¿Aborto en la Biblia?

Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;” – Salmo 139:13-14

       La teóloga (o teoloca) liberal y feminista, María de los Ángeles Roberto, junto a otros creyentes posmodernos, habló en la Cámara de Diputados y en el Congreso de Argentina diciendo que la Biblia no condena el aborto y que al contrario, lo aprueba. Para esto la supuesta teóloga empieza argumentado diciendo que en ninguna parte de la Biblia dice “No Abortaras” y que si no hay tal mandamiento entonces abortar no es pecado. Sin embargo, esto como decir que si la Biblia no dice “No a las Drogas” o “No verás Pornografía o “No Fumarás ni masticarás Tabaco” entonces tales acciones tampoco son pecados. En otras palabras, esto es apelar al argumento del silencio (falacia non sequitur) pues el hecho de que Dios no prohiba algo directamente no quiere decir que lo aprueba o que sea bueno. Solo quiere decir que no encontramos un versículo que diga “No Abortaras”. De hecho, la Biblia tampoco habla de disparar a alguien o de matar con una bomba suicida. Sin embargo, hay principios bíblicos que dicen claramente “No Matarás” (Éxodo 20:13) lo cual sigue significando lo mismo sin importar cómo lo hagas. Por tanto, podemos decir que la Biblia condena claramente el aborto ya que el aborto es asesinato.

¿El quinto mandamiento “No Matarás” no incluye el niño prenatal?

    Obviamente los pro abortistas dirán que durante el proceso del aborto no se mata a un ser humano viviente porque solo se trata de un montón de células y nada más. Pero ¿qué hay realmente en el vientre de la madre según la Biblia? En Lucas 1:39-41 vemos que María visita a Elizabeth. Ambas están embarazadas. María va a tener a Jesús y Elizabeth a Juan el Bautista. Sin embargo, el pasaje bíblico llama “criatura o “baby”(bebé) a Juan el Bautista (quien todavía está en el vientre). No lo llama “feto”, “puñado de células” o “parásito”. Pero no sólo eso, también enseña que el bebé puede sentir (v.41-44).

Todo esto ha sido confirmado por la ciencia la cual enseña que al principio del embarazo el bebé dormirá mucho, pero a medida que vaya creciendo irá experimentando toda una gama de sensaciones y emociones. Por tanto, el estar “aislado del mundo exterior” no es limitante para sentir (físicamente o emocionalmente), a través del paulatino desarrollo de sus sentidos, las alegrías, angustias o miedos de la madre y de su alrededor. Además, ¿acaso estas personas no saben que la palabra “feto” proviene del latín que significa “cría” o “descendiente” y que ya la ciencia ha comprobado que es un ser humano viviente desde el momento de la concepción, que a la tercera semana su sistema nervioso central está desarrollado y que en la décima semana puede sentir dolor (Fuente – University of Pennsilvania Health System)?

Llamar a un no nacido “feto” no cambia su humanidad. Un cigoto, embrión, feto, infante, niñito, joven o anciano sólo son etapas del desarrollo humano y en todas la vida es igual de importante. Como dice Dr. Seuss, «Una persona es una personano importa que tan pequeña sea». Estar menos desarrollado simplemente no significa que eres menos humano. En cuanto al término filosófico y cristiano de la palabra “persona” siempre se ha usado para referirse a cualquier ser humano, principalmente porque todo hombre está creado a imagen de un Dios personal. De ahí radica su valor, sentido, propósito y dignidad. Por tanto, tales conceptos no justifican el aborto.

El mismo hecho de que la criatura también crece, se alimenta, siente y se mueve demuestra que biológicamente tiene vida. ¿Y pues cómo sabemos que es un ser humano? Por dos simples razones, porque sus padres son seres humanos y porque su ADN (la cual es diferente a la madre) es de un ser humano ¿o acaso una mujer concibe seres no humanos? Partiendo de estas evidencias científicas podríamos entonces formular el siguiente argumento deductivo la cual demuestra que el aborto es inmoral:

  1. Matar a un ser humano viviente es cometer un asesinato.
  2. El niño no nato es un ser humano viviente.
  3. Se concluye que abortar a un niño no nato es asesinato.

