
Dispensacionalismo Vs. Preterismo
Aunque los preteristas no niegan la importancia de la historia de Israel en el desarrollo de la historia bíblica, algunos de ellos no creen que el “y luego todo Israel será salvo” de Romanos 11:26 se refiere a la salvación futura de toda la gente étnica judía la cual creerá en Cristo en la segunda venida de Cristo porque según el preterismo ya no son el pueblo pactual de Dios y porque creen que dicho pasaje ya ocurrió en el primer siglo (particularmente durante el año 70 con la destrucción de Jerusalen) en vez de un futuro evento. Pero empecemos desde el principio, en el Antiguo Testamento vemos que Dios escogió a Abraham y a su descendencia (Salmo 105:43; Amos 3:2 y Hechos 13:17), una descendencia física según el contexto de Génesis 12 no porque era una nación perfecta u obediente, todo lo contrario, eran muy rebeldes al punto que cuando Dios los mandaba a hacer algo ellos hacían todo lo opuesto ni porque eran superior a las demás naciones sino por decisión de Dios. Dios explica esto en Deuteronomio 7:6-8. Digo esto porque veo que algunos apologistas anti-dispensacionales levantan este argumento emocional de que “Israel es muy malo.” Y yo digo, ¿y cuando ese no ha sido el caso? En Éxodo 20 por ejemplo los israelitas experimentaron una gran liberación sobrenatural y sin embargo enseguida se olvidaron de eso y se entregaron al pecado. En otras palabras, no merecieron esa libertad o salvación pero aun así siguieron siendo el pueblo de Dios lo que demuestra que las acciones de estas personas no determinan si son o no son el pueblo de Dios, sino que eso es decisión de Dios.
Tampoco vemos que esta elección haya sido anulada o cancelada en el Nuevo Testamento porque hayan rechazado al Mesías o por algún otro pecado. Al contrario, el apóstol Pablo nos dice, en Romanos 11:28-29, “Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos (refiriéndose al Israel literal y étnico) por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. [no dice que fueron o eran amados, más añade] Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” lo cual confirma lo declarado en el Antiguo Testamento, por ejemplo, en Génesis 12:1,7 dice, “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra.” Más en Génesis 17:7-8, “Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo [significa que dura y permanece para siempre]; para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua y seré el Dios de ellos.”
Ahora quizás algún preterista diga que el Nuevo Testamento enseña que nosotros también somos hijos de Abraham por medio de la fe en Cristo y que ahora hay una circuncisión del corazón lo cual es cierto y podría hasta haber una dimensión espiritual en estos pasajes también, pero eso no quita que se le hizo un pacto eterno a la descendencia física de Abraham, es decir, a la Israel literal lo cual está claro en estos textos (Génesis 17:10). No para alcanzar la salvación porque la salvación es para todo el mundo: “para el judío primeramente [eso lo dice Pablo] y también al griego (gentiles)” Por cierto en este pasaje de Romanos 1:16 vemos a Pablo haciendo una distinción entre el Israel étnico y los gentiles. Lo mismo hace Lucas 2:32 donde dice, “Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.” En Hechos 13:26 Pablo reconoce de nuevo esta diferencia al hablar de dos grupos diferentes: “los hijos de Abraham” (Israel) y los que “teméis a Dios” (la Iglesia), no salvíficamente porque nosotros no creemos en un pueblo judío sin Cristo. Sabemos que si un judío muere sin Cristo (como fue el caso de los fariseos) se perderá. Por tanto, un pueblo pactual no es lo mismo a un pueblo salvo e Israel y la Iglesia tampoco son lo mismo como asumen muchos amileniales o los que creen en la teología del reemplazo. Así como tampoco nosotros no perdemos nuestra identidad cultural cuando nos convertimos en cristianos. No es que nos hacemos cristianos y nos convertimos automáticamente en judíos espirituales. ¡Shalom! No, cada uno seguimos siendo del país que somos.
