¿María Siempre fue Virgen?

“Extraño he sido para mis hermanos, Y desconocido para los hijos de mi madre.” – Salmo 69:8

        El dogma católico de la Perpetua Virginidad de María señala que María fue virgen antes, durante y después del parto. Para el protestante y evangélico creemos en la doctrina bíblica del nacimiento virginal de Cristo, es decir, creemos que Cristo nació normal pero concebido milagrosamente por el Espíritu Santo sin el acto sexual. Ya después de su nacimiento María dejó de ser virgen y tuvo más hijos de manera natural con su esposo José por lo que ella no fue virgen siempre. En cambio, para los apologistas católicos no hay evidencias de que María perdió su virginidad durante el parto ni en el matrimonio. Sin embargo, dicha declaración no solo ignora que la Biblia sí demuestra que María dejó de ser virgen sino que también raya en lo irracional. En primer lugar, si una mujer y un hombre quieren practicar la abstinencia sexual toda la vida entonces ¿para qué casarse? Es lógico que José tuvo relaciones íntimas con María después de que nació Jesús pues era su esposo, ¿qué otra cosa se podía esperar? 

              Además, ¿acaso María no tuvo dolores de parto como cualquier otra mujer cuando tuvo a Jesús y lo que entraría en contraste directo con el dogma de la virginidad perpetua y la inmaculada concepción? Muchos católicos cometen la falacia de evidencia incompleta (cherry picking) al citar algunos padres de la iglesia que creyeron que María no tuvo dolores de parto pero ignoran otros que afirmaron que sí los tuvo. En otras palabras, y como admite el apologista católico Guido Rojas y el sacerdote Jordi Rivero, la idea que María tuvo o no dolores de parto fue discutida por teólogos y padres de la iglesia por lo que no era parte del dogma. Por ejemplo, el padre latino más antiguo, Tertuliano, al igual que otros padres y teólogos de la Iglesia sostuvieron que María sí tuvo un parto normal lo que implicaría dos cosas: que María no fue siempre virgen ni inmaculada. Sin embargo, los apologistas católicos niegan que María tuvo dolores de parto y sostienen que Cristo entró y salió como rayo de luz atravesando un cristal (como decía también Agustín de manera especulativa) y sin dar ninguna prueba de ello. El teólogo católico, Tomás de Aquino, también trata de jutificar este dogma diciendo que ella no tuvo dolores de parto. Sin embargo, no hay nada que nos haga pensar que no las tuvo. Simplemente afirma que ella dio el nacimiento sin abertura del útero y sin perjuicio para el himen por lo que no dejó de ser virgen porque no tuvo dolores de parto y porque nunca tuvo relaciones sexuales con su marido José. Aunque tampoco hay razón para creerlo.   

            Lo irónico es que cuando tratan de justificar su marianismo con las Santas Escrituras diciendo que la mujer de Génesis 3:15 y Apocalipsis 12:1 se refiere a María ignoran, mutilan o se comen los siguientes versículos de ambos pasajes donde indican que esa misma mujer tuvo “dolores de parto”. Pero no solo eso, dicho dogma también choca con Lucas 2:22 donde se habla de que bajo la Ley de Moisés toda mujer judía con flujo de sangre tenía que ir al Templo para purificarse porque en todo parto hay derramamiento de sangre la cual era considerado como algo impuro. Ahora de ¿la purificación de quiénes se está hablando aquí? Obviamente de María. Por eso en algunas versiones de la Biblia dice “para la purificación de ella” refiriéndose obviamente a la purificación de sangrado lo que demuestra que ella sí tuvo un parto natural en la que abrió matriz y por consiguiente dejó de ser virgen (Levítico 12:8). De hecho, este es el pasaje que Tertuliano usa principalmente para demostrar que María perdió su virginidad en el momento del parto.   