Por tanto, la Biblia no dirá “No Abortaras” pero por medio de textos que hablan de no matar aprendemos que no es moralmente correcto. Sin olvidar que la participación en el aborto, está prohibida en los códigos de ética médica la cual afirma, “No daré a nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejante sugerencia. Igualmente tampoco proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. En pureza y santidad mantendré mi vida y mi arte.” – Hipócrates, médico griego, una de las figuras más destacadas de la historia de la medicina, y muchos autores se refieren a él como el «padre de la medicina.

Sin embargo, María responde diciendo que aunque la Biblia dice “No Matarás” aun así Dios mataba y que por ende hay excepciones y que dicho mandamiento no aplica a todos los seres humanos y mucho menos a los embriones. Pero esto es fácil de refutar. En primer lugar, el quinto mandamiento se refiere a no cometer asesinato y no toda matanza es homicidio. Por ejemplo, en la ley de Dios y del hombre, matar en defensa propia o en la pena de muerte no son asesinatos. Cuando Dios mata tampoco pues homicidio es definido como robar la vida y Dios no puede robar la vida porque es el Creador y Dueño de toda vida y por ende todo le pertenece.

Sin embargo, el aborto no es nada de esto ya que el médico abortista no es Dios y tampoco mata al bebé porque es culpable de un crimen sino por dinero manchado en sangre y porque la madre no quiere al niño habiendo otras opciones como la adopción. Segundo, como ya se dijo, está científicamente comprobado que el niño no nacido es un ser humano viviente inocente por lo que quitarle la vida constituye un asesinato y por tanto una violación al quinto mandamiento. Aunque sea un embarazo no deseado nadie tiene derecho de quitar la vida a otro solo porque le resulta molestoso o inconveniente. Pero como dice el apologista Ravi Zacharias, “Si Dios quita la vida, los ateos y feministas lo ven como algo inmoral pero si es un médico abortista jugando el papel de Dios para quitar la vida entonces es un “derecho” que se debe respetar. ¡Oh la ironia!

De hecho, el Salmo 139:13-16 es el único lugar en la Biblia donde se habla de un “embrión” y a diferencia de las feministas, Dios lo considera no solo una obra maravillosa pues es su propia creación sino como un ser humano viviente con valor y dignidad (v.4). Sin embargo, María de los Ángeles Roberto asume lo contrario diciendo que “embrión” en hebreo “gólem” significa sustancia embriónica, envoltura, imperfecto o incompleta y que por ende no es una persona o ser humano viviente. También afirma que la Biblia no indica en qué momento comienza la vida humana. Sin embargo, esto es una falacia non sequitur pues la palabra en hebrea simplemente se refiere a su etapa de desarrollo.

Un niño de 4 años tampoco está completamente formado sin embargo eso no significa que no sea una persona o un ser humano viviente. En cuanto a lo “imperfecto” en realidad nadie es perfecto excepto Dios por ende eso tampoco quita la humanidad del niño no nacido y en ninguna parte de la Biblia encontramos que se es un ser humano luego de nacer o después de un determinado mes de gestación. Se es ser humano desde la concepción, desde la formación de ese “gólem” (sin forma). Después de todo, la misma Real Academia Española define “embrión” en su 2da acepción como: “En la especie humana, producto de la concepción hasta fines del tercer mes del embarazo” y el mismo contexto del Salmo 139 nos evidencia que se trata de una “vida en formación” cuyos ojos de Dios están puestos en ello.

Por tanto, para Dios la vida humana es desde la concepción y así lo confirma la ciencia pues la misma Academia Nacional de Medicina en la Argentina dice que la vida humana comienza desde la concepción conforme a criterios genéticos modernos. ¿Por qué? Porque la genética ha encontrado que aquellos que se forma intrauterinamente dentro de la madre tiene carga genética propia. Tiene un ADN diferenciado y por ende no es parte del cuerpo de la madre. Como dice el Dr. Nathanson (antes conocido como “el rey del aborto”) “Como científico no es que crea, es que sé que la vida empieza en el momento de la concepción” (Dr Bernard Nathanson, ex abortista). De hecho, el inicio biológico de la vida a partir de la concepción NO ESTÁ DETERMINADO POR RELIGIÓN ALGUNA, sino como dice el Dr. Jérôme Lejeune, médico genetista francés y padre de la genética moderna, es ya una EVIDENCIA CIENTÍFICA. Partiendo de esta certeza, los países y sus leyes deberían proteger y defender el derecho a la vida que todo ser humano posee desde el inicio de su existencia. Independientemente de su credo religioso, político o ideológico.

