¿Qué es Teología?

“Si no estudias teología esto no querrá decir que no tendrás ideas acerca de Dios, si no que tendrás muchas equivocadas”. -C.S Lewis.

    La teología es la ciencia que trata sobre Dios. La palabra teología es de origen griego (θεος o theos que significa “Dios” y λογος o logos que expresa “estudio” o “razonamiento”), en consecuencia, significa el estudio de Dios y de los hechos relacionados con Dios. El término teología nace en el seno de la filosofía, siendo observado y empleado por primera vez en el libro La República de Platón. En este contexto, se refiere a la teología con el fin de expresar el proceso del entendimiento de la naturaleza divina por medio de la razón. Luego, la expresión teología fue usada por Aristóteles, y, más adelante como la rama fundamental de la filosofía. Luego pasa a ser conocida como la metafísica para distinguirla de la filosofía teológica que estudia a Dios y todos sus rasgos.
 
Tipos de teología cristiana:
 
Teología bíblica. La teología bíblica, como lo indica su nombre, se encarga de estudiar y analizar los diferentes libros que conforman la Biblia, por medio de la cual los cristianos basan sus creencias y forma de vida.
 
Teología sistemática. La teología sistemática permite organizar y percibir los hechos actuales con los acontecimientos narrados en los diferentes libros de la Biblia. Tratar de esta manera, establecer un sistema armónico y coordinado que permita establecer la lógica en el estudio del mensaje de Dios establecido en las interpretaciones del conjunto de libros que conforman la Biblia.
 
Teología dogmática. El término apologética es de origen griego απολογία que consiste en defender una posición, en este caso, se trata de defender los diferentes puntos de vista de la fe cristiana y todo lo que se deriva de ella. En un principio, la apologética o teología fundamental eran observadas como teología dogmática. Con el transcurrir del tiempo, ambas ciencias se independizaron, dividiéndose dejando a la teología fundamental en el estudio de la fe cristiana, su razón, características y fundamentos con respecto a otras religiones.
 
Teología natural. La teología natural, conocida también como teología racional, se basa en el estudio de Dios sin tomar en cuenta revelaciones sobrenaturales, estudios o análisis de los diferentes libros que conforman la sagrada escritura o experiencias religiosas. Por lo tanto, los estudiosos y seguidores de la teología natural afirman que en observar la naturaleza se manifiesta lo divino, así como, todo lo creado por Dios. En referencia a lo anterior, la teología natural se diferencia de la teología revelada ya que esta última estudia las escrituras y experiencias religiosas. Un ejemplo es el Argumento Teleológico del filósofo y teólogo, William Paley, basado en la analogia del relojero. Este argumento sostiene que el orden del universo y su complejidad se explican mejor por referencia a un Dios creador (argumento similar al diseño inteligente contra el evolucionismo darwinista)
 
Teología ortodoxa. Los cristianos que siguen la teología ortodoxa creen en un único Dios. El término ortodoxo está conformado por 2 expresiones orthós que significa “verdadero” y dokeo que expresa “opinar” o “confesar”. Los seguidores de la teología ortodoxa se consideran los únicos verdaderos. La iglesia ortodoxa existe desde la época de los discípulos. Asimismo, para los cristianos existe la sagrada trinidad conformada por el Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero a pesar de ello, reconocen un solo Dios, en el cual tratan de llevar una vida basada en las enseñanzas de Dios.
 
Ramas de la teología
 
La teología bíblica posee diferentes ramas en la cual cada una se encarga de estudiar un tema en particular, logrando un estudio más preciso de la teología cristiana. En este sentido, algunas ramas de la teología son, por ejemplo, La soteriología es la rama de la teología que estudia la salvación. La escatología: que estudia las profecías de la Biblia, La eclesiología: que investiga la historia de la iglesia o el cristianismo, La hermenéutica: que se encarga de interpretar la Biblia por medio de la exégesis bíblica, La pneumatología: que observa el Espíritu Santo, La cristología: que estudia a Cristo, entre otras. Sin embargo, hay que tener cuidado pues así como hay verdadera ciencia y falsa ciencia o verdadera filosofía (sabiduría que viene de Dios) y pseudofilosofía (Colosenses 2:8), también hay buena teología y mala teología tales como la teología liberal, modernista y queer.
 
¿Por qué la Teología Importa
 
           Por tanto, la teología abarca una gran cantidad de temas religiosas y filosóficas. Pero ¿por qué es tan importante la teología? Porque todos tenemos diferentes puntos de vistas sobre Dios (incluyendo los ateos) y tales ideas tienen consecuencias ya que dictan la manera en que vives, de lo que crees, como interactuas con Dios y con tu prójimo. Sobretodo, importa porque Juan 17:3 dice que “la vida eterna es conocer a Dios” y porque la única manera de adorarlo correctamente es por medio del estudio de la teología revelada en las Sagradas Escrituras. El teólogo John Stott señaló: “Lo que Pablo dice acerca de los judíos incrédulos de sus días, podría decirse también de algunos creyentes cristianos en nuestros días: “Porque yo soy testigo de que tienen celo por Dios, pero no conforme a ciencia [verdadero conocimiento]” (Romanos 10.2). Muchos tienen celo sin conocimiento, entusiasmo sin instrucción. Es bueno el entusiasmo. Pero Dios quiere ambas cosas: entusiasmo dirigido por conocimiento, y éste, inflamado por el entusiasmo” (Stott, 2005, p. 9. Creer es también pensar: la importancia de la mente en la vida del cristiano). 
 
