettinger, “Las personas que piensan que hubo mitos paganos paralelos son como los dinosaurios de hoy. Cuando miras estos supuestos paralelos resultan ser espurios y artificiales.” Hay tantas diferencias entre el cristianismo y la filosofía griega que eso explica por qué tantos de los primeros apologistas, padres de la iglesia y antiguos teólogos cristianos levantaron papel y tinta para argumentar contra tales mitologías paganas.
                Por ejemplo, el prolífico y padre antiguo de la teología latina, Tertuliano (160-220), teniendo una amplia cultura filosófica, también afirmó esta incompatibilidad entre el cristianismo y la filosofía griega al decir, “Todas las herejías en último término tienen su origen en la filosofía. De ella proceden los errores y no sé qué formas infinitas y la tríada humana de Valentín; es que había sido platónico. De ella viene el dios de Marción, cuya superioridad está en que está inactivo; es que procedía del estoicismo. Hay quien dice que el alma es mortal y ésta es doctrina de Epicuro. [...] Es el miserable Aristóteles el que les ha instruido en la dialéctica, que es el arte de construir y destruir, de convicciones mudables, de conjeturas firmes, de argumentos duros, artífice de disputas, enojosa hasta a sí misma, siempre dispuesta a reexaminarlo todo, porque jamás admite que algo esté suficientemente examinado. [...] Quédese para Atenas esta sabiduría humana manipuladora y adulteradora de la verdad, por donde anda la múltiple diversidad de sectas contradictorias entre sí con sus diversas herejías. Pero, ¿qué tiene que ver Atenas con Jerusalén? ¿Qué relación hay entre la Academia y la Iglesia? ¿Qué tienen que ver los herejes y los cristianos? Nuestra escuela es la del pórtico de Salomón, que enseñó que había que buscar al Señor con simplicidad de corazón. Allá ellos los que han salido con un cristianismo estoico, platónico o dialéctico. No tenemos necesidad de curiosear, una vez que vino Jesucristo, ni hemos de investigar después del Evangelio. Creemos, y no deseamos nada más allá de la fe: porque lo primero que creemos es que no hay nada que debamos creer más allá del objeto de la fe.” (De Praescriptione, 7, 1). También agrega, “Hubo un tiempo en que nosotros nos reíamos, como vosotros, de estas verdades. Nosotros salimos de vuestras filas. No se nace cristiano, se llega a ser cristiano.” (Tertuliano, Apologética, 18,14 y en sus Instituciones divinas, III, 3)
               Por algo Pablo nos advierte, “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Colosenses 2:8). Hasta uno de los más grandes eruditos del Renacimiento nórdico, Erasmo de Róterdam, y como haciéndose eco de Tertuliano, se preguntaba: “¿Qué relación existe entre Cristo y Aristóteles? ¿Qué relación entre las sutilezas sofisticas y los misterios de la eterna sabiduría?” (Carta a Martín Dorpio, 19) y en su Enchiridion militis christiani (Manual del militante cristiano). Tertuliano también dijo, “¿Qué es la filosofía? Se la define como amor y búsqueda de la sabiduría; luego si se la busca aún, señal es de que no se posee todavía” (Instituciones divinas, III, 3). En otras palabras, la verdadera sabiduría se encuentra en la Palabra de Dios pues, aunque el tema central de la Biblia es Jesucristo y la salvación del hombre no solo habla de teología e historia o poesía sino también de ciencia y filosofía (2 Timoteo 3:15-17 y 2 Pedro 1:3-4). Como afirmaba el gran científico, teólogo y filósofo, Sir Issac Newton,"Platón es mi amigo, Aristóteles es mi amigo, pero mi mejor amiga es la Verdad" (Extracto de su libro de notas Quaestiones Quaedam Philosophicae, "Algunas Cuestiones Filosóficas", realizado durante sus primeros años en Cambridge, 1664). Pero ¿a qué verdad se refería Newton? Dejemos que el mismo Newton responda, “Consideramos las Escrituras de Dios, como la filosofía más sublime. Encuentro más marcas de autenticidad en la Biblia, que en cualquier otro libro profano.” Y si se trata de la búsqueda de la Verdad entonces como cristianos ya la poseemos a través de Jesucristo (Juan 14:6).
                  Resumiendo, la filosofía griega no es literalmente la fuente, ni el origen ni una influencia significativa en las doctrinas espirituales del cristianismo. Simplemente nos hacemos eco de las palabras del filósofo, escritor y compositor, Jean-Jacques Rousseau, quien dijo en su obra Emilio. “La muerte de Sócrates filosofando tranquilamente con sus amigos es la más dulce que se pueda desear; la de Jesús expirando en los tormentos, injuriado, burlado, maldecido por todo un pueblo es la más horrible que se pueda temer; … Sí, si la vida y la muerte de Sócrates son de un sabio, la vida y la muerte de Jesús son de un Dios. ¿Diremos que la historia del Evangelio ha sido inventada a capricho? Amigo mío, no es así como se inventa, y los hechos de Sócrates, de los que nadie duda, están menos atestiguados que los de Jesucristo.” (Rousseau, 1998: 461).