            Por tanto, si según Lucas (que era un médico) María ofreció dos tórtolas o dos palominos como sacrificio y tuvo un parto normal lo cual es consecuencia del pecado entonces eso demuestra que el dogma de la inmaculada concepción y la perpetua virginidad de María no pueden ser verdadero. Sin olvidar que el evangelista Lucas (Lucas 2:23) también habla de que el primogénito es aquel que abre la matriz, en la Vulgata latina de Jerónimo se utiliza la palabra "vulva" y ya desde entonces la vulva anatómicamente abarca incluso el himen (tejido fino y carnoso que está en la entrada de la vagina). Por tanto, si Jesús abrió "vulva" abrió himen lo que también demuestra que María sólo fue virgen en la concepción de Jesús, pero ya en el parto y después del parto no fue más virgen. En cambio, la concepción de Jesús sí fue sobrenatural, porque fue obra del Espíritu Santo; pero el de María parto fue normal como cualquier otro parto.  

            Sin embargo, muchos apologistas marianos no solo insisten en seguir este invento sino que toman su dogma imaginario de la virginidad perpetua de María tan en serio que hasta creen que si crees que el himen de ella fue roto entonces no puedes ser salvo. Sin embargo, esto no solo es extra y antibíblico pues la salvación solo depende del arrepentimiento de los pecados y la fe en Cristo como nuestro único Señor y Salvador personal sino teológicamente irracional e ilógico. ¿Por qué tendría María que permanecer virgen durante el parto? ¿Qué tiene de malo que se haya roto su himen durante sus dolores de parto? Por cierto el dogma de la inmaculada concepción de María también queda refutada pues los dolores de parto son consecuencias del pecado. 

            Además, toda mujer tiene dolores de parto lo cual no tiene nada que ver con el nacimiento virginal de Cristo y nada en las Escrituras indica ya sea explícita o implícitamente que ella fue una excepción. Por tanto, ¿por qué sería un problema que se haya roto? Es más, supongamos que no se rompió el himen de María cuando nació su hijo primogénito (Jesucristo). ¿Por qué o para qué entonces ella tendría que seguir siendo virgen perpetuamente si estaba casada con su esposo José? Eso no tiene sentido. Además, ¿dónde en la Biblia se muestra que José no se atrevía a tocarla de manera íntima? Obviamente José la veía como una buena sierva de Dios, pero también la veía como su esposa y como judío sabía que las relaciones sexuales no hacen a ninguna mujer casada impura. Al contrario, es lo que le agrada a Dios pues el sexo en el matrimonio fue creado y diseñado originalmente por Él mismo (Génesis 1:28; Proverbios 5:18-19 y Cantar de los Cantares 4). Por tanto, dejar de ser virgen en el matrimonio no es pecado.
        Después de todo, el sexo en el matrimonio no es pecado y Dios mismo mandó a la gente a multiplicarse lo cual es uno de los propósitos del matrimonio divino (Malaquias 2:14-15; Génesis 1:28, 2:24 y Mateo 19:5,6). No creemos que Maria fue desobediente a este mandamiento ya que era una mujer muy devota (Vea 1 Corintios 7:3-5). Al contrario, obedeció y tuvo sus hijos tal como enseña la Biblia. Por tanto, la familia física de María y José no son un “misterio” para el cristiano que lee y estudia su Biblia la cual enseña en dos evangelios diferentes que María no solo tuvo más hijos después de Jesús, sino que hasta menciona sus nombres en Mateo 13:55-56 y Marcos 6:3. Hasta el apóstol Pablo mencionó a uno de esos hermanos de Jesús en su primer viaje a Jerusalén después de su conversión en Gálatas 1:19.       

