¿Existe el Libre Albedrio?

“Sin libertad el hombre no sería a imagen y semejanza de Dios, ni sería capaz de entrar en comunión con Dios en una relación genuina de amor.” – Kallistos Ware

            Mientras algunos calvinistas cometen la falsa dicotomía de decir que el hombre nunca ha tenido libre albedrio porque es incompatible con la soberanía de Dios, otros como en la Confesión calvinista de Westminster, afirman que sí lo tuvo pero que la perdió en la Caída. Sin embargo, en ninguna parte de la Biblia dice que perdimos el libre albedrío o la imagen de Dios cuando Adán pecó. De hecho, las consecuencias de la Caída están registradas detalladamente en Génesis 3 y sin embargo no se menciona la pérdida del libre albedrío o la capacidad o habilidad de creer para salvación. Al contrario, el libre albedrio lo creían los antiguos judíos (antiguo pueblo de Dios) lo cual se puede ver en Éxodo 35:29; Ezequiel 18:30-32; Josué 24:15; 1 Reyes 18:21; Salmo 81:11-12; Deuteronomio 30:19; Nehemías 9:30 y Oseas 11:4-5. Lo mismo creía la iglesia primitiva (Lucas 13:34; Hechos 7:51; 2 Timoteo 3:8; 1 Corintios 7:37; 9:17; 10:13; 2 Corintios 9:7 y Apocalipsis 3:20). 

Cuando hablamos de libre albedrio o el libre albedrio libertario nos referimos a que el hombre tiene autonomía sobre sus propias decisiones y que por ende tiene una responsabilidad moral. Por eso la Biblia habla de grados de castigos y grados de recompensas o galardones lo cual no tendría sentido si no tenemos libre albedrio y esto lo vemos también en el mundo real. Si usted comete un crimen usted es llevado a la corte donde es juzgado y castigado según el delito que usted haya cometido. En otras palabras, somos responsables de nuestras propias acciones. Lo mismo vemos a través de las Escrituras con el juicio del trono blanco y el tribunal de Cristo por ejemplo.
               Por tanto, ¿es bíblico el concepto del libre albedrio? La respuesta obvia del cristiano provisionista es sí y con provisionista me refiero prácticamente a todos los cristianos excepto los calvinistas como John Pipper que creen que todo esta determinado o divinamente preordenado y por ende creen que no existe tal cosa como libre albedrio aunque también hay otros calvinistas que sí creen en el libre albedrio pero no para creer en Cristo, o sea eres libre para pecar pero no eres libre para arrepentirte. Algunos llaman a esto el libre albedrio determinista o compatibilismo lo cual en filosofía se considera como un tipo de determinismo suave pero sigue siendo determinismo y una contradicción de términos. Pero esto se debe a que ellos creen en el primer punto calvinista del TULIP llamado la total depravación o total inhabilidad o total incapacidad. Pero ¿qué nos dice la Biblia el cual es nuestra única autoridad final?
              Las palabras "ofrenda voluntaria" o "dispuesto", junto con otras palabras relacionadas como "elegir", “escoged”, “seguid” etc., se encuentran cientos de veces en las Escrituras al igual que las palabras “dominio propio” o “auto-control” (Éxodo 36:3; Levítico 22:21,23; Jueces 5:2; Números 15:3; Deuteronomio 12:6; 16:10; 23:23; Esdras:1:4; 3:5; 7:16; 8:28; 2 Timoteo 1:7; Gálatas 5:22-23 y 1 Corintios 10:13). “Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo” (Jueces 5:2 y Esdras:3:5). Todo esto indica que Dios le dio a hombre libre albedrío - y la razón del por qué. Por tanto, aun si el término "libre albedrío" no estuviera en la Biblia (como es el caso de la palabra “Trinidad” o "soberanía") el concepto como tal sí aparece en la Biblia. Otros ejemplos son Isaías 1:19 donde dice, "Si quisiereis y oyereis...", en Juan 7:17. Aquí Jesús claramente enseñó que el hombre no regenerado, en efecto puede hacer una elección y estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios y así saber la verdad: "El que quiera hacer la voluntad de Dios conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Juan 7:17). Note que Jesús dijo "Si cualquier hombre quiere" no solo a unos elegidos especiales, sino a la multitud no regenerada y en Hechos 8:37 también dice "Si crees de todo corazón". Por tanto, Dios quiere nuestros corazones y el concepto propio de "corazón" utilizado a lo largo de las Escrituras no tiene sentido sin el libre albedrío.
               Otros ejemplos que son muy conocidos por cualquier cristiano que lee su Biblia es Josué 24:15 donde se afirma lo siguiente, "Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová." mientras que en 1 Reyes 18:21 también declara, "Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él." Deuteronomio 30:19 también enseña lo mismo, “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;” (Deuteronomio 30:15-19).
                  “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16). Este ha sido uno de los pasajes más amados de las Escrituras por el cristianismo, y lastimosamente uno de los más distorsionados por el calvinismo. De hecho, en todos los Institutos de la Religión Cristiana de Juan Calvino no hay una sola mención del amor de Dios por los perdidos. Sin embargo, Juan 3:16 no solo demuestra que el amor de Dios es colectivo y no selectivo sino que Dios mismo afirma, “Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida. No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.” (Oseas 11:4-6). Lo cual demuestra que el verdadero amor no obliga, sino que es un acto voluntario y de nuevo esto se aplica en el mundo real. Lo que estamos casados no forzamos a nuestra pareja a casarnos con nosotros, sino que fue una respuesta voluntaria y en altar de la boda no se le pregunta solamente al esposo si acepta a su pareja sino a la novia también. Eso mismo quiere y espera Dios de la Iglesia que es la novia de Cristo. Algunos neocalvinistas sostienen que esta analogía humaniza a Dios ignorando que el mismo Jesús compara metafóricamente a Dios como un padre humano como en la parabola del hijo pródigo (Lucas 15) y como un novio (Marcos 2:19-22). ¿Será que estos neocalvinistas no leen su Biblia?
               ¿Por qué podemos tomar estas decisiones? Porque la libertad de elección no es una obra del hombre sino un don de Dios con el que ya venimos al ser creados a Su imagen y la cual también sirve como prueba de que no somos marionetas o máquinas de carne (como creían muchos antiguos filósofos paganos y algunos ateos en la actualidad) sino personas con voluntad propia (Lea Mateo 23:37; Juan 3:14-21; 2 Pedro 3:9; Deuteronomio 30:15,19; Romanos 2:4-8; Proverbios 1:29-31, Isaías 1:19-20, etc.). Por eso el libre albedrio es una demostración del amor de Dios pues el verdadero amor no obliga y porque nos hace responsables de nuestras propias acciones morales. Por tanto, si pecamos y rechazamos a Dios es por culpa de nosotros y no por culpa de Dios quien no es el autor del mal.
                  Esto también es consistente con Proverbios 1:24-25, 28-31 en donde Dios mismo dice: “Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis.…Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos.” En otras palabras, Dios no escogió el mal camino por ellos, sino que ellos mismos escogieron por su libre albedrio [como el faraón] el fruto de su propio camino. Dios los llamó al arrepentimiento, pero ellos [el hombre] lo rechazaron y resistieron su llamado. Por eso Hebreos 3:15 también dice, “entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.” O sea, Dios los llama y les extiende la mano para hacerles una oferta llamada gracia, pero el hombre decide rechazar la mano extendida lo cual suena a resistencia.

