¿Tierra Vieja Vs Tierra Joven?

La teología de la Tierra Vieja crea problemas innecesarios para la salvación porque presenta un falso evangelio, uno en la que la muerte no es la penalidad por el pecado sino una parte natural de la creación de Dios” – Jason Lisle, astrónomo y apologista cristiano

          Todo cristiano cree que Dios es el Creador del cielo y la tierra. Sin embargo, no todo cristiano está de acuerdo con respecto a la edad de la tierra. Por ejemplo, Hugh Ross de “Reasons to Believe” y Jorge Gil de “Cross Examined en español” creen en una Tierra Vieja de millones de años porque según ellos “varios de los padres de la iglesia y muchos de los teólogos de la antiguedad no se subscribían a una tierra joven” de miles de años (Hugh Ross, Creation and Time, 1994 y “Me resbala si eres creacionista de la Tierra Joven”, video en Youtube). Otros creen en el teísmo evolutivo o creacionismo progresivo (como Fe Razonable en Español y Rincón Apologético de Santiago Alarcon) porque han sido mayormente influenciados por William Lane Craig, Francis Collins, John Walton, Heisser o Michael Jones (IP). En cambio, otros cristianos se inclinan más a la posición del creacionismo de Tierra Joven. 

          ¿Y por qué hay creacionistas de Tierra Joven? Para empezar, preferimos ser llamados creacionistas bíblicos. Primero porque 6,000 años no es una edad joven sino mucho tiempo y segundo porque nuestra creencia es una consecuencia de aceptar la autoridad de la Palabra infalible de Dios quien sabe la edad de la Tierra pues fue el que la hizo. Entendemos que esto puede sonar radical y escandoloso para el que ha sido adoctrinado desde su infancia con la teoría de la evolución o el Big Bang pues estas creencias no se debate en la Academia de Ciencia o en el salón de clases sino que se enseña de manera dogmática y sin cuestionamientos. El que ha visto el video documental de Ben Stein títulado “Expulsado: No se permite la inteligencia” o “IndoctriNation” de Joaquín Fernández sabe que cualquier cientifico, profesor o estudiante que se atreva a cuestionar la evolución de Darwin es tratado como un “hereje” por los creyentes de dicha teoria. No al revés.

           Lamentablemente, algunos cristianos también muestran esta misma actitud intolerante. Tanto ateos y teístas evolutivo o creacionistas progresivos critican a los creacionistas de Tierra Joven por no estar de acuerdo con el mito de la evolución o la idea de millones y millones de años. Hasta hay que tener mucho cuidado de tocar este tema pues la evolución es tratado como un dogma religioso por ambos grupos o como si fuera el libro 67 (o 74 si eres católico) de la Biblia. 

Algo de Historia

           Tanto los antiguos judíos como el historiador judío Flavio Josefo, los Padres de la Iglesia como Teófilo de Antioquía, Agustín de Hipona u Orígenes y los Fundadores de la Reforma Protestante como Martin Lutero y Juan Calvino estaban todos de acuedo con que la edad de la Tierra tenía miles y no millones o billones de años lo cual según La Patrística era creído por los antiguos filósofos griegos y otros paganos. Algunos creacionistas de tierra vieja o teístas evolutivos sostienen que hay poca riguroisdad en los primeros siglos de la iglesia existieron escuelas de diferentes interpretaciones (una simbolica y otra literal), lo mismo sucedió entre las escuelas judías del Segundo Templo. Aunque esto es cierto, muy pocos judíos de la antigüedad como Filón de Alejandría la interpretaban alegóricamente y eso era porque estaba influenciado por la filosofía griega. Pero la gran mayoría como el reconocido historiador judío, Flavio Josefo, la interpretaban literalmente al igual que la tradición judía. Además de que ninguno de los antiguos judios que interpretaban los primeros capítulos ya sea de manera literal o simbólico se suscribía a una tierra vieja de millones o billones de años sino solo de miles.

            Lo mismo se puede decir de los Padres de la Iglesia. La gran mayoría de ellos como Teófilo de la escuela de Antioquía (donde se le llamó a los discipulos con el nombre cristianos por primera vez) la interpretaban literalmente excepto Orígenes de la escuela de Alejandria, Egipto y Agustín de Hipona. Sin embargo, aceptaban que Adán y Eva y los sucesos en el Huerto del Edén fueron historia real, es decir, creían que una interpretación no descarta la otra pues un evento histórico también puede tener un significado simbólico como cuando se compara la roca de Moisés con Cristo o el primer Adán con el postrer Adán (Cristo). De hecho, Orígenes hasta pensaba que el sepulcro de Adán se encontraba debajo de la roca Gólgota donde fue crucificado y enterrado Cristo mientras que Agustín de Hipona argumentó varias veces contra la herejía pelagiana la cual negaba el pecado original diciendo que la Caída nunca ocurrió literalmente.   

          Por cierto, el Concilio de Trento de la iglesia católica romana determinó en la 4 sección, capítulo 4, que la interpretación de la Escritura y todo aquello que esté vinculado a la fe de la iglesia debe estar en concordancia con el consenso unánime de los Padres de la Iglesia. Por tanto, aquellos apologistas católicos como Dante Urbina, Santiago Alarcón y otros que interpretan la edad de la Tierra de manera contraria del consenso patrístico están en desobediencia con su propio magisterio la cual ellos mismos afirman ser “infalibles” pues ni Agustín de Hipona (La Ciudad de Dios 12,10), ni Clemente de Alejandría (Lecturas de Catequesis 3,5)., ni Ireneo (Adv. hær. V, 28, 3) , ni Teófilo de Antioquía (Teófilo 3,28), ni Hipólito de Roma (Sobre el Hexámeron), ni Orígenes (Contra Celso 1,19) ni los demás padres dijeron que según la Biblia la tierra tiene millones o billones de años sino solo miles (entre 6,000 a 10,000) de años. Como admite el creacionista de tierra vieja, el Dr. Davis Young, “Los Padres de la Iglesia también sugirieron que el mundo tenía menos de seis mil años en el tiempo de Cristo debido a la cronología de la genealogías de Génesis 5 y 11 y otras informaciones cronológicas de las Escrituras.” (Young 1982, p. 19). 

           Lo mismo aplica para evangélicos y protestantes. Aquellos creacionistas de tierra vieja o teístas evolutivos que se identifican con el protestantismo también caen en contradicción al interpretar la edad de la Tierra de manera opuesta al de los principales líderes y fundadores de la Reforma Protestante como Lutero, Calvino, Wesley y otros. Martín Lutero (DC 1483-1546) por ejemplo escribió sobre este tema diciendo: “De Moisés, sin embargo, sabemos que, hace 6000 años el mundo no existía.” (Martin Luther, Lectures on Genesis, in Luther’s Works, ed. Jaroslav Pelikan, St. Louis, MO: Concordia, 1958) y (The Preservation of the Church, 1532-1546, p.138 y Luther, Lectures on Genesis, in Works, 1:5; 1:122 y 1:124). De hecho, hace poco la Iglesia Luterana en Estados Unidos aprobó una resolución en su convención reafirmando la creencia bíblica de que Dios creó la Tierra “en seis días naturales” y que la creación de Adán como el primer ser humano fue un “evento histórico” y rechazó las afirmaciones de la teoría de la evolución lo cual es consistente con lo que afirmaba su propio fundador, Martin Lutero (Christian Post, 26 de julio del 2019).

             Similarmente y al igual que Lutero, Juan Calvino (d.C. 1509-1564) leyó el Génesis como “la historia de la creación” y afirmó: “Si bien es cierto que la duración del mundo, ahora declinando hacia su fin, no ha alcanzado seis mil años, la obra de Dios no fue terminada en un momento sino en seis días”. (Calvin 2009, p. 90 y J.T. McNeill, editor, Calvino: Institución de la Religión Cristiana I, Louisville, KY: The Westminster Press, 1960, p. 160-161, 182). Por tanto, aquellos como William Lane Craig o Michael Jones de Inspiring Philosophy mienten cuando dicen que el creacionismo de tierra joven es algo nuevo pues son ellos los que sostienen una postura reciente, modernista y sin respaldo bíblico ni histórico. Al quedar desarmados en este asunto lo único que les queda es mentir y ser deshonesto como hace el creacionista progresivo Hugh Ross o William L. Craig o admitir que no creen en la infabilidad de la Escritura (lo cual hacen al poner las palabras de hombres por encima de la misma Palabra de Dios) e irse en contra de la Biblia y en contra del consenso Patrístico o reformada la cual refuta su creacionismo de tierra vieja. 

           Note que no estamos hablando de cualquier cristiano sino de los Padres de la Iglesia, historiadores (como Beda el Venerable y James Ussher), grandes teólogos, filósofos cristianos y traductores de la Biblia como Martin Lutero, William Tyndale y Casiodoro de Reina (alemán, inglés y español). ¿Y cómo llegaron todos ellos a esa misma conclusión? Leyendo la Biblia. Por tanto, ¿acaso la religión judeocristiana estuvo equivocada por más de 2,000 años y ahora fue que encontramos la verdad gracias a Hugh Ross, John Walton, William L. Craig y Michael Heisser? ¿Acaso Hugh Ross esta más instruido que el historiador y experto en griego y hebreo, James Ussher? ¿Qué lectura bíblica ha hecho William L. Craig que los Padres de la Iglesia o de la Reforma Protestante no han hecho?

          Pero no solo eso, sino que los grandes científicos cristianos y padres de la ciencia moderna tales como Johannes Kepler, Francis Bacon y Sir Isaac Newton (considerado por muchos como el mejor astrónomo de la historia humana) no solo aceptaban el Argumento del Diseño sino que también calcularon que la tierra tenía miles y no millones o billones de años (Vea Principia Mathematica, 1687 y Chronology of Ancient Kingdoms, 1728). Luego otros grandes científicos cristianos como Maxwell, Kelvin y Fleming tenían ya conocimiento de la teoría de Darwin (juntamente con la idea de una Tierra Vieja de millones de años) y los tres la rechazaron. Algo que la “ciencia” secular moderna nunca publica. Esto también lo admite el teólogo y creacionista de tierra vieja, C. John Collins. De hecho, no fue hasta el siglo 18 o 19 que tales creencias empezaron a volverse popular por medio de científicos agnósticos y deístas anticristianos como James Hutton (1788) y Charles Lyell (1797-1875) quien admitió tener una agenda anti Biblia al decir que quería, “Librar la ciencia de la geología de Moíses” (Charles Lyell: Letter to George Scrope, June 14, 1830) y luego Carlos Darwin (1809-1882) quien dejó de ser cristiano para volverse agnóstico gracias a la influencia de los primeros dos y debido a su propia “teoría” de la evolución (Ft. Wayne Journal-Gazette, 1/4/82 y Frank B. Brown, The Evolution of Darwin’s Religious Views, p.27).        

            Una vez popularizado y aceptado las teorías naturalistas de estos tres hombres en su propio país (Inglaterra) el cristianismo disminuyó y ahora más del 71% de las personas viviendo en esa nación no se consideran religiosos (Science and Religion Exploring the Spectrum: New Evolution Survey Shows That Whilst the Majority of People in UK And Canada Accept Evolutionay Science, Non Religious, 5 de septiembre del 2017). Como cuenta el escritor, abogado y comentarista, Ben Stein, en su documental, “Expulsado, no se permite la inteligencia”: “La historia de des-conversión del Dr. Provine y otros como Karl Marx, Joseph Stalin, Andrew Carnegie y muchos otros, era típica entre los darwinistas que entrevistamos…Parece ser que el darwinismo conduce en efecto al ateísmo”.

          Por tanto, la teoría de la evolución ha conducido a muchos al ateísmo o el agnosticismo. ¿Por qué? Porque como dijo el biólogo evolutivo y filósofo agnóstico, Thomas Henry Huxley, conocido también como “El bulldog de Darwin”, “Está claro que la evolución es directamente antagónica a la creación … la evolución, si es aceptado coherentemente, hace imposible creer en la Biblia” (citado por Fred John Meldau, “Why We Believe in Creation, Not Evolution”, p.8). Hasta el mismo ex vice presidente de BioLogos, el Dr. Karl Giberssto, quien escribió, “Cuando los jóvenes evangélicos se vuelven “científicamente” informados [refiriendose a los que creen y defienden la teoría naturalista de la evolución] se alejan tanto de sus iglesias que terminan apartados…muchos de mis estudiantes más talentosos ya no atienden a ninguna iglesia y han abandonado completamente sus tradiciones de la fe cristiana” (Giberson, K, 2013, Was a Terrible Year for Evolution, www.thedailybeast.com, January 2014).

            Algunos creacionistas de Tierra Vieja dicen que su creencia no tiene nada que ver con la macroevolución sin embargo la idea de una Tierra de miles de millones de años ha sido la base para la idea de una evolución de especies ya que según los mismos evolucionistas sin una tierra vieja no puede haber macroevolución. De hecho, fue la que abrió la puerta o el camino a la idea de la evolución de Darwin y son muchos los cristianos que una vez empiezan a creer en una tierra de miles de millones de años luego terminan dejando de creer en la Biblia, principalmente en el relato de Génesis. El reconocido biólogo evolutivo, Ernst Mayr, entiende que la revolución Darwiniana empezó como una bola de nieve cuando se empezó a negar la idea de una tierra de solo 6,000 años por una tierra muy vieja y luego terminó con una gran avalancha (Ernst Mayr, The Nature of the Darwinian Revolution, Science, Vol. 176, June 2, 1972, 988).

             No tiene sentido ni es razonable para un cristiano irse en contra de un consenso cristiano (como la Patrística o reformada) para luego irse a favor de un consenso que es totalmente opuesta, anticristiana y materialista. En otras palabras, ¿por qué estos cristianos están obteniendo su información de las cabras en vez de las ovejas? ¿No es eso beber de la fuente equivocada? Además lo que es “ciencia” para ellos no significa que realmente lo sea y la ciencia es solo un método usado por científicos que tienen diferentes creencias, presuposiciones e interpretaciones del mundo natural (creacionistas de tierra joven, de tierra vieja, teístas evoluticos o evolucionistas ateos, etc.). El otro problema es que ¿desde cuándo la Biblia tiene que ser interpretado a la luz de una academia secular y naturalista que no tiene nada que ver con Dios y la Biblia? Al contrario, como admite el profesor evolucionista, Richard Lewontin, “No se permite un pie divino, en las Academias científicas.” Hasta un inmunologo de la Kansas State University, el Dr. Scott Todd, dijo que “Aun si toda la información apuntara a un diseñador inteligente, tal hipótesis es excluida de la ciencia porque no es naturalista” (Dr. Scott Todd, revista Nature 410 (6752): 423, 30 de septiembre de 1999). Por tanto, si vamos a rechazar un milagro de la Biblia porque una falsa ciencia no lo quiere aceptar entonces siguiendo esa misma lógica o nuevo método de interpretación tendriamos que rechazar todos los milagros de la Biblia (incluyendo a Dios como creador del universo, la resurrección de Cristo y su nacimiento virginal) puesto que la Academia “científica” actual es materialista y antisobrenaturalista (1 Timoteo 6:20). De hecho, esto no sería nada nuevo pues lo mismo hicieron los teólogos liberales y antisobrenaturalistas de la Alta Crítica. Acá más citas de lo que piensan otros reconocidos teólogos, filósofos y científicos:

               Al decidir por tanto seguir a la ciencia [la noción de ‘miles de millones de años’ de historia terrestre] en vez de la Escritura en temas de orígenes, enseguida, aunque no sin dolor, me deslizé hacia abajo a la llamada pendiente resbaladiza hacia la incredulidad.” (Ronald L. Numbers, 2006. The Creationists, p.13). 

“Muchos cristianos son tentados a creer en billones de años porque confían en lo que los científicos seculares enseñan. Sin embargo, tales cristianos aceptan fácilmente la resurrección de Cristo, el nacimiento virginal, Jesús convirtiendo agua en vino y otros eventos sobrenaturales que son rechazados por científicos seculares. Algunos podrán responder diciendo, “Pero esos son actos milagrosos, los milagros de Jesús van más allá de las leyes naturales. La norma de los procedimientos científicos no los aplica.” ¿Pero no es la creación un evento milagroso también? Dios habló y el mundo fue hecho (Génesis 1:3; Salmo 33:6,9; Lamentaciones 3:37 y Hebreos 11:3). De hecho, la creación es uno de los milagros más grandes que Dios ha hecho por lo que también va más allá de las leyes naturales. Por tanto, si descartamos arbitrariamente la posibilidad de la acción sobrenatural de Dios en Génesis por las teorías naturalistas del hombre como la evolución, entonces para ser lógicamente consistentes, tendríamos que rechazar también los otros milagros de las Escrituras, incluyendo la resurrección de Cristo y la resurrección es ciertamente un “asunto de salvación” (Vea 1 Corintios 15:14,17).” – Jason Lisle, científico y apologista cristiano, Why Genesis Matters 

Aunque el famoso apologista y evangelista, R.C. Sproul, siempre rechazó la evolución hubo un tiempo en que pensaba que la idea de una Tierra Vieja de millones de años podía ser posible. Pero luego cambió de opinion y declaró que ahora creía en los 6 días literales de Génesis y en el creacionismo de Tierra Joven de miles de años, no millones. “En la mayor parte de mi enseñanza, yo consideraba la hipótesis [creacionismo progresivo] como una posibilidad. Pero ahora he cambiado de opinión. Ahora sostengo una creación de 6 días literales la cual es la cuarta alternativa y tradicional. Génesis dice que Dios creó el universo y todo en ello en 6 períodos de 24 horas. De acuerdo a la hermeneutica de la Reformación Protestante, la primera opción es seguir el sentido normal del texto. Uno tiene que hacer mucho malabarismo hermeneutico para escapar el simple significado de Génesis 1-2.” (R.C. Sproul, Truths We Confess, 2006).

     ¿Pero no es el consenso académico de la comunidad científica o las interpretaciones de creacionistas de la Tierra Vieja como John Walton, Francis Collins, William Lane Craig o Heisser la más correcta? Si le damos importancia al consenso académico como deberíamos y lo que dicen los expertos como lo hacemos en otras áreas, esto nos llevaría a dudar de la interpretación de una Tierra Joven.” 

         Muchas veces los mismos creacionistas progresivos o teístas evolutivos, como los youtubers Michael Jones (alias “Inspiring Philosophy”) y Ben Stanhope, que dicen “Pero en el original no dice eso” ni siquiera son expertos en el hebreo ni en el griego bíblico y cuando mencionan eruditos del Antiguo Testamento solamente mencionan a aquellos que piensan como ellos lo que demuestra deshonestidad intelectual (cherry picking y falacia de autoridad) puesto que no todo erudito del Antiguo Testamento interpreta el Génesis de la misma manera. Pero tal parece que para esta gente los únicos “eruditos” son aquellos que están de acuerdo con ellos.

       Además, su agumento apela a la falacia del consenso, la falacia de autoridad (argumentum ad verecundiam) y ad populum. Hay varios ejemplos en la historia donde un consenso académico o la mayoría de los científicos sostenían una creencia hasta que una persona (como en el caso de Galileo) se dio cuenta que estaban equivocados. Tales casos se les conoce como “descubrimientos  científicos”. La misma Biblia también enseña que la verdad no es lo que opina la mayoría (Vea Mateo 7:13-14).  Por tanto, la ciencia simplemente no es democrática, ni perfecta y si un cristiano quiere apelar a un consenso entonces ¿por qué no mejor ir a uno que es cristiano como el de los Padres de la Iglesia o el Magisterio de la Iglesia (sensus fides) que uno secular? Ninguno de ellos creía en la evolución de las especies, ni en una vieja tierra de millones de años a pesar de que estas ideas ya era conocida en su tiempo. Agustín de Hipona (La Ciudad de Dios 12,10), Clemente de Alejandría (Lecturas de Catequesis 3,5), Ireneo (Adv, haer. V, 28,3), Teófilo (Teófilo 3,28), Origenes (Contra Celso 1,19), Basilio Magno (Hexameron 2,8); Tomás de Aquino (La Suma teológica) y prácticamente todos los verdaderos eruditos bíblicos a través de la historia judeo-cristiana siempre han interpretado el relato de la creación de Génesis y el diluvio universal de manera literal. Todos creían en una Tierra joven, de miles de años, no millones.