      ¿Es el cristianismo un plagio del zoroastrismo?

                 El zoroastrismo, por el nombre de su fundador, o mazdeísmo, por el nombre de su deidad, es la denominación de la religión monoteísta y filosofía basada en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro (Zarathustra), que reconocen como divinidad a Ahura Mazda, considerado por Zoroastro como el único creador increado de todo. El zoroastrismo actual es practicado mayormente en India y Kurdistán, pero está mezclada con muchas religiones, principalmente hinduistas e islámicas. Sin embargo, muchos ateos militantes piensan que el cristianismo es una copia del zoroastrismo. ¿Pero es esto cierto? NO. El primer error que cometen muchos ateos militantes para asumir esto es que no citan historiadores, ni las fechas en que fueron escritas ambos textos sagrados. Pero acá la realidad, la mayoría de los eruditos dicen que los escritos del Zoroastrismo son del 1,700 antes de Cristo mientras que los relatos de Génesis y los demás escritos de Moisés tomaron lugar 4,000 años antes de Cristo (Richard Cavendish, The Great Religions, p.125 y World Religions and Cults, Bodie Hodge y Roger Patterson, pp. 351-364). Por tanto, los escritos del Antiguo Testamento no pueden ser un plagio de las tradiciones orales del zoroastrismo. A menos que sea al revés ya que es el zoroastrismo la que tiene algunos aspectos similares a la Biblia. Además de que es posible que haya sido influenciada por los eventos del Génesis ya que dichos acontecimientos fueron pasados de generación en generación.
                 De hecho, aun si fuera cierto que los escritos del zoroastrismo aparecieron primero que la Biblia eso no probaría que la Biblia es una copia de ella pues asumir tal cosa sería apelar a la falacia de post hoc ergo propter hoc (también llamado correlación coincidente o causalidad falsa) la cual establece que no afirmaras que, si algo ocurrió antes, entonces es la causa. En otras palabras, el que el cristianismo y otras religiones antiguas tengan historias o conceptos similares (como la creación, el monoteísmo y el diluvio universal) no significa que el cristianismo haya copiado las creencias de dichas religiones o que dichos relatos sean mitológicos. Al contrario, el hecho de que haya tantas historias parecidas alrededor del mundo sobre la creación o un mundo inundado demuestra que realmente ocurrió y que fue contado por generación en generación. Asumir que porque hay muchos testigos por ende nunca sucedió es irracional y falaz. En segundo lugar, el zoroastrismo es considerado como una de las religiones monoteístas (creencia en un solo Dios) más antiguas del mundo, pero en realidad era politeísta y no monoteísta como algunos creen pues Angra Mainyu es el dios maligno de esa religión y Ahura Mazda el dios bueno. Ambos son considerados por esta religión como co-eternos y co-iguales. Los zoroastristas también creen en un dualismo cósmico, que la salvación es por obras y otras cosas que son contrarias a las Escrituras. Por tanto, es una falacia de falsa analogía comparar el cristianismo con el zoroastrismo. Pero ¿y qué hay del profeta Zoroastro? Algunos anticristianos sostienen que Zoroastro fue nacido de una virgen, bautizado, tentado en el desierto, que expulsó demonios, que usó una copa sagrada para la eucaristía y que hasta fue referido como “la palabra hecho carne”. Por tanto, esto prueba, según ellos, que los primeros cristianos se basaron en la leyenda de Zoroastro. ¿Pero es esto cierto? TAMPOCO.
                        Aunque Zoroastro vivió antes de Cristo (alrededor de 1,000 A.C.) la mayoría de su información viene de los escritos encontrado en el Avesta la cual no fue escrita hasta el siglo 4 D.C. Tampoco tenemos ningún manuscrito de Avesta que venga antes del siglo 13. Esto fue mucho después de que Jesús haya existido y cuando ya los escritos del Nuevo Testamento habían sido completados. Además, los manuscritos de la Biblia son mucho más antiguos que los de la Avesta. De hecho, muchos expertos en el zoroastrismo dicen que las tradiciones orales de Zoroastro han sido cambiados y alterados a través del tiempo y que lo más probable es que el plagio ocurrió al revés (Lea Jenny Rose, The Image of Zoroastro, p. 17 y Michael Burger, The Shaping of Western Civilization: From Antiquity to the Present, p.20). Por otro lado, muchos de estos supuestos paralelos no son ciertos. Los escritos antiguos de Zoroastro nunca dicen que fue nacido de una virgen, ni que fue bautizado, ni que expulsó demonios, ni que usó copas sagradas para una eucaristía, ni que fue referido como “la palabra hecha carne.” La leyenda sí menciona que Zoroastro fue tentado, pero por un demonio menor (Buiti), no por el demonio mayor llamado Ahriman y esto no ocurrió en un desierto, ni después de 40 días (Lea A.V.W. Jackson, Zoroaster, The Prophet of Ancient Iran, p.911). Por tanto, este argumento es solo una falacia de falsa analogía ya que apelan a semejanzas muy vagas dejando a un lado muchas claras diferencias. En fin, el cristianismo es único y Jesús hace la diferencia entre todas las religiones.