             Los apologistas católicos dicen que los hermanos y hermanas mencionados en Mateo 13:55-56 y Marcos 6:3 eran primos o parientes lejanos. Para ellos, los diversos textos del Nuevo Testamento que hablan de los hermanos de Jesús solo se refieren a los primos porque en hebreo la palabra hermano y primo era la misma. Lo que nadie les explicó jamás es que el Nuevo Testamento fue escrito en griego, no en hebreo, y que en este idioma ya existía una palabra específica para hermano (adelphos) y primo (anepsios), además del término más genérico para pariente (suggenes). Por tanto, si lo que dicen es cierto entonces ¿por qué los escritores no usaron el término griego para primos (anepsios)? Tal palabra griega existe y hasta fue usado en la Biblia en Colosenses 4:10. Y si solo eran parientes lejanos entonces ¿por qué no usaron la palabra griega que significa parientes (suggenes) como la que describe el estatus relacional entre María y Elizabeth en Lucas 1:36 y 58? ¿Por qué Mateo y Marcos usaron la palabra que comúnmente es traducido como hermanos (adelphos) y hermanas (adelphe)? 

              De hecho, afirmar que no se puede saber o que María no tuvo más hijos después de Jesús es rechazar las mismas palabras de Mateo quien escribió, “Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.” (Mateo 1:24,25). Esto debería ser suficiente para refutar a los marianos que sostienen este dogma católico y los cuales parecen ignorar que la palabra “conocer” (ginosko) también se puede referir a tener relaciones sexuales (Vea por ejemplo Génesis 4:1,25; 19:5 y 1 Reyes 1:4). Es obvio que el pasaje no se refiere a que José no conocía personalmente a su propia esposa. Además de que este mismo pasaje indica claramente que Jesús fue su hijo primogétino, no unigénito (Vea también Lucas 2:7). Por cierto, John Paul Meier (1942-2022), autor de la investigación más documentada y extensa sobre la vida de Jesús fue uno de los primeros eruditos católicos en manifestar que Jesús tuvo verdaderos hermanos. Ahora en Norte América y Europa (y parte de Latinoamerica) es normal que muchos laicos y eruditos católicos reconozcan la creencia de los "hijos de María" como una doctrina ortodoxa. La influencia de Meier sobre este tema fue evidente y aun hoy muchos siguen sus ideas.       
        
      Ni siquiera tiene sentido la falsa analogía y tipología que hacen algunos romanistas de María y el arca de la alianza (eiségesis) o el mal argumento de que José no la pudo tocar sexualmente porque ella tuvo a Jesús en su vientre lo cual no solo es apelar a una falacia non sequitur que no se sostiene ni se sigue bíblica ni lógicamente sino que también suena al pensamiento o concepto del dualismo, gnósticismo y misticismo. Sin olvidar que también es irónico ver cómo muchos activistas católicos se jactan y se llenan la boca diciendo que son más conservadores que cualquier protestante o evangélico cuando ni siquiera creen que María tuvo una familia tradicional como cualquier otra cristiana conservadora. Todo esto demuestra que José no tuvo relaciones sexuales con María hasta el nacimiento de Cristo; pero después del nacimiento de Jesús, María dejó de ser virgen y tuvo más hijos con su esposo José (Vea Mateo 13:55-56 y Hechos 1:14) lo cual indica que ambos simplemente tuvieron una vida matrimonial tradicional y normal. Sin olvidar que el evangelio de Juan 2:17 da registro de una profecía cumplida del libro de los Salmos donde el Señor nos dice que tiene hermanos y hermanas físicas (Salmos 69:8-9). ¿Porqué Jesús era extraño a los hijos de su madre? Porque al principio sus hermanos no creían en Él (Juan 7:5).  

          De hecho, los escritos del historiador judío, Flavio Josefo (37-100 d.C.), que vivió en el primer siglo y que es la principal fuente no cristiana usada como evidencia a favor de la historicidad de Cristo también son prueba de que Santiago era hermano carnal de Jesús y no su primo (Antigüedades Judías, Parte 1, Libro XX). Por tanto, biblicamente e históricamente hablando, la perpetua virginidad de María al igual que otras creencias marianas como su inmaculada concepción y asunción era completamente desconocida para la iglesia primitiva pues no aparece en la Biblia sino solo en los libros apócrifos que vinieron de sectas heréticas y gnósticas como el Protoevangelio de Santiago la cual data entre 145 o 150 d.C. En cuanto a la Patrística, algunos católicos cometen la falacia de evidencia incompleta, conocido también como cherry picking o supresión de pruebas (es la acción de seleccionar casos individuales o datos que parecen confirmar una cierta posición, a la vez que se ignoran las evidencias o información que podrían contradecir la proposición) al citar algunos padres que aceptaron esta creencia mariana mientras que ignoran otros que la rechazaron. 