¿Aborto en Exodo 21:22-23?

También es irónico saber que para muchos pro-abortistas, si se encuentra una bacteria en Marte eso sería encontrar vida pero cuando se trata de un prenatal con latido de corazón aquí en la Tierra no lo quieren considerar como vida. La “teóloga” feminista también interpreta “golem” con “feto” para así dar la impresión de que en Salmo 139 no se trata de una persona o un ser humano viviente. Sin embargo, parece ignorar que la palabra “feto” proviene del latín y que simplemente significa “cría” o “descendiente”. Por cierto, es interesante saber que los nazis y los dueños de esclavos tampoco consideraban a los negros y judíos como personas. Sin embargo, algunos ateos y estas feministas como María de los Ángeles Roberto citan Éxodo 21:22-23 y Números 5:11-34 para “probar” que la Biblia aprueba el aborto. ¿Pero es esto cierto? Veamos:

En la traducción Reina-Valera de 1960 se lee así: ‘Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.’ La deducción es evidente y los partidarios y justificadores del aborto como María de los Ángeles Roberto se agarran como a un clavo ardiendo a este pasaje, entendido de esta manera, para decir: ¿Lo ves? La Biblia, en el único pasaje que trata de un aborto hecho con violencia, no castiga la muerte de la criatura, luego eso quiere decir que no considera al no nacido persona.

Sin embargo, en ninguna parte de la Biblia dice que el feto o niño no nato no sea una persona ni un ser humano viviente. En ninguna parte de la Biblia dice eso por lo que impone interpretaciones personales en la explicación de un texto. A esto se le conoce como eisegesis es decir, el proceso de interpretación de un texto o parte de un texto, de tal manera que introduce una presuposición propia, una interpretación personal, subjetiva y hasta prejuiciosa sobre el texto.

En realidad, nada es más opuesto a la realidad que esta afirmación. En primer lugar, en el pasaje original, contrariamente algunas traducciones, la palabra “abortar” o “aborto” no aparece como tal. La palabra hebrea para abortar es shakal, la cual aparece en Éxodo 23:26 u Oseas 9:14, pero no aparece en el pasaje de Éxodo 21:22, donde la palabra vertida como abortar no es shakal sino yatsa, que realmente significa salir. Así lo traduce correctamente otras versiones antiguas como la Biblia inglesa King James y la famosa Biblia de Ferrara traducida por los judíos sefarditas en 1553. Esto cambia totalmente la perspectiva del texto, porque significa que la mujer embarazada, a causa de la pelea, ha recibido un golpe por el que da a luz prematuramente a la criatura, lo cual es un riesgo en el que está en juego no solo la vida de la madre, sino también la de la criatura misma. Hasta los lexicógrafos Brown, Driver y Briggs estuvieron en lo correcto cuando listaron Éxodo 21:22 como un caso de un “nacimiento prematuro” (1906, p. 423).

El erudito en Antiguo Testamento Gleason Archer Jr. resumió el punto del pasaje: Lo que se enfatiza es que si la madre o sus hijos eran lesionados, se debía vengar la lesión con una lesión similar para el agresor. Si involucraba la vida (ne-pes’) del bebé prematuro, entonces el agresor debía pagar con su vida. No existe un estatus de segunda clase para el feto en esta regla (1982, p. 248, énfasis añadido). Muchos comentaristas están de acuerdo con esta evaluación del texto. En su Tratado sobre el Alma (cap. 37), Tertuliano (que murió ca. 220 d.C.) aludió a este pasaje en Éxodo 21: “El embrión entonces llega a ser un humano en la matriz desde el momento en que se completa su forma [en la concepción—DM]. La ley de Moisés realmente castiga con penalidades debidas al hombre que cause un aborto, puesto que ya existe allí el rudimento de un ser humano, el cual le ha atribuido ahora la condición de vida y muerte” (1973, 3:217-218). Que ésta es la interpretación correcta de este pasaje, es decir, que estos versículos contemplan la muerte del niño nacido prematuramente, y estipulan la pena por ello, también lo confirma una simple comparación con las legislaciones del Antiguo Oriente Medio como Las Antiguas Leyes Asirias, El Código Hammurabi y El Código de los Hititas las cuales consideraban el aborto voluntario una auténtica abominación. Vea también Jeremías 20:17 y Job 31:15.

