¿El Alto Evolucionario o Friedrich Nietzsche?
Algunos creyentes que vean la película, “Guardianes de la Galaxia” Vol. 3 quizás se sientan incómodos porque en una escena del filme el sádico antagonista principal llamado El Alto Evolucionador dice que “No hay Dios”. De hecho, en unos de los Cómics de Los Guardianes de la Galaxia, el supervillano, Thanos, también dice lo mismo. Sin embargo, esto no debería ofender a nadie pues dicha cosmovisión es consistente con el narcicismo y nihilismo de los malos de la historia. El personaje ateo, El Alto Evolucionador o Alto Evolucionario, es un científico que a través de tortura y muerte trata de buscar evolucionar criaturas con el objetivo de “crear una sociedad perfecta” lo cual me hace recordar a otras figuras de la vida real quienes también tenían la misma meta.
Por ejemplo, el sobrevalorado filósofo ateo, Friedrich Nietzsche, tuvo ese mismo pensamiento pues estuvo muy interesado en que se creara o encontrara un superhombre. El Übermensch (superhombre) de Nietzsche no se refiere a un héroe con poderes sobrenaturales y que se preocupa en defender y proteger a los débiles. Al contrario, para Nietzsche el hombre inferior, el débil, malogrado y enfermo debía ser eliminado y suprimido, para purificar la raza y lograr una nueva humanidad: el Superhombre. Para Nietzsche esto debería ser el destino del hombre, pero que en su recorrido evolutivo poco ha sido todavía lo alcanzado: “Habéis evolucionado del gusano al hombre, pero todavía hay mucho de gusano en vosotros”. Por eso dice que “Hay que honrar la fatalidad” y que “los errores fisiológicos son causa de todo mal”. Por tanto, “¿Qué es lo más dañino que cualquier vicio? La acción compasiva hacia todos los fracasados y los débiles…Los débiles, y fracasados deben perecer, tal es el axioma capital de nuestro amor al hombre. Y hasta se le debe ayudar a morir.” (Nietzsche, F.W.: La voluntad de poder y El Anticristo).
Lamentablemente muchos científicos evolucionistas y dictadores supremacistas como Adolfo Hitler han tomado esta misma cosmovisión y la aplicaron al pie de la letra como ocurrió en el horrible Holocausto nazi. De hecho, Nietzsche hasta recomienda la eutanasia y el suicidio para los que están enfermos diciendo “¡Ojalá no hubieran nacido jamás! (Así habló Zaratustra, pp.114-115; Más allá del bien y del mal, p.108 y Crepúsculo de los ídolos, p. 109). También dijo que esta era la finalidad de sus escritos, es decir, conseguir un nuevo Superhombre, un tipo biológicamente superior y dominante o, una raza más fuerte y sana. Sin embargo, al igual que el personaje ficticio (El Alto Evolucionador), Nietzsche propone conseguirlo a través de una evolución no natural sino intervenida por el hombre lo cual va más allá del darwinismo social e interviniendo además con la eliminación de los individuos considerados débiles, enfermos o degenerados como ya mencionamos. (Así habló Zaratustra, pp.114-115; Más allá del bien y del mal, p.108 y Crepúsculo de los ídolos, p. 109 y El Anticristo).
Sin embargo, al igual que el contradictorio Alto Evolucionario quien odia la imperfección sin él ser perfecto (incluso hasta usa una máscara para ocultar su fealdad), la filosofía de Nietzsche también suena irónica cuando uno se entera que tuvo un cuadro clínico complejo degenerativo, constantemente enfermo y no muy übermenschi que digamos pues su condición siempre estuvo de mal en peor. Hasta terminó en un manicomio. Lo mismo se puede decir de Hitler quien no tenía atributo ario, salvo sus ojos azules, después de eso nada. Hasta se dice que los tests de ADN de sus familiares demuestran que tenía raíces judías y africanas.
Lo mismo con los demás jerarcas nazis, incluso con Heydrich que según el mismo Hitler era "El Ario perfecto". Sin embargo, Himmler tampoco era nada ario, es más tenía ojos marrones y pelo oscuro y así con muchos otros, se podría decir que los altos cargos del Reich procesaban eso que dicen "Haz lo digo y no lo que hago" o "Reglas para ti y no para mi". Pero estipulado a la raza, deseaban un mundo ario de la cual ellos mismos ni siquiera daban la talla lo que demuestra que históricamente hablando la realidad supera la ficción. En fin y a diferencia de Nietzsche, Hitler y el villano de la película, nadie es perfecto sino solo Cristo (Dios) quien ama y murió por los imperfectos para darnos salvación eterna (Romanos 5:7-8).