         Los católicos romanos (los que medio estudian e investigan un poco) cuando debaten con los ateos citan a Josefo para demostrar que Jesús existió (y hacen bien en hacerlo), pero misteriosamente (o por conveniencia) se desvanecen con él cuando escribe sobre Santiago, el hermano de Jesús ¡y no primo! de Jesús y las mismas obras de Josefo demuestran que sabía la diferencia entre adelphos (hermanos carnales) y primos (anepsios) en su Antigüedades Judías, Libro Uno, 3 y Antigüedades Judías, Libro Único, 4. Por tanto, así como todos los evangelistas y apóstoles dijeron que los hermanos de Jesús eran realmente adelphos (hermanos carnales) y no primos (anepsios) o parientes (suggenes), Josefo también se refiere a Santiago como el hermano (adelpho) de Jesús, en lugar de un primo. Incluso hasta la arqueología ha descubierto el osario de Santiago que data exactamente del siglo I con la inscripción aramea "Santiago, hijo de José, hermano de Jesús" ( Ya'akov bar Yosef achui d'Yeshua ).

             No solo eso, desde antes del siglo IV el dogma de la Perpetua Virginidad fue tema de debate siendo el padre latino más antiguo de la Iglesia, Tertuliano (155-220), el primero en rechazarlo al sostener que María perdió su virginidad después del parto (De carne Christi 23 y De monog. 8). Así como Tertuliano se opuso a muchas creencias gnósticas y neoplatónicas de la filosofía pagana, tal parece que también escribió en contra de esta creencia gnóstica en base a la frase bíblica “aperiens vulvam” (Lc 2:23; cd Ex 13,2.13.15) que implicaba que, a partir del nacimiento de Cristo, María tuvo el seno abierto y que en los años subsiguientes dio a luz más hijos con su esposo José (Mateo 1:25; 13:55-56 y Marcos 6:3 y Gálatas 1:19).

          En cambio, aunque Orígenes (185-254) también rechazó la idea de que María permaneció virgen durante el parto, defendió la virginidad después del parto por lo que se opuso a Tertuliano afirmando que los hijos atribuidos a José no nacieron de María (Orígenes In Oc. 7: GCS 9, 45 y Orígenes, In Mt. Comm 10,17: GCS 10,21). Algunos romanistas citan a Ignacio de Antioquia (35-107 o 110) como apoyo de la Perpetua Virginidad. Sin embargo, Ignacio solo demuestra en sus escritos que creía en la virginidad de María, pero solo antes y en el parto, pero no después del parto. Por tanto, no se pronuncia expresamente sobre la virginidad “post parto”. 

               Alejandro de Alejandría (250-326) y luego Atanasio de Alejandría (295-373) en su Primera Carta a las Vírgenes parece ser los primeros en recomendar a los ascetas cristianos a seguir el modelo de la Virginidad Perpetua de María. Según el profesor y erudito en historia del cristianismo antiguo, el asetismo monástico y atanasiana, David Brakke (1998), Atanasio toma a María como parte de su estrategia para atraer el apoyo de las vírgenes hacia su causa en contra del arrianismo. Esta idea de Atanasio influenciará a Ambrosio de Milán (ca. 340-397) cuyos escritos se consideran las más desarrolladas mariologías de la Iglesia primitiva. Ya luego surgieron más debates como el de Jerónimo (340-420) con Elvidio y Bonoso de Naiso y el monje romano Joviniano (380) en su «Virgo concepit, sed non virgo generavit» con Ambrosio quien precedió el sídono de Milán para que se proclamara la Perpetua Virginidad como una doctrina católica. 