En otras palabras, “Si ‘hubiere muerte” (ya sea de la madre, de la criatura o de ambos) como consecuencia, el agresor lo pagará con la suya propia, pero si los daños (para la madre, para la criatura o para ambos) no conllevan muerte, entonces el castigo será proporcional a dichos daños. Por tanto, esta ley, por tanto, no nos plantea, en principio, la situación de un aborto, sino más bien de un parto prematuro. En segundo lugar, contrariamente a nuestros usos lingüísticos, no aparece la palabra “feto” por ninguna parte. Por el contrario, en hebreo se utiliza yeled, niño, sin que se haga así ninguna distinción semántica entre la vida del no-nacido, cualquiera que sea su tiempo de desarrollo, con la del ya nacido. En ambos casos, pues, se trata de “niños”.

Por tanto, en el caso que hubiera muerte de la madre, del niño, o de ambos, el que la causó sería considerado como sujeto a la ley del talión, a la que se cita literalmente a continuación (vs. 23-25). Esto significa que se consideraba al que había causado la muerte del niño de la misma manera que a cualquier otro criminal, y se le adjudicaba formalmente, en principio, la misma pena: había quitado una vida humana, por la que tenía que responder con su propia vida (nefesh tajat nefesh, “alma por alma” o “vida por vida” del vs. 23). Así que, si Dios trató severamente la muerte accidental de un niño no-nacido, ¿cuál cree que es Su opinión acerca del homicidio deliberado de un no-nacido en manos de un doctor de aborto que actúa en complicidad con la madre? La Biblia declara explícitamente cómo se siente Dios al respecto: “No matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío” (Éxodo 23:7). De hecho, una de las cosas que Dios aborrece es “las manos derramadoras de sangre inocente” (Proverbios 6:17; cf. 2 Reyes 8:12; 15:16; Oseas 13:16; Amós 1:13). El aborto es un asunto serio para Dios.

La conclusión de todo esto es evidente: Éxodo 21:22-25 hace del no nacido un sujeto de garantías jurídicas protegido por la ley, lo mismo que un nacido. Por lo tanto, a los que buscan en ese pasaje un arma para defender el aborto les sale el tiro por la culata, porque el significado es exactamente el opuesto al que ellos pretendían.

¿Aborto en Números 5:11-31?

             ¿Y qué hay de Números 5:11-34? Este pasaje habla de un método inusual conocido como el Juicio de Celos donde una pareja iban juntos al sacerdote porque el marido sospechaba que su mujer le ha sido infiel. Como el marido no tenía pruebas ni testigos pero insistía en la infidelidad de su esposa entonces se hacía una prueba donde el Dios que lo sabe todo determinaba si era inocente o culpable (Deuteronomio 17:6,7). Durante el proceso el sacerdote preparaba una bebida mezclada con agua y polvo del Tabernáculo. Al ser tomado estos elementos de un lugar santo era peligroso para alguien en pecado tomárselo. Por tanto, si la esposa era culpable de adulterio sufría dolor físico, vergüenza y la esterilidad permanente. Pero si era inocente, entonces la maldición del agua amarga (o agua de prueba) no le haría daño (V.19). Hay que recordar que en aquellos tiempos no existían detectores de mentiras por lo que Dios se encargaba de dar los resultados de manera sobrenatural. Al decir “Amén” (que así sea) ella aceptaba el conjuro.