En palabras del Dr Ken Wilson de Oxford, "El fundamento cristiano no comienza diciendo, "Dios es soberano" [lo cual los calvinistas mal interpretan como determinismo y opuesto al libre albedrío (falsa dicotomía)]. Al contrario, esa base es uno de los fundamentos filosóficos y teológicos del estoicismo. Fuera del ámbito de los grupos calvinistas, todos los demás grupos cristianos principales exaltan otro elemento primario que considero mucho más importante en la teología: "Dios es amor". Debemos escoger amar a aquel Dios que primero amó a TODA la humanidad (a todos los humanos por igual) y debemos escoger amar a la humanidad que Dios ama."...Abraza al Dios cristiano amoroso que te invita a escoger, pues no es un dios pagano que te hipnotiza para que cambies tu manera de pensar." - Dr. Ken Wilson (médico, graduado magna cum laude en su Masters en Divinidades y Teología) de la Universidad de Oxford, El Fundamento del Calvinismo Agustiniano, p. 134
                Negar el libre albedrío no es solo heretico ya que contradice la Biblia y la historia Patristica sino que tampoco es lógico ni razonable. Como dice el famoso apologista y filosofo cristiano de Oxford, el Dr. John Lennox, "El hombre es libre de creer o no creer. Dios no va tomar esa decisión por él "¿Por qué? "Porque eso sería quitarle su integridad moral humana, su responsabilidad y su valor" Lennox también añade, "¿Puede crear Dios seres que no pecan? ¡Claro! Hasta nosotros los hacemos en laboratorios y se llaman máquinas. Pero imaginate si tuvieras una esposa robótica la cual controlas para darte un beso. ¿Es eso un beso real? No, porque no hay realmente una decisión en el asunto sino que lo hace porque está programada para hacerlo. Dios hace criaturas que no pueden pecar como los animales pero como dice C.S. Lewis, "para hacer seres capaces de amar tienen que también tener la capacidad de odiar, deben tener la capacidad de decir que sí o no." Dios nos hizo así por la misma razón de que tenemos hijos aun sabiendo que cuando crezcan nos pueden rechazar. ¿Por qué arriesgarnos? Porque los beneficios superan el riesgo de vivir en un mundo donde el amor de una persona que nos escoja es posible. Ese valor inherente viene de Dios quien tomó el mismo riesgo al crear un universo con seres morales a Su imagen para que tuvieramos la capacidad de esciger de aceptarlo o no...La pregunta es, si hay riesgo, ¿acaso Dios no hizo provisión por si las cosas salieran mal? Sí lo hizo (Juan 3:16)" (John Lennox, apologista cristiano, doctor en matemáticas y filósofo de Oxford, Libro: ¿Predeterminados a Creer?). 
             Asumir que el hombre no tiene libre albedrío y que ya todo ha sido predetrminado o causado por Dios sería como tener a Dios como el escritor del libreto de todo lo que sucede en un espectáculo o una drama teatral lo cual implica que también seria el verdadero responsable, culpable y autor del mal. Muchos calvinistas como John Piper y R.C. Sproul han admitido este tipo de determinismo o fatalismo pues era lo que creían los calvinistas clásico e históricos como el mismo Juan Calvino quien no creía que Dios permitía el mal sino que era parte de su voluntad y decreto eterno. Por eso muchos cristianos a través de los tiempos han concluido que, "El Calvinismo trata al hombre como si fuera una marioneta [donde] la historia entera del hombre es un espectáculo de títeres y Dios su titiritero....pero Dios quiere una relación, no cuerdas de una marioneta." (Dave Hunt, Debating Calvinism, pp. 255 y 339). "Dado que la gracia preveniente no destruye la libertad de la voluntad del hombre, es decir, no lo hace ni una máquina ni un esclavo de Dios, el hombre puede resistirla o aceptar el poder de Dios para creer y ser salvo." - Jacobo Arminio, ex-calvinista (Declaración de Sentimientos, Artículo 6).
                    “Aunque los Calvinistas quieran admitirlo o no, su sistema nos conduce a la conclusión de que Dios es un Gran Titiritero, jalando cada una de nuestras cuerdas. Otra forma de decirlo es que esencialmente somos robots, haciendo solo lo que hemos sido programados a hacer.” (La Sociedad de Arminianos Evangélicos). En palabras del académico de Oxford, el Dr. Ken Wilson, “Creer en el determinismo suave o en un “libre albedrio no libre” del hombre [compatibilismo] no solo es un oxímoron [contradicción de términos] sino que esto podría compararse con un robot programado…Los eruditos han concluido correctamente que este supuesto “libre albedrio relativo” dentro del determinismo de los compatibilistas realmente no permite escoger libremente.” (Dr. Ken Wilson, El Fundamento del Calvinismo Agustiniano, pp. 6-7).
             Como también afirmó el viejo Chesterton, "La iglesia creía que el hombre y Dios tenían una libertad espiritual [como sostuvieron los Padres de la Iglesia como Ireneo]. Pero el calvinismo le quitó esa libertad al hombre, y se lo dejó solo a Dios por lo que según Calvino una vez un hombre nace es demasiado tarde para condenarlo o salvarlo. Esta es la última mentira del infierno ..." (Lo que está mal en el mundo, Gilbert Keith Chesterton). La muy calvinista Confesión Bautista de Londres de 1689 declaro: "como consecuencia de su caída en un estado de pecado, el hombre... no es capaz, por su propia fuerza, entregarse a Dios o incluso prepararse para volver a Dios". Pero vemos que es todo lo contrario y que, el problema del hombre no es incapacidad, sino falta de voluntad: "no la creeréis… que no oiga ese profeta.."(Habacuc 1:5; Hechos 3:23). Y hay también muchas Escrituras más para esta lista, pero aquí solo cito algunas: Isaías 7:9; Zacarías 14:17; Malaquías 2:2; Mateo 18:16; Lucas 9:5, 19:14, 22:67; Juan 4:48; Hechos 22:18; 2 Timoteo 4:3 entre otras.