            Elvidio había propuesto que María es por su concepción virginal modelo para las vírgenes, mientras que su vida junto con José es modelo para los casados. Para él la exaltación de la virginidad sobre el matrimonio era una potencial denigración de la creación de Dios. Mientras que el monje Joviniano predicó en Roma en contra del ascetismo y la contención entre los años 391 y el 392, siguiendo el precedente de Elvidio. Joviniano argumentó en contra de la Perpetua Virginidad vinculándola al Docetismo, una herejía que negaba la existencia física del cuerpo de Cristo. De la misma forma acusaba a los defensores del ascetismo de maniqueísmo por mantener que la idea de que el celibato era superior al matrimonio. Sin embargo, las refutaciones de Jerónimo y Ambrosio de Milán convirtieron a María en el dechado de la virginidad femenina que todas las vírgenes deben imitar (David Brakke, The Gnostics, Myth, Rituals and Diversity in Early Christianity). 

           John Anthony McGuckin(2008), considerado como uno de los eruditos más eminentes de la historia del cristianismo antiguo y de los orígenes del culto a María, señala que las primeras evidencias de culto mariano presentes en la tradición patrística provienen de los llamados Padres Capadocios, Gregorio de Nisa (330-394) y Gregorio de Nacianzo (329-389). McGuckin también afirma que Gregorio de Nacianzo podría estar representando intencionadamente a las mujeres aristócratas de su comunidad religiosa en Constantinopla, que se destacarían por su devoción por los cultos de los santos y sus reliquias. Por el mismo tiempo aproximadamente Gregorio de Nisa nos aporta la primera noticia conocida de una aparición mariana, en su panegírico dedicado a Gregorio Taumaturgo escrito en el 380 a testimonio de una visión acaecida a este Padre de la Iglesia en la cual se le apareció la Virgen junto con Juan el Evangelista para enseñarle las “verdaderas doctrinas” con las que derrotar las herejías que amenazaban a la Iglesia. 
             
               Ahora una buena pregunta que podemos hacer es ¿por qué vemos estos debates entre los mismos antiguos teólogos y algunos Padres de la Iglesia sobre la virginidad perpetua de María? Una buena respuesta es que el contenido de la literatura gnóstica como el Protoevangelio de Santiago estaba siendo aceptado por algunos creyentes pues hasta la llamada Asunción de María se fundamenta en tales escritos apócrifos. Esto es algo que admite la misma Enciclopedia Católica y aciprensa (Agencia Católica de Información). La página infocatólica.com también admite que dicha creencia sobre el "milagroso" parto de María aparece en el libro apócrifo del Protoevangelio de Santiago (150) escrita probablemente en Alejandría, Egipto donde se relata que José era viudo cuando se casó con María y ya entrado en años, con hijos había llevado a esta una comadrona para que ayudara a María en el parto. Esta partera de María se llamada Salomé. Pero dudó de la virginidad de María y por eso su mano quedó seca hasta que pudo adorar al Niño Jesús, que se la curó. Como resultado, exclamó que “una virgen ha parido de un modo contrario a la naturaleza.” 

         Por tanto, la idea de la virginidad perpetua de María es una idea bastante antiguo. Entonces ¿cuál es el problema? El problema es que la idea no viene de la Biblia sino de los libros apócrifos que nacieron dentro de las sectas heréticas y gnósticas las cuales pensaban a su vez que las actividades sexuales eran malas. Por cierto, tales escritos espurios no solo hablan de la supuesta Virginidad Perpetua de María sino también de su Asunción lo cual nos da una idea sobre el verdadero origen de estas creencias marianas. De hecho, no es sorpresa que algunos Padres llegaran a estas mismas conclusiones debido a que algunos también fueron influenciados por la filosofía dualista y gnóstica como Orígenes de Alejandría quien no siempre fue el más bíblico de los Padres de la Iglesia pues hasta fue acusado de herejía (como por ejemplo la preexistencia del alma sacada de la filosofía griega) por Jerónimo, el emperador Justiniano I y el Segundo Concilio de Constantinopla del año 553. 