      Sin embargo, en vez de creer en este consenso de cristianos, los teístas evoluticos y creacionistas progresivos prefieren creerle a un consenso secular y actual la cual está compuesto de personas ateas, deístas y agnósticas. Además, el consenso no solo cree en una edad vieja de millones de años sino que también cree en la macroevolución y rechaza el teísmo evolutivo, la resurrección literal de Cristo, el nacimiento virginial de Cristo y los demás milagros de la Biblia. ¿Estan dispuestos los creacionistas progresivos a aceptar todo esto ya que el consenso lo dice? Se puede dar varios ejemplos históricos de cuando un consenso científico aceptaba una creencia como cierta para luego darse cuenta que estaban en el error. El consenso de hoy no es diferente, principalmente cuando está muy politizado y tratan como “hereje” a cualquiera que se atreva a cuestionar el dogma de la evolución. La verdad simplemente no es lo que opina su científico, teólogo o apologista favorito o el más popular sino lo que dice Dios en Su inerrante Palabra.

       Como cristianos debemos recordar que no es en un consenso o un grupo selectivo de personas que debemos poner nuestra fe sino en la Palabra de Dios la cual es Su propio intérprete y nuestra autoridad final pues poner teorías de hombres falibles por encima de la Palabra infalible de Dios es desobedecer las mismas Escrituras (Hechos 17:11; 2 Pedro 1:20 e Isaías 8:20). Después de todo, nadie estuvo ahí cuando se creó el universo, excepto su Creador, por lo que sólo Dios sabe la edad correcta.

“¿Pero no son los días de Génesis alegóricos, no literales y por ende la idea de que el Génesis y una Tierra Vieja sean técnicamente compatibles y más probable a una Tierra Joven?”     

      En cuanto a evidencia histórica se refiere, es importante recordar que la Biblia vino de los judios y que el texto original está escrito en su propio idioma. Por tanto, ¿cómo entendieron ellos el Génesis? Literalmente. Según historiadores judíos del siglo I como Flavio Josefo afirmaron que los días en Génesis son días regulares y que los judíos del tiempo de Jesús creían que la tierra tenía miles y no millones de años (Vea al principio de los 15 libros de sus Antigüedades judías). Esto también se puede ver en el calendario hebreo y otras obras antiguas de los judíos. Esto no solo contradice la vieja edad que proponen los creacionistas progresivos quienes tratan de acomodar su creencia en la Biblia (eiségesis) sino también la reinterpretación de algunos de ellos quienes afirman que los días en Génesis no son días literales de 24 horas sino días alegóricos que representan largos periodos de tiempo. Sin olvidar que los judíos dividieron sus escritos en tres grupos: históricos, poéticos y proféticos. Génesis lo incluyeron entre los escritos históricos. O sea, aceptaron el relato de la creación y el Diluvio de Noé como histórico. No como un mito, una poesía o algo simbólico como sostienen algunos teólogos modernos y liberales. El estudio de La Patrística de los llamados “Padres de la Iglesia” y la historia cristiana de los fundadores de la Reformación Protestante también nos han enseñado esto. Por tanto, dicha reinterpretación del Génesis (Tierra Vieja de millones de años) nunca fue enseñada por los antiguos judíos ni por la iglesia primitiva.

    En cuanto a la evidencia bíblica, sabemos que no se puede interpretar toda la Biblia literalmente. Ningún creacionista bíblico discute eso. También reconocemos que hay diferentes formas de interpretar el Génesis pero obviamente y según la ley de la no contradicción no todas pueden estar correctas. Tratar de meter millones de años en los días de la creación de Génesis (cosa que no enseña la Biblia) no es seguir las reglas de la hermeneutica ni hacer exégesis sino eiségesis lo cual es mala interpretación. También sabemos que la palabra “día” (yom en el hebreo) puede tener varios significados, incluyendo un largo periodo de tiempo. Pero no en el contexto de Génesis. ¿Por qué? Por las siguientes razones:

1. Usando las reglas de la hermenéutica, en Génesis 1 encontramos que cuando un número, y la frase “la tarde y la mañana” son usados para cada uno de los seis días de la creación (Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31) entonces tenemos lo que se conoce como una relación semántica. Por tanto, según requiere las reglas de gramática y el lenguaje de comunicación, se trata de días literales de 24 horas y no millones de años. Un ejemplo de esto lo vemos en las 7 vueltas de Jericó donde también se usa la frase, “El séptimo día” y la cual se refiere claramente a un día literal (Josué 6:3-5). Las palabras, “tarde y mañana” en Génesis 1 siendo palabras normales nos ayudan a entender el significado de que la palabra día también se refiere a un día normal. En otras palabras, Dios mismo define esta palabra literalmente y esta misma fórmula es usada para los demás días.

2. Fuera de Génesis 1, la palabra “día” (yom) se usa con un número 410 veces y con las palabras “tarde”, “mañana” y “noche” de manera asociadas y cada vez significa un día normal, ¿Por qué sería Génesis 1 la excepción si se usa de la misma manera?

3. Hay otras palabras en el hebreo bíblico (como olam o qedem) que son muy apropiadas para comunicar largos periodos de tiempo, o tiempo indefinido, pero ninguna de esas palabras es usada en Génesis 1.

4. Hasta el mismo Dr. James Barr (erudito en Hebreo y Profesor Oriel de la Universidad de Oxford) y quien no cree que Génesis es historia verdadera admitió lo siguiente con respecto al lenguaje de Genesis 1: “Hasta donde yo sé no hay ningún profesor de hebreo o del Antiguo Testamento de alguna universidad reconocida que no crea que el escritor de Génesis 1 al 11 intentaba comunicar a sus lectores la idea de que la creación tuvo lugar en una serie de seis días que fueron los mismos días de 24 horas que experimentamos ahora los números contenidos en las genealogías de Génesis proveían por suma simple una cronología desde el comienzo del mundo hasta las etapas posteriores en la Biblia. El diluvio se entiende que fue global y que se extendió a todos los humanos y animales excepto los que iban en el arca.” (James Barr, Carta a David C,C, Watson, abril 23, 1984).

         Otro erudito en el hebreo con doctorado en estudios conexos es el Dr. Stephen Boyd quien realizó comparaciones estadísticos, un tipo de verbos de frecuencias, entre texto hebreo histórico y poético y llegó a la conclusion de que el género o estilo literario narrado en Génesis 1 es claramente histórico y no poético. Además, el diccionario clásico y respetado del lexicón (un diccionario de una sola vía) hebreo/inglés tiene siete titulares y muchos subtítulos para la palabra “yom” pero define los días de la creación de Génesis 1 como días normales bajo el título “día definido como tarde y mañana”.

5. Si los días de la creación son en realidad millones de años, entonces el mensaje del evangelio es debilitado en su fundamento porque pone la muerte, la enfermedad, las espinas y el sufrimiento antes de la Caída.

6. Entonces, ¿por qué los 6 días en Génesis no pueden representar un segundo o millones de años? Dios mismo da la respuesta en Éxodo 20:11 la cual dice, “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.” En otras palabras, esta respuesta es la base para el cuarto mandamiento y para nuestra semana de siete días donde se ordena a los israelitas a trabajar seis días y descansar en el séptimo. Esta es la razón por la que Dios, deliberadamente, se tomó seis días para crear este principio. Si los 6 días de Génesis representaran millones de años entonces tendríamos una larga semana de trabajo lo cual no tendría sentido.

7. La manera que Dios creó el universo y el orden de los eventos de la creación de Génesis es completamente diferente al orden que enseña la teoría de la evolución cósmica.

8. ¿Pero en el día 7 no se menciona la frase “mañana y tarde” no prueba eso que los dias son largos periodos de tiempo? En primera dicho argumento apela al argumento del silencio y ya quedó demostrado que las palabra “día” en su contexto de Génesis indica un día normal de 24 horas. No hay nada en Génesis que indique que esta misma fórmula haya cambiado en el séptimo día.

     Entonces ¿por qué no aparece la frase en esos versículos para el séptimo día? Simple, el séptimo día fue un día especial y así mismo lo explica Dios cuando escribió los 10 mandamientos diciendo que el sábado judío es decir el sabbath sería un día santo y por eso lo bendijo.

9. Hasta Jesús mismo dijo en Mateo 19:4 y Marcos 10:6 que la creación de Adán y Eva fue el principio de la creación lo cual contradice el teísmo evolutivo y el creacionismo de Tierra Vieja. ¿Acaso Jesús siendo el Creador del universo se equivocó (Juan 1:1-3 y Colosenses 1:16-17)? Eso no tendria sentido y asumir tal cosa sería poner en duda la onmisciencia de Dios.

10. Históricamente y por más de 2,000 años, la religión judeo cristiana siempre ha enseñado que el universo tiene miles y no millones de años. En cambio, el creacionismo progresivo y teísmo evolutivo son una nueva doctrina que trata de reinterpretar el Génesis e introducir subjetivamente en ella la idea de millones de años lo cual es parte importante o base para la teoría de evolución de Darwin. Tal intento es un ejemplo de eiségesis pues no sigue las reglas de la hermenéutica, ni la exegésis bíblica. 

11. Las plantas fueron creadas en el tercer día mientras que el sol y su luz la cual sostiene la vida de la planta fue creada en el cuarto día. Si los días de Génesis 1 significara grandes largos períodos de tiempo entonces la vegetación no hubiese sobrevivido para darla la bienvenida al sol. En cambio, sí pueden sobrevivir un día sin sol, pero no millones o billones de años sin sol. 

       “Los CTJ dicen que Adán y Eva fueron creados en el principio de la creación lo cual contradice el orden de la evolución y la idea de una Tierra Vieja (Mateo 19:4 y Marcos 10:6). Sin embargo, el Dr. William Lane Craig dice que Adán y Eva no pudieron ser creados en el principio porque fueron creados en el día sexto lo cual no es el día primero o el principio de la creación.”

            Sin embargo, hay tres tipos de problemas con este mal argumento. En primer lugar, con “creación” no nos referimos al primer día de la creación ni Jesús tampoco sino al proceso de la creación la cual fue en seis días y donde Jesús dice que el hombre y la mujer ya estaban presente (día sexto). El apóstol Pablo confirma esto en Romanos 1:20 donde dice que nadie tiene excusa para negar esto porque han visto su poder en la naturaleza “desde la creación del mundo” lo cual no sería cierto si el mundo se hubiese creado hace billones de años antes de la aparición del hombre. Pero si el hombre y el mundo fueron creados en la primera semana entonces sí tuvo acceso a la creación desde el día sexto cuando el mundo todavía estaba siendo creada al final de esa semana pues después de la creación del hombre creó más animales y plantas en el huerto del Edén como prueba de que Dios fue Su Creador y lo cual explica el orden diferente entre Génesis 1 y 2. No miles de millones de años después. 

     Segundo, la primera semana cuenta como el principio ya que Jesús se está refiriendo a los primeros días de la creación y nosotros mismos usamos este tipo de expresión como cuando decimos por ejemplo, “A principios de los años 90” o “A principio de la segunda guerra mundial.”. Cuando alguien me pregunta cuándo yo nací de nuevo en Cristo sé que fueron entre los días 3 al 7 de marzo pero no me acuerdo el día exacto. Solo recuerdo que fue durante los primeros días de marzo por lo que siempre respondo diciendo que fue a principios de marzo. ¿Acaso eso está incorrecto? No. También puedo decir que el principio de mi vida fue en 1975. Eso es todo un año. Sin embargo, tampoco es incorrecto. Ahora si quiero ser más específico podria decir que el principio de mi vida fue en mayo del 1975 y eso seguiría siendo correcto aunque no te dé el día o la hora de mi nacimiento. Otro ejemplo es cuando me levanto. ¿Qué es lo que hago? Bueno me baño, me cepillo los dientes, antes de ir a trabajar verifico las notificaciones en mi computadora o teléfono y desayuno. Todo eso y sin importar el orden que lo hago, puede ser considerado como el principio de mi día. Por tanto, cuando Jesús dice que en el principio de la creación, refiriendose a la primera semana de la creación, Dios hizo a Adán y Eva, tampoco está incorrecto y sigue siendo en el principio.

         Por último, usar dicho argumento es autorefutarse ya que cuando Jesús dijo que Adán y Eva fueron creados en el principio de la creación estaba haciendo una afirmación cronológica. ¿Y cuándo fue eso? En el día sexto (Génesis 1:26-31). Por tanto, si ese día está separado del evento de la creación del universo por millones o billones de años como sostiene la creencia de la Tierra Vieja entonces eso no hubiese sido “en el principio” como dijo Jesús. Por tanto, ese mal argumento de los CTV o TE refuta su propia teoría la cual enseña que el origen del hombre está separado del principio de la creación del universo por millones o billones de años. Mientras que desde el punto de vista del creacionismo de Tierra Joven solamente está separado por cinco días. Por tanto, la reinterpretación que hace WLC y sus seguidores no puede estar correcta. A menos que crean que Jesús estaba equivocado lo cual sería poner en duda la omnisciencia de Dios y las palabras de un hombre por encima de las mismas Palabras de Dios.

            Pero no solo eso, otro problema inconsistente que tienen los cristianos que creen en el Big Bang es que la Biblia dice que Dios creará los “cielos nuevos y [segunda] tierra nueva” en 2 Pedro 3:13; Isaías 65:17 y Apocalipsis 21:1 por lo que les preguntamos, ¿en cuánto tiempo creen que Dios creará estos cielos nuevos y tierra nueva en el futuro ya que creen que a Dios le tomó billones de años (creacionismo progresivo) para producir los primeros [presente] cielos y tierra que ahora existen? Y si creen que será en poco tiempo entonces ¿por qué el problema de aceptar que los originales también fueron creados en poco tiempo (seis dias) si eso es lo que también enseña la Biblia (Génesis 1 y Exodo 20:9-11)? Jesús mismo se refirió a esta clase de inconsistencia cuando dijo, “Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?” (Juan 3:12). Además, no tiene sentido que Dios se tarde tanto tiempo en crear el universo, principalmente cuando la misma Biblia dice que la creó para que fuese habitada y no deshabitada por miles de millones de años? (Vea Isaías 45:18). Por tanto, si simplemente aceptamos que Dios creó el universo en solo seis días entonces el resto de la historia fluye naturalmente pues el Dios que creó la humanidad no tendría problema causando milagrosamente el nacimiento virginal, la resurrección de Cristo y la restauración inmediata de la nueva tierra y cielo nuevo.      

“Pero Hugh Ross dice en sus libros que la mayoría de los Padres de la Iglesia y de los grandes teólogos de la antiguedad no se subscribían a un creacionismo de Tierra Joven de miles de años sino a una Tierra Vieja.

        De hecho, varios de estos defensores del creacionismo de Tierra Vieja (CTV) creen que el creacionismo de tierra joven (CTJ) es una nueva doctrina del siglo XX y que no existía tales ideas en siglos anteriores. Algunos hasta han sostenido que el CTJ fue un invento de Henry M. Morris en 1961 o de la adventista Elena White. Otros hasta afirman que los antiguos judíos y Agustín de Hipona siendo del año 354 hasta el año 430 hablaron sobre la macroevolución mucho antes que Darwin. Pero que la diferencia es que Darwin patentó esta teoría como suya en el año 1859, más de mil años después de la muerte de San Agustín. ¿Pero es esto cierto? ¿No será al revés? No es difícil comprobar si tal opinión es o no correcta. Simplemente es cuestión de seguir el consejo de C.S. Lewis, de que es importante leer también lo que dicen los libros antiguos no solo porque cada época tiene su propio punto de vista (Vea también Jeremías 6:16) sino para verificar si lo que dicen los modernos están en lo cierto, es decir, hay que ir a las mismas fuentes originales para comprobar lo que realmente creían los padres de la iglesia y los antiguos teólogos.          

          Este débil argumento falla de varias maneras: En primer lugar, los rabinos y la mayoría de los eruditos del Antiguo Testamento NO interpretan tales pasajes de esa manera sino solo unos pocos teólogos y filósofos modernos como William Lane Craig, Michael Jones (Inspiring Philosophy) y Hugh Ross quienes no son expertos en el hebreo. En cambio, el Dr. James Barr (erudito en Hebreo y Profesor Oriel de la Universidad de Oxford) y quien no cree que Génesis es historia verdadera admite que la mayoría de los profesores de hebreo o del Antiguo Testamento de alguna universidad prestigiosa reconocen que el escritor de Génesis intentaba comunicar a sus lectores seis días de 24 horas. Además, en ninguna parte de La Patrística, ni en las obras de Agustín de Hipona se habla de la teoría de la evolución del agnóstico, Carlos Darwin. Al contrario, dicha teoría contradice el orden de la creación de Génesis y pone la muerte y el sufrimiento antes de la Caída. Agustín nunca habló de macroevolución (los paganos sí) sino que dijo: “Son engañados… por documentos mendaces que pretenden contar la historia de muchos miles de años, mientras que según las Sagradas Escrituras encontramos que no más de 6000 años han pasado.” (La Ciudad de Dios 12,10). Tal edad de Agustín hace imposible la macroevolución de Darwin.

       Lo mismo creían los demás llamados Padres de la Iglesia o el Magisterio de la Iglesia (sensus fides) como Clemente de Alejandría (Lecturas de Catequesis 3,5), Ireneo (Adv, haer. V, 28,3), Teófilo (Teófilo 3,28), Orígenes (Contra Celso 1,19), Basilio Magno (Hexameron 2,8) y prácticamente todos los eruditos bíblicos a través de la historia siempre han interpretado el relato de la creación de Génesis y el diluvio universal de manera literal. Pero no solo los padres de la iglesia y de la reforma eran creacionistas de Tierra Joven sino incluso muchos de los padres de la ciencia moderna como Sir Isaac Newton, Johannes Kepler y Sir Francis Bacon (Vea Principia Mathematica, 1687 y Chronology of Ancient Kingdoms, 1728). De hecho, el filósofo cristiano y el mismo padre del método científico, Sir Francis Bacon (1561-1626), escribió en su principal obra, Novum Organum (1620), “Pero, en primer lugar, el número de edades es singularmente reducido; pues de esos veinticinco siglos que encierran aproximadamente toda la historia.” Si hacemos los cálculos encontraremos que al igual que Newton (1642-1727) y Kepler (1571-1630), Sir Francis Bacon también fue un creacionista de Tierra Joven que según sus propios escritos también creía en una creación de 6 días literales (Bacon, F, Advancement of Learning, Enciclopedia Britannica, 1952, p.27, publicado en Great Books of the Western World, Hutchins, R.M., No 30). Por tanto, el CTJ (YEC) no es un invento de Elena White, ni una “doctrina moderna”. 

“¿Pero no interpretaba Agustín de Hipona, Orígenes y otros padres de la iglesia los días de Génesis 1 simbólicamente y por ende eran creacionistas de Tierra Vieja?”

      Aunque es cierto Orígenes leyó Génesis como una alegoría o simbólico admitió que“El relato mosaico de la Creación nos enseña que el mundo aún no tiene 10,000 años de edad, sino muchos menos.” (Orígenes, Contra Celso 1,19). En el caso de Agustín también es cierto que durante un tiempo el santo de Hipona defendió una lectura simbólica de la Creación, luego renunció a esta interpretación simbólica, y en La Ciudad de Dios dejó claro que creía en una Creación de seis días literales sucesivos y que “Son engañados… por documentos mendaces que pretenden contar la historia de muchos miles de años, mientras que según las Sagradas Escrituras encontramos que no más de 6000 años han pasado.” (La Ciudad de Dios 12,10). Esto demuestra que el hecho de que algún padre de la iglesia haya interpretado erróneamente los días de la creación en lenguaje figurativo NO significa que creía que la Tierra tenía millones y no miles de años lo cual es una falacia non sequitur (del latín «no se sigue») que cometen muchos creacionistas progresistas.  

         De hecho, el caso de San Agustín es destacable, no sólo por ser el Padre latino más importante, sino porque muchos creacionistas progresivos como Hugh Ross lo han usado para atacar la interpretación literal de los seis días del Génesis. En base a lo anterior, el papa León XII, en la misma encíclica, Providentissimus Deus, habla de cómo debemos interpretar las Escrituras: “Siga religiosamente el sabio precepto dado por San Agustín: «No apartarse en nada del sentido literal y obvio, como no tenga alguna razón que le impida ajustarse a él o que haga necesario abandonarlo»; regla que debe observarse con tanta más firmeza cuanto existe un mayor peligro de engañarse en medio de tanto deseo de novedades y de tal libertad de opiniones.” Yo diría que el sentido “literal y obvio” de los primeros capítulos del Génesis es que Dios creó el mundo en seis días, y eso es lo que históricamente los católicos siempre han creído. Por eso algunos católicos, más familiarizados con la historia de su iglesia, rechazan también la idea extrabíblica de una Tierra Vieja con millones o billones de años. De igual forma, Lutero, Calvino, Wesley y otros grandes teólogos de la antiguedad que fueron la columna vertebral de la Reforma Protestante que llamaron a la Iglesia a volver a la Escritura (Sola Scriptura-Escritura Solamente) también aceptaron los días de Génesis como días normales de rotación terrestre.  