                Así que, el problema del hombre no es incapacidad, sino falta de voluntad: "el malo por la altivez de su rostro no busca a Dios" (Salmo 10:4). Cristo reprendió a los rabinos “y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40) — esto sería una acusación injusta impuesta a aquellos que no podían venir, a menos que Dios lo causara. Como dijo el apóstol Pedro, "¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros." (Hechos 7:51).
              En Hebreos 10:29 por ejemplo nos dice que, “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”. Sabiendo este terror les persuadimos a que no rechazan la gracia de Dios (2 Corintios 5:11). La declaración de Pedro de que los hombres “ignoran voluntariamente” (2 Pedro 3:5) la verdad de Dios indica también que la depravación no es algo más allá del control del hombre, sino el producto de su elección. Que Dios le diga a Israel: “Venid ahora, y razonemos —dice el Señor—….Si quisiereis y oyereis... Si no quisiereis y fuereis rebeldes...” (Isaías 1:18-20), otra vez indica que el hombre puede razonar y puede elegir por un acto de su voluntad de obedecer o desobedecer a Dios. Hay numerosas declaraciones en las escrituras indicando que Dios ha dado al hombre libre albedrio para tomar decisiones morales y espirituales por el cual él solo tiene la responsabilidad y es culpable. Estos pasajes al igual que muchos otros no tendrían sentido si el hombre no tiene la facultad de elección. Por tanto, la única explicación razonable del porque en estos versículos se manda al hombre a escoger a Dios es porque tiene esa opción y porque tiene el libre albedrio de hacerlo (Juan 7:37; Apocalipsis 22:17 y Hechos 16:31). 
            Tertuliano (160-225 d.C.) fue un apologista de la fe cristiana y declaró que, “El hombre fue hecho por Dios como ser libre, capaz de albedrío y decisión propia: precisamente es en esto donde más en particular se manifiesta que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios…en aquello más esencial que procede del mismo Dios, esto es, el alma, que ha recibido el sello del ser divino en lo que se refiere a la libertad de albedrío y de decisión…. Dios llama, amenaza y exhorta al hombre que, dotado de voluntad y de libertad, es capaz de obediencia o de rebelión.” (Tertullian, Doctrine of the Will by Asa Mahan, p. 61, Published by Truth in Heart). Tertuliano también dijo que "Por tanto, es propio que el que está hecho a la imagen y semejanza de Dios debió ser formado con un libre albedrio y una maestría de Sí mismo; ... Hasta el presente, dejad que solo la benignidad de Dios ocupe nuestra atención, del cual le dio al hombre el don de la libertad de la voluntad." (The Writings of Tertullian - Volume 2, p. 92). Y añade, "El hombre es libre, con una voluntad para obedecer o resistencia." (Ante-Nicene Fathers Vol. 3, pp. 300-301).
                Orígenes de Alejandría (184-253) dijo que, “Las Escrituras ... enfatizan la libertad de la voluntad." (Origen, A Dictionary of Early Christian Beliefs by David Bercot, p. 289, Published by Hendrickson Publishers). "El punto siguiente también está definido por la predicación eclesiástica: toda alma racional está dotada de libre albedrío y de voluntad.” (Obras Escogidas de Orígenes, Tratado de los Principios, Dr. Alfonso Ropero, p. 57). “Ciertos herejes que guardan una opinión diferente mal interpretan estos pasajes para destruir el libre albedrio e introducir una naturaleza arruinada [total depravación] incapaz de salvación… Creer que Dios predestinó a unos al cielo y a otros al infierno es gnosticismo” – Orígenes, Tratado Sobre Los Principios 3.1-6-10 y 4.308
                Ireneo de Lyon (discípulo de Policarpo) dijo que “El hombre posee libre albedrio y la facultad de tomar decisiones” (Irenaeus, Against Heresies, Book IV, Chapter XXXVII). “¡Cuántas veces quise recoger a tus hijos, pero tú no quisiste!,” bien descubrió la antigua ley de la libertad humana; pues Dios hizo libre al hombre, el cual, así como desde el principio tuvo alma, también gozó de libertad, a fin de que libremente pudiese acoger la Palabra de Dios, sin que éste lo forzase. Dios, en efecto, jamás se impone a la fuerza, pues en él siempre está presente el buen consejo. Por eso concede el buen consejo a todos. Tanto a los seres humanos como a los ángeles otorgó el poder de elegir, pues también los ángeles usan su razón, a fin de que quienes le obedecen conserven para siempre este bien como un don de Dios que ellos preservan. En cambio, no se hallará ese bien en quienes le desobedecen, y por ello recibirán el justo castigo. (Ireneo (180 d.C.), The Ante-Nicene Fathers, Volume One, Published by BRCCD, p. 1117). Ireneo de Lyon también dijo que, “Dios tiene libre albedrío y el hombre también porque somos hechos a Su imagen. Dios preservó [no dice quitó o perdió] la voluntad del hombre libre.” (Ireneo, Contra los Herejes, Libro 4, Capítulo 37). En esta misma obra, Ireneo afirma, "Pero, alegan, fue Dios quien endureció el corazón del faraón y de sus ministros. ¿Acaso quienes así lo acusan no han leído lo que en el evangelio respondió Jesús a sus discípulos cuando le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?” El contestó: “A ustedes se les concede conocer el misterio del reino de los cielos; a ellos les habló en parábolas para que, viendo, no vean, y oyendo no oigan…” Dios sabe quiénes son los que no habrán de creer, pues conoce de antemano todas las cosas, los entrega a su incredulidad, retira de ellos su rostro y los abandona en las tinieblas que ellos mismos eligieron. ¿Por qué admirarse, entonces, de que en aquel tiempo abandonó en su incredulidad al faraón y a sus ministros, los cuales jamás habrían creído en él?" En fin, y como decía el sabio Salomon, "No hay nada nuevo debajo del sol" (Eclesiastés 1:9).