      “Pero ¿acaso no admiten algunos cristianos como el apologista y filosofo cristiano, William Lane Craig, John Walton y Heisser que Génesis 1-11 contiene elementos mitológicos o mito-historia?”

                No todo teologo, apologista y filosofo cristiano está de acuerdo con dicha afirmación tales como el biológo, Antonio Cruz, el filósofo de la ciencia, John Lennox, Frank Turek de CrossExamined y los proponentes del Diseño Inteligente como Stephen Meyer y Michael Behe. Lo mismo se puede decir de otros reconocidos apologistas, científicos y filósofos cristianos como Wolfgang Smith, Francis Schaeffer, Carlos Spurgeon, Norman Geisler y muchos otros. Además, el mismo Craig admite en su libro, “En Búsqueda del Adan Histórico” que su reinterpretación revisionista de Génesis 1-11 es contraria a la interpretación tradicional y clásica de la religión judeocristiana (William Lane Craig, El Adán Histórico, p.xii) y que sus argumentos para negar la historicidad de Génesis 1-11 se basa mayormente en meras opiniones y argumentos subjetivos (p.43).    
                La realidad es que lo que William Lane Craig llama “mito-historia de Génesis 1-11” es una reinterpretación que no convence a la mayoría de los cristianos (excepto a teólogos liberales o modernistas de la Alta Crítica) y eruditos bíblicos como John Oswalt, han cuestionado dicha terminología de Craig diciendo que, “Hablar de “mito-historia” es apelar a un oxímoron pues los mitos son a-históricos (no históricos) por naturaleza.” Acá las razones por las que rechazamos estas nuevas reinterpretaciones o redefiniciones de Craig sobre los acontecimientos en el Huerto del Edén. En primer lugar, los antiguos escritores de la Patrística (Historia eclesiástica de los Primeros Apologistas y Padres de la Iglesia), los teólogos medievales, y los fundadores de la Reforma Protestante siempre interpretaron Génesis 1-11 de forma literal. Tampoco concuerda con los escritos extensivos sobre la creación realizada por la antigua tradición judía, antes y durante la era Romana, en donde podemos ver que siempre entendieron la creación de Génesis 1-11 literalmente. Lo mismo informa el reconocido historiador judío-romano del siglo 1, Flavio Josefo (Jerusalén, c. 37-Roma, c. 100) al principio de los 15 libros de sus Antigüedades judías. Por tanto, ¿acaso la religión judeocristiana estuvo equivocada por más de 2,000 años y ahora fue que encontramos la interpretación correcta de tales pasajes?   
                 Segundo, en Génesis 2:8-14 encontramos varios detalles geográficos (una región con sus respectivos límites) donde hay circunstancias sociohistóricas y factores culturales en la vida de la primera pareja humana. Todo esto nos permite llegar a la conclusión de que en el pasado el Edén fue un lugar real y que por ende no se trata de un mito, una fábula o alegoría (1 Timoteo 4:7; 2 Timoteo 4:4 y 2 Pedro 1:16). Hasta el mismo Craig admite que tanto Jesús y sus apóstoles como Pablo tomaron Génesis 1-11 literalmente y como historia real (La Cosmovisión Cristiana, cuarta parte, Dios y la religión, editado por Jairo Izquierdo y Raúl Jaramillo de Fe Razonable, pp.26-27). Como dijo el apóstol Pedro, “Nosotros no seguimos mitos inventados” (2 Pedro 1:16).   
                Craig y Walton simplemente reinterpretan Génesis a la luz de los mitos paganos que rodeaban a Israel (conocido hoy como el Medio Oriente lo cual también incluye naciones como Asiria, Babilonia, Egipto y Persia) diciendo que los judíos fueron influenciados por la literatura pagana de Mesopotamia y que eso explica las supuestas “similitudes” que tienen en sus contenidos. Por tanto, según ellos, los primeros capítulos de Génesis no se tratan de historia real sino de mito-historia (John Walton, The NIV Application Commentary: Genesis, 27 y William Lane Craig en entrevista con Nicholas Kristof del New York Times). Sin embargo, el primer problema con esta forma de reinterpretación es que el Antiguo Testamento (incluyendo Génesis) vino y fue escrito en el idioma de los judíos quienes nunca interpretaron o entendieron tales textos hebreos de esa manera sino literamente (Romanos 3:1-2 y 9:1-4). Los judíos dividieron sus escritos en tres grupos: históricos, poéticos y proféticos. Génesis lo incluyeron entre los escritos históricos. O sea, aceptaron el relato de la creación y el Diluvio de Noé como histórico. No como un mito como sostienen algunos teólogos modernos y liberales.    
                Segundo, los mismos apóstoles negaron estar influenciados por mitos y fábulas (2 Pedro 1:16; Tito 1:14; 1 Timoteo 1:4,7 y 2 Timoteo 4:4) y afirmaron que Génesis era historia real (Mateo 19:4-6; Lucas 17:26-27; Romanos 5:12-19 y 1 Timoteo 2:13-14). Por tanto, los eventos que Dios nos cuenta en Génesis 1-11 no pueden ser mito-historia hebrea o fábulas como Las Fábulas de Esopo no solo porque eso no tendría sentido sino porque la Biblia afirma todo lo contrario diciendo, “no prestando atención a mitos judaicos y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.” (Tito 1:14), que "nosotros no seguimos mitos inventados" y "Mas las fábulas profanas y de viejas desecha" (1 Timoteo 4:7; 2 Timoteo 4:4 y 2 Pedro 1:16). En otras palabras, Génesis 1-11 no es mito-historia sino HISTORIA y ANTIMITO.    

                Tercero, sus planteamientos incurren a la conocida falacia post hoc (también llamado correlación coincidente o causalidad falsa) pues el que la religión judía-cristiana tenga algún concepto similar a religiones más antiguas NO significa que son el plagio de mitos paganos. El que diferentes historias tengan ciertos detalles parecidos simplemente no significa que una tomó prestado de la otra.             Además, en el caso del antiguo Israel esto hubiese sido imposible por varias razones:

      1.  Génesis no está especulando algo sobre el pasado, sino que se basa en testigos oculares pues Dios como Creador y Autor de este libro estuvo presente en el principio de Su creación y no quería que Su pueblo fuera influenciado por las falsas ideas de las naciones paganas. Al contrario, quería enseñarles la verdad sobre el pasado y Su plan para con ellos (Deuteronomio 4:19).    
      2.  Por lo general, los mitos paganos eran ridiculizados entre el mismo pueblo de Israel y un análisis de todo el Antiguo Testamento nos dirige a comprobar que el antiguo pueblo hebreo mantuvo un rompimiento radical con esta manera de pensar del mundo antiguo. Recordemos que a excepción de Israel todos los pueblos del mundo fueron animistas o politeístas y que el pueblo hebreo tenía leyes que estrictamente prohibían la invasión de mitos paganos a su cultura (Deuteronomio 12 y Hechos 17). Como dice el erudito del Antiguo Testamento, Douglas Petrovich, el mismo escenario de los israelitas entrando a la tierra de Canaán ayuda a explicar la razón por la que Dios le dio a Israel Génesis 1-11 (Torá) para que no fueran influenciados con las tradiciones de las naciones que estaban a su alrededor (Douglas Petrovich, Identifying Nimrod of Genesis 10 with Sargon of Akkad by Exegetical and Archeological Means, 274).  
                     El Dr. Maximiliano Garcia Cordero (1921-2012) fue un experto en las tradiciones del Antiguo Oriente y catedrático de la Universidad de Salamanca y también aceptó que era insostenible la hipótesis de que el relato bíblico (Génesis 1-11) está calcado en mitos paganos como la leyenda de la epopeya de Gilgamesh (Garcia Cordero, M., 1977, La Biblia y el legado del Antiguo Oriente, p.21). El conocido teólogo, gran especialista en Antiguo Testamento y pastor evangélico alemán, Gerhard von Rad (1901-1974), también escribió de Génesis diciendo: “Cuanto ahí se dice, pretende ser tenido por válido y exacto, tal como ahí está dicho. El lenguaje es extremadamente a-mítico; tampoco se dice nada que haya de ser entendido simbólicamente y cuyo sentido profundo tengamos que empezar por descifrar.” (von Rad, G. 1988, El Libro del Génesis, Sígueme, Salamanca, p.56). La realidad es que son pocos los académicos los que defienden esta tesis de la reinterpretación mítica y uno de los primeros en rechazarla fue Samuel Sandmel, quien habló del error de la “paralelomanía” que cometían algunos eruditos bíblicos al exagerar primero las supuestas similitudes de ciertos pasajes bíblicos con los mitos y proceder luego a descubrir la fuente y conexión literaria e ignorando las monumentales, abismales y obvias diferencias las cuales las hacen incomparables.   
                De hecho, el propósito del libro de Génesis era precisamente para contrarrestar estos mitos con la historia real por lo que no tiene sentido refutar un mito con otro mito. Sin olvidar que ya hemos demostrado que tales acusaciones también incurren a una falacia de falsa analogía, o sea, apelan a semejanzas muy vagas dejando de lado las grandes y claras diferencias. Génesis sobresale la divina y personal insistencia por mantener una continua relación con Su pueblo, con el hombre, especialmente con aquellos que son sus siervos por lo que de entrada notamos que esta imagen bíblica destruye toda idea panteísta y politeísta que enseñan los mitos paganos. Además, de que otra profunda diferencia es que los dioses en los mitos mesopotámicos son coexistentes con la naturaleza y sus dioses dependen de la creación, no así el Dios de la Biblia. Génesis 1 enseña que Dios crea la naturaleza lo cual pone de manifiesto la auto-distinción del Creador en relación con el universo la cual no pertenece a la esencia divina. El Dios de los hebreos no es parte del mundo material sino un Ser inmaterial (espiritual) que estaba antes de la existencia del universo pues es su Creador eterno (Isaías 43:10 y 44:24). Esto cancela toda idea de una materia primera o preexistente las cuales son expresiones muy comunes dentro de la literatura mítica pagana.    