         Por otro lado, es importante recordar que aun si fuera cierto que Agustín de Hipona creía en el mito de la evolución o en una tierra vieja de millones o billones de años eso no significa que sea cierto. Asumir tal cosa sería en primer lugar apelar a una falacia de autoridad y segundo porque ni siquiera es verdad. Además, aun si la mayoría de los supuestos “eruditos” del Antiguo Testamento aceptaran la idea de una Tierra Vieja en la Biblia eso tampoco demostraría que sea verdad pues eso sería apelar a autoridades anónimas y a la falacia ad populum conocida también como la falacia democrática la cual consiste en una apelación a la popularidad y la mayoría en lugar del argumento. De hecho, si nos vamos a la historia y la Biblia veremos que muchas veces la mayoría no siempre tiene la razón. Hugh Ross y sus seguidores simplemente contradicen la Biblia y la historia de la iglesia con muy malas razones. Hasta ha afirmado que los antiguos judios creían en una tierra vieja de millones de años sin molestarse en proveer una referencia para corroborarlo y cuando según la evidencia histórica creían que tenia miles. Hasta teístas evolutivos, como Ben Stanhope y Michael Jones, se han reído de las exageraciones de Ross.

              “Pero los antiguos judíos, los Padres de la Iglesia y los Padres de la Reforma Protestante eran creacionistas de tierra joven porque ninguno de ellos todavía no habían escuchado sobre las nuevas ideas que la “ciencia” secular propuso sobre la edad de la tierra y la evolución de las especies.”

           En primer lugar, aun si la hubiesen escuchado no creo que la hubiesen aceptado puesto que la doctrina de que la edad de la tierra tiene miles y no millones o billones de años está basada (como decía Agustín de Hipona) en la cronogenealogía bíblica y no en la cronología secular la cual los antiguos judios y los Padres de la Iglesia rechazaban. Segundo, la idea de que estas ideas sean nuevas no significa que sean verdaderas pues eso sería apelar a la falacia conocida como argumento ad novitatem (también llamada apelación a la novedad) lo cual es una falacia lógica que sostiene que una idea es correcta o mejor simplemente por ser más moderna, más reciente o más nueva.

            Tercero, en todas las épocas siempre ha existido teorías que tratan de explicar la edad del universo y ya habían creencias similares a estas y conocidas en su tiempo y aún así fueron rechazados tanto por los antiguos judíos, el consenso entre los Padres de la Iglesia al igual que por los Padres de la Reforma Protestante. Ya varias religiones paganas y filósofos antiguos como los epicúreos, estoicos, babilonios, romanos, egipcios, hinduistas, sumerios y griegos también creían en una tierra vieja de cientos de miles o millones de años al igual que en una evolución de especies (Lea Libro Bhagavad Gita Hindu; Encyclopedia of Reptiles and Amphibians 1986, p.4; Early Greek Philosophy, 1987, p.72; 1st Tablet of the Enama Elish; Joyce Puglia. The Origin of Life: A History of Ancient Greek Theories; Lucretius. On The Nature of Things. Libro V y fragmentos de las obras del filósofo griego Anaximandro).

          No fue hasta el siglo XIX que algunos cristianos empezaron a cambiar la manera histórica y tradicional de la interpretación de Génesis para acomodarlo con la teoría de la evolución y, a su vez, argumentar que la Biblia dice algo que nunca estaba tratando de decir. Como decía el sabio Salomón, “No hay nada nuevo debajo del sol” (Eclesiastés 1:9). Las herejías simplemente se repiten a traves del tiempo de diferentes formas y por diferentes personas. Solo que ahora estas han regresado disfrazadas de “ciencia”.

          De hecho, lo mismo se puede decir de los padres de la ciencia moderna como el gran científico cristiano, Johannes Kepler y el científico, filósofo y teólogo, Sir Isaac Newton (considerado por muchos como el mejor astrónomo de la historia humana) quienes no solo aceptaban el Argumento del Diseño sino que también calcularon que la tierra tenía miles y no millones o billones de años (Vea Principia Mathematica, 1687 y Chronology of Ancient Kingdoms, 1728). De hecho, el filósofo cristiano y el mismo padre del método científico, Sir Francis Bacon (1561-1626), escribió en su principal obra, Novum Organum (1620), “Pero, en primer lugar, el número de edades es singularmente reducido; pues de esos veinticinco siglos que encierran aproximadamente toda la historia.” Si hacemos los cálculos encontraremos que al igual que Newton (1642-1727) y Kepler (1571-1630), Sir Francis Bacon también fue un creacionista de Tierra Joven que según sus propios escritos también creía en una creación de 6 días literales (Bacon, F, Advancement of Learning, Enciclopedia Britannica, 1952, p.27, publicado en Great Books of the Western World, Hutchins, R.M., No 30). Luego otros grandes científicos cristianos como Maxwell, Kelvin y Fleming tenían ya conocimiento de la teoría de Darwin (juntamente con la idea de una Tierra Vieja de millones de años) y los tres la rechazaron. Algo que la “ciencia” secular moderna nunca publica.

         Aunque algunos de los padres de la iglesia y teólogos de la antiguedad interpretaron Génesis 1 de diferentes maneras siempre creyeron que la tierra solo tenía miles de años. Nunca vieron la creación como un proceso de larga duración sino un evento relativamente corto. Por eso en aquel tiempo ni siquiera hubo controversias, desacuerdos o debates de este tema entre católicos y protestantes, porque como demuestra la historia, la gran mayoría aceptaba una edad joven de miles de años para la tierra y una interpretación literal de los días de Génesis. Es mas bien un debate ahora pues no fue hasta el tiempo de Hutton, Lyell y Darwin que las cosas empezaron a cambiar y porque muchos cristianos están aceptando teorías naturalistas y uniformistas (enseñadas primeramente por ateos, deístas anticristianos y teólogos liberales) como base (o mas bien como el método equivocado) para entender el primer libro de la Biblia.

        Por tanto, los creacionistas de tierra vieja y teístas evolutivos se projectan asimismos cuando acusan a los creacionistas de tierra joven de sostener una nueva doctrina cuando en realidad son ellos los que estan enseñando una nueva doctrina inventada por unos pocos teologos modernos y liberales. Ahora bien, esto se les ha dicho a algunos representantes de tales ministerios como Raul Jaramillo de Fe Razonable en Español y hasta se les ha invitado a tener una charla o debate amigable y en vivo sobre el tema pero aparentemente solo les interesa apelar a la burla a través de sus redes sociales o atacar nuestra postura haciendo monólogos en vez de diálogos. De verdad no sabemos de dónde Ross saca de que los grandes historiadores del pasado como Flavio Josefo creían que los días en Génesis eran largos períodos de tiempo, ni porque hace una lista de los reformadores y de padres de la iglesia en su libro como si estos estuviesen de acuerdo de que la tierra tenía millones de años cuando esto no es verdad. A menos que este siendo intelectualmente deshonesto pues todos interpretaban el relato de la Creación y el Diluvio universal en el Génesis de manera literal; y todos creían en una Tierra joven, de unos pocos miles de años.

         Pero lo que sí sabemos es que ambas teorías (Tierra Joven y Tierra Vieja) son creencias antiguas. La única diferencia es que una (Tierra Joven) vino de la Biblia (según su cronogenealogías) y la religión judeocristiana mientras que la otra (Tierra Vieja) vino de religiones paganas y luego por científicos ateos, agnósticos, deístas que obiaban la Biblia y teólogos liberales de la Alta Crítica. Por tanto, ¿qué hacen algunos creyentes tomando su información de las cabras (gente no cristiana) en vez de la ovejas (gente no cristiana)? ¿No es eso beber de la fuente equivocada?             

¿Qué creían los Padres de la Iglesia sobre la Edad de la Tierra?

¿”Leyendo la Biblia evitarás decir que la tierra tiene 6,000 años.”?

          ¿No será al reves? ¿Y en qué parte de la Biblia dice que la tierra tiene 4.543 miles de millones de años? Conozco varios cristianos principalmente pastores que han leído toda la Biblia más de dos veces y nunca han encontrado que enseñe que la tierra tiene 4.543 miles de millones años (lo cual es una exageración por cierto). Por tanto, si van a criticar a un grupo de cristianos porque creen en una edad terrenal que no aparece en la Biblia entonces siguiendo esa lógica también tendrían que criticar el creacionismo de tierra vieja por las mismas razones ya que si no lo hacen sería caerían en una doble moral. Segundo, es curioso este “argumento” puesto que tanto los judíos antiguos (como el reconocido historiado judio, Flavio Josefo) quienes entendían el texto original hebreo del Antiguo Testamento porque está escrito en su propio idioma, los padres de la iglesia (como Teófilo, Orígenes, Clemente y Agustín de Hipona), los padres de la Reforma Protestante (como Lutero, Calvino y Wesley) y hasta los padres de la ciencia moderna (como Newton, Bacon y Kepler) siempre creyeron en una tierra de miles y no millones o billones de años. Note que estamos hablando de personas de diferentes tiempos y de diferentes lugares. ¿Y cómo llegaron todos ellos a esa misma conclusión? Leyendo la Biblia. Por tanto, ¿acaso la religión judeocristiana estuvo equivocada por más de 2,000 años y ahora fue que encontramos la verdad gracias a Hugh Ross, Walton, Craig y Heisser? ¿Acaso Hugh Ross esta más instruido que el historiador y experto en griego y hebreo, James Ussher? ¿Qué investigación ha hecho William L. Craig o Hugh Ross han hecho que estos historiadores no han hecho? ¿La Ciencia secular y materialista la cual niega todos los milagros de la Biblia? Ademas de ignorar que la Biblia no se interpreta a la luz de la “ciencia” natutalista olvidan que dicha academia es antisobrenaturalista. 

       De hecho, Martin Lutero, William Tyndale y Casiodoro de Reina no solo leían la Biblia sino que hasta tradujeron la Biblia completa en el idioma del pueblo (alemán, inglés y español). En otras palabras, si aplicamos los principios normales de la exégesis bíblica (mientras desatendemos la persuasión de los evolucionistas teístas de hacer que el texto se ajuste a sus prejuicios), encontraremos que si se suma las cronogenealogías históricas desde la creación hasta Abraham son aproximadamente 2000 años. De Abraham a Jesús son aproximadamente otros 2000 años, y de Jesús a la actualidad unos 2000 años (Génesis 5 y 10). En total: 2 + 2 + 2 = 6. Esto significa que la Tierra, y todo el universo creado, tiene aproximadamente 6000 años de antigüedad. En otras palabras, es de las cronogenealogías de donde se obtiene el número de 6,000. Así que, sí es mencionado en las Escrituras, solo que requiere algo de matemática lo cual también fue creado por Dios. Después de todo, esto siempre ha sido la posición histórica de la religión judeocristiana. Además de eso, la duración de cometas, la velocidad a la que los campos magnéticos decaen, la población mundial, el encogimiento del sol, el alejamiento de la luna de la tierra, la disminución de la velocidad de la rotación de la tierra, la duración de C14 y su hallazgo en diamantes y fósiles también demuestran que el universo no puede tener millones o billones de años.

            Por tanto, ¿acaso la religión judeo-cristiana estuvo equivocada por más de 2,000 años y fue ahora que los teístas evolutivos y creacionistas progresivos descubrieron la verdad con relación a la edad de la Tierra? De hecho, aun si el universo tuviera la apariencia de una tierra vieja eso tampoco probaría que tiene millones o billones de años. ¿Por qué? Porque en el momento de la creación, Dios hizo tanto al hombre como al mundo en una edad madura. Por ejemplo, según el relato bíblico, Dios no creó a Adán y Eva en forma de bebés sino como personas adultas (Génesis 2:7,21-24) al igual que el resto de la creación como los animales y los árboles con sus frutos (con menos de tres días de existencia) para que pudieran comer.

                En otras palabras, si pudieramos llevar a Adán a un médico en el mismo día que fue creado y le preguntaramos al médico que le haga un exámen físico para saber cuántos años cree que Adán tiene es probable diría de 30 a 40 años lo cual sonaría razonable desde la luz de la ciencia. Sin embargo, el médico estaría totalmente equivocado porque Adán no tiene historia anterior debido a que solo tenía un día de creado.  En otras palabras, Dios no creó un “bebé” Adán sino que hizo un hombre completamente maduro y con todas las apariencias de un hombre normal que ha pasado por todas las etapas de desarrollo desde su nacimiento por medio de un acto sobrenatural. Lo mismo se puede decir del universo. Dios creó el mundo maduro pero en seis días, no en millones o billones de años. En otras palabras, el sobrenaturalismo y lo repentino de la Creación nos provee del trasfondo necesario para el concepto de que «Todo lo creado debía tener apariencia de edad desde el mismo instante que vino a existencia». 

           “¿Pero no sería eso un engaño?” No porque en primer lugar, la creación del hombre y del universo fue un evento sobrenatural y los milagros de Dios no están limitados por las leyes de la naturaleza que Él mismo creó. Como explica el Dr. Henry M. Morris del Virginia Polytechnic Institute (Instituto Politécnico de Virginia): «Si en realidad Dios creó algo, aun los más simples átomos, esas formas o cualquier otra creación, tenían que tener apariencia de edad inherente en la misma desde el instante que vino a existencia. No puede haber una creación genuina de ninguna clase sin una apariencia de edad inicial. Como resultado de esta apariencia es imposible interpretar una materia recién creada en términos de alguna clase de historia evolutiva. Y si Dios pudo crear cosas con apariencia de edad – en otras palabras, si Dios es Dios de poder infinito – entonces no hay razón para creer que no haya podido, en conformidad a su carácter, crear un universo maduro (full grown) en muy poco tiempo» (Whitcomb and Morris, The Genesis Flood, Presby. & Ref. Pub. Co., 1961 p. 238).

            Segundo, porque si la doctrina de «Creación con la apariencia de edad» fuese errónea, entonces muchos de los milagros del Señor Jesucristo no hubiesen podido ocurrir. En una ocasión, en una montaña cerca del mar de Galilea, cinco mil hombres y sus familias comieron pan y pescado que fueron creados con apariencia de edad. Allí había decenas de miles de bollos de pan compuestos de granos de trigo que nunca fueron sembrados, ni cultivados, ni segados. Pan horneado que nunca pasó por un horno. Había también allí por lo menos diez mil pescados. Peces que nunca nacieron de huevos, ni se criaron, ni fueron pescados en tarraya, ni fritos en sartén. Sin embargo, allí estaban listos para comer, y sabrosos sin duda. Estos panes y estos pescados ¿tenían que tener apariencia de edad y de historia anterior? Desde luego que sí, tenía que ser pan y pescado genuino y nutritivo para poder alimentar a aquella multitud. Alguien dirá: Jesús lo que hizo fue multiplicar cinco panes y dos pescados ya existentes. No, no fue eso lo que ocurrió allí. Pues la palabra multiplicar no aparece en ninguno de los cuatro evangelios. Eso es lo que los hombres asumen y dicen. Para nosotros, multiplicar números es fácil, porque los números son abstractos. Pero la materia no la podemos multiplicar. Si así fuera, podríamos multiplicar un billete de veinte dólares y hacernos millonarios fácilmente. Además, estoy persuadido que para el Señor Jesús no era absolutamente necesario usar aquellos cinco panes y dos peces para hacer el milagro.

            De hecho, otro ejemplo bíblico que es consistente con este milagro lo podemos ver cuando Jesús cambió el agua en vino en las bodas de Caná de Galilea (Juan 2:1-11). Este fue su primer milagro y cuando comenzaba su ministerio aquí en la tierra, el cual tenía el propósito de manifestar su gloria (Juan 2:11) como el Creador del mundo (Juan 1:3 y 14). ¿Cómo llevó a cabo ese milagro? Lo hizo convirtiendo, en un instante, cerca de 100 galones de agua en delicioso vino. Ahora bien, sabemos que el vino es el producto de un largo y complejo proceso natural (4 a 10 días) que envuelve en extraer agua del terreno por las raíces de un viñedo, la cual después de ser procesada en las hojas es llevada a los ramilletes de uvas, las cuales se maduran en «x» número de meses. Luego deben ser recogidas y machacadas para extraer el jugo después que el sedimento se asienta. Pero Jesús demostró ser el Señor de la Creación, pasando por alto todo ese proceso natural y de largo tiempo, convirtiendo el agua directamente en vino, en un instante.

          ¿Tenía aquel vino apariencia de edad? Escuchemos la opinión «del maestresala que probó el agua hecha vino, sin saber de dónde era» el cual dijo: «mas te has guardado el buen vino hasta ahora» (Juan 2:9-10). Desde luego, esta fue una conclusión natural, él sin duda conocía el complejo proceso para hacer vino. Por lo tanto asumió que ese vino tenía que tener historia anterior de desarrollo y proceso natural en su debido término de tiempo. ¡Ah! pero estaba equivocado, este hombre no conocía los poderes sobrenaturales de Jesús. Este hombre atribuyó historia anterior a algo que por ser genuino tenía apariencia de edad. Sin embargo, eso no significa que Jesús lo engañó sino que el maestresala se engañó asímismo pensando que el vino era viejo en vez de escuchar a los sirvientes quienes sabían y fueron testigos del milagro de un vino que era agua minutos antes (Juan 2:9). De la misma manera, el que prefiere creer en teorías naturalistas y secularista de hombres falibles que nunca estuvieron en el principio de la creación en vez de la Palabra infalible de Dios quien sí estuvo ahí porque fue su Creador no es engañado por Dios sino por él mismo.

             El hombre natural, independientemente de lo inteligente y educado que sea, yerra si ignora las Escrituras y el poder de Dios (Mateo 22:29). Sin duda ésta es la razón principal por la que algunos niegan al Creador y su creación. Cuando contemplan las obras de creación del Señor Jesucristo, ya sea el sol, la luna, la tierra, el mar, rocas, animales, plantas y aun el hombre, al igual que el maestresala, estas personas asumen que estas cosas creadas han sido guardadas en algún sitio hasta ahora, teniendo que haber pasado por complejos procesos naturales desde su forma más simple y primitiva a través de un vasto y prolongado período de tiempo de 4 a 5 billones de años, como enseñan los evolucionistas.

              No es muy difícil ver como este principio se aplica a cada uno de los milagros que el Señor Jesús llevó a cabo. En el capítulo 9 de Juan, encontramos la historia de un hombre nacido ciego. El Señor escupió en la tierra e hizo lodo y lo untó en los ojos del ciego. Luego le instruyó a que se lavase en cierta fuente de agua. De allí el ciego regresó viendo. ¿Por qué Jesús usó lodo? ¿No sería acaso porque fue del polvo de la tierra que Dios creó al hombre? Un hombre nacido ciego necesitaba ojos nuevos creados del polvo de la tierra. Los líderes de Israel rehusaron creer que el hombre había nacido ciego, hasta que consultaron con sus padres. Su perplejidad era razonable, al igual que el maestresala, no podían creer que aquel hombre con ojos saludables tuviera historia anterior de ceguera total, y mucho menos nacido ciego (Juan 9:32). En un instante, Jesús creó ojos normales en un hombre. Por tanto, no es un engaño porque Dios nos dejó un Libro para que supieramos históricamente cómo y cuándo creó el universo (La Biblia). Siendo Dios el Creador Todopoderoso trajo este universo a existencia entidades adultas complejas en forma rápida y usando métodos sobrenaturales. La creación no comenzó con formas simples y primitivas, como dicen los evolucionistas. Sino que comenzó con entidades adultas. Esas entidades tenían que tener apariencia de edad. Al final es cuestión de escoger a quien vamos a creer ¿y acaso no sería más razonable preguntarle al que lo hizo? “Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.” (Hechos 17:11).