Hipólito de Roma (170-235) afirmó que, "El hombre es capaz de ambos tanto de querer como de no querer. Fue dotado con el poder de hacer ambos." (A Dictionary of Early Christian Beliefs by David Bercot, p. 288).

Melitón de Sardes (muerto cerca del año 180) afirmaba que, "No hay nada que les impida cambiar su manera pecaminosa de vivir porque eres un hombre libre." (A Dictionary of Early Christian Beliefs by David Bercot, p. 286). Teófilo de Antioquía (muerto cerca del año 183-185) "Si por otro lado, se vuelve a las cosas de la muerte, desobedeciendo a Dios, él mismo sería la causa de su muerte puesto que Dios hizo al hombre libre y con poder sobre sí mismo.“ (A Dictionary of Early Christian Beliefs by David Bercot, p. 286). Atenágoras de Atenas (133-190) fue un Padre anteniceno y un apologista cristiano que dijo, “Al igual que los hombres, quienes tienen la libertad de escoger entre la virtud y el vicio, así también lo fue entre los ángeles..." (A Plea for the Christians 24).

Alejandro de Alejandría (250-326) fue el líder de la oposición contra el arrianismo en el Primer Concilio de Nicea y mentor de Atanasio de Alejandría, quien se volvió uno de los principales Padres de la Iglesia. Alejandro de Alejandría dijo que, "La voluntad natural es la facultad libre de toda inteligencia natural" (A Dictionary of Early Christian Beliefs by David Bercot, p. 293, published by Hendrickson Publishers). Metodio (290 d.C.), obispo de Olimpo y un mártir cristiano que vivió cerca de los fines del tercer siglo, escribió de semejante manera: “Aquellos [paganos] que deciden que el hombre no tiene libre albedrío, sino que afirman que se gobierna por las disposiciones inevitables de la suerte, son culpables de impiedad ante el mismo Dios, ya que le hacen la causa y el autor de las maldades humanas.” (Methodius, The Banquet of the Ten Virgins discourse 8, chap. 16). Metodio también escribió que “el hombre posee el don y la facultad del libre albedrio lo cual lo capacita para poder escoger para obedecer o desobedecer a Dios” y que por ende “Dios no creó el mal ni Él es el autor del mal” lo cual “es consistente con el libre albedrio.” (Methodius, The Ante-Nicene Fathers, Volume Six, Published by BRCCD, pp 698, 746 y 750)