           El mismo Eusebio afirma en su Historia de la Iglesia que, cuando era joven, Orígenes pagó en secreto a un médico para castrarlo quirúrgicamente porque creía que abstenerse de la sexualidad era un ideal de perfección. ¿De dónde sacó Orígenes esta idea? No de la Biblia sino de la filosofía gnóstica. Esto afectó su reputación durante siglos. Algunos católicos niegan esto, pero muchos historiadores notables, como Peter Brown y William Placher, continúan sin encontrar ninguna razón para concluir que la historia es falsa. Orígenes hasta pensó que la serpiente de Génesis había seducido sexualmente a Eva por lo que concluyó que la actividad sexual era errónea. Esto también explica porque se emasculó para hacerse eunuco. Sin embargo, Orígenes no fue el único en sostener esta idea derivada de la filosofía pagana de los griegos como Platón (y no de la Biblia) pues Ambrosio, mentor del filósofo Agustín de Hipona, también pensaba que el matrimonio era una carga irritante y que la abstinencia de ello era de mayor santidad y piedad. Agustín por su parte llegó a pensar que, si las parejas podían abstenerse de tener sexo estando casadas, ese era un mejor estado para acercarse más a Dios. Por tanto, no es de extrañar que estos “matrimonios espirituales” y ascetismo sexual sentara las bases para el celibato y el dogma católico de la virginidad perpetua de María.

         Obvia y convenientemente, los católicos prefieren rechazar la opinión de Tertuliano (160-220) la cual es más consistente con la Biblia (Lucas 2:22-23) y aceptar la del hereje Orígenes (232) quien opinó que ella había conservado su virginidad hasta el fin. Algun católico dirá, "¿Pero no creían los padres de la Reforma Protestante como Lutero, Calvino y Zwinglio en la virginidad perpetua de María? Hay dos tipos de problemas con este tipo de argumento. La primera es que dicho argumento no prueba la virginidad perpetua de María, sino que lo único que demuestra es que un hombre con influencia católica y del siglo 16 creyó por un tiempo en la virginidad perpetua. Sin embargo, no se está debatiendo si Lutero, Calvino o Zwinglio creían o no en dicho dogma sino si el hecho fue verídico o no verídico. Que una persona crea o no en esta creencia no demuestra nada por lo que solo nos remitimos a las pruebas. 

                 Y segundo su argumento apela a una falacia de hombre de paja porque yo no soy luterano o calvinista sino Bautista (evangélico) los cuales siempre han existido desde mucho antes de que naciera Lutero y Lutero tampoco es parte de nuestro magisterio, ni lo consideramos infalible ni es nuestra autoridad final sino solo la Biblia la cual no habla de la virginidad perpetua de María y por esta razón lo rechazamos. Nuestra fe no está basada en la palabra falible de un hombre (Lutero) sino en lo que dice La Palabra infalible de Dios. La Biblia y solo la Biblia es nuestra autoridad final en materia de doctrina, fe y práctica. No lo que dijo un reformador protestante, un papa o los libros apócrifos que es donde los marianos sacan la fábula de la virginidad perpetua de María. En otras palabras, nosotros no creemos en la virginidad perpetua de María porque Lutero creyera o no creyera en dicho dogma sino porque no tiene sustento bíblico. Al contrario, la contradice.   
https://www.youtube.com/watch?v=sjnylQQ40W0&t=629s

One thought on “¿Fue María siempre virgen?”
  1. Yo no soy atea,creo en Dios y la biblia dice que Jesús tuvo otros hermanos de parte de maria y José, es la iglesia católica la que tergiversa la biblia, la corrupta iglesia católica la que profetiza el Apocalipsis 17

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