Por tanto, no hay que ser israelita o hebreo para ser salvo y hago esta aclaración porque muchas veces como que se quiere dar la impresión de que los dispensacionalistas creemos que hay diferentes formas de ser salvos y ese no es el caso, sino que creemos que todo el mundo puede ser salvo sin importar la raza o nuestro grupo étnico en todas las dispensaciones pero eso no quita que a Israel se le hizo una promesa perpetua de ocupar una tierra prometida y ser de bendición a todas las demás naciones y porque de Abraham iba salir más reyes, más naciones, y más importante aún, nuestro Salvador quien era judío en cuanto a la carne (Génesis 12:1-3). De hecho, lo que se prometió a Abraham y a su descendencia física se ve cumplido en Deuteronomio 1:10 donde nos dice, “Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multitud.” ¿A quién se le está diciendo esto? A un Israel literal, no a la iglesia porque la iglesia ni siquiera existía para este tiempo.
Por tanto, las promesas que se dan en Génesis 12 es a un pueblo físico del cual se dice que aquellos que lo bendigan serán bendecidos y aquellos que lo maldigan serián maldecidos. Para dar un ejemplo clásico de esto, lo vemos en Egipto el cual fue grandemente bendecido con respecto a su relación con José, pero luego vemos que empiezan a maltratar y esclavizar a los israelitas y por tales acciones terminaron siendo maldecidos por Dios. En otras palabras, cuando se maltrata a alguien de esa nación, gente o descendencia de Abraham había unas consecuencias negativas y por eso Génesis 27:29 se vuelve a repetir en Génesis 12:3. El mismo Jesús reconoció en Juan 8:37 que los judíos como los fariseos eran descendientes de Abraham, pero les aclara que eso no era suficiente para ser salvos.
Sin embargo, en este pacto abrahámico también se incluía castigo a esta nación si desobedecían a Dios y eso lo vemos a través de todo el Antiguo Testamento. Un ejemplo es Éxodo 20 donde después de ver tantos milagros hechos por Dios para libertarlos de la esclavitud de Egipto vienen y se entregan a la idolatría del becerro de oro. Ahí vemos cuando Dios dice, “Voy a acabar con todos ellos”, sin embargo, Moisés intercede por ellos y le dice a Dios, “Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre.” (Éxodo 32:13). No fue algo temporal. En otras palabras, Moisés le dice a Dios que basado en esta promesa no debería aniquilar a esta nación pecadora porque entonces la gente va decir que Dios no es fiel a sus promesas. Por tanto, Israel nunca ha sido una nación perfecta y eso es algo que ningún dispensacionalista discute. Al contrario, Israel siempre ha sido rebelde desde el mismo momento de su existencia y todavía sigue estando en rebeldía o en incredulidad, pero eso no quita el hecho de que seguía siendo y sigue siendo el pueblo escogido de Dios. Creo que hasta se podria decir que Israel NUNCA mereció ser el pueblo elegido de Dios por su constante rebeldía sin embargo las Escrituras nos enseñan, que aunque desobedecían seguían manteniendo esa identidad.
Ya cuando entramos en el Nuevo Testamento se nos dice, que los judíos iban a ser dispersados de la tierra (Lucas 21:24) como castigo por haber rechazado al Mesías sin un templo, sin sacrificios o sacerdocio (Oseas 3:4), aun así, iban a ser preservados a través de las persecuciones de la dispensación (Amos 9:15) porque como dice Pablo en Romanos 11:1, “¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.” Vemos que aquí Pablo no solo afirma que Israel no ha sido desechado por Dios sino que todavía se refiere a ella como “su pueblo”, o sea el pueblo de Dios. Digo, a menos que quieran meter una alegorización forzada en este pasaje lo cual no tendría sentido porque el mismo contexto nos indica que se está hablando de una Israel literal y étnico (v. 7). Además, ¿acaso la Iglesia fue desechada? Eso tampoco sentido. Pero no solo eso, en Romanos 11:28, también se nos dice: “Así que en cuanto al evangelio, son enemigos [en referencia a Israel] por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres”. No dice que eran o fueron amados sino que son [tiempo presente]. Lo mismo con Romanos 9:3-5, “Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo…” De nuevo, no se usa aquí el verbo pasado, “eran” sino “son” (presente). Por tanto, soteriológicamente, Dios hizo de los dos un solo pueblo o iglesia pero eso no quita que también hay un grupo étnico que Dios no ha desechado.