Clemente de Roma dijo, “Por tanto está en poder de cada uno pues el hombre fue hecho poseedor del libre albedrio, para que nos escuche para vida o a los demonios para la destrucción." (Clement (The Ante-Nicean Fathers, Volume Eight, Published by BRCCD, p. 355 y p. 740). Ignacio de Antioquia (105 d.C.) dijo, "Escribo a todas las iglesias, y hago saber a todos que de mi propio libre albedrío muero por Dios, a menos que ustedes me lo estorben" (Ignatius, The Epistle of Ignatius to the Magnesians chap 5, Long Version). Taciano (160 d.C.)
dijo, "No fuimos creados para la muerte, sino que morimos por nuestra propia culpa. La libertad nos perdió; esclavos quedamos los que éramos libres; por el pecado fuimos vendidos. Nada malo fue hecho por Dios, fuimos nosotros los que produjimos la maldad; y los que la produjimos, somos también capaces de rechazarla.” Orígenes de Alejandría (184-253) dijo que, “Las Escrituras ... enfatizan la libertad de la voluntad." (Origen, A Dictionary of Early Christian Beliefs by David Bercot, p. 289, Published by Hendrickson Publishers). Clemente de Alejandría (195 d.C.) también dijo que, "Creer y obedecer está en nuestro poder." y que "Ni alabanza ni condenación, ni recompensa ni castigo, sería justo si el hombre no tuviera el poder de escoger [lo bueno] y evitar [lo malo], si el pecado fuera involuntario."

Justino Mártir (160 d.C.) propuso el siguiente argumento a los romanos: “Hemos aprendido de los profetas, y lo afirmamos nosotros, que los correctivos, los castigos y los galardones se miden conforme al mérito de los hechos de cada uno. De otra manera, si todo sucediera sólo por suerte, no hubiera nada a nuestro poder. Porque si un hombre se predestinara a lo bueno y otro a lo malo, el primero no mereciera la alabanza ni el segundo la culpa. Si los hombres no tuvieran el poder de evitar lo malo y de escoger lo bueno según su propia voluntad, no fueran responsables por sus hechos, sean buenos o malos… Porque el hombre no sería merecedor de recompensa o alabanza si él mismo no escogiera lo bueno, o si sólo fuera creado para hacer lo bueno. De igual manera, si un hombre fuera malo, no merecería el castigo, ya que él mismo no hubiera escogido lo malo, siendo él capaz de hacer sólo lo que fue creado para hacer.” (Justin Martyr, First Apology Chap. 43).

Eusebio (263-339) fue obispo de Cesarea y es considerado como el padre de la historia de la iglesia primitiva. Eusebio dejó claro la postura de la iglesia en este tema diciendo que siempre creyó en el libre albedrio y hasta llamó una "doctrina de demonio" la idea de la total inhabilidad del hombre en sus escritos (Eusebius, The Christian Examiner, Volume One, Published by James Miller, 1824 Edition, p. 66 y Eusebius, The Cause of God and Truth by John Gill, 1838 Edition, p. 502). Cirilo de Jerusalén (313-386) dijo, "Y debes saber que su alma está dotado con el libre albedrio, y para ser la obra más justa de Dios en la imagen de Sí mismo." (Catechetical Lectures IV, 18 y 19). Jerónimo (347-420) fue contemporáneo de Agustín y estaba opuesto a Agustín en algunos temas incluyendo sobre el libre albedrio versus el determinismo. Jerónimo dijo dijo que, "Dios nos ha otorgado con libre albedrio." (Doctrine of the Will by Asa Mahan, p. 62). Juan Crisóstomo (349-407 AD) también fue contemporáneo de Agustín y se opuso al determinismo de Agustín diciendo, "Todo es en el poder de Dios, pero para que nuestro libre albedrio no está perdido...todo depende por tanto en nosotros y en Él." (John Chrysostom on Hebrews, Homily 12).

Cualquiera que haya estudiado objetivamente la Patrística y la filosofía pagana sabe que no fue sino hasta el siglo 4 o 5 que las cosas empezaron a cambiar con el filósofo católico, Agustín de Hipona, quien al principio defendió el libre albedrío en contra de los maniqueos porque eran ellos y los gnósticos los que querían introducir el determinismo en la iglesia como lo podemos ver en su tratado, De libero arbitrio voluntatis (El libre albedrio de la voluntad, Libro III, ch. 3, sec 6 y en su libro, "En las Dos Almas" (On the Two Souls) escrita en 392 d.C.) y hasta lo usó para refutar el problema del mal de Epicuro. En su "Sobre el Espíritu y La Carta" escrita en 412 lo vemos diciendo que el hombre tiene la voluntad de aceptar o rechazar la gracia de Dios. En esta obra, Agustín afirma, “¿Entonces por gracia borramos la libertad de la voluntad? Dios no lo quiera.” (Agustín de Hipona, On The Spirit and the Letter, p.412, Para 52-60). Pero luego empieza a cambiar de doctrina como se puede ver en su "On the Predestination of the Saints" (En la Predestinación de los Santos) donde termina negando el libre albedrio lo cual era la ortodoxia de la iglesia en general y en sus otros escritos durante su pleito con Pelagio por estar influenciado por la filosofía gnóstica y maniquea las cuales había refutado anteriormente.