     En fin, alguien que lea la Biblia objetivamente y siguiendo las reglas de la hermenéutica nunca llegaría a la conclusión de que en ella se enseña la macroevolución, el Big Bang o la idea de una tierra vieja de miles de millones de años. A menos que dicha persona ya este influenciado por tales teorías y quiera introducir subjetivamente dichas creencias en un texto que realmente no lo enseña. A esto se le conoce como eiségesis puesto que no está interpretando tales pasajes a la luz de la Biblia (principio de analogía de la fe) sino a la luz de la “ciencia” secular y partiendo ya de la presuposición de que Dios creó el mundo de esa manera.

 “La Biblia dice que para Dios un día es como mil años por ende los días en Génesis no son literales sino alegóricos.”

         Muchos teístas evolutivos y creacionistas progresivos citan 2 Pedro 3:8 y Salmo 90:4 para demostrar que la palabra “día” no siempre se refiere a un día normal y que puede significar un largo periodo de tiempo. Sin embargo, ambos pasajes no tienen nada que ver con la creación de Génesis y ambos dicen que un día es como mil años, no dice millones o billones. 2 Pedro 3:8 ni siquiera habla de la creación sino de la venida de Cristo y que Dios está fuera del tiempo. Nada que ver con una Tierra Vieja de millones de años.

 “Pero ¿acaso el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielosen Génesis 2:4 es un ejemplo de que no se refiere a un día literal de 24 horas?”

          No, pues ese “día” se refiere al primer día (Génesis 1:1) por tanto decir que ese “día” se refiere a 6 días o millones de años es mal interpretar las Escrituras.

 “Pero ¿acaso la frase “tarde y mañana” no son un día de 24 horas y por ende no puede referirse a un dia normal y literal?”

    Aca los teístas evolutivos y creacionistas de Tierra Vieja olvidan que la Biblia fue escrita por judíos y que los judíos miden un día normal con “tarde y mañana”. No solo eso, el calendario hebreo está basado en un universo de miles de años, no millones o billones de años.

 “Si Dios creó el sol en el cuarto día entonces ¿cómo sabía que habían pasado 4 días si no había día y noche?”

       No se necesita el sol para el día y la noche. Lo que se necesita es luz y una Tierra que esté rotando. Antes de la creación del sol ya había luz (Génesis 1:3-5) y la frase “la tarde y la mañana” que aparece en cada uno de los seis días claramente implica que la Tierra rotaba. Por tanto, si tenemos luz desde una dirección y una Tierra dando vueltas, podía haber día y noche.

       La pregunta es ¿de dónde salió esa luz que iluminaba la Tierra antes que el sol, la luna y las estrellas fueran formados? Hay dos posibles respuestas, una es que pudo haber sido una luz que el Dios omnisciente creó temporalmente hasta que hiciera el sol en el cuarto día para regir el día y la otra es que simplemente vino del Creador a quien también se le describe como la luz del mundo (Vea Juan 1:4-5 y Apocalipsis 21:23 y 1 Juan 1:5-7). De hecho, el teólogo y filósofo cristiano, Tomás de Aquino, ya había respondido esta pregunta siglos atras en su escrito, La Suma teológica/Summa Theologiae, diciendo que una razón por la que Dios lo hizo de esa manera fue para ilustrar que el sol no tenía la prioridad en la creación y que tampoco dio origen a la Tierra como muchas personas paganas tendería a creer (Vea Juan 1:4-5 y 1 Juan 1:5-7).   

         De hecho, la pregunta que hacen muchos ateos, teístas evolutivos y creacionistas progresivos que dice, “Si Dios creó el sol en el cuarto día entonces ¿cómo se sabía que habían pasado 4 días si no había día y noche?” como si eso refutara el CTJ es tan vieja como la pregunta “¿Quién creó a Dios?” y ambas ya fueron respondidas por este mismo filósofo cristiano. Aquino explicó en La Suma teológica que ya había luz antes de la creación del sol lo cual probablemente vino de Dios o de una luz temporal que había creado y que lo hizo de esa manera para ilustrar que el sol no tenía la prioridad en la creación y también para demostrar que Él mismo es la fuente de toda luz y que por ende no deberíamos adorar al sol (como hacían muchos paganos) sino al Creador del sol (Vea Juan 1:4-5; Romanos 1:25; Apocalipsis 21:23 y 1 Juan 1:5-7). Lo irónico de esto es hay muchos creacionistas progresivos que se identifican con la filosofía tomista cuando ni siquiera aceptan estas palabras del propio Tomás de Aquino.

        Calvino también lo explica diciendo, “El Señor, por el mismo orden de la creación, da testimonio de que Él tiene en su mano la luz la cual puede impartir a nosotros sin el sol y la luna.” (John Calvin, Commentaries on the First Book of Moses called Genesis, trans. John King, Edinburgh: Calvin Translation Society, 1847, 1:76) lo que es una forma de decirnos que como Creador sobrenatural y trascendental no necesita ni depende ni está confinado o limitado por las leyes de la naturaleza que Él mismo creó. Al contrario, Dios está por encima de todas las cosas y las leyes naturales están sujetas a Él (Hebreos 1:3). Una manera de entender esto es que la creación no fue un proceso natural sino sobrenatural. Sin embargo, a pesar de que esto siempre ha sido la interpretación de 2000 años de concilios, credos, confesiones de fe, eruditos, teólogos, filósofos y científicos cristianos, los teístas evolutivos y creacionistas progresivos insisten en que esto no puede ser correcto y que por ende tales pasajes se deberían interpretar mejor alegóricamente para encajarlo con su creencia de una Tierra Vieja de millones de años.

      Aunque es cierto que Dios no hizo el sol hasta el día 4 eso no cambia el hecho de que no se necesita el sol para el día y la noche sino luz y una Tierra rotando. La misma Biblia indica que antes de la creación del sol y la luna Dios proveyó temporalmente y de forma sobrenatural una luz (Génesis 1:3-5). Luego reemplaza esa luz con el sol, la luna y las estrellas para enseñarnos que el sol no es la fuente principal de luz sino Dios mismo. Sin embargo, los evolucionistas cristianos como Hugh Ross cometen la falacia de hombre de paja de decir que los cristianos creacionistas afirmamos que Dios cambió un sol por otro sol. Pero eso no es cierto. Simplemente decimos que había luz antes de la creación del sol y que la tierra estaba girando pues eso es lo que declara Génesis 1:3-5. Nadie sabe con seguridad qué clase de luz era, pero lo que sí sabemos es que la Tierra rotaba y que ya había luz antes de la creación del sol y que vino de Dios porque así lo enseña la Biblia.

      De hecho, es posible tener luz sin el sol. Por ejemplo, el mismo hombre inventó la luz eléctrica o artificial lo que demuestra que a veces no necesitamos el sol y que el sol no siempre es necesario. Por tanto, si el hombre puede hacer esto ¿acaso Dios, el Creador y Omnipotente, no puede hacer también lo mismo con sus milagros? Ross argumenta diciendo que el problema es que científicamente esto es imposible olvidando que Dios no está sujeto a las leyes de la naturaleza y que para Él nada es imposible (Lucas 1:37). No solo eso, también olvida que el mismo acto de la creación fue un acto sobrenatural, no natural. En otras palabras, asumir que solo existe una luz natural o artificial es apelar a un falso dilema ya que ignora la posibilidad de una luz sobrenatural como la que se registra en Apocalipsis 21:23 cuando dice, “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.”

         Por tanto, es importante recordar que la creación fue un acto sobrenatural y que Dios estaba en control de todo (Vea Hebreos 1:1-3). Además de que el Dios que todo lo sabe, no el sol, la luna o las estrellas, es el Creador y Fuente de la luz. Nuestra experiencia humana señala al sol como la fuente principal de luz y algunos paganos hasta han adorado al sol (creación) en vez del Creador, pero el sol sólo fue un instrumento creado por Dios para regir el día que había creado (Génesis 1:16 y Deuteronomio 4:19).

        Sin embargo, tanto ateos como evolucionistas teístas argumentan diciendo que tal explicación es científicamente imposible porque los planetas se “caerían” si no existiría el sol pues son atraídos por su fuerza de gravedad. Dicho argumento presupone como la teoría naturalista del Big Bang como verdadero lo cual es un razonamiento circular (falacia de petición de prinicpio). Sin embargo, el ateo al igual que el teísta evolutivo o creacionista progresivo comete la lectura selectiva o falacia de evidencia incompleta al ignorar que la misma Biblia deja claro que antes de la creación del sol, ya había una “luz” cuyo fuente venia del Eterno y Creador del sol, Dios y que Dios no está sujeto a las leyes de la física que Él mismo creó. Al contrario, Dios mismo controla y es “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:1-3). De hecho, antes de hacer esa pregunta deberíamos preguntarnos primero, ¿y de dónde vino el sol, los planetas y las leyes físicas como la gravedad?

       Según los estudios en la física del diseño y ajuste fino del universo es lógicamente y científicamente imposible que hayan sido colocados en su lugar por simple azar pues eso sería un milagro más grande que todos los milagros registrados en la misma Biblia. De hecho, hablar de las leyes de la naturaleza como la ley de la gravedad es autorefutarse pues como dijo el gran científico deísta, Albert Einstein, “Dios es un misterio, pero un misterio comprensible. No tengo nada sino admiración cuando observo las leyes de la naturaleza. No hay leyes sin un Legislador” (cit. en William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 106).”

        Por eso el mismo científico creacionista, Sir Isaac Newton, el descubridor de la gravedad y considerado por muchos el mejor astrónomo de la historia humana también dijo que “Este bellísimo sistema compuesto por el sol, los planetas y los cometas no pudo menos que haber sido creado por consejo y dominio de un ente poderoso e inteligente… El Dios Supremo es un Ser eterno, infinito, absolutamente perfecto.” Por tanto, la misma existencia del universo no tiene sentido sin Dios pues todo indica que hubo inteligencia en el origen de la vida y el universo.

  “Según el relato de Génesis, Dios creó las plantas antes que el sol, ¿cómo entonces se supone que sobrevivieron sin la luz solar tan necesaria para los seres vivos?”    

                Como siempre el deshonesto ateo no cuenta la historia completa. De acuerdo a la Biblia, Dios creó las plantas en el tercer día y el Sol en el cuarto día (Vea Génesis 1:11-19). Por tanto ¿dónde está el error y la contradicción si sólo hay un día de diferencia? Las plantas pueden sobrevivir por un día sin la luz solar. El problema está si alguien trata de interpretar la palabra “día” como millones de años para que coincida con la teoría de la evolución ya que en ese caso sería imposible que las plantas sobrevivieran por tanto tiempo sin el sol. Pero no sólo eso, si las plantas creadas en el día tres estuvieron separadas por miles de millones de años de los pájaros (creados en el día 5) y los insectos (creados en el día 6) los cuales son necesarios para su polinización entonces tales plantas tampoco podrían haber sobrevivido.

            Este problema sería especialmente grave para aquellas especies con relaciones simbióticas complejas (donde cada uno depende del otro, por ejemplo, la planta de yuca y la polilla). Es por eso que la palabra “día” en Génesis se refiere a días literales, principalmente cuando se usa la expresión “y hubo mañana y hubo tarde” para cada uno de los 6 días de la Creación porque así lo indica Exodo 20:11 donde dice que “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.”. Por tanto, interpretar tales días como un largo periodo de tiempo o de manera simbólica o poética no tendría sentido. Sin olvidar que la interpretación de días normales siempre ha sido la interpretación clásica, tradicional y conservadora de la religión judeocristiana a través de la historia

“¿Eres creacionista de Tierra Joven? ¡Eso es como creer en el geocentrismo o que la tierra es plana! Por tanto, de seguro eres un geocentrista, terraplanista y antivacunas.”

         No solo esto es una forma de ad hominem, falacia de hombre de paja o una apelación al ridículo sino una falacia de irrelevancia conocida en la lógica como arenque rojo (red herring) la cual consiste en una maniobra de distracción para introducir una información que no tiene nada que ver con el tema de discusión puesto que el tema en cuestión es sobre la edad de la tierra, no la forma de la tierra, ni su movimiento o localización. Esta típica falacia que cometen tanto ateos como teistas evolutivos y creacionistas progresistas se conoce también como la falacia de la pista falsa, “desviar la atención”, “seguir la zanahoria” o e “ignoratio elenchi” (ignorar la refutación).   

        Además esto de comparar o llamar “terraplanistas” a creacionistas bíblicos (como hizo Hugh Ross con Kent Hovind y Jason Lisle en sus debates) tampoco es nada nuevo. Históricamente eran los fanáticos agnósticos y ateos militantes como Antoine-Jean Letronne y Washington Irving (1830) los que llamaban o comparaban a los cristianos de ser terraplanistas para promover la mentira de que la Iglesia estaba en contra de la ciencia. Pero ahora tenemos creacionistas progresistas (OEC) y teístas evolutivos repitiendo y usando esta misma vieja falacia de hombre de paja contra otros cristianos.

          Lo irónico de esta falsa acusación es que tales personas ignoran que tanto los judíos antiguos (como el reconocido historiado judio, Flavio Josefo), los padres de la iglesia (como Orígenes y Agustín de Hipona), los padres de la Reforma Protestante (como Lutero, Calvino y Wesley) y hasta los padres de la ciencia moderna (como Newton, Bacon y Kepler) no solo creían que la tierra es redonda sino que también tiene miles y no millones o billones de años (Vea Principia Mathematica, 1687 y Chronology of Ancient Kingdoms, 1728). De hecho, el filósofo cristiano y el mismo padre del método científico, Sir Francis Bacon (1561-1626), escribió en su principal obra, Novum Organum (1620), “Pero, en primer lugar, el número de edades es singularmente reducido; pues de esos veinticinco siglos que encierran aproximadamente toda la historia.” Si hacemos los cálculos encontraremos que al igual que Newton (1642-1727) y Kepler (1571-1630), Sir Francis Bacon también fue un creacionista de Tierra Joven que según sus propios escritos también creía en una creación de 6 días literales (Bacon, F, Advancement of Learning, Enciclopedia Britannica, 1952, p.27, publicado en Great Books of the Western World, Hutchins, R.M., No 30). 

            Mientras que la mayoría de las personas que componen La Sociedad de Tierra Plana (La Flat Earth Society, también conocida como International Flat Earth Society e International Flat Earth Research Society) creen que la tierra tiene miles de millones de años. Pero no solo eso. La falacia también asume que no creer que la tierra tiene miles de millones de años es como no creer que la tierra es redonda. Esto es apelar a una falsa analogía no solo porque la edad de la tierra no tiene nada que ver con la forma de la tierra (son dos temas diferentes) sino porque se puede observar desde el espacio que la tierra es esférica mientras que no se puede observar el pasado para saber la edad de la tierra.

          Como explica el astrofísico y apologista cristiano, el Dr. Jason Lisle, “Si quieres saber algo que ocurrió en el pasado usted no va a un laboratorio para hacer experimentos sino que abres un libro de historia.” Esto no significa que la ciencia no sirve para especular o que no nos ayuda a tener una idea sobre el pasado pues nosotros también usamos la ciencia para apoyar nuestra postura (como la duración de cometas, la velocidad a la que los campos magnéticos decaen, la población mundial, el encogimiento del sol, el alejamiento de la luna de la tierra, la disminución de la velocidad de la rotación de la tierra, la duración de C14 y su hallazgo en diamantes y fósiles, etc.) sino que es más confiable responder una pregunta de historia con un libro de historia como la Biblia (y sus calculaciones cronogenealogicas) la cual no es solo un libro teológico sino también histórico. Por eso el apóstol Pedro nos dice que, “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro.” (2 Pedro 1:19).

“Los ateos se llevan mejor con los creacionistas de tierra vieja y los teístas evolutivos que con los creacionistas de tierra joven.”

       ¿Y? Eso no significa que tienen la razón (falacia non sequitur). Durante el juicio de Poncio Pilato, el pueblo mostró que se llevaron mejor con Barrabás que con el mismo Jesús al punto que prefirieron que se soltara al criminal y que se le diera pena de muerte a nuestro Salvador siendo inocente (Mateo 27). ¿Significa eso que Jesús estuvo equivocado y que no estaba diciendo la verdad puesto que Barrabás no solo fue más querido sino hasta elegido por el pueblo por encima de Jesús? No.

        De hecho, si un cristiano conservador y otro cristiano progre van a una marcha feminista ¿cual de los dos cristianos crees que le va caer mejor a las feministas? El “cristiano” progre. ¿Por qué? No porque sea cristiano sino porque apoya el progresismo. Lo mismo con los ateos. Si un cristiano de tierra joven y un cristiano evolucionista o de tierra vieja van una conferencia de ateos, ¿cuál de los tres crees que le va caer mejor a los ateos? El teísta evolutivo o CTV. No porque sean cristianos sino porque apoyan la evolución o la idea de una tierra vieja. En otras palabras, se alegran de ver a personas que profesan ser cristianos pero que a la misma vez apoyan pecados o creencias que van en contra de la misma Biblia la cual odian. Por algo Jesús dijo, “Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas.” (Lucas 6:26; Isaías 30:10; Jeremías 5:31; Miqueas 2:11; Santiago 4:4; 1 Juan 4:5,6; Juan 7:7 y 15:19).

“Los creacionistas de tierra joven son dogmáticos porque llaman “herejes” a los que no creen que la tierra tiene miles sino miles de millones de años.”

         Si somos dogmáticos porque no creemos y criticamos las falsas ideas del creacionismo de tierra vieja entonces siguiendo esa misma lógica ellos también son dogmáticos porque tampoco creen y hacen críticas contra el creacionismo de tierra joven. Nos recuerdan las palabras del viejo G.K. Chesterton, quien decía “Sólo conozco dos tipos de personas: los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son”. Por otro lado, algunos CTV y TE no nos llamaran “herejes” pero bien que nos tratan como si lo fueramos. El popular youtuber y teísta evolutivo, Michael Jones (IP), hasta hizo un video pseudo histórico diciendo que el creacionismo de tierra joven surgió en una secta de la llamada falsa profetiza Elena White. Otros no nos llamaran “herejes” o “sectarios” pero usan otros sobrenombres peyorativos como “retrógrado”, “primitivo”, “fundas”, “fanático religioso”, “radicales” y otros ad hominems. Por tanto, dicho “argumento” apela a una hipocresía monumental.

Los CTJ (YEC) son unos King James Only”

         Recuerdo que durante el debate entre Kent Hovind (CTJ) y Michael Jones (CTV), Jones presentó este argumento durante la conversación sobre la edad de la Tierra. ¿Cuál fue el problema con este argumento de IP? Que apela a una falacia de irrelevancia conocida en la lógica como arenque rojo (red herring) la cual consiste en una maniobra de distracción para introducir una información que no tiene nada que ver con el tema de discusión puesto que muchos creacionistas de Tierra Joven incluyendo los miembros de la organización de Respuestas en Génesis (AnswersinGenesis) usan versiones modernas de la Biblia. Algunos creacionistas de tierra joven como James White y Jeff Durbin hasta han escrito libros criticando a los KJO. Por tanto, que el KJO sea una traducción perfecta o no eso es irrelevante al tema de la edad de la tierra. Esta típica falacia que cometen tanto ateos como teistas evolutivos y creacionistas progresistas se conoce también como la falacia de la pista falsa, “desviar la atención”, “seguir la zanahoria” o e “ignoratio elenchi” (ignorar la refutación).   

“¿Y por qué en 6 días? ¿Acaso el Dios omnipotente no tiene poder para crear el universo en un instante o en miles de millones de años?”

       Que Dios pueda crear algo en el tiempo que quiera eso ningún creacionista lo discute. De hecho, en los tiempos de Agustín de Hipona y Martin Lutero, algunos cristianos creían que Dios creó todo en un solo día, en un instante o simplemente seguían la opinión del filósofo griego Aristóteles de que el mundo siempre ha existido. Sin embargo, tales idea no lo aceptamos porque no son compatibles con la revelación que Dios nos ha dado a través de Su Palabra escrita. Lo mismo se puede decir de la idea de una Tierra Vieja. Primero porque no tiene sentido que Dios se tarde tanto tiempo creando un mundo sin ser habitado por millones o billones de años. El mismo creacionista progresista, William Jennings Bryan, se convirtió en un hazme reír en el famoso Juicio de Scopes (a menudo llamado en inglés “Scopes Monkey Trial”) por haber sugerido tal idea durante su interrogación con el abogado Clarence Darrow. Segundo tal idea contradice la Biblia (Vea Isaías 45:18).

