Dios y las Matemáticas

“Dios siempre hace aritmética” – Platón, filósofo griego

             Tanto los filósofos y científicos (antiguos y modernos) están de acuerdo de que las matemáticas son el lenguaje de la naturaleza. Pero, ¿cómo se explica esto? Si para los ateos, el universo no tiene propósito ni diseño, ¿cómo es que científicos como Peter Higgs puede entender el universo mediante las matemáticas? ¿Si aparentemente la causa del universo no es inteligente, no existen patrones, todo es caótico, a qué se debe la aplicabilidad de las matemáticas? Si los objetos como los números y los teoremas matemáticos son entidades abstractas aisladas causalmente del universo físico, entonces la aplicabilidad de las matemáticas es, en palabras de la filósofa de matemáticas, Mary Leng, “una feliz coincidencia”. Por otro lado, si los objetos matemáticos son sólo ficciones útiles, ¿cómo es que la naturaleza está escrita en el lenguaje de estas ficciones? El naturalista no tiene ninguna explicación para la asombrosa aplicabilidad de las matemáticas al mundo físico. Por el contrario, el teísta cristiano tiene una simple explicación: Cuando Dios creó el universo físico lo diseñó en términos de la estructura matemática que tenía en mente o en palabras del gran matemático, filósofo y astrónomo, Galileo Galilei: “Las Matemáticas son el alfabeto con el que Dios ha escrito el universo”.

Podemos resumir este argumento de la siguiente manera: 

1. Si Dios no existiera, la aplicabilidad de las matemáticas sería sólo una feliz coincidencia. 
2. La aplicabilidad de las matemáticas no es sólo una feliz coincidencia. 
3. Por lo tanto, Dios existe. 

           Existen otros argumentos matemáticos a favor de la existencia de Dios como el teorema de Bayes, que usó el físico teórico inglés Stephen Unwin, el teorema del matemático Kurt Gödel,  la apuesta o “infinito o nada” de Pascal, el sistema binario de Leibniz, el número de oro (que se representa con la letra griega “phi” (φ) y se pronuncia “fi”), la proporción áurea y la sucesión de Fibonacci las cuales están presentes en la naturaleza y son considerados estándares de belleza, singularidad e inteligencia y el estudio que dirigió el Dr. Peter Stoner para estimar la probabilidad de las profecías bíblicas y que la Biblia es inspirada por Dios.

Objeciones:

“Las matemáticas no demuestran la existencia de Dios porque solo son un invento del hombre.”

           Antes de responder a este argumento hay que preguntarnos, y ¿qué es un número? Los números son inmutables (no cambian), es decir, 1 es 1, si fuera 2 dejaría de ser 1. Tampoco son materiales ya que cuando escribimos un número solo escribimos el símbolo que representan. En otras palabras, los números son ideas abstractas, inmutables, eternas, inmateriales y universales. Por tanto, los números no son un invento humano ya que son una realidad que siempre han existido y que solo podemos descubrir en la naturaleza. Sin embargo, ¿de dónde vienen las ideas? Las ideas solo pueden venir de una mente inteligente. Por tanto, los números tampoco pueden venir del hombre ya que ningún hombre es eterno y solo pueden venir de una mente eterna, en este caso, Dios. Como decía Kepler, "La geometría es un coeterno reflejo de la mente de Dios. Que le fue concedida a la humanidad, porque la humanidad fue hecha a la imagen de Dios." (John Kepler, astrónomo y matemático alemán, considerado el fundador de la astronomía física y la óptica moderna).

         Con esto no estamos diciendo que Dios creó a través de las matemáticas pues Dios creó de la nada a la materia y con el poder de Su Palabra sino que en Su creación hay matemáticas. En otras palabras, “Todo el universo (incluyendo los humanos) es realmente una estructura matemática” (Dr. Max Tegmark, cosmólogo y profesor de física). Toda la materia está formada por partículas que tienen propiedades tales como la carga y el giro, pero estas propiedades son puramente matemáticas. Hasta el espacio en sí tiene propiedades tales como dimensiones, pero en última instancia es todavía una estructura matemática. Así que, si el universo es matemáticamente descriptible y las matemáticas solo puede venir de una mente inteligente entonces debe tener un Diseñador inteligente detrás de ella. 

         Lo mismo pensaron otros grandes matemáticos y ganadores de Premio Nobel en ciencia como  Alexander Polyakov, Kurt Godel, Werner Arber, Pascal, Galileo, Descartes, Newton, Johannes Kepler, Paul Davies, Giovanni Pistone, Srinivasa Ramauujam, Hoyle, Michio Kaku, Carl Gauss y otros. Además, este hecho científico también es opuesto al materialismo y el darwinismo puesto que al igual que las leyes de la lógica y la moral, las leyes de las matematicas también son inmutables, abstractas, inmateriales, conceptuales y universales. Solo el Dios que tiene estas mismas caracteristicas puede ser la única y mejor explicación para la causa de este lenguaje de la naturaleza.