Si la mujer se negaba a tomar la prueba tal acción era considerado como una confesión de culpabilidad. Si tomaba la prueba pero sufría los efectos o maldición entonces este resultado era considerado prueba de culpabilidad. En resumen, Números 5:11-31 confirmaba la verdad de Números 32:23 de que “y sabed que vuestro pecado os alcanzará.”  Ahora veamos porque este pasaje bíblico no apoya el aborto por las siguientes razones:

  1. El propósito de esta prueba llamado “El Juicio por Celos” no era para abortar sino para demostrar que la mujer era inocente o culpable de adulterio.
  1. El pasaje no menciona ningún embarazo, ni un feto. De hecho, si la esposa hubiese estado embarazada entonces no habría necesidad de dicha agua de prueba ya que el mismo embarazo hubiese sido la evidencia de que fue infiel. Lo único que podría dar la impresión de un embarazo es cuando dice que el vientre se le hinchaba pero el pasaje tomado en su contexto indica que era por el efecto sobrenatural de la bebida.
  1. El sacerdote no le dio una píldora abortiva sino una bebida con “agua santa” del estanque mezclado con “polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo” y no se conoce nada que cause un aborto con ese tipo de contenido. En otras palabras, no era un líquido abortivo como la mifepristona (RU-486) o algún químico tóxico similar.

María de los Ángeles Roberto dice que a la porción de Números 5 se le agregó un líquido que se encontraba en la materia orgánica muerta de animals llamada “cadaverina” y que eso causaba el aborto. Sin embargo, en ninguna parte de Números 5 dice tal cosa por lo que esto es otro ejemplo donde esta señora comete eiségesis en vez de exégesis.

4.      Con respecto el área afectado de su anatomía, La expresión “que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche” NO se refiere a que la mujer tuvo un aborto sino un prolapso uterino. Aquí la palabra “muslo” es un eufemismo para indicar las partes privadas (órganos reproductivos) del hombre o la mujer. Vea por ejemplo Génesis 24:2,3 donde también se usa la misma palabra en ese mismo sentido.

En otras palabras, el vientre de la mujer infiel se hinchaba y su “muslo” (genitales) era lo que caía, no un feto abortado. Los médicos denominan esta condición o movimiento del útero hacia abajo debido a que las estructuras de soporte se debilita como prolapso pélvico, prolapso uterino o prolapso vaginal. Este problema también es descrito en antiguos documentos médicos literarias (Vea “Uterine Prolapse: From Antiquity to Today, Keith T. Downing).

Además, si el pasaje se refería a un aborto bien pudo haber utilizado la expresión “abortivo” como hace en otros lugares del Antiguo Testamento como Job 3:16 y Eclesiastes 6:3. Sin embargo, en Números 5 no lo hace porque no se trata de un aborto.

  1. Aun si la interpretacion de los ateos y feministas fuera correcto eso no apoyaria el aborto ya que Dios era el que causaba los efectos de dicha agua de prueba y como Creador y Dueño de toda vida es el único que tiene derecho de quitarla, no el hombre.

6.      La Nueva Versión Internacional en inglés (NIV, 2011) y la Biblia Dios Habla Hoy (DHH) son las únicas versiones de la Biblia que los ateos y feministas citan porque saben que todas las demás no usan la palabra “criatura” o “miscarriage” (aborto espontáneo) en Números 5. Por tanto, cometen la falacia de evidencia incompleta (supresión de pruebas). Además, los eruditos bíblicos indican que ambas traducciones son erróneas pues la palabra “muslo” en el hebreo no es lo mismo que “criatura” o “aborto espontáneo”.

De hecho, La Nueva Versión Internacional en español ni siquiera dice “aborto espontáneo” y dicha traducción adulterada tampoco tendría sentido ya que si Números 5 se tratara de un aborto entonces no hubiese sido espontáneo sino voluntario. En cuanto a la “Biblia” Dios Habla Hoy, en su prefacio admite no ser una traducción palabra por palabra del idioma original sino una paráfrasis. Por esta razón los expertos dicen que es totalmente desaconsejable.

  1. ¿Y qué hay del marido? En primer lugar, esta ley era para proteger a la mujer de las consecuencias de una sospecha precipitada y sin fundamento de parte del esposo. En otras palabras, sin esta ley el marido celoso y paranoico podía acusar injustamente a su mujer de infidelidad. Por tanto, esta ley demostraba que la sola palabra del hombre no era suficiente para condenarla. Además, la declaración de Dios sobre su inocencia era irrefutable por lo que se salvaba su reputación, su vida y relación marital.