         Por último, el que Dios haya creado el universo en 6 días no significa que no sea Omnipotente o que no pudo haberlo creado en menos o más tiempo (falacia non sequitur). Entonces, ¿por qué en 6 días literales y no un segundo o millones de años? Porque Dios mismo da la respuesta en Éxodo 20:8-11 que dice, “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; … Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.” En otras palabras, esta respuesta es la base para el cuarto mandamiento.   

            Dios creó todo en 6 días literales como ejemplo o ilustración de que debemos trabajar para obtener nuestros alimentos pero que también debemos tener al menos un día libre para adorar a Dios y evitar la explotación laboral o el abuso por parte del empleador hacia el empleado ya que cuando trabajamos todos los días de la semana sin descansar nos matamos físicamente a nosotros mismos. Esta es la razón por la que Dios, deliberadamente, se tomó seis días para crear este principio. Si los 6 días de Génesis representaran millones de años entonces tendríamos una larga semana de trabajo lo cual no tendría sentido. Tampoco olvidemos que históricamente esta siempre ha sido la interpretación clásica y tradicional de 2000 años de concilios, credos, confesiones de fe, eruditos, teólogos, filósofos y científicos cristianos.           

      “Los creacionistas son literalistas y fundamentalistas.”

         Los teístas evolutivos o creacionistas progresivos de Tierra Vieja tienden acusarnos de ser “literalistas”. Sin embargo, esto es una falacia de hombre de paja pues es obvio que no toda la Biblia debe ser interpretado literalmente sino que todo depende de su contexto. Por tanto, simplemente seguimos el principio de analogía de la fe, es decir, que la Biblia es su propia interprete y la cual es la primera regla de la hermenéutica bíblica. Sin olvidar que hay pasajes de la Biblia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento que aunque son narraciones históricas y literales (como la creación y el diluvio universal) también pueden ser interpretados de manera simbólica y alegóricamente cosa que enseñó el mismo filósofo cristiano, Agustín de Hipona, y otros Padres de la Iglesia.

        El gran error sería creer que un tipo de interpretación excluye el otro. Nada más lejos de la verdad pues la lectura figurativa se apoya sobre la lectura literal. Por ejemplo, Jesús se ve como el último Adán y Eva como la Iglesia quien es la esposa del Cordero, los sacrificios de animales del Antiguo Testamento y el Arca de Noé representan a Jesús, el único Salvador del mundo, etc. Ahora bien, para hacer esta interpretación figurativa de Adán y Eva o del Diluvio, primero es necesario creer que realmente ocurrieron como hecho histórico y no como un cuento de hadas. Si el Diluvio es sólo un bonito cuento, también lo sería la Iglesia, y su exégesis perdería toda su fuerza. Con respecto a la palabra “fundamentalista” (término satanizado tanto por ateos y creyentes liberales) si con dicha palabra se refieren a que mis creencias están fundamentadas en la Biblia entonces no tengo ningún problema en aceptarlo pues así también fueron los primeros cristianos (Hechos 17:11, Efesios 2:20 y Salmo 11:3).

        En fin, acusar a los creacionistas de Tierra Joven de interpretar todo literalmente es como acusar a los teístas evolutivos o creacionistas progresivos de Tierra Vieja de interpretar todo simbólicamente lo cual no sólo negaría los 6 días literales de la Creación sino también los tres días literales, entre la muerte y resurrección de Jesús. 

Cuando se demuestra a los creacionistas progresistas y a los teístas evolutivos que los antiguos judíos (como el historiador Flavio Josefo), los padres de la iglesia (como Orígenes, Clemente y Agustín de Hipona), los padres de la Reforma Protestante (como Lutero, Calvino y Wesley) y hasta los padres de la ciencia moderna (como Newton, Bacon y Kepler) siempre creyeron en una tierra de miles y no millones o billones de años, muchas veces responden diciendo que entonces estamos cometiendo la falacia de Apelación a la Tradición (argumento ad antiquitatem).  

Sin embargo, hay tres problemas con este tipo de “argumento”:

    1. No es falaz porque no toda tradición es mala o falsa, principalmente si dicha tradición está basada en la Palabra verdadera de Dios (Vea por ejemplo Filipenses 4:9; 2 Timoteo 2:2 y 2 Tesalonisenses 2:15). Como decía el viejo Chesterton, “Los que abandonan la tradición de la verdad no escapan hacia algo llamado libertad, solo escapan hacia otra cosa que llamamos moda”.
  1. Tampoco es falaz porque si queremos saber algo de historia como la edad de la Tierra, la creación, el diluvio de Noé, el Adán histórico o el Jesús histórico entonces usamos el método histórico la cual se basa en las fuentes más antiguas incluyendo principalmente la Biblia (como sus cronogenealogías). Pero citar estudios del siglo 21 o el método científico (el cual se basa en la observación del mundo presente) es usar el método equivocado e inapropiado para este tema.

        Como explica el apologista y científico cristiano, el Dr. Jason Lisle, “Si quieres saber algo sobre el Adán histórico usted no va a un laboratorio para hacer experimentos ni abres un libro secular de biología evolutiva sino que abres un libro de historia.” Esto no significa que la ciencia no sirve para especular o que no nos ayuda a tener una idea sobre el pasado pues nosotros también usamos la ciencia (como la duración de cometas, la velocidad a la que los campos magnéticos decaen, la población mundial, el encogimiento del sol, el alejamiento de la luna de la tierra, la disminución de la velocidad de la rotación de la tierra, la duración de C14 y su hallazgo en diamantes y fósiles, etc.) sino que es más confiable responder una pregunta de historia con un libro de historia como la Biblia la cual no es solo un libro teológico sino también histórico. Por eso el apóstol Pedro nos dice que, “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro.” (2 Pedro 1:19)

  1. ¿No será al revés? Son los CTV y TE los que cometen una falacia de edad (apelación a la novedad) al decir que la interpretación tradicional y clásica ya no puede ser creída o aceptada como verdadera porque es una creencia (o mito según ellos) que apareció antes de la “era-científica” o “era-moderna”. Esto no solo es arrogante y absurdo pues asume que la gente de antes como los israelitas eran menos inteligente que el hombre moderno (2 Timoteo 4:4) sino que suena a lo que C.S.Lewis y Arthur Owen Barfield llamaban un “esnobismo cronológico” (argumento que sostiene que el pensamiento o la ciencia de un tiempo anterior es inherentemente inferior al del presente, simplemente en virtud de su prioridad temporal o la creencia de que, dado que la civilización ha avanzado en ciertas áreas, las personas de períodos anteriores fueron menos inteligente). De hecho, los primeros en usar este tipo de falacia lógica contra el cristianismo y la Biblia fueron los deístas anticristianos, ateos militantes, teólogos liberales de la Alta Crítica y ahora algunos filósofos cristianos que creen que Génesis 1-11 tiene mitos antiguos. 

    Por tanto, cuando nos basamos en fuentes tempranas las cuales incluyen principalmente la Biblia para saber algo sobre el pasado NO estamos cometiendo una falacia porque así es como funciona el método histórico. En cambio, aquellos que creen que su postura es más válido y plausible porque está basada en una nueva idea de la “era-científica” o “era-moderna” no solo están usando el método equivocado sino que son los que están apelando a una falacia (argumento ad novitatem y esnobismo cronológico).

             “La evolución y la idea de una Tierra Vieja no son doctrinas cristianas sino teorías científicas”

         Nos alegra que algunos teísta evolutivos o creacionistas progresivos admitan que dicha teoría no tiene nada de cristiano sin embargo estos ignoran que tampoco es científica. Si realmente lo fuera no contradijera la Biblia pues la teología cristiana y la verdadera ciencia van de la mano. No son incompatibles. Al contrario, se complementan. Por algo, los más grandes científicos de la historia humana como Johannes Kepler y Sir Isaac Newton (considerado por muchos como el mejor astrónomo de la historia humana) no solo aceptaban el Argumento del Diseño sino que también calcularon que la tierra tenía miles y no millones o billones de años (Vea Principia Mathematica, 1687 y Chronology of Ancient Kingdoms, 1728).   

            De hecho, el filósofo cristiano y el mismo padre del método científico, Sir Francis Bacon (1561-1626), escribió en su principal obra, Novum Organum (1620), “Pero, en primer lugar, el número de edades es singularmente reducido; pues de esos veinticinco siglos que encierran aproximadamente toda la historia.” Si hacemos los cálculos encontraremos que al igual que Newton (1642-1727) y Kepler (1571-1630), Sir Francis Bacon también fue un creacionista de Tierra Joven que según sus propios escritos también creía en una creación de 6 días literales (Bacon, F, Advancement of Learning, Enciclopedia Britannica, 1952, p.27, publicado en Great Books of the Western World, Hutchins, R.M., No 30). Luego otros grandes científicos cristianos como Maxwell, Kelvin y Fleming que ya tenían conocimiento de la teoría de Darwin (juntamente con la idea de una Tierra Vieja de millones de años) lo rechazaron. Algo que la “ciencia” secular moderna nunca publica.

          Después de todo, la evolución no es nada nuevo, ni empezó con Carlos Darwin quien por cierto solo tenía un título en teología, no ciencia. Los paganos de la antigüedad como los egipcios, griegos, babilónicos, sumerios, epicúreos, estoicos, hindúes y otros también creían en una tierra vieja de millones de años y en una clase de macroevolución. Este verdadero dios de los huecos era parte de su mitología. Solo que ahora ha regresado disfrazada de “ciencia”. En cambio, los primeros y grandes teólogos cristianos tales como Agustín de Hipona (La Ciudad de Dios 12,10), Clemente de Alejandría (Lecturas de Catequesis 3,5), Ireneo (Adv, haer. V, 28,3), Teófilo (Teófilo 3,28), Orígenes (Contra Celso 1,19) y otros llamados Padres de la Iglesia criticaron dicha idea pagana. Sin olvidar que la evolución ha conducido a muchos al ateísmo. Como decía el sabio Salomón, “No hay nada nuevo debajo del sol” (Eclesiastés 1:9).

 “Todos los científicos creen en una Tierra Vieja y en la macroevolución”

Excepto, los MILES que no creen en ella.

Para una larga lista visite https://dissentfromdarwin.org/

¿Por qué la mayoría de los científicos son evolucionistas?

¿“Los creacionistas de Tierra Joven no creen en la ciencia”?

 “¿Cómo hizo Adán para poner nombres a todos los animales en un sólo día?”

           Dios no hizo a Adán responsable de nombrar a todos los animales. Por ejemplo, Dios no lo mandó a poner nombres a las criaturas del mar, ni a las bestias de la tierra o los insectos por lo que esto reduciría considerablemente la cantidad de animales que él tenía que nombrar. De hecho, ya se ha demostrado que Adán pudo nombrar cada una de las criaturas que le tocó nombrar en menos de cuatro horas (Vea Tim Chaffey y Jason Lisle, Old Earth Creationism on Trial: The Verdict is In, p.69 y Andrew Kulikovsky, “How Could Adam Have Named All the Animals in a Single Day?”, p.27-28).

“¿Pero Génesis contiene pasajes que son simbólicos como cuando dice que el hombre y la mujer casada son una sola carne. Por tanto, ¿no demuestra eso que Génesis no debería ser tomado literalmente?”

Eso sería apelar a una falacia de composición. El que una parte de Génesis sea simbólico no significa que todo el capítulo o libro debe ser tomado figurativamente. También se puede encontrar mucho simbolismo en los evangelios (principalmente en el evangelio de Juan) sin embargo eso no significa que no sean historia. Lo mismo se puede decir de Génesis. No toda la Biblia debe ser interpretado de manera literal y tampoco de manera simbólica puesto que eso implicaría rechazar doctrinas importantes como la resurrección histórica y literal de Jesús. Todo depende del contexto y las reglas de la hermenéutica y exegética.

“¿Pero no fue Jesús quien dijo, que no nos toca a nosotros saber los tiempos?”

Así es, pero eso tenía que ver con su venida futura. Nada que ver con la creación de Génesis lo cual fue un evento del pasado.

 “¿Había muerte antes de la Caída?”

          Hace poco estuve debatiendo por escrito con el administrador de una página evolucionista teísta. Le dije que la idea de una Tierra Vieja no es compatible con la Biblia porque pone la muerte y el sufrimiento antes de la caída. Como respuesta me dijo que antes de que el hombre pecara ya la muerte existía entre los animales. Esto lo refuté fácilmente con la historia cristiana y la misma Biblia, pero el cristiano posmoderno eliminó mis comentarios en su página. Acá las dos razones principales que demuestran que su forma de pensar es antibíblica y extrabíblica:

        En primer lugar, en ninguna parte de la Biblia enseña que hubo muerte animal antes de la caída del hombre. No solo eso. En los primeros 18 siglos de la historia eclesiástica, la creencia universal de los cristianos fue que Dios había creado el mundo en seis días literales, alrededor de hace 6,000 años y destruyó el mundo con un diluvio global (universal) en el tiempo de Noé. Esto se puede ver a través del estudio y análisis de la obra de los primeros teólogos, obispos y filósofos cristianos conocidos como los Padres de la Iglesia (Fuentes Patrística) y la tradición judía las cuales también demuestran que por siglos ningún judío de la época bíblica creía que hubo muerte animal antes de la caída.

          Sin olvidar que los llamados Padres Apologistas como Agustín de Hipona y Teófilo de Antioquía eran creacionistas que escribieron en contra de la idea pagana de una Tierra Vieja. Segundo, dicha creencia contradice la misma teología cristiana pues toda la Biblia enseña que la muerte y el sufrimiento fueron el resultado de la caída del hombre la cual afectó a toda la creación, incluyendo los animales (Vea Génesis 3:18-20 y Romanos 5:12-21; 8:22-39 y 1 Corintios 15:21). Por tanto, la muerte animal vino después del pecado del hombre, no antes. Nuestro amoroso Creador que cuida de las aves y los lirios simplemente no llamaría “bueno en gran manera” el sufrimiento y la muerte de animales (Mateo 6:26 y Génesis 1:31) ¿o acaso es “bueno en gran manera” que animales sufran y se maten unos a otros? Eso no tendría sentido.

       Esta idea también contradice otra parte del mismo Génesis que enseña que el hombre era vegetariano que solo comía las semillas y frutos de las plantas y árboles antes de la caída y el diluvio universal (Génesis 1:29; 8.20- 9:3). Además, recordemos que Adán y Eva tampoco mataron animales para cubrir su desnudez después de que desobedecieron a Dios, sino que se “cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales” (Génesis 3:7). Luego de confesar sus pecados, Dios los vistió con piel de animal (quizás un cordero) lo que muestra que hubo derramamiento de sangre animal para cubrir sus pecados. Este sacrificio tipifica o representaba el futuro sacrificio que Cristo haría en la cruz por nuestros pecados (Génesis 3.21, Hebreos 9.22; Juan 1:29; Gálatas 3:27 y Filipenses 3:21). Ese es la primera vez en la Biblia que se habla de la muerte de un animal y fue después de la caída. No antes. De hecho, tampoco habrá muerte en el cielo nuevo y en la tierra nueva pues todo será como en el principio (Vea Isaías 11:6-9; 65:25 y Apocalipsis 21:4).

        Alguno dirá, “Pero no podían haber muerto por algún accidente. Después de todo, los animales no son eternos.” No, los animales no son eternos y el hombre tampoco. Pero si el Dios Todopoderoso tenía el poder de preservar la ropa de los israelitas de desgastarse por más de 40 años de caminar al igual que a los tres hebreos de incluso a oler a humo del horno de fuego entonces es lógico pensar que este mismo Dios pudo hacer estas cosas tanto con el hombre, los animales y el resto de la creación la cual “sostiene todas las cosas con el poder de su palabra” (Hebreos 1:1-3).     

“¿Pero no demuestran las observaciones de la expansión del universo, la radiación de fondo de microondas y la abundancia de los elementos que realmente hubo un Big Bang aunque no lo hayamos visto?”

             Los creacionistas progresistas y teístas evolutivos como Hugh Ross creen que si hay una teoría de cómo funciona algo (como el Big Bang) y observamos las predicciones que sostiene esa teoría entonces eso demuestra que dicha teoría funciona y es correcta (Ross, Huellas de Dios). Sin embargo, la idea de que estas evidencias observacionales (como la expansión del universo, la radiación de fondo de microondas y la abundancia de los elementos) “prueban” el Big Bang es apelar a una falacia lógica llamada la afirmación del consecuente la cual consiste en suponer que afirmando el consecuente se “prueba” el antecedente cuando un evento puede ser producido por diferentes causas o razones. En términos coloquiales, esta falacia es cometida por quienes “confunden los caballos con la carretera”, o ignoran que “hay varias formas de matar un gato.” Aca un ejemplo:

Teoría T predice la observación O;
O es observada
Por ende T es verdadero.

Para mostrar que esto no se sigue considere los siguiente:

1. Si llueve la calle estará mojada

2. La calle está mojada

3. Por lo tanto, tuvo que haber llovido

         Sin embargo, esta conclusión no tiene que ser necesariamente cierta. Podría suceder que alguien la mojara con una manguera. Aca otro ejemplo: Si me como toda una pizza me sentiré lleno; Me siento lleno; Por ende me comí una pizza entera. Sin embargo, uno puede sentirse lleno por diferentes razones, por ejemplo, comiendo mucho otros tipos de comida. De igual manera, muchos de la misma academia de la ciencia secular han propuesto otros modelos naturalistas para explicar también estas mismas observaciones en nuestro universo (George F. R. Ellis; Thinking Globally, Acting Universally; Scientific American 273 (4): 28,29, 1995). De hecho, no solo el Big Bang y otras teorías naturalistas hacen esta misma serie de evidencias observacionales (como la expansión del universo) sino que tales predicciones comprobadas también son compatibles con el modelo bíblico la cual enseña que Dios hizo primero los cielos y la tierra en el primer día (Génesis 1:1), después creó las estrellas en el dia cuarto y luego las extendió o expandió (Isaías 40:22; Job 26:7 y Salmo 104:2) lo que significa que veríamos un “Red Shift” (movimiento de alejamiento) en cada dirección y eso es presicamente lo que observamos con el telescopio de Edwin Hubble. Y esto fue mucho antes que se propusiera el Big Bang y mucho antes de que los científicos empezaran a entender que el universo se está expandiendo o extendiéndose. Por tanto, si una idea es verdadera porque sus prediciones han sido cientificamente observadas entonces siguiendo esa misma lógica el relato de la creación de Génesis debe ser literalmente cierta pues tales observaciones y predicciones también encajan con la Biblia.

         Pero el problema con el Big Bang no solo se debe a que no hace predicciones específicas como el fondo cósmico de microondas pues cualquier modelo del universo también la predice sino que también presenta otros problemas que no la hacen compatible con la verdadera ciencia como por ejemplo su problema con el horizonte (problema de tiempo de viaje de la luz) y el problema de la llanura (el universo está muy equilibrado y los cálculos son demasiado exactos como para ser causada accidentalmente como sostiene la teoría del Big Bang). Muchos llaman a esto el ajuste fino del universo. Otro problema es el monopolio magnético (falta de imánes teóricos en el universo). Algunos cristianos que son defensores del Big Bang tratan de resolver estos 3 problemas principales con la inflación como si eso fuera un dispositivo de rescate cuando el inventor de la inflación cósmica, Alan Guth, ni siquiera cree que Dios es necesario para explicar el origen del universo, ni que el Big Bang necesita o exige la existencia de Dios. Además, ni siquiera hay evidencia que apoye la inflación y aún si fuera cierta todavía tiene otro problema que es el número de bariones (hay más materia que antimateria). Por tanto, si el Big Bang fuera cierto habría una cantidad igual de ambos. Sin embargo, casi todo el universo es materia.

“¿Pero no demuestran los años luz de las estrellas que vivimos en una Tierra Vieja de miles de millones de años?” 

             Aunque muchos creacionistas progresistas niegan ser naturalistas siempre apelan a suposiciones naturalistas para defender su creencia en el Big Bang cuando esta es una teoría naturalista y olvidando que los milagros de Dios no están limitados por las leyes de la naturaleza que Él mismo creó. Hay otras diferentes explicaciones o interpretaciones con respecto al llamado “años luz”. Aca presentamos cuatro de ellas: Una es que lo que llaman “años luz” en realidad no representan años o tiempo sino distancias. La segunda es que tales predicciones comprobadas también son compatibles con el modelo bíblico la cual enseña que Dios hizo primero los cielos y la tierra en el primer día (Génesis 1:1), después creó las estrellas en el día cuarto y luego las extendió o expandió (Isaías 40:22; Job 26:7 y Salmo 104:2) lo que significa que veríamos un “Red Shift” (movimiento de alejamiento) en cada dirección y eso es presicamente lo que observamos con el telescopio de Edwin Hubble. Y esto fue mucho antes que se propusiera el Big Bang y mucho antes de que los científicos empezaran a entender que el universo se está expandiendo o extendiéndose. Por tanto, si una idea es verdadera porque sus prediciones han sido cientificamente observadas entonces siguiendo esa misma lógica el relato de la creación de Génesis debe ser literalmente cierta pues tales observaciones y predicciones también encajan con la Biblia.