               En otras palabras, no se ve que los autores sagrados estén tratando de preservar la antigua mitología. Por el contrario, estos pasajes refutan de manera concluyente las mismas creencias paganas que habían dado origen a la formación de los mitos. Por tanto, no me explico cómo los seguidores de Craig y Walton pueden pensar que Génesis es una mitología más pues leyendo estos relatos en su contexto original nunca se concluiría que Génesis 1-11 es como los mitos paganos. Es cierto que en algunas se menciona una serpiente, el hombre fallando a los dioses y la luz antes del sol, la luna y las estrellas, pero estos son solo similitudes vagas y superficiales. Mientras que las diferencias son monumentales. De hecho, aun si tuvieran grandes similitudes (como el caso del diluvio universal) eso tampoco demostraría que Génesis 1-11 son copias de otras religiones antiguas o relatos mitológicos. Al contrario, solo demostraría que tales eventos sobrenaturales de Génesis realmente ocurrieron y que fueron contado por generación en generación. Solo que la verdadera historia se encuentra en la Biblia al ser la Palabra escrita de Dios quien no miente ni se contradice. Sin embargo, este es otro problema de tales teólogos pues, aunque no niegan la divina inspiración de las Escrituras al compararlos con los mitos paganos del tiempo de los hebreos le quitan así a Génesis su Unicidad revelada.   
               Además, Génesis 1-11 tampoco suena como una etiología o una parábola figurativa. Los mitos paganos pueden considerarse como parábolas y la mayoría están escritas en forma poética. Sin embargo, en ninguna parte de Génesis dice ser una parábola y tampoco está escrita en forma mitológica, ni en lenguaje poético como los Salmos sino en el mismo estilo de Éxodo, Levítico y Deuteronomio donde Dios registra historia literal (cosas que realmente sucedieron) y así lo confirmaron Jesús y sus apóstoles al referirse a los primeros capítulos de Génesis de manera literal (E.J. Young, Studies in Genesis One, 82-83). Hasta el mismo Dr. James Barr quien no es creacionista pero es un erudito en Hebreo y Profesor Oriel de la Universidad de Oxford admite esto (James Barr, Carta a David C,C, Watson, abril 23, 1984). Otro erudito en el hebreo con doctorado en estudios conexos es el Dr. Stephen Boyd quien realizó comparaciones estadísticas, un tipo de verbos de frecuencias, entre texto hebreo histórico y poético, también llegó a la conclusión de que el género o estilo literario narrado en Génesis 1 es claramente histórico y no poético. De hecho, aun si fuera demostrado que Génesis 1 es un texto poético, esto no probaría que no puede ser revelación correcta de detalles de historia real. Por ejemplo, el Salmo 78 y 136 relata los eventos claves de la historia de Israel en forma poética. Por tanto, está universalmente aceptado, incluso por algunos liberales, que Génesis es un género histórico.    
                 Los seguidores de Craig pueden darle el significado que quieran a la palabra “mito” para no admitir su inconsistencia y pésima aplicación a la hermeneutica bíblica lo cual por cierto es apelar a una falacia de equívoco. Pero ya otros teólogos como Oscar Cullmann había aniquilado este concepto en su obra “Cristo y Tiempo” donde demuestra convincentemente que, a diferencia de otros pueblos, ni los hebreos ni los cristianos nunca tuvieron un concepto cíclico-mítico del tiempo, sino lineal y escatológico. El Dr. Theo Donner también difiere con el Dr. William Lane Craig diciendo que no es mito-historia sino anti-mito, y busca más bien resaltar el contraste entre la cosmovisión bíblica y la cosmovisión mitológica diciendo que, “La lista de contrastes entre el relato bíblico y los mitos paganos es significativa… Cuando, al final de Génesis 1, Dios declara a esta creación "buena en gran manera", no sólo contrasta con los mitos del Antiguo Medio Oriente, sino también con perspectivas del Lejano Oriente y del pensamiento griego clásico, que no pueden ver el mundo material como "bueno" porque conectan el mal con lo material o miran lo material como irreal.
                  La perspectiva bíblica es que el mundo creado por Dios es bueno. La lista se podría extender mucho más, pero estos ejemplos son suficientes para resaltar la diferencia entre la perspectiva bíblica y la cosmovisión de los mitos paganos. Los primeros capítulos de Génesis plantean un marco nuevo, una nueva óptica para mirar la realidad." (Donner, Theo. El texto que interpreta al lector (Medellín, Fusbc, 2009), Capítulo 1, pp. 31-34, Copiado : Cristian Cardenas, Referencia: Nicodemo Aguilar Sanchez). También recomiendo los libros, “Génesis en el tiempo y en el espacio” del gran filósofo cristiano, Francis Schaffer, “The Genesis Account: A theological, historical, and scientific commentary on Genesis 1-11” del apologista y científico cristiano, el Dr. Jonathan Sarfati, y mi favorita, “Adán y Eva: ¿Mito o Realidad Histórica?” del filósofo, pastor y antropólogo cultural, Mario Cely, quienes hacen un buen trabajo refutando esta idea que vino primeramente de teólogos liberales como Karl Barth, Emil Brunner, Rudolf Bultmann, D.F Strauss, F.C. Baur, J.S. Semler y otros de la Alta Crítica. Aunque ya muchos grandes teólogos tales como Charles Hodge, L. Berkhof, Pannenberg y George E. Ladd también ya los habían refutado hace mucho tiempo.    