“No existe probabilidad matemática de que ningún Dios existe”

           ¿No será al revés? Cada matemático que estudia estadística sabe que la evolución ateísta es astronómicamente imposible. Pero demostrar este hecho a aquellos ateos militantes que no son matemáticos puede resultar bastante frustrante. Me hacen recordar a “Una Pareja de Idiotas” cuando Lloyd dice, “¡Entonces hay un chance!” Sin embargo, la idea de que las matemáticas no son compatibles con el azar evolutivo es un hecho admitido hasta por científicos evolucionistas:  

“La expresión “extremadamente improbable” es inadecuada para describir la remontísima posibilidad de que aparezca un universo que conduzca a la vida por casualidad.” – matemático británico, Roger Penrose.

“De hecho, la probabilidad de la formación de una proteína y un ácido nucleico (AND-ARN) es realmente incalculable. Por otra parte, la posibilidad de la aparición de una cierta cadena de proteína es tan ínfima que resulta astronómicamente improbable.” – Dr. Ali Demirsoy, profesor evolucionista

“La probabilidad estadística de que las estructuras organicas y las reacciones tan precisamente armonizadas que caracterizan a los organismos vivos se generan por accidente es cero. Así es, cero.” – Ilya Prigogine, físico, químico, sistémico y catedrático universitario de origen ruso, nacionalizado belga. En el año 1977 fue galardonado con el Premio Nobel de Química por sus investigaciones que lo llevaron a crear el concepto, en 1967, de estructuras disipativas.

   “Es difícil de creer que nuestro poder de razonamiento haya sido el resultado del proceso de selección natural de Darwin, a la perfección que parece poseer.” – Dr. Eugene Wigner, físico y matemático húngaro que recibió el Premio Nobel de Física

«La idea fundamental del designio o propósito mira fijamente al biólogo no importa en dóndeponga este los ojos… La probabilidad de que un acontecimiento como el origen de las moléculas de ADN haya tenido lugar por pura casualidad es sencillamente demasiado minúscula para considerarla con seriedad…» – Ernst Boris Chain, Premio Nobel de Medicina

      Simplemente es falaz afirmar gratuitamente que todos los Dioses en general no tienen probabilidad alguna de existir. Principalmente cuando los genios en las matemáticas de todas las edades como Alexander Polyakov, Werner Arber, Kurt Godel, Pascal, Galileo, Descartes, Newton, Johannes Kepler, Paul Davies, Giovanni Pistone, Srinivasa Ramauujam, Hoyle, Michio Kaku, Carl Gauss y otros pensaban que las probabilidades de que Dios sea verdadero son mucho mayor que la del ateísmo. Después de todo, la gran mayoría de los ateos no son buenos en la matemática lo cual me recuerda el caso de uno de los más fecundos matemáticos de todos los tiempos: Leonhard Euler. 

         Cuando Euler se encontraba en San Petesburgo, trabajando en la corte de Catalina la Grande, se enteró de la visita a la Corte Imperial Rusa del enciclopedista y filósofo francés Denis Diderot, quién era agnóstico y criticaba a Euler por su fe en Dios. Euler lo citó en la Academia de Ciencias, ante la Emperatriz y toda la Corte, afirmando que él tenía una demostración algebraica de la existencia de Dios pero como las matemáticas no era fuerte de Diderot quedó paralizado, mudo, avergonzado y se excusó, saliendo de inmediato de la Academia y de San Petesburgo.  Hasta el ateo y "científico" Lawrence Krauss hizo el ridículo en un debate público con el filósofo cristiano, William Lane Craig, al negar la lógica (2 + 2 = 4) y luciendo una camisa que decía que ¡"dos más dos es igual a cinco"!!

¿Pero no fue Paul Dirac un gran matemático y físico ateo?

      El supuesto ateísmo de Dirac es debatible. Al igual que Einstein y Kaku parece que Dirac no creía en un Dios personal, pero eso no significa que era ateo. De hecho, uno de sus amigos personales, el físico, John R. Albright, dijo que Dirac “no era ateo sino agnóstico” y su propia esposa, Margit Dirac, también afirmó que no era ateo. Es cierto que una de las más famosas citas sobre Dirac viene del físico, Pauli Wolfgang, que dice “No hay ningún Dios, y Dirac es su profeta”. Pero ¿a qué Pauli se refiere con esta frase contradictoria? Se refiere a que durante su juventud, Dirac mostró poco interes en la religión y mucho menos el deseo de entenderla. (Heisenberg’s recollections).

        Sin embargo, científicos como el escritor de cosmología, profesor de física y astrónomo de la Universidad de Aarhus en Denmark, Helge Kragh, piensan que Dirac no siempre permaneció ateo y que en cierta ocasión hasta mencionó la posibilidad de que Dios existiera en base a la física (Helge Kragh, Dirac: A Scientific Biography).  Quién sabe, quizás por eso Dirac dijo "Parece que uno de los rasgos fundamentales de la naturaleza es que las leyes físicas fundamentales se describen en términos de una teoría matemática de gran belleza y poder, para comprender la cual se necesita una norma muy elevada de matemáticas...Uno quizás pudiera describir la situación diciendo que Dios es un matemático de orden muy elevado, y que Él usó matemática muy adelantada al construir el universo." (Paul Dirac, físico y matemático).

En fin, “Sabemos que la naturaleza se describe con la mejor de todas las posibles matemáticas porque Dios lo creó.” – Alexander Polyakov, matemático ruso