                 La tercera explicación y que no implica lo sobrenatural es la llamada antigua convención de sincronía que es diferente a nuestra convención de sincronía moderna (idea de que dos relojes separados por la distancia cósmica están sincronizados). Esto significa que la luz no toma tiempo en absoluto para llegar desde las galaxias distantes a la tierra por lo que puede llegar instantáneamente y sin violar ninguna ley física ya que es consistente con lo descubierto y escrito por el mismo Albert Einstein sobre la relatividad básica, página 22. De hecho, muchos otros físicos que tampoco son creacionistas como el evolucionista Sarkar también enseñaron esto en un artículo que publicó en la literatura secular que usa la convención anisotrópica.

             En otras palabras, no hay luz estelar distante si usted entiende de física. Por tanto, este método también encaja con la Biblia ya que Dios creó todo el universo y la luz era inmediatamente visible para la tierra en el cuarto día tan pronto como Dios creó las iluminarias. Algunos teístas evolutivos y creacionistas progresistas como Hugh Ross preguntan, “¿Pero cuando miramos el sol lo vemos como es ahora o como era hace ocho minutos? Sin embargo, eso sería como preguntar si una mesa tiene tres pies de largo o una yarda de largo. En otras palabras, la respuesta obvia es ambas pues depende de la unidad que usted elija para medir. Lo mismo con la luz estelar la cual depende de la convención de sincronía que se elija para medir su velocidad unidireccional pues el tiempo también es afectado por la gravedad, el movimiento y otras cosas y por ende no se puede medir objetivamente (Lea también la “Relatividad Especial sin Supuestos de Velocidad Unidireccionales” de John Winnie para más información sobre este tema). 

          Por último, otra respuesta para esta pregunta es que aun si el universo tuviera la apariencia de una tierra vieja aun así eso tampoco probaría que tiene millones o billones de años. ¿Por qué? Porque en el momento de la creación, Dios hizo tanto al hombre como al mundo en una edad madura. Por ejemplo, según el relato bíblico, Dios no creó a Adán y Eva en forma de bebés sino como personas adultas (Génesis 2:7,21-24) al igual que el resto de la creación como los árboles y sus frutos para que pudieran comer. En otras palabras, si pudieramos llevar a Adán a un médico en el mismo día que fue creado y le preguntaramos al médico que cuántos años cree que Adán tiene es probable que diga de 30 a 40 años. Sin embargo, solo tenía un día de creado. En otras palabras, Dios no creó un “bebé” Adán sino un hombre completamente maduro. Lo mismo se puede decir del universo. Dios creó el mundo maduro pero en seis días, no en millones o billones de años.

           “¿Pero no sería eso un engaño?” No porque en primer lugar, la creación del hombre y del universo fue un evento sobrenatural y los milagros de Dios no están limitados por las leyes de la naturaleza que Él mismo creó. Y segundo, porque nos dejó un Libro para que supieramos históricamente cómo y cuándo creó el universo (La Biblia). De hecho, otro ejemplo bíblico que es consistente con este milagro (o explicación) lo podemos ver cuando Jesús cambió el agua en vino en las bodas de Caná de Galilea (Juan 2:1-11). Ahora bien, sabemos que el proceso natural de fermentación de uvas toma tiempo (algunos dicen de 4 a 10 días). Sin embargo, Cristo lo hizo al instante pero con la apariencia y sabor de vino fermentado. Después de probarlo, el maestresala de la boda no sabía cómo y de dónde había venido el vino. Sin embargo, eso no significa que Jesús lo engañó sino que el maestresala se engañó asímismo pensando que el vino era viejo en vez de escuchar a los sirvientes que fueron testigos del milagro. De la misma manera, el que prefiere creer en teorías naturalistas y secularistas de hombres falibles que nunca estuvieron en el principio de la creación en vez de la Palabra infalible de Dios quien sí estuvo ahí porque fue su Creador no es engañado por Dios sino por él mismo. Al final es cuestión de escoger a quien vamos a creer ¿y acaso no sería más razonable preguntarle al que lo hizo? “Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.” (Hechos 17:11).

“Y entonces ¿cuáles son esas evidencias que demuestran que la Tierra tiene miles y no billones de años?” 

          Bíblica e históricamente: las cronogenealogías bíblicas, las mismas palabras de Jesús (Mateo 19:4 y Marcos 10:6)y el método histórico de la religión judeo-cristiana. En cuanto a ciencia se refiere, está la duración de cometas, la velocidad a la que los campos magnéticos decaen, la población mundial, el encogimiento del sol, el alejamiento de la luna de la tierra, la disminución de la velocidad de la rotación de la tierra, la duración de C14 y su hallazgo en diamantes y fósiles y otros hechos científicos demuestran que la Tierra tiene miles y no billones de años tal como enseña la Biblia, los antiguos judؙíos y los primeros cristianos. Aca una respuesta más larga y detallada sobre estas pruebas a favor del creacionismo de Tierra Joven:

          La Biblia nos enseña que debemos estudiar la naturaleza que Dios ha hecho (Salmos 19:1,2 y Job 12:8) pues de esta forma no solo veremos que el Dios de la Biblia es Su verdadero Creador (revelación general) sino que sus cronogenealogías son literalmente ciertas y científicamente correctas. Por ejemplo, el planeta Saturno tiene anillos alrededor, pero los anillos se están alejando cada vez más del planeta. No puede tener billones de años porque sino no estarían ahí. Ya hubiesen desaparecidos.

           La luna gira alrededor de la tierra, pero poco a poco se está alejando más y más de la tierra. Se está alejando lentamente de nosotros como unas 3 pulgadas cada año. Sin embargo, actualmente la luna está muy cerca a la tierra. Si la tierra tiene solo unos 6,000 años eso no sería ningún problema porque la luna estaría un poco más cerca. Pero si creemos que la tierra tiene tiene billones de años pues entonces tendríamos un problema serio porque la luna causa mareas. Mientras más cerca está la luna más alta son las mareas. Si creemos que la tierra tiene billones de años pues entonces en un billón de años la luna hubiese estado en la superficie de la tierra causando que los continentes quedarán totalmente sumergidos. Por lo tanto, no puede tener billones de años.

           En el espacio hay polvo y cada vez que la luna gira alrededor de la tierra va acumulando más y más polvo. Por lo tanto, el polvo que hay en la luna se hace más y más hondo. Por eso antes de aterrizar en la luna los científicos pusieron unas patas bien largas a la nave especial para que no se hundiera en el polvo, porque creían que iba haber una capa de polvo de millas y millas sobre la luna. Sin embargo, cuando llegaron a la luna el polvo solo media como media pulgada de hondo. Ahora bien, la luna debió haber tenido más de mil pies de polvo si hubiese tenido billones de años. Pero, solo tenía media pulgada de polvo lo que prueba que la luna es joven y que no tiene billones de años.

          Los cometas vuelan por el espacio y se cree que tiene la misma edad que el universo, pero siempre estánperdiendo su materia, eso es lo que hace la cola del cometa. No se puede seguir perdiendo y perdiendo. Va llegar un momento en que va terminar toda esa materia y va desaparecer. Es como si usted tuviese su cuenta de cheques y usted sigue gastando y gastando sin poner nada, va llegar un momento en que se le va acabar todo y no va tener nada. Lo mismo sucede con los cometas. Estudios cuidadosos indican que los cometas solo pueden durar como unos 10,000 años. Por lo tanto ¿por qué todavía hay cometas en el espacio? Porque el universo no tiene billones de años y los cometas ni siquiera tienen 10,000 años todavía.

            La tierra está rotando, pero cada vez está yendo más despacio por una milésima de un segundo. Por eso cada año o año y medio hay que añadirle un segundo al reloj porque la tierra está girando más lentamente lo que significa que antes giraba con más rápidez. Si la tierra tiene 6,000 años pues esto no representa ningún problema porque solo estaría yendo un poco más rápido antes, pero si la tierra tuviera billones de años pues entonces sí habría un problema porque entonces la tierra estaría girando a tremenda velocidad lo que haría que nuestros días y noches fueran muy rápidos. Los vientos estarían a 5,000 millas por hora y la tierra habría tenido forma de disco. No sólo eso, si la tierra tuviera billones de años, entonces la rotación presente sería cero. La conclusión obvia es que la tierra no tiene billones de años.

  “¿Pero no demuestra el Carbono 14, los fósiles y la arqueología prueban un creacionismo progresivo y edad vieja de la Tierra? ¿Me podrías explicar también cómo se reconcilia el planteamiento de un Génesis literal con los métodos de datación del Carbono 14 y otros más? (estoy al tanto que existen otros métodos a parte del carbono por aquello de que suelen querer desacreditarlo siempre) y los fósiles de especies extintas en diferentes capaz de sedimentos geológicos?”

           De hecho, cuando algunos científicos propusieron por primera vez la idea de una Tierra Vieja (pues antes todos, incluyendo Sir Isaac Newton, Francis Bacon y Johannes Kepler, creían que tenía alrededor de 6,000 años) todavía no se había inventado la técnica de datación radiométrica como el Carbono 14 sino que simplemente hacían suposiciones según la supuesta Columna Geológica (la cual solo existe en libros de textos) de Charles Lyell (1830-33) quien por cierto creía que la Tierra tenía de 75,000 a 80,000 años y luego admitió tener una agenda anti Biblia al decir que quería, “Librar la ciencia de la geología de Moíses” (Charles Lyell: Letter to George Scrope, June 14, 1830).

           El mismo hecho que los geólogos de Tierra Vieja primero dijeron que la tierra tenía 75,000 años (siglo 17), luego dijeron 100 millones de años (1899), después 1.64 billones (1907), y ahora 4.5 billones de años (2022) demuestra que estos cambios están basados más en especulaciones, prejuicios y razonamientos circulares donde fechan los fósiles según las capas rocosas de la Columna de Geológica de Lyell o viceversa. En otras palabras, los biólogos evolutivos miran a los geólogos evolutivos y los geólogos evolutivos miran a los biólogos evolutivos para “probar” la “teoría” de la evolución.

               Sin embargo, la misma duración de C14 y su hallazgo en diamantes y fósiles y otros hechos científicos demuestran que la Tierra no tiene millones o billones de años sino solo miles de años tal como enseña la Biblia, los antiguos judíos y los primeros cristianos pues el C14 no dura ni siquiera 1 millón de años pues se descompone rápidamente y el mismo hecho de que lo puedes encontrar en fósiles y diamantes es otra fuerte indicación que la tierra ni siquiera se acerca a los miles de millones de años. 

            Además, la persona que apela a este viejo argumento ya refutado está ignorando los errores en las mediciones de C14 y que los métodos radioactivos o la desintegración uranio plomo NO miden con verdad la edad, y que presentan muchos errores que los evolucionistas logran encubrir lo que demuestra que las medidas del Carbono 14 no funciona porque no puede ser calibrado después de 3000 años. Por el hecho de que no existe otro elemento histórico de más edad con el que pueda ser calibrado. 

           Para dar un ejemplo están las rocas que fueron formadas durante y desde la erupción del Monte Santa Helena en 1980 las cuales fueron registradas 2.8 millones de años. Obviamente eso es un error. Además de todo esto, está el problema del equilibrio o sea el radiocarbono todavía se está formando rápidamente lo que también significa que la tierra tiene menos de 30,000. El C12 y C14 en la atmósfera no siempre ha sido igual, y algunos dicen que el C12 ha aumentado como resultado a un diluvio universal (Para más info lea el libro “Miles, no Billones” de los científicos y apologistas cristianos, Donald B. DeYoung y Jason Lisle).  

               Los métodos utilizados para datación radiométrica simplemente no son confiables puesto que están basados en suposiciones. Esta controversia y otras anomalías son admitidas por los mismos evolucionistas que la utilizan como Robert E. Lee quien dijo, “Los problemas del método de fechado con radiocarbono son innegablemente profundos y serios. A pesar de 35 años de refinamiento técnico y mejor comprensión, las suposiciones subyacentes han sido fuertemente desafiadas, y han surgido advertencias de que el radiocarbono podría encontrarse pronto en una situación de crisis. La continuación del uso de este método depende de un enfoque de ‘arreglarlo en el camino,’ permitiendo contaminación aquí, fraccionamiento allá, y calibración cuando sea posible.   

               No debe sorprender, entonces, que la mitad de las fechas son rechazadas. Lo asombroso es, seguramente, que la mitad restante termina siendo aceptada. …No importa cuán ‘útil’ sea, el método de radiocarbono todavía no es capaz de dar resultados exactos y confiables. Existen inmensas discrepancias, la cronología es desigual y relativa, y las fechas aceptadas son realmente fechas seleccionadas” (Robert E. Lee, “Radiocarbono, Edades en Error”, Diario Antropológico de Canada, 1981, Vol. 19. No. 3, p.9, publicado en el Anthropological Journal of Canada). Las declaraciones directas del Dr. Libby, el mismo descubridor de la fechación por radioisótopos sobre este problema, también muestra que este simple hecho derrumba no solo el evolucionismo, sino también a la concepción de pre-historia (Tierra Vieja) como la conocemos.

              Por tanto, exactamente ¿qué es lo que se debe reconciliar? El método de datación como el C14 no dan millones de años debido a que no se mantienen durante esos lapsos de tiempo y los fósiles son mas bien la declaración del diluvio global narrado en Génesis lo cual es la explicación más razonable para miles de millones de cosas muertas (fósiles) enterradas en las capas de las rocas puestas por el agua. Y no, no existen distintas capas geológicas, solo capas. Las edades que se les brindan son basadas en métodos radiométricos con poca confiabilidad que ni tan siquiera pasan una prueba de validación. Ninguno de estos métodos tan siquiera puede dar edades concordantes y correctas a muestras de edad conocida. Cada vez que se datan muestras de edad conocida las edades que arrojan los métodos radiométricos tienen discrepancias. Por tanto, si no pueden datar muestras de edad conocida empíricamente, ¿qué te hace pensar que pueden datar muestras de edades no conocidas?

                   En cambio, las afirmaciones que se hacen en la creación de génesis pueden ser constatadas tanto geológica, genética y poblacionalmente. Por eso el modelo científico de los creacionistas está por encima del secular porque tenemos predicciones demostrables a futuro que dan testimonio de su categoría. Sin olvidar que Dios mismo predijo que la negación a estos eventos históricos ocurriría en 2 Pedro 3:3-6. “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen, así como desde el principio de la creación.  Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;”.

              Así que, esto NO es un problema para los creacionistas sino para los evolucionistas o creacionistas progresistas pues tanto los creacionistas como los arqueólogos no consideran las fechas del C14 y de los demás métodos como absolutas debido a sus frecuentes anomalías. Los arqueólogos se apoyan más en métodos de datación que concuerdan con los registros históricos y los investigadores creacionistas han sugerido que las fechas de 35,000 a 45,000 años deberían ser nuevamente calibradas o corregidas apropiadamente a la fecha bíblica del diluvio para su utilidad. Si no hacen esto los errores van a continuar y como dice el geólogo, Andrew Snelling, “Ya se han refutado las 3 suposiciones subyacentes en la datación radioactivo, estos métodos no son fidedignos para calcular una edad de la tierra” (Andrew Snelling, Ph D en geología). Para más información sobre este tema recomendamos el libro del científico cristiano, el Dr. Vernon R. Cupps, llamado “Rethinking Radiometric Dating: Evidence for a Young Earth from a Nuclear Physicist” o “Radioactive and Radiocarbon Dating” del geólogo, el Dr. Andrew A. Snelling.

                Sin embargo, los defensores del método de fechado por carbono también han recurrido a la “Dendrocronología” (conocida también como el fechado por anillos de árbol) para calibrar sus escalas de tiempo (esto es, para ajustarlas de manera que compensen las fluctuaciones de proporción entre el C-12 y C-14). Fechando un pedazo de madera por el método de carbono, el cual también ha sido fechado contando los anillos anuales de su árbol, los científicos pueden crear una tabla con la cual pueden convertir los cuestionables años del Carbono 14 en verdaderos años de calendario. Funciona de esta manera: Los científicos comienzan con un árbol vivo o un espécimen de madera muerta, el cual puede ser fechado con exactitud por algunos métodos confiables.

          Luego buscan piezas de madera muerta que sean más antiguas que el espécimen con el cual comenzaron y cuyos patrones de anillos se superponen y coinciden con aquellos del primer espécimen (los anillos de un árbol pueden variar ampliamente en espesor debido a factores del medio ambiente y por ello producir un patrón con el cual podemos emparejar especímenes que crecieron en el mismo medio ambiente). Luego, los científicos buscan más pedazos de madera muerta que se superpongan y coincidan con el segundo espécimen y así sucesivamente. Finalmente, cuentan todos los anillos, usando los patrones de emparejamiento para conectar todas las piezas, y determinan la edad del pedazo más antiguo de madera. Esto se llama una “cronología larga.” Al fechar el pedazo más antiguo de madera usando el método de fechado por carbono y comparando las dos fechas, los científicos pueden hacer los ajustes de cálculo necesarios.

        Desafortunadamente, este método de calibrar el fechado por carbono usando el fechado por anillos de árbol también es defectuoso. El Dr. Walt Brown explica: “…son establecidas conexiones basadas en el juicio de un especialista de anillos de árbol. A veces, anillos ‘faltantes’ son añadidos. Técnicas estadísticas estándares podrían establecer qué tan bien encaja la docena de supuestas secuencias de anillos de árbol superpuestos. Sin embargo, especialistas en anillos de árboles han rehusado someter sus criterios a estas pruebas estadísticas y no suministran su data para que otros puedan hacerlas” (Walt Brown, In the Beginning, 2001, p. 246; énfasis en el original).

         Su negativa a someter su trabajo a cuidadoso escrutinio provoca una inquietud razonable, especialmente a la luz del aparente razonamiento en circulo empleado por los investigadores. “Especímenes de madera utilizados para ‘cronologías largas’ son fechados primero por radiocarbono. Si la fecha es suficientemente antigua (tal vez por una lectura errónea), los especialistas en anillos de árbol examinan el espesor del anillo buscando extender la ‘cronología larga.’ Esta cronología es entonces usada para asegurar al público que el fechado por radiocarbono ha sido calibrado por una secuencia continua de anillos de árbol. [Esta práctica es descrita también por Henry N. Michael y Elizabeth K. Ralph, “Quickee” 14C Dates, Radiocarbon, Vol. 23 No. 1, 1981, pp. 165-166].” (Brown, ibid, p. 246; Ver también Gerald E. Aardsma, “Myths Regarding Radiocarbon Dating,” Impact, No. 189, marzo 1989.). 

“¿Pero sin el Carbono 14 tampoco podríamos demostrar que la Biblia es verdadera?”

            No, puesto que la Biblia ya cuenta con la historia, arqueología, profecías cumplidas, argumentos filosóficos y otras evidencias científicas que demuestran su veracidad. No es necesario el Carbono 14. Como decía el gran científico, Sir Isaac Newton, “Consideramos que las Escrituras de Dios son la más sublime filosofía. Encuentro más indicios de autenticidad en la Biblia que en cualquier historia profana.” Además, como ya se demostró, el uso del sistema del C14 es confiable solo cuando es menor de 3,000 años. Así que, creo que no habría problema en usarlos en los manuscritos antiguos de la Biblia como Daniel.

           Después de todo, cuando hablamos de la edad de la tierra hablamos de historia y cuando hablamos de historia estamos hablando del pasado la cual no se puede observar. Ninguno de nosotros estuvo ahí cuando el mundo fue creado sino solo Dios. Por tanto, si queremos saber la edad de la tierra habría que preguntarles al Creador del universo quien nos da la respuesta en su Palabra ¿o acaso creemos que el Dios omnisciente nos dejaría en la ignorancia sabiendo que iba ser un tema tan importante y discutido en nuestros tiempos? La realidad es que tanto la Biblia y la historia judeo-cristiana nos enseña que la Tierra tiene miles y no millones de años. La pregunta es, si le vamos a creer al Dios infalible que estuvo allí o en las palabras y opiniones de hombres falibles que no estuvieron ahi? Si somos lógicos y cristianos seguiremos mejor el consejo del apóstol Pedro que dijo, “ Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,” (2 Pedro 1:19-21).               

https://www.icr.org/article/11430/

El trabajo de los creacionistas de Tierra Joven ha conducido a muchos jóvenes al ateísmo pues niegan la ciencia. Muchos se alejan de la iglesia por la falsa dicotomía entre creación vs. evolución. ¿Quién es uno de los principales protagonistas en crear esta dicotomía? El famoso Ken Ham y Answers in Genesis.”

