Refutando la falsa analogía del gato negro en habitación oscura

Muchos hemos escuchado sobre el experimento mental teórico del gato de Schrödinger. Pero pocos saben de otra metáfora donde también se utiliza un gato para comparar las actitudes de un filósofo, un metafísico, un teólogo y un científico ante la comprensión del mundo.

¿De qué manera esta analogía compara estos campos de conocimientos? De la siguiente manera: “Hacer filosofía es como estar en una habitación oscura buscando un gato negro. Hacer metafísica es como estar en una habitación oscura buscando un gato negro que no está allí. Hacer teología es como estar en una habitación oscura buscando un gato negro que no esta allí y gritar de repente… ¡ya lo tengo! Y hacer ciencia es como estar en una habitación oscura buscando el interruptor de la luz para comprobar si allí hay o no hay un gato negro.”

Obviamente esta falsa analogía es muy compartida entre ateos que creen en el mito de que la ciencia es anti-Dios. Pero ni el mismo ganador de Premio Nobel en ciencia, creador de la mecánica ondulatoria y autor de la otra célebre paradoja del gato encerrado en la caja, Erwin Schrödinger, estaría de acuerdo pues teológicamente afirmaba que “La obra maestra más fina es la hecha por Dios, según los principios de la mecánica cuática.”. Además esta comparación inválida del gato negro demuestra que su autor anónimo no sabía de filosofía, ni metafísica, ni ciencia y tampoco de teología pues todas son importantes.

Para el cristiano todos estos campos de conocimientos ayudan al hombre a entender el mundo y le ha dado una explicación desde tiempos inmemorables mientras que el ateísmo sería como andar en un cuarto oscuro y negar la existencia de algún gato a pesar de oír sus maullidos, sin encontrar el interruptor de la luz, y además culparlo de todo (Vea Romanos 1:20 y 2:12-24).

¿Pero no es la teología inferior a los demás campos de conocimientos? Al contrario, la teología es el más importante porque todos tenemos diferentes puntos de vistas sobre Dios (incluyendo los ateos) y tales ideas tienen consecuencias ya que dictan la manera en que vives, de lo que crees, como interactuas con Dios y con tu prójimo. De hecho, hay tres ciencias teóricas: Física, Ciencia matemática y Teología. La ciencia del ser independiente e inmóvil (teología) es diferentes a la física y la ciencia matemática. Las ciencias teóricas están sobre las demás ciencias. Pero la última nombrada supera a todas las ciencias teóricas. Ella tiene por objeto el ser, que está por encima de todos los seres, y la superioridad e inferioridad de la ciencia se gradúa por el valor del objeto sobre que versa su conocimiento” (Aristóteles, Metafisica, XI, 7: VI, 1. Cf. Francisco Suárez, Introduccion a la metafísica, prefacio).

Por tanto, aunque los fanáticos ateos militantes la ven con desprecio, la realidad es que la teología también es importante porque todos somos teólogos en el sentido de que todos tenemos una idea de Dios. La pregunta es si somos buenos teólogos pues lo que creemos con respecto a Dios moldeará la manera que pensamos y vivimos. La teología es importante no sólo porque es la reina de las ciencias sino porque si la entendemos de la manera incorrecta entonces toda nuestra vida estará errada.

Históricamente hablando, la teología es la ciencia (conocimiento) que trata sobre Dios y su palabra es de origen griego θεος o theos que significa “Dios” y λογος o logos que expresa “estudio” o “razonamiento”, en consecuencia, significa el estudio de Dios y de los hechos relacionados con Dios. El término teología nace en el seno de la filosofía, siendo observado y empleado por primera vez en el libro La República de Platón.

En este contexto, se refiere a la teología con el fin de expresar el proceso del entendimiento de la naturaleza divina por medio de la razón. Luego, la expresión teología fue usada por Aristóteles, y, más adelante como la rama fundamental de la filosofía. Luego pasa a ser conocida como la metafísica para distinguirla de la filosofía teológica que estudia a Dios y todos sus rasgos. Como dice, el profesor de historia en filosofía, Alfonso Ropero, en su libro de Introducción a la Filosofia, “No es a los escolásticos a quienes debemos la importante calificación de reina de las ciencias aplicada a la teología, sino a Aristóteles. Es él, y sólo él, quien acuñó esta expresión. Así, pues, no es una expresión de presunción y dominio eclesiales, sino consecuencia inevitable de una filosofía centrada en el ser como realidad suprema.

En fin, y en palabras de un gran científico, Robert Jastrow, “Vemos ahora que la evidencia astronómica lleva a una visión bíblica del mundo. Los detalles difieren, pero lo esencial de las exposiciones de la Biblia y la astronomía coinciden […] Para el científico que ha vivido según su fe ante el poder de la razón, la historia acaba como un mal sueño. Ha escalado la montaña de la ignorancia; está a punto de conquistar el pico más alto; y cuando supera la roca final, es recibido por un grupo de teólogos que estaban allí sentados desde siglos”. (Robert Jastrow, R, 1978, God and the astronomers, Norton, New York). Jastrow trabajó en el campo de la astronomía, geología y cosmología. Es autor de numerosas obras de divulgación y fundó en el año 1961 el Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA.

One thought on “Refutando la analogía del gato negro”
  1. Hola Sherlock ,buena publicación ,sigue así con la apologética y me encantaría que refutaras las afirmaciones de los tontos atheus(No ateos) que dicen y no se cansan de decir”La biblia se copia de otros mitos” recuerdo que vi un vídeo de “Énfasis en la verdad” donde desmentía que la biblia fuera un plagio ,y los tontos atheus en los comentarios tirando le arena como chimpancés en los comentarios ,son muy inmaduros .

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