Ahora quizás el preterista o amilenial diga que este pacto o simiente se refiere a la iglesia y Cristo sin embargo no se puede ignorar que el Antiguo Testamento habla de una pluralidad de simientes como también se habla de una simiente singular en referencia a Jesucristo como individuo como se puede ver en Génesis 3:15 y es a esa simiente que se refiere Pablo. Pero eso no elimina la pluralidad de simientes que se ve a través de la Biblia, principalmente en el Viejo Testamento. Por tanto, yo no veo en el Nuevo Testamento que este pueblo escogido de Dios haya dejado de existir o que todavía existe pero que las promesas que Dios mismo les hizo hayan sido de alguna manera cancelada, anulada, borrada o reemplazada por la Iglesia. Al contrario, no solo la ciencia (como la genética) y las evidencias históricas (como la infraestructura del territorio de Israel) no solo demuestra que Israel todavía está en existencia, sino que la Biblia también habla de un retorno a la tierra original de los judíos en Ezequiel 20:33-38; 22:17-22; 34:13; 36:22-24; 38-39; Isaías 11:11-12; 37:1-14; 66:7-9; Sofonías 2:1-2 y Amos 9:15 lo cual se cumplió en 1948.
Esto no solo demuestra a su vez que la Biblia es la palabra infalible de Dios, sino que demuestra que una de las razones por la que los judíos regresaron a su tierra era porque eran perseguidos donde quiera que iban (incluso antes del Holocausto de Hitler). En Europa por ejemplo fueron perseguidos tanto por católicos como por algunos reformados debido a que Martin Lutero hizo muchas manifestaciones de judeofobia y antisemitismo en sus escritos, “Los judíos y sus mentiras”) y luego por los nazistas quienes eran en su mayoría protestantes (calvinistas y luteranos). Todo esto ocurría hasta que los judíos decidieron irse a lo que hoy se conoce como Israel (Palestina) para no volver a ser víctimas en suelo ajeno y estar tranquilos en su propio país (Lea el libro, El Estado Judío de Theodor Herzi, 1861). Pero la razón principal del regreso de los judíos a su tierra original es porque Dios lo quiso así porque todavía tiene planes con ellos como se ve en las profecías del Antiguo Testamento y eso incluye prepararlos para recibir a Jesús como su Mesías por medio de la gran tribulación, el testimonio de los 144,000 judíos creyentes en Cristo (Apocalipsis 7) y la salvación nacional de Israel en la segunda venida de Cristo (Romanos 11:26).
Ahora alguien puede levantar el argumento de que el reino de Israel le fue quitado para dárselo a la Iglesia. Sin embargo, eso no solo contradeciría varios pasajes del Antiguo Testamento sino también del Nuevo Testamento como Hechos 1:6 donde los apóstoles mencionan una restauración futura del Israel étnico mientras que Jesús no lo niega, sino que simplemente les dice que no nos toca saber cuándo, sino que solo el Padre lo sabe. Por tanto, el estar desterrado o en exilio no significa que nunca volverían. Al contrario, en Romanos 11:25 nos dice:

Por tanto, el endurecimiento de Israel es parcial (no dice para siempre) y también dice, “hasta” lo cual indica un tiempo limite de espacio o tiempo ¿Hasta cuándo? “Hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”. Ahora este Israel no se puede referir a la Iglesia porque no tendría sentido. No es la Iglesia la que tiene un endurecimiento parcial o en parte sino Israel la cual todavía sigue en incredulidad y esto también lo admite Orígenes de Alejandría de quien se dice que fue uno de los primeros en inclinarse a una teoría amilenialista por sus interpretaciones alegóricas sin embargo en su Homilía sobre el Éxodo él admite que aquí se esta refiriendo a un Israel literal y étnico (Romanos 11:25) lo cual tiene más sentido porque en el siguiente versículo dice, “y luego todo Israel será salvo” lo cual confirma que el endurecimiento será temporero, “como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, [referencia a la segunda venida de Cristo] Que apartará de Jacob [lo cual es otro nombre para Israel, Romanos 9] la impiedad.” Este Israel no puede referirse a la Iglesia porque la Iglesia ya es salva ¿o acaso tiene que ser salva de nuevo (dos veces)? Por tanto, no se puede alegorizar este pasaje porque entonces estaríamos hablando de una doble salvación para la Iglesia lo cual no tendría sentido. A menos que aquí Israel se refiere a la Israel literal y étnico lo cual tendría más sentido porque ellos sí necesitan salvación debido a que todavía están en incredulidad. También dice que este Israel tiene impiedad. De nuevo, esto no puede referirse a la Iglesia o una Israel espiritual porque ya Dios quitó nuestra impiedad y según Hebreos 10:14 nos ha hecho perfectos para siempre. Así que, ¿por qué no mejor alegrarnos por esto? Sí, Israel está en rebeldía y en incredulidad ahora mismo, pero hay esperanza para ellos. La locura seria desearles la perdición o que se vayan todos al infierno. Eso seria la verdadera locura.