               Esta respuesta la recibí de Raúl Jaramillo quien trabaja para Fe “Razonable” y un seguidor del anti-creacionista de tierra joven, Michael Jones (alias Inspiring Philosophy) lo cual es contradictorio puesto que Jaramillo dice no creer en el mito de la evolución por lo que se considera solo como un “creacionista de Tierra Vieja”. Sin embargo, su argumento suena contradictorio pues si él tampoco cree en la evolución entonces ¿no está creando también una falsa dicotomía? Cuando se les pregunta a los creacionistas de Tierra Vieja por alguna evidencia o referencia que demuestre que los ministerios de creacionismo de Tierra Joven son responsable de que muchos cristianos no se mantengan en sus iglesias o no pueden dar pruebas o ponen el enlace de un estudio de Barna que habla del tema. Sin embargo, hay varios problemas con articulo. Primero dicho artículo no menciona a Ken Ham, ni el Answers in Genesis o a los creacionistas de Tierra Joven sino a los creacionistas en general lo cual incluiria no solo creacionistas de Tierra Joven sino a los de Tierra Vieja e incluso a los teístas evolutivos ya que dicha postura tampoco es aceptaba en las educación secular ni por la Academia de las Ciencia. Por tanto, el argumento es como disparase en su propio pie. Sin olvidar que los ateos o agnósticos que se han alejado de la iglesia por la “ciencia” tampoco les convence el teísmo evolutivo o el creacionismo progresivo lo cual consideran peor ya que tales posturas niegan la misma Biblia (la existencia de Adán y Eva, el diluvio universal, la edad del universo según las cronogenealogías bíblicas, etc).

               Ni el estudio de Barna ni los los jóvenes que han sido entrevistados culpan a los creacionistas de Tierra Joven como Ken Ham. Al contrario, muchos de los entrevistados testifican que antes de abandonar sus iglesias nunca se les habló de las evidencias a favor del creacionismo y mucho menos en la escuela pública o universidades seculares donde son adoctrinados por la evolución desde su infancia y donde no se les presenta ambas teorías (creación y evolución) de manera objetiva e imparcial. Así que, es obvio que muchos terminen rechazando el cristianismo. No es culpa de los creacionistas bíblicos (como AnswersInGenesis) si muchas iglesias no presentan las evidencias científicas, históricas y sobretodo bíblicas de la creación de Génesis a sus miembros para que no sean engañados. En cambio, aquellos que sí han visto tales evidencias sí se han mantenido en sus iglesias (Ver video de “Fallout! Students explain why they left or remained in the Church” de creation.com). Esta también ha sido mi experiencia como cristiano. Por tanto, la falsa acusacion que hacen los creacionistas de Tierra Vieja como Raúl Jaramillo de Fe “Razonable” o Michael Jones de Inspiring Philosophy parece estár basada más en el prejuicio y la deshonestidad que en evidencias. De hecho, es todo lo contrario. Millones de personas visitan cada año los museos creacionistas de Respuestas en Génesis diciendo que han salido de allí con la fe cristiana más fortalecida en las Sagradas Escrituras. 

           Por cierto, ¿no será al revés? En primer lugar, que para un cristiano la idea de una Tierra Vieja de miles de millones de años o la evolución sea “ciencia” no significa que realmente lo sea. Segundo, no tiene sentido afirmar que el creacionismo de Tierra Joven aleja a las personas del verdadero cristianismo porque esa siempre ha sido la creencias bíblica de la religión judeo-cristiana. Por ejemplo, los antiguos judíos como el historiador judío Flavio Josefo, los Padres de la Iglesia como Teófilo de Antioquía, Agustín de Hipona u Orígenes y los Fundadores de la Reforma Protestante como Martin Lutero y Juan Calvino estaban todos de acuerdo con que la edad de la Tierra era de miles y no millones o billones de años lo cual según La Patrística era creído por los antiguos filósofos griegos y otros paganos quienes sí creían en tipo de evolución o Tierra Vieja. Ninguno de ellos se apartaron del cristianismo por tales creencias la cual están basadas en la misma cronogenealogía bíblica. ¿Acaso todos ellos estaban equivocado, incluyendo la Biblia?

        Otra evidencia histórica que no encaja con esta afirmación gratuita es que antes la gran mayoría de los científicos (como Sir Isaac Newton, Johannes Kepler y Francis Bacon) eran creacionistas de tierra joven y habían muchos avivamientos durante esos tiempos. No fue hasta el siglo 18 o 19 que tales creencias empezaron a volverse popular por medio de científicos agnósticos y deístas anticristianos como James Hutton (1788) y Charles Lyell (1797-1875) quien admitió tener una agenda anti Biblia al decir que quería, “Librar la ciencia de la geología de Moíses” (Charles Lyell: Letter to George Scrope, June 14, 1830) y luego Carlos Darwin (1809-1882) quien dejó de ser cristiano para volverse agnóstico gracias a la influencia de los primeros dos y debido a su propia “teoría” de la evolución (Ft. Wayne Journal-Gazette, 1/4/82 y Frank B. Brown, The Evolution of Darwin’s Religious Views, p.27).

                 Luego muchos cristianos empezaron a dejar la fe cuando en el famoso Juicio de Scopes (Monkey Trial) el creacionista de Tierra Vieja, William Jennings Bryan, quedó muy mal en un debate y ridiculizado por el abogado agnóstico Clarence Darrow y luego por la prensa internacional. Byan quien atacaba creacionistas de tierra joven (igual que tú) no supo hacer apologética y como resultado no solo se convirtió en un hazme reír (quien según algunos la humillación que recibió le provocó un ataque al corazón) sino que la evolución fue aceptado más tarde en nuestras escuelas públicas haciendo que hasta este día muchos se aparten del cristianismo pues una vez popularizado y aceptado las teorías naturalistas de estos tres hombres en su propio país (Inglaterra) el cristianismo disminuyó y ahora más del 71% de las personas viviendo en esa nación no se consideran religiosos (Science and Religion Exploring the Spectrum: New Evolution Survey Shows That Whilst the Majority of People in UK And Canada Accept Evolutionay Science, Non Religious, 5 de septiembre del 2017).

          Muchos cristianos en busqueda de agradar al mundo han tratado de mezclar la teología cristiana con esta falsa “ciencia” lo cual en vez de acercar a las personas a Dios lo que hace es alejarlos de Cristo y así lo admite el mismo teísta evolutivo, el Dr. Karl Giberssto de BioLogos. El escritor, abogado y comentarista, Ben Stein, quien tampoco es creacionista de Tierra Joven también cuenta en su documental, “Expulsado, no se permite la inteligencia”: “La historia de des-conversión del Dr. Provine y otros como Karl Marx, Joseph Stalin, Andrew Carnegie y muchos otros, era típica entre los darwinistas que entrevistamos…Parece ser que el darwinismo conduce en efecto al ateísmo”.Ahora que la evolución está siendo cada vez mas aceptado incluso por cristianos (gracias a la educación pública y otros medios secularistas) es que se está viendo una sociedad cada vez más mediocre, inmoral y menos inteligente. Pero no solo eso sino también se esta viendo una gran apostasía.      

             Por tanto, son estas teorías naturalistas (no el creacionismo de Tierra Joven) las cuales no tienen nada que ver con el Dios de la Biblia las que han conducido a muchos al ateísmo o el agnosticismo. ¿Por qué? Porque como dijo el biólogo evolutivo y filósofo agnóstico, Thomas Henry Huxley, conocido también como “El bulldog de Darwin”, “Está claro que la evolución es directamente antagónica a la creación … la evolución, si es aceptado coherentemente, hace imposible creer en la Biblia” (citado por Fred John Meldau, “Why We Believe in Creation, Not Evolution”, p.8). Hasta el mismo ex vice presidente de BioLogos, el Dr. Karl Giberssto, quien escribió, “Cuando los jóvenes evangélicos se vuelven “científicamente” informados [refiriendose a los que creen y defienden la teoría naturalista de la evolución] se alejan tanto de sus iglesias que terminan apartados…muchos de mis estudiantes más talentosos ya no atienden a ninguna iglesia y han abandonado completamente sus tradiciones de la fe cristiana” (Giberson, K, 2013, Was a Terrible Year for Evolution, www.thedailybeast.com, January 2014).

            Algunos creacionistas de Tierra Vieja dirán que su creencia no tiene nada que ver con la macroevolución sin embargo la idea de una Tierra de miles de millones de años ha sido la base para la idea de una evolución de especies ya que según los mismos evolucionistas sin una tierra vieja no puede haber macroevolución. De hecho, fue la que abrió la puerta o el camino a la idea de la evolución de Darwin y son muchos los cristianos que una vez empiezan a creer en una tierra de miles de millones de años luego terminan dejando de creer en la Biblia, principalmente en el relato de Génesis. El reconocido biólogo evolutivo, Ernst Mayr, entiende que la revolución Darwiniana empezó como una bola de nieve cuando se empezó a negar la idea de una tierra de solo 6,000 años por una tierra muy vieja y luego terminó con una gran avalancha (Ernst Mayr, The Nature of the Darwinian Revolution, Science, Vol. 176, June 2, 1972, 988). Acá más citas de lo que piensan otros reconocidos teólogos, filósofos y científicos:

               Al decidir por tanto seguir a la ciencia [la noción de ‘miles de millones de años’ de historia terrestre] en vez de la Escritura en temas de orígenes, enseguida, aunque no sin dolor, me deslizé hacia abajo a la llamada pendiente resbaladiza hacia la incredulidad.” (Ronald L. Numbers, 2006. The Creationists, p.13). 

“Muchos cristianos son tentados a creer en billones de años porque confían en lo que los científicos seculares enseñan. Sin embargo, tales cristianos aceptan fácilmente la resurrección de Cristo, el nacimiento virginal, Jesús convirtiendo agua en vino y otros eventos sobrenaturales que son rechazados por científicos seculares. Algunos podrán responder diciendo, “Pero esos son actos milagrosos, los milagros de Jesús van más allá de las leyes naturales. La norma de los procedimientos científicos no los aplica.” ¿Pero no es la creación un evento milagroso también? Dios habló y el mundo fue hecho (Génesis 1:3; Salmo 33:6,9; Lamentaciones 3:37 y Hebreos 11:3). De hecho, la creación es uno de los milagros más grandes que Dios ha hecho por lo que también va más allá de las leyes naturales. Por tanto, si descartamos arbitrariamente la posibilidad de la acción sobrenatural de Dios en Génesis por las teorías naturalistas del hombre como la evolución, entonces para ser lógicamente consistentes, tendríamos que rechazar también los otros milagros de las Escrituras, incluyendo la resurrección de Cristo y la resurrección es ciertamente un “asunto de salvación” (Vea 1 Corintios 15:14,17).” – Jason Lisle, científico y apologista cristiano, Why Genesis Matters 

Aunque el famoso apologista y evangelista, R.C. Sproul, siempre rechazó la evolución hubo un tiempo en que pensaba que la idea de una Tierra Vieja de millones de años podía ser posible. Pero luego cambió de opinion y declaró que ahora creía en los 6 días literales de Génesis y en el creacionismo de Tierra Joven de miles de años, no millones. “En la mayor parte de mi enseñanza, yo consideraba la hipótesis [creacionismo progresivo] como una posibilidad. Pero ahora he cambiado de opinión. Ahora sostengo una creación de 6 días literales la cual es la cuarta alternativa y tradicional. Génesis dice que Dios creó el universo y todo en ello en 6 períodos de 24 horas. De acuerdo a la hermeneutica de la Reformación Protestante, la primera opción es seguir el sentido normal del texto. Uno tiene que hacer mucho malabarismo hermeneutico para escapar el simple significado de Génesis 1-2.” (R.C. Sproul, Truths We Confess, 2006).

Pero la gran mayoría del consenso académico de la comunidad científica acepta el Big Bang por tanto si le damos importancia al consenso como deberíamos esto nos llevaría a dudar de la interpretación de una Tierra Joven.” 

        En primer lugar, ¿desde cuándo la cronogenealogía bíblica (Palabra infalible de Dios) necesita la aprobación de un consenso secular, naturalista y materialista (palabra falible de hombres) para ser aceptada como verdadera? (Romanos 3:4). Eso no tiene sentido. Segundo, este tipo de “argumento” apela a la falacia del consenso, la falacia de autoridad (argumentum ad verecundiam) y ad populum pues en la ciencia (al igual que en cualquier otro campo de conocimiento) la verdad tampoco es determinada por lo que opina la mayoría. Hasta la Biblia también nos enseña que la verdad no es democrática (Vea Mateo 7:13-14). En tercer lugar, ¿a cuál consenso te refieres? ¿La misma que primero dijo que la tierra tenía 75,000 años (siglo 17), luego dijo 100 millones de años (1899), después 1.64 billones (1907), y ahora 4.5 billones de años (2022)? La edad de la tierra según la opinión secular de este consenso ha ido cambiando a través del tiempo. En otras palabras, hoy te pueden decir que la tierra tiene 4.5 billones de años y mañana te pueden dar otra fecha distinta. Por tanto, la ciencia es solo un método que usan científicos que tienen diferentes creencias, interpretaciones y quienes no son infalibles y eso lo ha demostrado la misma historia de la ciencia. El caso de Galileo es un buen ejemplo.

       Por ejemplo, antes hubo consensos científicos que creían que sacando la sangre de un paciente se sacaba la enfermedad. Dicho tratamiento médico (ya abandonado por la ciencia moderna) causó que muriera el primer presidente de Estados Unidos, Jorge Washington. También se creyó por miles de años que si se suelta al mismo tiempo y desde la misma altura una roca grande y otra pequeña, la roca grande caía primero al suelo que una pequeña hasta que la teoría de caída libre de Galileo y la ley de gravedad de Newton demostraron que la velocidad de caída no depende de la masa de los cuerpos. De hecho, hay varios ejemplos en la historia donde un consenso académico o la mayoría de los científicos sostenían una creencia hasta que una persona (como en el caso de Galileo) se dio cuenta que estaban equivocados. Tales casos se les conoce como “revoluciones o descubrimientos  científicos”.

           Tal fue el caso del gran astrónomo Galileo Galilei pues los primeros en oponerse a su idea heliocéntrica fueron sus propios colegas científicos porque creían en la teoría de Aristóteles/Ptolomeo. Luego los líderes religiosos del juicio de la Inquisición lo acusó de “herejía”. Sin embargo, luego se descubrió que Galileo dijo la verdad y todos ellos estaban equivocados. En palabras del mismo Galileo, “En la ciencia, la autoridad encarnada en la opinión de miles no vale una chispa de razón en un solo hombre.” Hoy en día nada ha cambiado, la historia se repite pues existe una neo-inquisición donde no solo los cientificos sino también muchos religiosos (incluyendo cristianos) también tratan de “herejes” a aquellos que se atreven a cuestionar el dogma de la evolucion, el Big Bang y la idea de una tierra vieja.

       El consenso de hoy no es muy diferente, principalmente cuando está muy politizado y no se debate en la Academia de Ciencia o en el salón de clases sino que se enseña de manera dogmática y sin cuestionamientos. El que ha visto el video documental de Ben Stein títulado “Expulsado: No se permite la inteligencia” o “IndoctriNation” de Joaquín Fernández sabe que cualquier cientifico, profesor o estudiante que se atreva a cuestionar la evolución de Darwin es ridiculizado, discriminado y hasta despedido. Muchos científicos altamente calificados tales como Guillermo Gonzalez y Nancy Bryson fueron expulsados de sus trabajos solo por ser creacionistas. La razón de esto es porque los administradores (en su mayoría ateos, agnósticos, deístas y teístas evolutivos) que tienen el control de los ámbitos académicos modernos no les gusta la idea de la creación porque choca con sus creencias materialistas o ideologías políticas. El apologista cristiano, doctor en Matemáticas de la Universidad de Oxford y asociado a Filosofía de la Ciencia, John Lennox, también habla sobre este lado oscuro de la academia en sus libros.

          Como dice el cientifico, Dr. Phillip Skell, “La comunidad académica es increíblemente intolerante con las personas que no pagan lealtad a las ideas darwinistas, y no dudan en sacar así a una persona de la comunidad, despedirla y hacer la vida generalmente miserable para esa persona. Incluso un desprecio tan leve del punto de vista darwiniano se considera tan peligroso entre muchos de los biólogos evolutivos que una persona así se aleja de la profesión.” (Dr. Philip Skell, miembro de la Academia Nacional de Ciencia en EEUU). Otro profesor evolucionista que admite esto es Richard Lewontin quien armó un gran escándalo cuando declaró: “Para poder pertenecer a la academia científica, nos obligan a creer en la evolución, y aquel que se oponga es sacado de la Academia científica” (Richard Lewontin, “Billions and Billions of Demons”, Crítica de Libros del New York Times, 9 de enero de 1997, pág. 28 y Enseñando la Evolución, páginas 22-25). Hasta un inmunologo de la Kansas State University , el Dr. Scott Todd, dijo que “Aun si toda la información apuntara a un diseñador inteligente, tal hipótesis es excluída de la ciencia porque no es naturalista” (Dr. Scott Todd, revista Nature 410 (6752): 423, 30 de septiembre de 1999).

           Todo esto confirma las palabras del profesor evolucionista, Richard Lewontin, de que hoy en día la teoría de la evolución es muy aceptada por la comunidad científica no porque es verdadera ciencia sino porque como admite Lewontin, “No se permite un pie divino, en las Academias científicas.” Científicos evolucionistas como Karl Ludwig von Bertalanffy, Paul Lemoine y muchos otros también reconocen este problema en el consenso o academia de ciencia. Obviamente este tipo de actitud intolerante NO ayuda al progreso y la libertad en la ciencia y la tecnología. Lamentablemente, algunos cristianos también muestran este mismo tipo de actitud intolerante. Tanto ateos y teístas evolutivo o creacionistas progresivos critican a los creacionistas de Tierra Joven por no estar de acuerdo con el mito de la evolución o la idea de millones de años. Hasta hay que tener mucho cuidado de tocar este tema pues estas falsas ideas son tratados como si fueran el libro 67 (o 74 si eres católico) de la Biblia por los adoctrinados de estas teorías. 

           De hecho, muchos físicos de la Academia de la ciencia secular ahora están admitiendo que el Big Bang presenta muchos problemas sin resolver y varias preguntas importantes sin contestar por lo que ahora están sugiriendo que el Big Bang no fue el comienzo de nuestro universo sino solo una etapa en la evolución cósmica lo cual tratan de explicar por medios de otras teorías como la Cosmología Cíclica Conforme (impulsada por el reconocido físico, Roger Penrose), el Big Bounce y la Teoría de Inflación Eterna. Por tanto, si los teístas evolucionistas y los creacionistas progresistas como William Lane Craig dicen dejarse llevar por la corriente de la ciencia secular entonces nos preguntamos, ¿y si el consenso secular cambia de opinión y ahora dice que el Big Bang no fue el comienzo sino solo una etapa de un universo que siempre ha existido? ¿Qué van a hacer? ¿Lo van a aceptar puesto que eso es lo que ahora dice la “ciencia”? Y si su respuesta es “No”, entonces ¿no demuestra eso que al igual que nosotros no creen todo lo que dice el consenso secular y que en realidad no la siguen?

           Sin olvidar que también podríamos usar ese mismo argumento pero con un consenso diferente donde los cientícos son creacionistas de tierra joven como Georgia Pardom, Nathaniel Jeanson, Jason Lisle, Jonathan Sarfati y Raymond Damadia (inventor del MRI). De hecho, antes el consenso cientifico la cual estaba controlada por cristianos decía que la causa del universo fue sobrenatural y que la tierra tenía miles de años. Ahora el consenso cientifico actual está controlada por creyentes y no creyentes (como ateos y agnósticos) que dicen que la causa del universo no fue sobrenatural sino natural y que la tierra tiene billones de años. Ambos consensos no pueden estar correctos ya que se contradicen. Por tanto, ¿Cuál de los dos consensos está correcto? Además, no tiene sentido que un cristiano use el consenso de la academia de la ciencia actual como una fuente confiable y de autoridad pues dicho grupo también niega todos los milagros de la Biblia como la resurrección literal de Cristo y el teísmo evolutivo diciendo que eso es mezclar dogma con ciencia lo cual es inaceptable para ellos. Eso sería mostrar falta de consistencia. Por tanto, ¿Lo aceptarías? Después de todo, lo dice el consenso de la “ciencia”.          