De hecho, en las culturas antiguas de esa época donde la mujer era considerada inferior al hombre tenían el código de Hamurabi la cual demandaba que en tales situaciones la mujer fuera echada al río, si sobrevivía era inocente y si no fue porque era culpable por lo que podemos notar que la prueba bíblica presenta mucho menos peligro para una mujer inocente. Así que, aunque este ritual se enfocaba en la mujer en ninguna manera implicaba que el hombre que cometiera adulterio quedaba excusado, ya que la ley castigaba a ambos sexos (Vea Levítico 20:10). Sin olvidar que si la mujer quedaba inocente entonces el hombre llevaba la culpa de haberla sometido a esta prueba. (Vea Deuteronomio 19:18,19).   Por tanto, Números 5:11-34 no habla de un aborto ritual practicado por un sacerdote. Torcer el significado de este pasaje bíblico solo para apoyar una postura inmoral demuestra lo desesperado que están los ateos y las feministas quienes ni siquiera les importa lo que dice el resto del libro de Números.

¿Feministas en la Biblia?

           María de los Ángeles Roberto también da ejemplos de mujeres destacadas en la Biblia como María Magdalena lo cual ningún cristiano discute pero ignora que ninguna de esas mujeres santas eran feministas radicales (o feminazis) y que si de verdad quiere imitar mujeres de la Biblia entonces por qué no sigue el ejemplo de Sifra y Fúa quienes se opusieron a cualquier causa de terminación humana durante el embarazo (Vea Éxodo 1:15-22). Sin darse cuenta estas dos valientes mujeres se convirtieron en una viva ilustración de Proverbios 24:11 que dice, “Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte” y Proverbios 31:8 que también dice, “Abre tu boca por el mudo”. En otras palabras, Sifra y Fúa no solo salvaron un sinnúmero de vidas sino que también se convirtieron en la voz de los que no tienen voz.

En cambio, parece que la tal María de los Ángeles Roberto prefiere imitar a “esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a que cometan actos inmorales” (Apocalipsis 2:20). Ni siquiera una de las primeras activistas y pionera del feminismo, Alice Paul, estaría de acuerdo con esta señora ya que declaró que “El aborto es lo último para abusar ilegítimamente a la mujer. El aborto es violarte hasta las entrañas”. Tampoco olvidemos las voces de verdaderos teólogos cristianos, médicos y abogados pro vida quienes también rechazaron el aborto legal durante su participación en la audiencia frente a los legisladores en Argentina.

Conclusión

         En fin, esta señora no sabe de teología bíblica y tampoco de ciencia. Ningún verdadero cristiano apoyaría el genocidio y holocausto de infantes que ocurre millones de veces en las clínicas de abortos por lo que queda claro que esta apóstata es una loba disfrazada de ovejita en su iglesia metodista. De verdad me gustaría ver a esta falsa cristiana en un debate público con los argentinos Agustín Laje y Nicolas Marquez. Aunque creo que ya todos sabemos cuales serían los resultados, saludos

“Una mujer que destruya deliberadamente un feto, es culpable de asesinato. Y cualquier distinción sobre si su ser está completamente formado o no, no es admisible entre nosotros.” – San Basilio de Cesarea, llamado Basilio el Magno, fue obispo de Cesarea, uno de los Padres de la Iglesia Griega y preeminente clérigo del siglo IV

Fuentes:

https://palabrafiel.org/aborto-lo-que-dios-ve/

http://protestantedigital.com/blogs/2573/Exodo_y_su_famoso_texto_sobre_el_aborto

https://westminsterhoy.wordpress.com/2009/12/09/exodo-2122-25-y-el-aborto/

http://espanol.apologeticspress.org/espanol/articulos/3359

https://miguelangelros.es.tl/ERRORES-EN-LA-VERSION–g-DIOS-HABLA-HOY-g-.htm

http://blog.abolishhumanabortion.com/2015/01/numbers-5-and-water-of-bitterness.html

https://bendigamosaotros.wordpress.com/escritos/version-popular-dios-habla-hoy-una-biblia-alterada/

http://juanstraubinger.blogspot.com/2014/11/la-biblia-dios-habla-hoy-no-es-catolica.html

https://adelantelafe.com/biblias-en-espanol-buenas-y-malas/

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/uterine-prolapse/symptoms-causes/syc-20353458

http://alpreacher.co.uk/apologetics/unfaithful-wives-suspected-warned-numbers/

 https://barbwire.com/2014/03/17/unfinished-debunking-lies-bible-part-8-gods-abortifacient/