El mismo Agustín admite este cambio de doctrina en sus Retractaciones, en la obra, “Patrística, A Simpliciano, Respuesta a la carta de Parmeniano e historiadores como el arqueólogo y sacerdote anglicano inglés, William Hugh Clifford Frend también afirma que, “El propio Agustín siempre consideró el maniqueísmo africano como una rama aceptable del cristianismo, pero no a los donatistas.” De hecho, esto no es nada nuevo ya que cuando Agustín empezó a cambiar su postura sinergista por una monergista, los demás Padres como Jerónimo, Juan Crisóstomo y Juan Casiano lo acusaron de abandonar la ortodoxia de la Iglesia. Por eso el obispo Juliano de Eclana (385-450) se refirió a los agustinianos como “esos maniqueos” (Rev. Daniel R. Jennings; Julian of Eclanum, Letter to Rome, Edited by Rev. Daniel R. Jennings, p. 1). Sin olvidar que varios concilios antes, durante y después de la Reforma protestante como el concilio de Arles, el segundo concilio de Orange y la confesión de Dositeo de iglesia ortodoxa en el concilio en Jerusalen condenaron la doble predestinación agustiniana y otras creencias que ahora sostiene el calvinismo porque ya se sabía que fue influenciada por la pluma de los herejes y no por la pluma de los apóstoles.

El mismo Juan Calvino lo confirma en su obra, Institutos de la Religión Cristiana (Institución de la Religión Cristiana, 2.2.9. y 3.22.1.) Para estar en sintonía con Agustín, Calvino presentó un tipo de predestinación deformada que no es la predestinación bíblica que habla las Sagradas Escrituras diciendo: “No todos los hombres son creados con un destino similar, pero la vida eterna está preordenada para algunos, y la condenación eterna para otros. Por lo tanto, cada hombre, creado para uno u otro de estos fines, decimos está determinado a la vida o la muerte.” Calvino hasta reconoció que el término “libre albedrío” siempre estuvo en la boca de los Padres de la Iglesia pero que prefirió oponerse a todos los Padres de antes de Agustín en este tema (John Calvin (Institutes of the Christian Religion, Volume One, Published by Calvin Translation Society, 1845 Edition, p. 308; An Equal Check to Pharsaism and Antinomianism by John Fletcher, Volume Two, p. 202, Published by Carlton & Porter; John Calvin, A Treatise on Predestination, Election, and Grace, Historical, Doctrinal, and Practical by Walter Arthur Copinger, Published by James Nisbet, 1889 Edition, p. 320 y Doctrine of the Will by Asa Mahan, p. 60, Published by Truth in Heart). De hecho, “Esto explica en parte por qué Calvino no podía citar a los Padres antenicenos contra sus oponentes libertarios…Por eso, cuando Calvino debatía con Albert Pighuis (1490-1542) sobre la libertad de la voluntad, él cita abundantemente a Agustín, pero a ninguno de los Padres más tempranos.” (Gregory A. Boyd, Satán and the Problem of Evil,p. 360).

Hasta el monje agustiniano Martin Lutero también admitió que la predestinación agustiniana era similar a la de los paganos como la filosofía griega (La Voluntad Determinada, pp.43-44, Lutero contra Erasmo). Por eso muchos cristianos contemporáneos de Lutero como el filósofo y teólogo cristiano neerlandés, considerado como uno de los más grandes eruditos del Renacimiento nórdico, Erasmo de Róterdam, también confirmó que la negación del libre albedrío que estaba haciendo Lutero tenía su origen en el gnosticismo maniqueísta diciendo, “Desde la época de los apóstoles hasta el día de hoy, no ha habido ningún autor que haya descartado completamente el poder de la libertad de elección, con la excepción del maniqueísmo…” (Erasmus, De libero arbitrio, libre albedrio y salvación, reflexión, 2014, São Paulo. p. 73). Los Anabaptistas (cristianos separados de Roma que existieron antes de la Reforma Protestante) como Menno Simons, John Smith (1566 -1612) en su Confesión de Fe Bautista y Balthasar Hubmaeir en sus dos tratados sobre la libertad de la voluntad humana también se opusieron a la doble predestinación monergista de Agustín.

De hecho, hubo diferentes grupos gnósticos durante el primer y segundo siglo, entre ellos el marcionismo el cual negaba el libre albedrio y el cual fue empezado por Marción, el Hereje. Pero el más peligroso de todos fue el maniqueísmo fundado por el filósofo persa y líder religioso parto llamado Mani o Manes. El maniqueísmo fue una antigua religión nacida del cristianismo gnóstico, el budismo y el zoroastrismo. El maniqueismo llegó a alcanzar tanta difusión que el Acta Archelai (conocido también como el Libro de Hegemonio o La Disputa con Manes) cuenta que un obispo de Carchar llamado Arquelao (320 d.C.) tuvo que debatir públicamente contra Manes diciendo que Dios nos dio libre albedrio mientras que Manes tenía la posición gnóstica de que la carne es tan corrupta y depravada que no tenemos libre albedrio. Este Acta es el texto más antiguo y significativo contra el maniqueísmo lo cual estaba invadiendo la iglesia. Los jueces tomaron la decisión de favorecer a Arquelao y de estar en contra de Mani y de sus seguidores (maniqueos) los cuales consideraron como impostores. De hecho, la creencia de la iglesia primitiva es declarada en este debate diciendo que “Toda la creación de Dios, Dios la hizo muy bien. Y él ha dado a cada persona el poder del libre albedrío, y por la misma norma ha instituido la ley de juicio… Y por cierto todo el que quiera, puede guardar sus mandamientos. Pero el que los desprecia y se vuelve en contra de ellos, sin duda alguna tendrá que hacer frente a esa ley de juicio… No cabe duda de que cada persona, utilizando el poder de su libre albedrío, puede fijar su camino en la dirección que él quiera.” (Arquelao, Disputation With Manes, secciones 32, 33.).

