La Clonación Humana a la luz de la Biblia

“La clonación humana es utilitarista y antinatural” – Mónica López Barahona

      “La Isla” (con Ewan Mcgregor y Scarlett Johansson) es una de mis películas favoritas. ¿De qué trata? Clonación Humana. La primera vez que escuché sobre este tema fue en 1997 cuando una blanca y mullida oveja se convirtió en el símbolo de la amenaza para la sociedad humana a través de una extraña y nueva tecnología llamada “clonación”. ¿Por qué tanto alboroto? Porque científicos escoceses dieron un gran paso hacia adelante en la clonación de humanos cuando reprodujeron de manera asexuada a una oveja hembra llamada “Dolly” con la imagen genética exacta de su “madre” (no se necesito de un padre). Dolly es una copia, un clon de la oveja cuya célula de la ubre fue usada. Un clon (del griego klon) es un individuo, planta, animal o ser humano, producido por reproducción no sexual de otro organismo que tiene componentes hereditarios idénticos. Puede ser completa (organismo entero) o parcial (moléculas de ADN o tejidos), es por eso que ahora se habla de clonación terapéutica y reproductiva.

Sin embargo, la clonación no es algo nuevo para los científicos, si bien antes de Dolly el proceso no figuraba entre los principales temas de los estudios genéticos. Hace varias decadas ya se le asociaba principalmente con la horticultura y la agricultura. Tampoco es una invención humana. El Creador mismo planeó esta forma de reproducción. Hay plantas y muchos animales que se reproducen por clonación: algunas abejas, hormigas, crustáceos y lagartijas. En cuanto a las personas, la gente se asusta cuando oye hablar de clonación humana. Pero los gemelos idénticos son ejemplos de verdaderos clones humanos pues la razón por la cual son idénticos es porque tienen el mismo ADN. El hermano gemelo es una “copia” del otro (aunque sus huellas digitales son diferentes). El óvulo fertilizado se divide en dos, y cada una de estas dos células ‘hijas’ se desarrolla separadamente. Son personas diferentes con un juego de genes absolutamente idéntico. Debido a esto tienen los mismos dones y talentos innatos, así como la misma predisposición a enfermedades particulares. Tienen el mismo color de cabello y ojos, la misma talla de zapato y los mismos rasgos. Pero a pesar de esto siguen siendo dos personas diferentes: cada uno experimenta el mundo de una manera única, y cada uno es moldeado por sus propias experiencias y decisiones. Ambos tienen su propia personalidad y su propia alma.

Entonces, ¿le está permitido a la humanidad usar la técnica de la clonación? Depende, Dios le encomendó a los humanos el dominio sobre las plantas y el reino animal por lo que no veo por qué no se pueda usar en el campo animal y vegetal (Génesis 1:26). Especialmente donde hay un beneficio para la humanidad, como menos hambre o enfermedad. Esta práctica, además de mejorar la reproducción de animales de cría, abaratando el costo de ciertas carnes, podría eventualmente utilizarse para salvar especies en extinción. Por tanto, pienso que el mandamiento de Dios a los humanos de someter la Tierra (Génesis 1:28) también permite la clonación.  Pero a los humanos nunca se les dijo que tuvieran dominio sobre otros humanos, ni que los manipularan, como sería el caso de la clonación de humanos. Además, la bioética también enfoca la clonación humana de forma negativa o ilícita, por las implicaciones sociales y morales que presupone. ¿Como cuáles? Como la ya imaginada hipótesis inspirada en el deseo de la omnipotencia o el transhumanismo, es decir, la réplica de individuos dotados de ingenio y belleza excepcionales; la reproducción de la imagen de familiares difuntos; selección de individuos sanos e inmunes a enfermedades genéticas; posibilidad de selección del sexo; producción de embriones o fetos previamente escogidos y congelados para ser transferidos posteriormente a un útero como reserva de órganos, etc. Además de que está incluida en el proyecto del eugenismo por lo que el hombre tendría dominio sobre la existencia de los demás por lo que ha sido ampliamente y juridicamente condenado.

Los hombres simplemente no son ángeles. Somos una raza caída y la historia demuestra que siempre habrán algunos científicos y políticos corruptos, nihilistas y sin escrúpulos que querrán jugar a ser Dios. Por esta razón hay muchos grupos religiosos y organizaciones políticas que han tenido desde el principio una reacción sin precedentes y una exigencia firme de que los científicos cesen toda experimentación o investigación orientada hacia la clonación de humanos. Por ahora solo una minoría ha dicho que la clonación humana podría traer consigo mucho bien. No obstante, el tema de la clonación presenta consecuencias problemáticas para los que creemos desde una cosmovisión cristiana que toda vida humana es sagrada en todas sus fases de desarrollo. La dignidad de la persona clonada se vería afectada por ser “copia” de otro ser y psicológicamente hablando, su identidad se vería afectada por la presencia real o virtual de su otro yo. Además viola el principio de igualdad y de no discriminación.  Como ha escrito el filósofo alemán, Hans Jonas, es “en el método la forma más despótica y, a la vez, en el fin, la forma más esclavizante de manipulación genética; su objetivo no es una modificación arbitraria de la sustancia hereditaria, sino precisamente su arbitraria fijación en oposición a la estrategia dominante en la naturaleza”. 

