Si somos a imagen y semejanza de Dios entonces ¿por qué no somos invisibles?

La Biblia nos dice que Dios en su esencia “es un Espíritu” invisible (Vea Juan 4:24 y Lucas 24:39). Sin embargo, Adán no se parecía a Dios en el sentido de que Dios tuviera carne y sangre sino que la semejanza con la cual creó al hombre era una imagen espiritual, moral, racional con voluntad propia y sentimientos pero no se refiere en su forma corporal (Vea también Deuteronomio 4: 15,16; Colosenses 1:15; Números 23: 19).

Por tanto, el hombre tiene una parte material (cuerpo) y una inmaterial (alma/espíritu) y la imagen de Dios se refiere a la parte inmaterial del hombre la cual lo capacita también para tener comunión con su Creador (Génesis 2:7). En conclusión, Dios no es y nunca fue un hombre, nunca mortal, sino que Él es y siempre ha sido Dios. No es un “hombre mágico que vive en la nubes” sino como Él mismo dice: “Porque Dios soy y no hombre” (Oseas 11:9).

 

¿Tiene Dios nariz?

One thought on “Si somos a imagen y semejanza de Dios entonces ¿por qué no somos invisibles?”
  1. Las palabras “a Su imagen y semejanza” no significa que somos réplicas exactas de Dios, sino que ha puesto de Su naturaleza en nosotros: pensamos porque Él es un ser pensante, creamos porque Él es un ser creador, sabemos el bien y el mal porque Él es un ser moral… y así sucesivamente. Desde luego, no somos mini-dioses y nuestra imperfección es sólo un reflejo de nuestra necesidad de Él. Él no nos creó imperfectos, pero el pecado nos aleja de la imperfección. Es por esto que se nos hace tan fácil identificar la imperfección y buscar la perfección – es un anhelo profundo para que Dios nos restaure a lo que se supone que seamos: perfectos y uno con Él.

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