            Como tambien dice Jared Wilson, “Hay al menos tres razones principales por las cuales todo cristiano debería ser un teólogo. Primero, el estudio teológico de Dios es un mandato. El gran mandamiento es donde más claramente se nota la exigencia de centrar amorosamente nuestra mente en Dios: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (Mt 22:37). Ciertamente, amar a Dios con toda nuestra mente implica más que el estudio teológico, pero indudablemente tampoco implica menos. Segundo, el estudio teológico de Dios es vital para la salvación. Ahora bien, es evidente que no quiero decir que la búsqueda intelectual merezca la salvación. Somos salvos únicamente por gracia, exclusivamente por fe (Efesios 2:8) y sin obra alguna de nuestra parte (Romanos 3:28), incluidos los esfuerzos intelectuales. Pero al mismo tiempo, la fe por la cual somos justificados, esa que recibe completamente la obra terminada de Cristo y, así, su perfecta rectitud, es una fe razonable. La fe puede no ser lo mismo que la racionalidad, pero eso no significa que la fe en Dios sea irracional.

 

              La fe que salva es un regalo de Dios (Efesios 2:8 y Romanos 12:3), pero no es una especie de vacío espiritual amorfo y carente de información. El ejercicio de la fe se basa en información, inicialmente, el anuncio histórico de las buenas noticias de lo que Jesús ha hecho y el fortalecimiento de la fe también. Nuestro crecimiento continuo en la gracia de Dios —nuestra perseverancia como creyentes— está vitalmente conectado con nuestro estudio de lo que su Palabra revela sobre su carácter y sus obras. Al contrario de lo que algunos idólatras de la duda quisieran que creyeras, la fe cristiana está basada en hechos. Hebreos 11:1 nos recuerda que, para el cristiano, la fe no es un salto al vacío sino que está inextricablemente conectada con la seguridad y la convicción. No cabe duda de que, mientras más nos deleitemos con los hechos teológicos de la Palabra, más seguridad y convicción cultivaremos y, por lo tanto, más fe. Como decía Richard Baxter, “Es una contradicción ser cristiano y negarse aprender”.

              Pablo le dice a su joven protegido Timoteo: «Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan» (1 Ti 4:16). Pablo le recuerda que, para que la santificación produzca discípulos permanentes de Cristo, necesariamente debe incluir un estudio intenso de la Palabra de Dios. Tercero, el estudio de Dios autentifica y estimula la adoración. Los verdaderos cristianos no son aquellos que creen en un Dios indefinido o confían en clichés espirituales vagos. Los verdaderos cristianos son aquellos que creen en el Dios trino de las Sagradas Escrituras, y han puesto su confianza, gracias al Espíritu verdadero, en el verdadero Salvador —Jesús— que se proclama en las palabras específicas del evangelio histórico.

            Manejar información correcta sobre Dios es sólo una de las maneras en que probamos la autenticidad de nuestro cristianismo. Si yerras intencional o sistemáticamente en los hechos vitales acerca de Dios, tu declaración de que en verdad lo conoces corre el peligro de ser falsa. Es por esto que debemos esperar solidez teológica no sólo en la predicación de nuestro pastor sino también en la música de nuestra iglesia y asimismo en sus oraciones tanto congregacionales como particulares.”

Teología, ¿reina de las ciencias?

              Como dice, el profesor de historia en filosofía, Alfonso Ropero, en su libro de Introducción a la Filosofia, “No es a los escolásticos a quienes debemos la importante calificación de reina de las ciencias aplicada a la teología, sino a Aristóteles. Es él, y sólo él, quien acuñó esta expresión. Así, pues, no es una expresión de presunción y dominio eclesiales, sino consecuencia inevitable de una filosofía centrada en el ser como realidad suprema. Toda ciencia se ocupa de indagar ciertos principios y ciertas causas, argumenta Aristóteles, con ocasión de cada uno de los objetos a que se extiende su conocimiento. Hay tres ciencias teóricas: Física, Ciencia matemática y Teología. La ciencia del ser independiente e inmóvil (teología) es diferentes a la física y la ciencia matemática. Las ciencias teóricas están sobre las demás ciencias. Pero la última nombrada supera a todas las ciencias teóricas. Ella tiene por objeto el ser, que está por encima de todos los seres, y la superioridad e inferioridad de la ciencia se gradúa por el valor del objeto sobre que versa su conocimiento” (Aristóteles, Metafisica, XI, 7: VI, 1. Cf. Francisco Suárez, Introduccion a la metafísica, prefacio).

              Por tanto, si la filosofía es la ciencia del preguntar, la teología bíblica es el arte de responder. De hecho, aunque los fanáticos ateos militantes la ven con desprecio, la realidad es que la teología también es importante porque todos somos teólogos en el sentido de que todos tenemos una idea de Dios. La pregunta es si somos buenos teólogos pues lo que creemos con respecto a Dios moldeará la manera que pensamos y vivimos. La teología es importante no solo porque es la reina de las ciencias sino porque si la entendemos de la manera incorrecta entonces toda nuestra vida estará errada

En fin, “Si eres cristiano, eres un teólogo. No tienes opción. La teología es saber de Dios. De hecho, los cristianos somos llamados a crecer en el conocimiento de Dios y la teología es una parte normal de la vida cristiana. Una parte que importa en todo lo demás.” (Dr. James White, apologista cristiano).

Refutando la analogía del gato negro

¿Quién es un teólogo? Por Daniel Caballero.