Por tanto, a través de la historia la gran mayoría de los judeocristianos siempre han aceptado la doctrina bíblica del libre alberdio y rechazado la herejía pagana del determinismo que ahora sostiene el neocalvinismo. Por tanto, ¿acaso todos los Padres de la Iglesia (como Tertuliano, Ignacio, Justino Martir, Ireneo, Clemente, Atanasio) eran herejes menos Agustín? Isaac de Beausobre (1659-1738) fue un eclesiástico protestante francés, mejor conocido por su historia del maniqueísmo en dos volúmenes, Histoire Critique de Manichée et du Manichéisme. Beausobre dijo, “…aquellos antiguos escritores, en general, dijeron que los maniqueos rechazaban el libre albedrio. La razón es, que los Padres creyeron, y mantuvieron, contra los maniqueos, que en cualquier estado que el hombre este, tiene el comando sobre sus propias acciones, e igual poder para hacer el bien o el mal." (Beausobre, The Christian Examiner, Volume One, Published by James Miller, 1824 Edition, p. 70). Lyman Beecher (1775-1863) fue un famoso teólogo y ministro presbisteriano. Beecher dijo que, “…el libre albedrio u la habilidad natural del hombre fue sostenida por toda la iglesia...mientras que la inhabilidad natural era lo que sostenían los filósofos paganos como los gnósticos y los maniqueos. (Lyman Beecher, Views in Theology, Published by Truman and Smith, 1836 Edition, p. 56). El filósofo alemán, Hans Jonas, y conocido por su influyente obra, "El Principio de la Responsabilidad" es otro experto en el gnosticismo que también afirmó lo mismo (Hans Jonas (The Gnostic Religion, Published by Beacon Press, p. 227).

Simón Episcopius fue un teólogo protestante holandés que tuvo un rol importante en el sínodo de Dort en 1618 que dijo, “que por 300 años después de Cristo y antes de Agustín, mantuvieron la libertad de nuestra voluntad.” (Episcopius, An Equal Check to Pharisaism and Antinomianism by John Fletcher, Volume Two, p. 209, Published by Carlton & Porter). El libro del erudito, el Dr. Williston Walker, titulado “Historia de la iglesia cristiana” es una obra clásica entre el pueblo evangélico, presentada por un erudito en esta materia, el Dr. Williston Walker, sostiene que hasta en los días de Pelagio, “la enseñanza del libre albedrio estaba en acuerdo con muchos del Occidente” y “generalmente con los del Este…” (Williston Walker, A History of the Christian Church, 1918 Edition, Published by C. Scribner’s Sons, p. 185). Asa Mahan fue un pastor wesleyano, filósofo, educador congregacional de los EE. UU. y el primer presidente tanto del Oberlin Collegiate Institute como del Adrian College que declaró que el libre albedrio “era la doctrina de la iglesia primitiva durante los primeros cuatro o cinco siglos.” (Asa Mahan (Doctrine of the Will by Asa Mahan, p. 59, Published by Truth in Heart).

David W. Bercot es un historiador de la iglesia cristiana anabautista, autor y orador internacional de los Estados Unidos que ha escrito varios libros y artículos de revistas sobre el cristianismo primitivo y el discipulado cristiano. David Bercot dijo que, “Había un grupo religioso identificado por los cristianos primitivos como herejes que creían en la total inhabilidad conocidos como los gnósticos.” (David Bercot, Will the Real Heretics Please Stand Up, pp. 64 y 66, Published by Scroll Publishing). En palabras del académico de Oxford, el Dr. Ken Wilson, tambien afirma, "Las primeras influencias que tuvo Agustín de Hipona procedieron del estoicismo, el neoplatonismo y el maniqueísmo, y estas determinaron su teología final. Y en su fase posterior, interpretaba las Escrituras con su filtro determinista, volviendo a sacar del pozo de las interpretaciones maniqueas precristianas...Agustín inventó los cinco puntos del TULIP...y esto dio como resultado el término autodesignado, "calvinismo agustiniano" por el teólogo Paul Helm." (Dr. 𝘒𝘦𝘯 𝘞𝘪𝘭𝘴𝘰𝘯, 𝘦𝘭 F𝘶𝘯𝘥𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘊𝘢𝘭𝘷𝘪𝘯𝘪𝘴𝘮𝘰 A𝘨𝘶𝘴𝘵𝘪𝘯𝘪𝘢𝘯𝘰, pp. 21-22).