Citando también al especialista en temas éticos Paul Ramsey, el teólogo Allen Verhey hizo una advertencia verbal a los futuros clonadores de humanos: “Puesto que la persona sexual es “el cuerpo de su alma así como el alma de su cuerpo”, la procreación (y las relaciones sexuales) no debería reducirse a una mera fisiología o al simple consentimiento hacia una tecnología…Si veneramos a los niños como engendrados, no confeccionados, como dones, no como productos, entonces no aceptaremos la clonación humana.” Al hablar con los editores del seminario evangélico conservador, World, R. Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur, manifestó sus firmes advertencias para el futuro: “Esta clonación está muy cerca del pecado de blasfemia, porque aquellos que manosean el código genético están actuando como creadores y no como criaturas. Manosear el código genético es poner en riesgo no solo la mutación genética intencional y sus desastrosas consecuencias para la raza humana, sino también arriesgar la llegada de una era muy pecaminosa, oscura y maligna en la que los seres humanos buscarán definirse, clonarse, mejorar y finalmente perfeccionarse.”

            Algunos preguntan, ¿Y si fuera posible la clonación humana, tales clones tendrían almas? La respuesta está en el segundo capítulo de Génesis la cual se concentra en el hombre y el entorno que Dios le preparó. La frase clave está en Génesis 2:7: “Entonces Jehová Dios creó al hombre del polvo de la tierra; y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Dios sopló aliento al hombre en un espíritu eterno, que los animales no poseen. Dios es Espíritu, y la vida que sopló en el aliento de Adán fue vida espiritual. Cada uno de nosotros está “estampado” a la imagen de Dios por medio de nuestra ascendencia cuando llegamos a la existencia física. Por tanto, los padres aportan lo genético pero no transmiten a sus hijos el alma. El alma humana es creada, infundida directamente por Dios (creación de la nada). Entonces, una persona clonal llevaría la imagen de Dios tal como cualquier otra persona. Dada a nuestra deficiencia de sabiduría, creo que deberíamos estar preparados  para otorgarle una calidad de persona total a cualquier persona clonada que nazca. No podremos distinguir personas clonadas de personas nacidas de la manera habitual. A partir de lo que sabemos acerca de la clonación de animales, un humano clonado tendrá todas las características humanas del habla, el pensamiento, los sentidos y el aspecto físico. El clon será tan diferente de un simio, por ejemplo como lo somos usted y yo.

            Tampoco hay razón para creer que las personas clonadas no serán pecadoras, como lo somos nosotros. No creo que haya ningún gen relacionado con el pecado, pero es un hecho que el pecado fluye de generación en generación. Aprender a pecar de la asociación con otros no es explicación suficiente. Los niños crecen haciendo lo que es natural: pecar. ¿Qué otra cosa es más natural que pecar? Los clones pecarán como todo el mundo (Eclesiastés 7:20; Romanos 3:22,23). Tendrán necesidad de redención. Esto debería ser razón suficiente como para incluirnos en el círculo de Dios de amor redentor y aceptar en nuestras congregaciones a quienes crean.

Otros, al oír el término clonación, se dispara de forma automática en nuestra mente la posibilidad de que biólogos y doctores en cualquier parte del mundo podrían tener la idea de generar copias genéticamente idénticas de Adolfo Hitler, Albert Einstein o hasta el mismo Jesús. La humanidad se vería amenazada por la reproducción infinita de dictadores, supermodelos, genios, súper atletas, artistas o estrellas de cine. De hecho, ya podemos ver en el futuro que las personas tendrán sus propios instrumentos personales de clonación con lemas de venta como estos: “Para los que nunca pueden conseguir una cita, ¡ustedes necesitan Clone-Una-Cita!” ¡Ya no estará solo! También para las parejas que sienten que los niños de hoy día se echan a perder, ¡pueden “Crear-un-niño”! ¡Forme una familia completamente a su imagen con implantes de memoria y moral personalizada! No más preocupaciones con su hijo con respecto a la droga o de las pandillas, porque su hijo será usted. ¿Qué tal cien Einsteins, dos docenas de Picassos, diez o doce Mozarts, una docena de Shakespeares y una cantidad indefinida de Carusos? Incluso Hitlers y Stalins podrían ser producidos en los laboratorios de bio-modeladores si solamente una célula de ellos que se pudiera usar fuera encontrada.

