Cuando los niños crecen dejan de creer en Santa Claus pero siguen creyendo en Dios y la razón a esto no solo se debe a que nadie puede probar que no hay un Dios sino también porque hay muchas evidencias que confirman su existencia.
En cambio, no hay pruebas de que existe un Santa Claus y son muchas las evidencias que se podrían dar para demostrar que este personaje ficticio no es real. Por ejemplo:
1. Nadie vive en el Polo Norte
2.Los juguetes de los niños no vienen con etiquetas diciendo “Hecho en el Polo Norte por elfos o duendes” sino que dicen “Hecho en China” o en algún otro país.
3.Todo es cuestión de quedarse despiertos durante la noche hasta descubrir que son los padres los que dejan los regalos del árbol de Navidad. Algunos padres hasta guardan las cartas de sus hijos como prueba y admisión de que estaban dándole crédito a un ser que no existe por los presentes.
4. Ninguna de las especies de renos conocidas puede volar.
5. Santa tiene 31 horas de Navidad en las que trabajar, gracias a las diferencias horarias y la rotación de la Tierra, asumiendo que viaja de este a oeste (lo cual, parece logico). Esto nos lleva a 822.6 visitas por segundo. O lo que es lo mismo, que para cada familia cristiana con niños buenos, Santa tiene 1.2 milisegundos para aparcar, saltar del trineo, bajar por la chimenea, llenar los calcetines, distribuir los restantes regalos bajo el árbol, comerse los aperitivos que le hayan dejado, volver a subir por la chimenea, volver a subir al trineo, y marcharse hacia la siguiente casa. Asumiendo que el trineo de Santa no experimenta el efecto túnel cuántico, y que los 91.8 millones de paradas están distribuidas uniformemente alrededor de la tierra (lo cual, por supuesto, sabemos que es falso, pero que aceptaremos como válido para nuestros propósitos) estamos hablando de 1,255.78 metros por familia, i.e. un viaje total de 121.504415 millones de kilómetros, sin contar las paradas para hacer lo que la mayoría de nosotros debe hacer al menos una vez cada 31 horas. Esto significa que el trineo de Santa se mueve a una velocidad de 1,046.0645 kilometros por segundo, 3,000 veces la velocidad del sonido. A efectos de comparación, el vehiculo mas rapido creado por el hombre, el cohete espacial Ulysses, se mueve a solamente 44.095 kilometros por segundo. Un reno convencional puede correr a unos 24.13 kilómetros por hora a menos que sea perseguido por una manada de lobos.
6.- La carga útil del trineo añade otro elemento de juicio interesante. Asumiendo que cada niño no obtiene nada mas que un Lego de tamaño medio (907.2 grs.), el trineo arrastra 321,300 toneladas, sin contar a Santa, a quien se describe invariablemente como obeso. En la tierra, un reno convencional no puede mover un trineo de mas de 226.8 Kg. aproximadamente. Incluso dando por supuesto que los “renos voladores” (ver hipotesis 1) puedan, en ausencia de fuerzas de fricción terrenales, tirar de DIEZ VECES la cantidad normal, no podremos hacer el trabajo con ocho o nueve renos. Necesitaremos aproximadamente 150,000 renos. esto incrementa la carga útil — sin contar el peso de Santa — hasta 353,430 Toneladas.
7.- 353,430 toneladas viajando a 1,046.0645 kilometros por segundo dentro de la atmosfera terrestre, crean una enorme resistencia al aire, calentando los renos de la misma forma que las naves espaciales cuando regresan de su órbita. La pareja de renos que va en cabeza absorberá 14.3 quintillones de julios de energia por segundo. Cada uno. Resumiendo, se incendiarian casi instantaneamente, exponiendo a los renos que les siguen, y creando bombas sonicas ensordecedoras en el camino. El equipo completo de renos sería vaporizado en 4.26 milisegundos. Santa, mientras tanto, estará sujeto a fuerzas centrípetas 17,500 veces mayores que la gravedad terrestre. Un Santa de 113.4 Kg. (que parece ridiculamente delgado) sería clavado a la parte de atrás de su trineo por 1,957,290 Kg. de fuerza.
8.Para que Santa Claus pueda controlar el tiempo (repartir millones de regalos alrededor del mundo en una sola noche), los animales (venados voladores) y la materia (cargar una enorme cantidad de regalos en una sola bolsa) tendría que ser Dios. El problema es que no se le considera Dios, ni tiene los atributos para serlo.
Conclusión: Sí se puede probar un negativo y el hecho de que hayas llorado cuando descubriste que Santa Claus no existía eso no significa que Dios tampoco exista.