Por tanto, ya está reconocido dentro de la academia de que el llamado TULIP calvinista nunca fue enseñada por los Padres preagustinianos y que, al contrario, los Padres más antiguos de la Iglesia refutaron herejías maniqueas que tenían “una gran similitud entre el sistema calvinista y las herejías más antiguas [gnósticas]…” (Sir George Pretyman, Una refutación del calvinismo, publicado por T. Cadell, edición de 1823, pp. 360 y 571, obra seleccionada como culturalmente importante por eruditos). Hasta grandes teólogos reformados como B.B. Warfield (Calvin and Agustine, 1956), Louis Berkhof en su libro, “The History of Christian Doctrines” (p.156), Loraine Boettner en su obra, “Calvinism in History” (chapter 1) o “The Reformed Doctrine of Predestination” (p.365), Robert A Peterson y Michael D. Williams (Why I am not an Arminian, p.36) así lo reconocen. El reconocido historiador reformado, Philip Schaff (1819-1893), en su clásica obra, Historia de la Iglesia Cristiana, “El sistema agustiniano era completamente desconocido en la era pre-nicena”. (SCHAFF, Phillip, Historia de la iglesia cristiana, volumen VIII, 1997, Grand Rapids, MI: Christian Classics Ethereal Library, § 112).

Alister E. McGrath, otro popular historiador reformado presbiteriano, también declaró lo mismo en su libro Historical Theology (p.38), diciendo que “La tradición teológica pre-Agustín es prácticamente de una sola voz en aseverar la libertad de la voluntad del hombre“, esto es, el libre albedrío libertario. (MCGRATH, Alister, Iustitia Dei: A History of the Christian Doctrine of Justice, 1998, Cambridge University Press, p. 20.) y C. Norman Sellers, otro teólogo calvinista, también admite que “Agustín no concordaba con los Padres que lo precedieron.” (SELLERS, C. Norman, Election and Perseverance, 1987, Schoettle Publishing Co., p.3.). Note que estos no son cualquier calvinista de las redes sociales, ni arminianos, ni provisionistas ni anticalvinistas sino eruditos reformados los que afirman que durante los primeros 4 o 5 siglos de la era cristiana no se creía en ninguno de los cinco puntos del calvinismo. Otros eruditos que también confirman este hecho histórico son el Dr. Alfonso Ropero, el escritor Henry Chadwick de la universidad de Cambridge, la Dra. Ilaria Ramelli (PhD) de la universidad de Harvard y el Dr. Ken Wilson de la universidad de Oxford.

A pesar de todo esto nunca falta el neocalvinista deshonesto que trata de decir lo contrario. Sin embargo, tales pretensiones como hace el Dr. C. Mathew McMahon ya han sido refutados por varios historiadores y académicos como el Dr. Ken Wilson en su libro, E𝘭 F𝘶𝘯𝘥𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘊𝘢𝘭𝘷𝘪𝘯𝘪𝘴𝘮𝘰 A𝘨𝘶𝘴𝘵𝘪𝘯𝘪𝘢𝘯𝘰 y en el canal de Soteriology 101 del Dr. Leighton Flowers. El erudito reformado Jack Cottrell quien ha denunciado a sus propios colegas también admite, “Yo mismo leí una gran parte (no todo) de los Padres pre-Nicenos, Nicenos y Post-Nicenos, y lo hice con mis sensores calvinistas y no calvinistas en alerta máxima. Creo que mi conclusión es válida, que las doctrinas calvinistas del TULIP se originaron con Agustín y, por lo tanto, no están presentes en los padres pre-Agustín.” De hecho, mientras el apologista calvinista de Internet saca fuera de contexto a los Padres pre-agustinos, el teólogo y escritor calvinista, Michael Horton, tuvo que borrar todas las citas de los Padres de la Iglesia pre-agustinos para la segunda edición de su libro, “Putting Amazing Back in Grace”, donde argumentaba que estos “enseñaban” el TULIP, porque se dio cuenta que ninguno de ellos las creía siquiera.

Como explica también el teólogo y pastor arminiano, el Dr, Carlos Murr ,“Hay calvinistas que no me ven como hermano y son muy agresivos, dividen iglesias y tienen una actitud cuasi sectaria…sin embargo he leído todos los Padres Apostólicos y no veo la soteriología calvinista en los primeros 4 siglos hasta Agustín...Encontrar en los Padres de la Iglesia el lenguaje de “elección”, “predestinación” y “depravación” no significa que sostenían las redefiniciones que el calvinismo hoy asigna a estas palabras. Los Padres no tenían estas mismas reinterpretaciones agustinianas-calvinistas y la teología general del consenso patrístico antes de Agustín no es compatible con el TULIP calvinista.” (Dr. Carlos Andrés Murr, teólogo, abogado y pastor).

En fin, muchos apologistas calvinistas caen en una doble moral cuando usan la historia para apuntar a otros cristianos de “herejes” pero cuando se les dice que es su teología la que tiene raíces heréticas entonces no quieren tomar una cucharita de su propia medicina. Como dice el académico holandés, profesor de patrística y experto en estudios gnósticos, Johannes van Oort, “La investigación moderna revela que la vida y el trabajo de Agustín estuvo ligado con el Maniqueísmo… Los eruditos agustinos se dan cuenta cada vez más que para entender a Agustín primero hay que entender el maniqueísmo…Sin el maniqueísmo, todavía habría existido Agustín, quizás incluso Agustín, el gran teólogo; pero habría sido un Agustín diferente, con una teología diferente” (Van Oort, El Maniqueísmo y su Legado, 1993, pp.276-7, 328, trad. Coyle J.K.).

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