Pero dejando de lado las bromas, el hecho es que no podemos clonar a personas que han muerto hace mucho tiempo y están enterradas. Incluso si exhumáramos sus cuerpos y buscáramos células vivas, no encontraríamos ninguna. Por la forma en que enterramos a las personas, las células de los difuntos expiran muy rápido. Incluso si pudiera clonarse una astilla exacta del bloque brillante de Albert Eistein, no existen garantías de que su “mellizo” fuera tan inteligente como el original. Un clon de Adolfo Hitler tampoco resultaría necesariamente en un individuo igual de violento. La interacción de su muestra genética (idéntica) con las incontables diferencias en su ambiente y oportunidades en el hipotético clon de Hitler sería muy diferente a las de su “padre” o “hermano” gemelo. Como ser humano, tendría un alma única. Podría tomar sus propias decisiones en todas las áreas, incluso rechazar el evolucionismo que convirtió a Hitler en una máquina asesina. Podría ser incluso un creyente nacido de nuevo en el Señor Jesús. De manera que, aunque no justifica la clonación humana, los temores comunes acerca de ‘ejércitos’ de dictadores crueles idénticos carecen de base racional.

Otra de las “ventajas” de la clonación que desacreditamos, es la idea de que la clonación puede ser una forma de inmortalidad para los donantes. Todos hemos conocido a padres que buscan volver a vivir su juventud a través de sus hijos. Es por eso que se ha sugerido que los progenitores fanáticos podrían tratar de clonarse a sí mismos. Esto puede dar pie a serios problemas psicológicos en los hijos. A ningún joven se le debe cargar con el hecho de vivir la vida de un padre egoísta. Es más, no hay absolutamente ninguna evidencia de que se puede transferir la conciencia humana a un descendiente clonado. Bastaría con explicarles que un clon no es genéticamente un clon al 100% para que reconsiderasen su opinión. Los genes serán los mismos en esencia, pero los patrones de la memoria y el pensamiento del padre no pueden ser reimplantados. Es preciso subrayar, una vez mas, la diferencia que existe entre la concepción de la vida como don de amor y la visión del ser humano considerado como producto industrial. Aún más, los humanos deben tener madres y padres, y donde sea posible, ser el fruto de una relación sagrada de matrimonio, la familia ordenada por Dios. Mientras que en circunstancias desafortunadas en un mundo caído algunas veces los niños van a ser criados por un solo padre, un clon nunca podría tener dos padres. De esa manera la clonación artificial de un ser humano completo se opone a los principios bíblicos, porque deliberadamente da lugar a esa situación.

La familia es el diseño de Dios. Dios sabía que los niños necesitarían dos padres de identidad sexual complementaria y diferente. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificaos y multiplicaos” (Génesis 1:27-28). Está claro que Dios intentó que la sociedad fuera construida sobre la base de una familia de padre y madre. Dios podría haber creado a la humanidad como un solo sexo. El podría habernos creados como dos o más sexos, cada uno con un padre, para ser perpetuados con la clonación. Pero no creó a Adán y Eva para que Adán fuera el rey de un reino y Eva la reina del otro. Hizo que Adán y Eva fueran socios en la reproducción y en el cuidado de sus hijos, estableciendo un patrón para generaciones futuras. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Por eso nuestra postura es más bioconservativa pues la clonación humana tiene peligrosas implicaciones al devaluar la vida humana al reducirlo a un simple instrumento de investigación. Tal como se muestra en las películas de Gattaca, Moon y The Island, es el dominio de unos pocos sobre la totalidad de una humanidad programada. El embrión, aun en su estado inicial, es una realidad humana y codificarlo (manipularlo) no solo pone en peligro su vida sino que lesiona su dignidad e integridad personal. En su intento por mejorar la humanidad, la reducirán. En fin, el hecho de tener una mente y un cuerpo perfectos no equivale de manera necesaria a la felicidad. La idea de Dios de la perfección es diferente de la nuestra. Las personas modernas son amantes del cuerpo. No es necesario buscar más allá de un anuncio de televisión o de un aviso en un periódico para advertirlo. Sin embargo, Dios mira a la persona interior (1 Samuel 16:7). Creo que a la vista de Dios, un niño dulce y cordial con síndrome de Down es más hermoso que una estrella olímpica caprichosa y de mal carácter.

Fuentes:

https://www.redalyc.org/pdf/1804/180417640007.pdf

Clonación Humana del Dr. Lane P. Lester

https://claudioxplabibliadice.blogspot.com/2011/03/algo-aberrante-o-avance-humano.html
https://answersingenesis.org/sanctity-of-life/cloning/

¿Fue Eva un clon transgénero de Adán?

2 thoughts on “La Clonación Humana a la luz de la Biblia”
  1. Hola Sherlock, muy buen articulo hermano! Sabes, ahora que tocas el tema de la clonación humana, me recordó a la primera película de pokemon(la de Mewtwo contraataca) en la que la que había una escena eliminada donde en el principio, un científico que había creado a Mewtwo lo había creado para clonar a su fallecida hija. Mewtwo al enterarse que es una copia de Mew(al despertar) le da un ataque de existencialismo. de echo, la escena en japonés original, mewtwo le pregunto al científico si fue creado por Dios. el científico le dijo que solo Dios y los humanos pueden crear vida. la película deja mucho que pensar. tocaron el tema de la moral científica y las consecuencias de jugar a ser Dios, bendiciones.

  2. Deberías de hablar sobre la diferencia del alma y espíritu, es un tema que siempre me a confundido

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