        La ciencia simplemente no es democrática, ni perfecta sino solo un método que los científicos usan y quienes tienen diferentes creencias, presuposiciones e interpretaciones con respecto a la naturaleza. Además, si un cristiano quiere apelar a un consenso entonces ¿no sería mejor y más razonable apelar a uno que es cristiano como el de los Padres de la Iglesia o el Magisterio de la Iglesia (sensus fides) que uno secular? Ni los antiguos judíos, ni padres de la iglesia y ni los padres de la Reforma protestante creían en la evolución de las especies, ni en una vieja tierra de millones de años a pesar de que estas ideas ya eran conocidas en su tiempo (Lea Libro Bhagavad Gita Hindu; Encyclopedia of Reptiles and Amphibians 1986, p.4; Early Greek Philosophy, 1987, p.72; 1st Tablet of the Enama Elish; Joyce Puglia. The Origin of Life: A History of Ancient Greek Theories; Lucretius. On The Nature of Things. Libro V y fragmentos de las obras del filósofo griego Anaximandro). 

     ¿Por qué un cristiano iría a un consenso secular en busqueda de la verdad cuando dicho consenso ni siquiera cree en los milagros de la Biblia como el nacimiento virginal de Jesucristo y su resurrección? Eso no tiene sentido. Pero no solo eso, ¿y para cuándo la Biblia? ¿Acaso un “paper” es más infalible que la misma Palabra escrita de Dios? ¿Desde cuándo los cristianos ponen un “paper” de un grupo secular compuesto por algunos ateos, agnósticos y deistas por encima de la Palabra de Dios? Como cristianos debemos recordar que no es en un consenso o un grupo selectivo de personas que debemos poner nuestra fe sino en la Palabra de Dios la cual es Su propio intérprete y nuestra autoridad final pues poner teorías de hombres falibles por encima de la Palabra infalible de Dios es desobedecer las mismas Escrituras (Hechos 17:11; 2 Pedro 1:20 e Isaías 8:20). Después de todo, nadie estuvo ahí cuando se creó el universo, excepto su Creador, por lo que sólo Dios (el mejor experto) sabe la edad correcta y cómo fue creada la vida y el universo.

En fin, a través de la historia el cristianismo y la verdad siempre ha sido representado por un grupo minoritario. Por tanto, “Cada vez que te encuentres del lado de la mayoría, es momento de hacer una pausa y reflexionar” (Mark Twain).

“Pero es que la Biblia no es un libro científico y mucho menos Génesis sino solo teológico.”

                Es muy común escuchar a teístas evolutivos y creacionistas progresistas (no solo a los ateos) decir que la Biblia no es un libro de ciencia y que por ende deberíamos buscar información sobre la edad de la tierra y los orígenes de la humanidad en las teorías naturalistas de la comunidad científica secular (organización que no cristiana) mientras retienen la teología que dice cómo ser salvos de nuestros pecados. Sin embargo, esto es apelar a una falsa dicotomía (conocido también como la falacia del dilema falso, falsa dualidad, falso correlativo o bifurcación) entre historia y teología. ¿Por qué el texto no puede referirse a ambos?

      Por otro lado, aunque la Biblia no se escribió como libro científico pues su tema central es Jesucristo y la salvación espiritual del hombre, cuando alude a asuntos de verdadera ciencia es exacta y manifiesta un conocimiento que no estaba disponible a los seres humanos del tiempo en que se escribió. Por ejemplo, la Biblia enseña que el universo tuvo un comienzo (Génesis 1:1), que las estrellas del cielo son innumerables (Génesis 22:17 y Jeremías 33:22), el ciclo del agua (Job 36:27-28; Eclesiastés 1:7; Jeremías 10:13 y Amos 9:6), la ley de la biogénesis (Génesis 1:11,12, 21,25), la rotación de la tierra (Lucas 17:24,34-36), las leyes de la termodinámicas (Génesis 2:1-3 y Romanos 8:20-22), la expansión del universo (Isaías 40:22 y Salmo 104:2) y muchos más.

            De esto se dieron cuenta muchos de los grandes científicos de la historia como Sir Herschel quien declaró que, “Pareciera que todos los descubrimientos realizados por la humanidad tuvieron como único fin confirmar cada vez de manera más rotunda la veracidad de todo lo que contiene las Sagradas Escrituras” (Sir John Herschel, matemático, inventor y astrónomo inglés, hijo del astrónomo William Herschel). Lo mismo se puede decir de la historia. Aunque la Biblia tampoco es un libro de historia contiene personas, lugares y eventos del pasado que son históricamente reales y de los cuales pueden ser colocados en un mapa o línea de tiempo. De hecho, la Biblia es tan exacta que los primeros arqueólogos decían llevar una Biblia en una malo y una pala en la otra. Una y otra vez, aparecen evidencias de ciudades antiguas, grupos de personas, y eventos exactamente donde la Biblia dice que estuvieron. Por ejemplo, en cierta ocasión los escépticos se burlaron de la Biblia porque hablaba de los hititas. Sin embargo, cuando las ruinas de los hititas fue descubierta se reveló que realmente existieron y que rivalizaban con Egipto en términos de cuán poderosos eran en el mundo antiguo. Los documentos del Nuevo Testamento también son históricamente confiables (como la destrucción de Jerusalén la cual fue profetizada por Jesús, su ministerio terrenal, muerte y resurrección). Por tanto, la Biblia no solo habla de asuntos teológicos y filosóficos sino también de historia y de ciencia y cuando lo hace es literalmente cierta.

Pero el gran científico, Isaac Newton, creía en una Tierra Vieja de millones de años por ende debe ser verdad. 

         Creacionistas progresivos como Hugh Ross citan a Sir Isaac Newton (considerado por muchos como el mejor astrónomo de la historia humana) como “prueba” de que el relato de la creación debe ser interpretado como millones de años y no miles de años. Sin embargo, hay dos clases de problemas con este argumento. En primera es una apelación a la autoridad y segundo en la misma carta de Newton dice que no estaba dispuesto a defender nada de lo que escribió en esa carta. Además, Sir Isaac Newton quien no solo fue un gran científico sino también filósofo, teólogo e historiador, creía en el Argumento del Diseño y calculó la edad de la tierra con las cronogenealogías bíblicas diciendo que tenía miles y no millones o billones de años (Vea Principia Mathematica, 1687 y Chronology of Ancient Kingdoms, 1728). Hasta el teísta evolucionista y youtuber anticreacionista de Tierra Joven, Michael Jones (InspiringPhilosophy) admite esto en su video, “Los Orígenes del Creacionismo Joven”

https://www.youtube.com/c/INGGENORG/search?query=Big%20Bang

“Pero sin el Big Bang no se puede usar el argumento cosmológico del Kalam y así lo demuestra William Lane Craig.”

        Esto no es cierto. Actualmente, el apologista y filósofo cristiano, William Lane Craig, es el defensor más prominente del Kalam sin embargo mucho antes de que la teoría del Big Bang fuera postulada ya habían teólogos como Buenaventura (1221-1274) y Tomás de Aquino (1225-1274) que usaron argumentos similares al Kalam al igual que varios filósofos árabes de la época medieval para responder a la vieja pregunta de “Si Dios creó el universo, entonces ¿quién creó a Dios?” (E.C. Copleston, A History of Medieval Philosophy, 1993, chapter 11). De hecho, antes de Craig otros apologistas y creacionistas de Tierra Joven como Kent Hovind también ya habían dado una respuesta similar a la pregunta de “¿De dónde vino Dios?” y la cual tiene más de 2 millones de visualizaciones en Youtube (Where did God come from? – Best answer). Todos ellos lo hicieron sin apelar al Big Bang.

        ¿Por qué? Porque las leyes de la termodinámica, la ley de causa y efecto, la teoría general de la relatividad de Einstein, la imposibilidad de una serie infinito de eventos concretos y otras evidencias demuestran que el universo require una causa porque tuvo un principio y que dicha causa es Dios ya que por definición es el Creador del tiempo pues es “el Alto y Sublime, el que habita en la eternidad” (Isaías 57:15). El filósofo cristiano, Agustín de Hipona también señaló esto y hasta el antiteísta escocés, David Hume, admitió que era una locura negar la causalidad puesto que es un principio fundamental tanto en el campo de la ciencia como el de la filosofía (D. Hume, carta a John Stuart, 1754). Por tanto, el Kalam no necesita para nada el Big Bang porque la lógica sobre el infinito y la ciencia moderna ya han provisto fuerte apoyo y suficiente evidencia para el argumento de Buenaventura la cual no depende de la teoría de la Gran Explosión. De hecho, aun si el argumento del Kalam requiriera del Big Bang para sobrevivir, el cristianismo no require del argumento del Kalam para sobrevivir. Por tanto, no hay excusa para torcer las Escrituras para apoyar el Big Bang.  

    “Pero Carlos H. Spurgeon, llamado “El Príncipe de los Predicadores”, era un creacionista de Tierra Vieja que creía y apoyaba la Teoría de la Brecha.” 

            En primer lugar, Spurgeon fue teólogo, no científico. Segundo, para el tiempo de Spurgeon (siglo XIX) la Academia de las Ciencias ya no era uno cristiano sino secular y el consenso ya no estaba dominado por la iglesia sino por científicos que eran deístas anticristianos, ateos y agnósticos como Hutton, Lyell y Darwin cuyas teorías naturalistas se aceptaron de manera dogmática. Esto hizo que muchos predicadores se sintieran presionados en aceptar la idea de una tierra vieja por miedo de ser tildados de “anti-científicos” o “anti-intelectuales”. 

        Es posible que por estas razones Spurgeon terminó aceptando la Teoría de la Brecha la cual fue inventada por Thomas Chalmers en el año 1814 para tratar de acomodar subjetivamente la idea de millones de años en la Biblia. Sin embargo, aunque Spurgeon creía posible la idea de una tierra vieja de millones de años admitía que podía estar equivocado. Eso se hace evidente en su teología pues creía que la muerte física se introdujo al mundo con la Caída de Adán lo cual es incompatible con la teoría de la brecha la cual indica que la muerte y el sufrimiento vino antes del pecado original. 

“Muchos de los que dicen ser cristianos no comprenden todo lo que dice Génesis y por eso necesitamos de eruditos con muchos títulos y más preparación académica que nosotros para poder entender la Biblia”

Esta es una de las razones por las que tales cristianos siempre apelan a la falacia de autoridad pues para tales los únicos “eruditos” son los que piensan como ellos. Pero la realidad es que hay expertos en cada lado y no todos están siempre de acuerdo. Ademas, muchos de estos cristianos facebuleros o youtubers como Michael Jones (aka Inspiring Philosophy) que defienden la postura de John Walton, Michael S. Heiser o William Craig ni siquiera saben hebreo y siempre apelan a una falsa erudición. Recordemos que en los tiempos de Jesús, los fariseos, saduceos y escribas también tenían mucho estudio en el Antiguo Testamento la cual está escrita en su propio idioma y sin embargo estaban todos equivocados.

Por otro lado, si alguien tiene dificultad de comprensión lectora para entender los primeros capítulos de Génesis puede ser por razones de pecado, orgullo o porque quizás no es salva pues sin el Espíritu Santo no hay iluminación para entender las Santas Escrituras (Juan 14:26 y 1 Juan 2:27). Sin embargo, la narrativa histórica de Génesis 1-11 es clara y siendo Dios un Ser lingüístico inspiró Su Escritura de manera que los simples y humildes de corazón puedan entenderla para su propia salvación (2 Corintios 11:3; Proverbios 1:1-4; Salmo 119:130 e Isaías 66:1-2). Ahora de que hay partes en la Biblia que pueden ser difíciles de entender pues claro y hasta la misma Biblia lo dice. Pero las doctrinas principales y fundamentales las cuales se encuentran mayormente en Génesis (primer libro) son claras. Además, si no podemos confiar en esta verdad entonces estaríamos poniendo en duda la omnipotencia de Dios de poder comunicarse con nosotros de manera clara y precisa.

Esto no significa que no podemos aprender y ser edificados por otros cristianos que tienen más preparación teológica y experiencia que nosotros. Sin embargo, no necesitamos una persona con muchos títulos (sobretodo si se jacta de tenerlos) para poder entender la Biblia sino que todos podemos entenderla si la interpretamos correctamente con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros y aplicando las reglas de la hermenéutica bíblica. Por tanto, no tratemos a nadie (ya sea un teólogo liberal o conservador) como si fueran un gurú o un papa infalible. No es malo admirar a un popular apologista o filósofo cristiano pero tengamos cuidado en no ponerlos en un pedestal, ni en “exaltar cualquier ministro, o sermón, o libro, o amigo por encima de la Palabra de Dios.” (J.C. Ryle).

“El creacionista de Tierra Joven (YEC), Jason Lisle, es un cobarde porque no quiere aceptar el reto de debatir con nuestros amigos Michael Jones (Inspiring Philosophy) y William Lane Craig”

A ver, el Dr. Jason Lisle no debate con cualquiera sino con personas que tengan algún título académico igual que él. No le va dar una plataforma a alguien que ni siquiera es científico, ni un experto en el hebreo bíblico ni que tenga doctorados en teología como el youtuber Michael Jones (IP). Prefiere mejor debatir con personas como el Dr. William Lane Craig, el Dr. John Walton o el Dr. Heiser quienes obviamente tienen más preparación académica que Jones.

Sin embargo, los últimos dos no están interesados en tener debates lo cual según la misma lógica de estos creacionistas progresivos son unos cobardes. De William Lane Craig, Raúl Jaramillo de Fe Razonable en español, me dijo que hace tiempo Craig estaba en un proyecto con una editorial que escribiría un libro con perspectivas sobre el Adán Histórico y que andaba buscando a alguien que defendiera la posición YEC, pero que no había recibido respuesta favorable de alguno. Esto es muy extraño puesto que muchos YEC han tenido debates con creacionistas de Tierra Vieja y han retado al mismo Craig a debatir con ellos mientras que a Craig nunca lo hemos visto debatir con un YEC. Muchos YEC hasta se han quejado de que le han enviado mensajes a sus redes sociales como “Reasonable Faith” y nunca reciben respuesta. Yo mismo he retado (más de una vez) a Raúl Jaramillo quien trabaja para Craig a debatir sobre este tema y tampoco ha aceptado mis invitaciones. Solo responde con burlas entre sus amigos. Pero no hay problema pues como dice Agustín Laje, “nadie está obligado a debatir si se siente intelectualmente inseguro”.

La pregunta aquí es si Craig le hizo el acercamiento a alguno de ellos para tener esta charla o solo lo comentó entre sus seguidores. El Dr. Sarfati y el Dr. Lisle son ejemplos de YEC que estarían interesados en el reto. Pero ¿les hicieron el acercamiento? ¿Se comunicaron con ellos para coordinar el lugar, el día y la hora? No se puede ir a un lugar donde no es invitado y es antiético decir que los YEC rechazaron un debate con Craig o que lo dejaron plantado si nunca se contactaron con tales personas. Hasta el mismo Hovind que tanto critican y quien ha debatido con varios creacionistas progresivos ha estado retando a Craig hace mucho tiempo y estaría encantado en aceptar el reto.

Además, al igual que muchos otros creacionistas de Tierra Joven (YEC) como el Dr. Nathaniel Jeanson y el Dr. Randy Guliuzza, el Dr. Jason Lisle también ha tenido varios debates con creacionistas progresistas como Hugh Ross por lo que acusarlo de “cobarde” sería deshonesto. Mientras que yo mismo le pregunté al Dr. Walton en una entrevista que tuvo en el canal de Eli Ayala (Revealed Apologetics) si estaría dispuesto a tener un debate con un creacionista de tierra joven y su respuesta fue que no estaba interesado. Lo mismo con Heiser. De hecho, los creacionistas de Tierra Joven (YEC) siempre han sido los primeros en invitar a tales creacionistas progresistas y teístas evolutivos pero siempre salen corriendo.

Por ejemplo, el teísta evolutivo, Francis Collins, no aceptó un debate con Michael Behe (otro científico cristiano), Hugh Ross también huyó de un debate que ya estaba programado con el Dr. Jonathan Sarfati. El mismo Jones ni siquiera lució bien en su debate con Kent Hovind ¡IMAGINATE CON EL DR. LISLE! y desde entonces ha dicho que no quiere debatir más con él. En otras palabras, parece que esta gente no está interesada en tener un diálogo sino solo en hacer monólogos. Solo el creacionista progresista, el Dr. Hugh Ross, ha estado dispuesto a debatir con el Dr. Lisle y Lisle barrió el piso con él en su último debate. Aca el link del video.

https://www.youtube.com/watch?v=jO9qJK4PHR4&t=5s

         De todas formas, ya le dije a Raúl Jaramillo de Fe Razonable en español que Lisle le hizo el reto a Craig en una entrevista con Eli Ayala para que se contactase con ellos para que les dejara saber y con gusto planifican el debate entre Craig y Lisle. Hasta yo pagaría por ver ese debate. Pero según Jaramillo, Craig no lo aceptó porque está muy ocupado escribiendo otro libro. En cuanto al youtuber Michael Jones pueden escuchar las respuestas que el Dr Lisle hizo en los siguientes videos contra los argumentos de Jones y en contra de las de Craig y llegar a su propia conclusión, saludos.

https://www.youtube.com/watch?v=_PN-vQKMyrE&t=115s

https://www.youtube.com/watch?v=3pwV9_aXUnM&t=288s

Fuentes:

  1. El Libro de las Respuestas de Ham, Sarfati y Weland
  2. Creation Series Seminar – Complete Set (2007) CSE del Dr. Kent Hovind
  3. Is Genesis History? – (video documental del Dr. Del Tackett)
  4. Thousands, Not Billions de Donald B DeYoung 
  5. Genesis: Paradise Lost-3D (Video documental)
  6. Evolution’s Achilles’ Heels de Gary BatesRobert CarterPh.D (DVD)
  7. Refuting Compromise: A Biblical and Scientific Refutation of “Progressive Creationism” (Billions of Years) As Popularized by Astronomer Hugh Ross de Jonathan Sarfati
  8. 15 Razones para considerar al Génesis como historia de Don Batten y Jonathan Sarfati, PH.D.
  9. Scoffers por Simon Turpin
  10. La Teoría Fantástica (DVD) o cómo se creó el mito de la evolución una poderosa película documental en español de 92 minutos
  11. The Privileged Planet (DVD)
  12. Big Bang or Big Design? de Ken Ham, Danny Faulkner y Jason Lisle
  13. Understanding Genesis: How to Analyze, Interpret, and Defend Scripture de Jason Lisle
  14. Rethinking Radiometric Dating: Evidence for a Young Earth from a Nuclear Physicist de Dr. Vernon R. Cupps
  15. A Question of Origins de Eternal Productions

Recomendamos la página respuestasengenesis o https://answersingenesis.org/es/

https://creationistclothing.com/blogs/articles

https://www.gotquestions.org/Espanol/creacionismo-progresivo.html

 

https://www.youtube.com/channel/UC9sOK5hhfslfTXFK-EFRRzw
https://answersingenesis.org/es/
http://www.creacionismo.net/genesis/Art%C3%ADculo/la-edad-de-la-tierra
https://answersingenesis.org/es/edad-de-la-tierra/millones-de-a%C3%B1os/
https://christiananswers.net/spanish/q-aig/aig-c020s.html
https://answersingenesis.org/es/evolucion/10-peligros-de-la-evoluci%C3%B3n-te%C3%ADsta/
https://answersingenesis.org/es/evolucion/el-creador-us%C3%B3-la-evoluci%C3%B3n/
https://www.gotquestions.org/Espanol/evolucion-teista.html
http://www.miapic.com/evoluci%C3%B3n-te%C3%ADsta
https://answersingenesis.org/es/creacion/agustin-y-su-interpretacion-sobre-los-dias-de-la-creacion/
https://www.gotquestions.org/Espanol/creacionismo-progresivo.html

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