¡Feliz día de los Padres!

        La paternidad es un don divino y natural. Por eso en este día lo celebramos no para buscar aprobación humana sino primero para darle gloria a Dios por el gran diseño original y familiar que Él mismo creó en Génesis 1:27 y segundo porque así como consideramos importante el rol de la madre también reconocemos lo esencial que es el papel del padre en su sentido biológico, social, emocional y espiritual. En otras palabras, el buen padre no considera a sus hijos como una carga sino como un regalo del Señor y como una recompensa del fruto del vientre de su mujer (Salmo 127:3).

          Aunque ahora son muchos los que se oponen a la familia tradicional, considerando este día como “el día de los perros” o dicen que “el matrimonio es como el demonio” la realidad es el padre de la familia es tan importante que una de las razones por la que tantos hombres pierden la fe o se convierten en malos hombres es porque no tuvieron un buen y ejemplar padre en sus vidas. Por tanto, el problema no es el exceso de masculinidad, por lo contrario, es su ausencia (Proverbios 24:5 y 1 Timoteo 5:8). De hecho, varios estudios científicos y psicológicos demuestran que la ausencia de un padre amoroso y protector es la culpable de muchos males que afectan a los niños en nuestra sociedad tales como la delincuencia, las drogas, la obesidad, la pobreza, el ateísmo militante, el feminismo radical, la inmoralidad sexual, problemas en la escuela y la depresión. En el mundo de la terapia se le llama la herida del padre.”

           El Dr. Paul Vitz y la Dra. Roberta Waters (presidenta de la Asociación Estadounidense de Psicoanalista y agnóstica) por ejemplo descubrieron que los famosos cristianos como Pascal y Bonhoeffer tuvieron padres fuertes y amorosos. Mientras que los famosos ateos como Hume, Stalin, Marx, Hitler, Nietzsche, Sartre, Feuerbach, HG Wells, Madalyn Murray O’Hair, Darwin, Huxley y el mismo Freud tuvieron padres débiles, crueles y ausentes (“Faith of the Fatherless: The Psychology of Atheism” por Paul C. Vitz, 2nd ed., San Francisco: Ignatius Press, 2013 y “The Atheist Syndrome” de John P. Koster). Claro, no falta el ateo que diga, “Pero también existen muchos cristianos que se criaron sin una figura paternal. ¿No aplica el mismo problema para ellos?” La respuesta es no puesto que los cristianos logran superarlo y aprenden que “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.” (Salmo 27:10). He ahí la diferencia. 

         Por estas razones vivimos ahora en una cultura enferma y modernista que le tiene miedo al matrimonio, es incapaz de sustentarlo y es demasiada débil para producir y criar niños. La cultura moderna dice, "El hombre debería nutrir su lado femenino."Pero Dios dice, "Estén alerta, permanezcan firmes en la fe, pórtense varonilmente, sean fuertes." (1 Corintios 16:13). Como dice también el pastor Enior Jiménez, “Cuando los hombres de Dios aman a sus esposas, las esposas honran a sus maridos y los hijos están seguros en los brazos de ambos, esto es verdadero patriarcado” y “nada ennoblece más a un hombre que el acto de convertirse en un buen padre.” Por estas razones es que todo niño quiere, necesita y tiene derecho a tener no solo una madre sino un padre también. Tampoco olvidemos que es lamentable saber que muchos padres nunca logran tener esta experiencia con sus recién nacidos porque sus voces han sido silenciadas en nombre de los “derechos de la mujer" y porque sus hijos fueron abortados antes de que nacieran. Por eso necesitamos más hombres que levanten su voz contra la brutalidad del aborto la cual siempre mata una vida y hiere para siempre las otras dos (padre y madre). Pero también necesitamos más padres que amen y honren a sus esposas e hijos al valorizarlos y protegerlos a toda costa.   

¿Qué es un hombre MANGINA?