¿La evolución de peces a filósofos?
Muchos evolucionistas no se cansan de repetir que el relato de la creación de la Biblia es mitológico. ¿Pero no será al reves? Después de todo, la ciencia moderna ha demostrado que la vida solo puede venir de vida preexistente y que se reproduce según su género pues la genética tiene sus límites. En otras palabras, los humanos producen humanos, los caballos producen caballos y los monos producen monos. Esto es lo que científicamente observamos a través de la ley de la Biogénesis. Sin embargo, muchos evolucionistas ateos siguen creyendo en la macroevolución de peces a personas. Un famoso ateo hasta dijo que, "Los humanos todavía son peces" (PZ Myers, profesor de biología) lo cual suena como si creyeran en sirenas. El problema con este cuento para adultos de nuestros antepasados es que si fuera cierto entonces no estariamos creados a imagen de Dios lo que implica que tampoco tendriamos valor intrinsico, propósito y dignidad (nihilismo). La buena noticia es que aunque hayan personas que prefieran creer en la mitología pagana de que un pez parlante se convirtió en un hombre en vez de un hombre-Dios [Jesús] multiplicó panes y peces, la verdad de Dios seguirá siendo verdad.
De hecho, este cuento pseudocientífico nos hace recordar al dios Dagón, el dios-pez de los filisteos cuya estatua cayó postrado y en pedazos en tierra delante del arca de Jehová (1 Samuel 5). Esta deidad pagana estaba asociado a veces con una deidad femenina también medio pez, Derceto o Atargatis, a menudo identificadas como Astarté. Otro ser mitológico mitad pez mitad humano es Oannes o Uanna de las culturas sumeria, caldea y babilonia. Por tanto, la evolución no es nada nuevo, ni empezó con Darwin sino que los paganos de la antigüedad como los egipcios, griegos, babilónicos, sumerios, epicúrea, hindúes y otros también creían en una clase de macroevolución de animales a humanos (Libro Bhagavad Gita Hindu; Encyclopedia of Reptiles and Amphibians 1986, p.4; Early Greek Philosophy, 1987, p.72; 1st Tablet of the Enama Elish; Joyce Puglia. The Origin of Life: A History of Ancient Greek Theories; Lucretius. On The Nature of Things. Libro V y fragmentos de las obras del filósofo griego Anaximandro). Como decía el sabio Salomón, “No hay nada nuevo debajo del sol” (Eclesiastés 1:9). Este dios de los huecos era parte de su mitología para explicar el origen de la vida y el universo y lo sigue siendo hoy en día. Solo que ahora ha regresado disfrazada de “ciencia”. En cambio, los judíos y los primeros apologistas cristianos tales como Agustín de Hipona (La Ciudad de Dios 12,10), Clemente de Alejandría (Lecturas de Catequesis 3,5), Ireneo (Adv, haer. V, 28,3), Teófilo (Teófilo 3,28), Orígenes (Contra Celso 1,19) y otros llamados Padres de la Iglesia criticaron dicha idea pagana. En fin, si usted es ateo entonces tenga cuidado cuando se coma un pescado pues podría estar comiendo a su tatarabuelo, saludos.