      “Pero ¿qué pruebas externas hay de que podemos confiar en la Biblia y que hay de los demás libros religiosos que también claman ser la Palabra escrita de Dios?”

              En primer lugar, muchos llamados “libros sagrados” no son sagrados y tales libros lo admiten. En otras palabras, no claman ser la Palabra de Dios, sino que son como cualquier otro libro. Toma por ejemplo los escritos de los antiguos hindúes pues Brahman no es un dios personal. Por tanto, una revelación de Brahman no puede ser posible ya que la comunicación es un atributo personal por lo que tales escritos solo son palabras de hombres y no Palabra de Dios. Lo mismo se puede decir de los dioses impersonales de la Nueva Era, cienciología, Taoísmo, etc.   
             Obviamente cualquier otro libro sobre religión que no tiene dios (como el budismo tradicional, confusionismo, epicúreo, estoico o ateísta) tampoco puede ser considerado como la Palabra de Dios. Esto también elimina la Biblia satánica de Anton La Vey pues La Vey fue un ateo que defendió el materialismo en sus libros. El sistema multi-dios como el de los pueblos griegos, sintoísmo y germánicos o germanos y otros tienen que ver más con la adoración de los ancestros donde la gente era elevada a un nivel de estado divino. Hasta Odín y Thor se encuentran enlistados en antiguas genealogías y eran verdaderas personas que luego se le atribuyeron poderes sobrenaturales a ellos.  
              Las religiones paganas como la Wicca o brujería, el vudú y el animismo no tienen un dios o diosa supremo que les revele su voluntad. Esto explica porque las creencias paganas se diferencian entre ellas pues vinieron de una mente humana, no divina. Aunque los deístas también son creyentes no creen que Dios se revela al hombre, sino que se mantiene distante de su creación por lo que no creen en una Palabra de Dios. Mientras tanto otros libros religiosos como el Libro del Mormón, el Corán y sus profetas (José Smith y Muhammad) admiten que la Biblia es la Palabra de Dios (Sura 2:40-42; 126, 136, 285; 3:3, etc). Los judíos también aceptan que la mayor parte de la Biblia (El Antiguo Testamento) es la Palabra de Dios. Pero niegan el Nuevo Testamento. La lista continua pero muchos otros libros religiosos aceptan que la Biblia es verdadera. Por tanto, la Biblia tiene poca competencia. La pregunta es cuál libro es la verdadera Palabra de Dios y la Biblia ha demostrado serlo tanto con evidencias internas y externas.   
              La Biblia siempre se ha distinguido entre todos los demás libros por varias razones. Es el más leído, traducido y vendido en el mundo entero. En otras palabras, es el #1 best seller y eso a pesar de que es prohibida en varios países. Fue la primera en ser imprimida y la primera en ser leída desde el espacio por los primeros astronautas que pisaron la luna. Es el más amado y odiado en el mundo. Tanto así que se conoce como el libro inmortal de Dios y el Libro de los libros debido a que muchos de sus enemigos (principalmente ateos) han tratado de destruirla durante siglos y sin embargo aún permanece.   