¿Cuál debe ser nuestra actitud cristiana hacia Israel?
- Pablo exhorta a los cristianos gentiles a no jactarse contra los judíos solo porque han tomado el lugar de los judíos incrédulos en recibir el favor de la redención de Dios (Romanos 11:18).
2. Los cristianos gentiles hemos sido llamados a provocar a los judíos a celos por su propio Mesías (Romanos 11:11).
3. Se le pide a la Iglesia a seguir el ejemplo de Pablo de considerar a los judíos como los candidatos primarios por el Evangelio (Romanos 1:16) lo cual ¿cómo vamos a predicar a un grupo de personas si ni quisiera creemos en su existencia?
4. A las iglesias entre los gentiles se les pide apoyar financieramente a la “madre iglesia” que esta en la tierra de Israel del cual recibieron mucho beneficio espiritual (Romanos 15:26-27).
5. La Iglesia está supuesto a reconocer que la actual ceguera espiritual de Israel es solo parcial y temporera y que todo Israel (los judíos que sobrevivan la gran tribulación) será salvo en la segunda venida de Cristo (Romanos 11:25-26).
6. La Iglesia debe entender y recordar que aunque los judíos incrédulos son ahora enemigos del evangelio, la nación de Israel todavía es amado por Dios debido a las promesas y los pactos que Él hizo con los padres como Abraham, Isaac y Jacob (Romanos 11:28).
¿Literal o Alegórico?
En cuanto a la metodología de interpretación escatológica, nosotros preferimos seguir la primera regla de la hermenéutica bíblica que es interpretar las Escrituras en su sentido literal, natural y normal como haríamos con cualquier otro libro a menos que el contexto indique lo contrario y también apelamos a lo que se conoce como la interpretación gramático-histórica. No apelamos a la interpretación alegórica no solo porque vemos que alegorizar todas las profecías del Antiguo Testamento con respecto a la historia futura de Israel no tiene sentido sino porque tales profecías son muy repetitivas, detallistas, consistentes e insistentes en su veracidad. Además, la mayoría de estas profecías no se encuentran en los libros poéticos de la Biblia sino en los libros históricos y proféticos. Por ejemplo, el hecho de que una parte en Apocalipsis sea simbólica no significa que todo lo demás lo sea (falacia de afirmación del consecuente). Lo mismo se podría decir del evangelio de Juan. Y por último, porque los documentos cristianos como la Didaché y los Padres más antiguos de la Iglesia tales como Ireneo de Lyon (140-202 d.C.), creían en un verdadero arrepentimiento, reunión, y restauración futura del Israel étnico e Ireneo hasta criticó la interpretación alegórica porque era muy usada por los gnósticos como los valentinianos en su obra, Contra los Herejes. De hecho, Ireneo se refiere a esta alegorización del reino como parte de las prédicas de los herejes gnósticos a los que refutó en su libro: (Contra los Herejes [V.32.1], p. 339)
Ireneo se pone a describir cosas del reino con pasajes bíblicos, a lo cual igual añade: “Si algunos pretenden entender estas frases sólo en alegoría, no podrán siquiera ponerse de acuerdo entre sí.”(Ibid [V.35.1], p. 344). Y aún más adelante, dice lo siguiente: “No podemos decir que se trata de una mera alegoría; sino que todo cuanto Dios preparó para la felicidad de los justos tiene un sólido y verdadero cimiento. Pues, así como es verdadero y no alegórico el Dios que resucita al hombre, igualmente será que el hombre resucite de entre los muertos, como lo hemos expuesto con los anteriores argumentos. Y, así como resucitará de verdad, así también se preparará verdaderamente para la incorrupción, se desarrollará y madurará en el tiempo del reino, a fin de capacitarse para la gloria del Padre. Al final, habiéndose todo renovado, habitará verdaderamente en la ciudad de Dios.” (Ibid [V.35.2], p. 346). Por tanto, los primeros cristianos siempre interpretaron tales pasajes de manera literal y como una historia real del futuro. Esto también lo admite el famoso teólogo reformado, Louis Beckhof, quien afirma que las primeras escuelas cristianas como la de Antioquia sostenían una interpretación dispensacionalista y el Dr. Jason Whitlock también habló sobre esto en el canal de nuestros amigos de Capsulas de Teología.