              Pero lo más importante es que como dice Alex McFarland, “Comparada con otros escritos antiguos, la Biblia tiene más evidencia que la apoye, que diez obras de la literatura clásica juntas”. De hecho, la Biblia es el libro más exacto de todas las escrituras antiguas por lo que el gran científico, teólogo y filósofo, Sir Isaac Newton, tenía razón cuando dijo, “Consideramos que la Escritura de Dios son la más sublime filosofía. Encuentro más evidencias acerca de su autenticidad que cualquier historia profana”. Así que, si vamos a desechar la Biblia entonces tendríamos que descartar todos los libros de la literatura antigua ya que la Biblia tiene más validez histórica y arqueológica que todas ellas.   
             Además, si la Biblia solo fuera un cuento de hadas como dicen muchos fanáticos ateos militantes entonces, ¿por qué es ilegal o baneada en por lo menos 52 países? Nadie va a la cárcel por leer la Ilíada, la Odisea, Blanca Nieves o las Fábulas de Esopo, principalmente cuando la Biblia está considerada como el libro NO FICCIÓN más vendido de todos los tiempos por el Guinness World Records, la Comunidad Baratz y en la presente infografía. Pero no solo eso, a diferencia de los ignorantes ateos que la critican, la mayoría de los genios de la historia humana como Newton, Galileo, Soren Kierkegaard, Thomas Jefferson, Washington, Boyle, Kepler, Francis Bacon, Herschel, Abraham Lincoln y otros siempre la han considerado como “el más grande regalo de Dios a la humanidad’ y que “sin ella no se podría gobernar rectamente”.  
              Pero su veracidad y superioridad a otros libros ha sido comprobada no solo porque así lo dicen los expertos sino porque ha sido apoyada con evidencias de manuscritos, testigos oculares, consistencia literaria, profecías cumplidas, vidas transformadas, relatos históricos, conocimiento científico anticipado, respaldo de personas y lugares arqueológicos. Por tanto, la Biblia NO es un libro de fantasía y rechazarla simplemente no tiene ninguna base intelectual. Pero ¿y qué hay de los milagros que en ella están registradas? Si Dios existe entonces es lógico pensar que eventos sobrenaturales ocurren cosa que el ateo nunca ha podido demostrar como falso.  
               La Biblia también dice que Dios no miente (Tito 1:2 y Hebreos 6:18) lo que significa que a pesar de haber sido escrita por más de 40 personas de diferentes países, épocas y ocupaciones no se contradice, sino que se complementan lo cual también demuestra que es la Palabra perfecta de Dios. Sin embargo, los escépticos siempre han tratado de desacreditarla diciendo que sí se contradice, pero cada una de sus alegaciones han sido ya refutadas (Lea por ejemplo, Demolishing Supposed Bible Contradictions, Volume 1 and 2, Green Forrest, AR: Master Books, 2010 and 2012). Mientras que los demás libros religiosos como el Corán, el Libro de Mormón, el Talmud o los Vedas del hinduismo no solo contradicen la Biblia sino a ellas mismas por lo que no pueden ser la Palabra de Dios.

      Fuentes: 

      The Babylonian Legends of the Creation and the Fight Between Bel and the Dragon

      Creation Revealed in Six Days, Londres, pág. 58.

      https://refutandooateismo.wordpress.com/tag/moises-e-sargao
      https://gotquestions.org/Espanol/Biblia-mitos.html

      http://www.bible.ca/archeology/bible-archeology-exodus-date-1440bc.htm

      https://answersingenesis.org/reviews/movies/movie-review-patterns-of-evidence-exodus
      https://gracesalt.wordpress.com/tag/exodus

      http://www.apxaioc.com/article/hebrews-egypt-exodus-evidence-papyrus-brooklyn

      http://www.bibleandscience.com/archaeology/exodus.htm

      http://protestantedigital.com/cultura/40823/Inscripciones_egipcias_en_protohebreo_apoyan_el_relato_biblico_de_Exodo

      http://egiptologia.com/exodo-historicidad-o-leyenda/

      http://www.worldinvisible.com/apologet/bible.htm

      http://protestantedigital.com/magacin/41137/La_Biblia_esta_contaminada_por_mitos_leyendas_errores_y_contradicciones

      http://www.bible.ca/archeology/bible-archeology-exodus-date-1440bc.htm

      https://gracesalt.wordpress.com/tag/exodus
      https://answersingenesis.org/es/biblia/hammurabi-o-mois%C3%A9s-qui%C3%A9n-es-la-autoridad
          https://intelectocristiano.blogspot.com/2018/08/22-razones-de-porque-los-academicos.html