El Didaché por ejemplo conocido también como La Enseñanza de los Doce Apóstoles 16:3-8 (50-70) es un escrito importante de la iglesia primitiva en Siria que contiene como un mini Apocalipsis que muestra una escatología futurística y premilenial con una interpretación gramática histórica al igual que la visión escatológica de Ireneo de Lyon (130) quien fue discípulo de Policarpo quien a su vez fue discípulo del apóstol Juan. Lo mismo con la carta de Bernabé 15 (escrito entre el año 70 y 130), en los escritos de San Victorino, Papías, Tertuliano, Justino Mártir, Apolinar de Hierápolis e Hipólito de Roma. En otras palabras, esto no fue un invento de Darby y esto es hasta algo reconocido por el famoso historiador prebisteriano, Philip Schaff (Philip Schaff, The Oldest Church Manual Called the Teaching of the Twelve Apostles, New York, 1885, p.77). Por tanto, tenemos una perspectiva premilenial que no estaba aislada en un solo lugar sino geográficamente extendido (la Didaché en Antioquia, Siria, Bernabé en Egipto, Papías en Asia, Justino e Hipólito en Roma, Ireneo en Galia, y Tertuliano en África del Norte). En otras palabras, nosotros los premilenialistas estamos en buena compañía.

¿Postura e Interpretación Novedosa o Primitiva?
Acá tienen evidencia histórica de que tanto nuestra postura como la metodología histórica-gramática no es una novedad como asumen falazmente algunos amileniales o anti-dispensacionalistas sino que esa siempre fue la posición de la iglesia primitiva y una de las razones por la que los Primeros Apologistas y los Padres más antiguos de la iglesia primitiva como Ireneo defendían esta postura era porque estaban en contra de escatología alegórica y espiritualizada que hacían los herejes gnósticos.
Ya después como a finales del siglo II es que algunos de los Padres como Clemente de Alejandría, su sucesor Orígenes de Alejandría y Agustín de Hipona en su obra, la Ciudad de Dios, empiezan a introducir elementos de escatología amilenial y alegórica mientras que la enseñanza premilenial con su interpretación literal, gramática e histórica empezó a declinar. ¿Y por qué empieza a declinar? Por cinco razones principales:
- Varios líderes de la iglesia católica empezaron a desacreditarla como hizo Eusebio con los escritos escatológicos de Papías (Historia Eclesiástica. 3.39.13).
2. La influencia de la filosofía griega o neoplatónica estaba influyendo a muchos líderes tales como a Clemente, Orígenes y Agustín de Hipona.
3. La reinterpretación de las Escrituras de manera alegórica se estaba volviendo más popular.
4. Estaba surgiendo un antisemitismo en algunos líderes de la iglesia al punto que veían la escatología literal y premilenial como un punto de vista “judío” y por ende lo rechazaron.
5. Los cambios políticos que estaba surgiendo dentro de la iglesia católica la cual no solo se convirtió en la religión oficial del imperio romano, sino que se estaba volviendo en una iglesia imperial que tenía poder y autoridad monárquica sobre muchas naciones. Y para poder justificar esta unión de iglesia y estado tienes a líderes religiosos como Agustín de Hipona quien decía en su, Ciudad de Dios, que ya estamos en el Milenio y que la Iglesia ha reemplazado a Israel y por eso está gobernando.
Por eso la hermenéutica que usan los que rechazan el dispensacionalismo es similar a este tipo de escatología alegórica, la cual surgió primero en la iglesia católica romana, luego a través de algunos reformados como los calvinistas, los musulmanes, los falsos testigos de Jehová, los adventistas, los mormones, la llamada raíces hebreas y otras sectas religiosas. Todos estos se inclinan a un tipo de teología de reemplazo y en una escatología alegórica. Esto los hace diferente a nosotros no solo porque interpretamos las Escrituras de manera gramatical-histórica sino porque hacemos una distinción entre los que la Israel étnico y la Iglesia lo cual cualquiera que lee su Biblia puede notar.
OBJECIONES:
¿Cómo sabes que el estado geopolítico de Israel es o no es de Dios?
Respuesta sencilla, Con la Biblia.
“Ningún estadista serio va hacer geopolítica con la Biblia”
Eso es una afirmación gratuita y es como decir que ningún historiador o arqueólogo serio va hacer historia con la Biblia cuando muchos lo han hecho. Segundo no todo estadista piensa igual y nuestra fe no viene de lo que dice un hombre y mucho menos de uno que no crea en la Biblia sino de la Palabra escrita de Dios la cual sí habla de la geopolítica de Israel. En otras palabras, nosotros no podemos las palabras falibles de hombres por encima de la Palabra infalible de Dios. Sin olvidar que fueron precisamente los analistas, los geopolíticos y los estados del mundo (dispensacionalistas o no) los que dieron el territorio de Israel a los judíos en el 1948 y los que reconocen y respetan el derecho legítimo y la soberanía del estado de Israel. Después de todo, la pregunta es, ¿a quién le pertenece esa tierra? Y según la Biblia, le pertenece a Israel y por eso Israel está ahí porque es la voluntad de Dios. El mundo no usará la Biblia pero el verdadero cristiano sí lo usa y porque sabemos que todo le pertenece al Dios omnisciente y que Él se lo da a quien Él quiere y en este caso le ha dado esa tierra a Israel. Por tanto, ¿quiénes somos nosotros para decir que eso no debería ser así? En fin, aunque durante esta dispensación Dios tiene temporalmente a Israel a un lado para tratar con la iglesia para proclamar el evangelio al mundo, Israel también tendrá un rol específico entre las naciones cuando Cristo regrese en Su Segunda Venida.
“¿O somos descendientes espirituales de Abraham o somos descendientes físicos de Abraham?”
Esto seria apelar a una falsa dicotomía pues la Biblia habla de ambos.
Dicen que Jesús es el verdadero israelita.
Cierto, pero esto no borra las promesas que Dios mismo le hizo a la nación de Israel. Asumir tal cosa es cometer una falacia non sequitur. En Isaías 2:2-4 y 49:3-6 por ejemplo se muestra una diferencia entre Israel y Jesús pues los detalles geográficos que mencionan en estos pasajes demuestran que se trata de un lugar literal. Además, según las expectativas escatológicas del Antiguo Testamento y que fueron confirmadas en el Nuevo es que el Mesías gobernará sobre Israel en el Trono de David (Lucas 1:31-32), que la nación de Israel será liberada de sus enemigos (Daniel 9:27) y entonces “todo Israel será salvo” y restaurado en la Segunda Venida de Cristo (Zacarías 12:10; Joel 2:32; Mateo 24:30; Apocalipsis 1:7; Romanos 11:23 y 26). En otras palabras, Israel fue el pueblo escogido de Dios para que estas promesas se cumplieran y no un invento dispensacionalista ni un intento de demeritar el papel de la Iglesia de Cristo en el futuro pues tanto la Iglesia como Israel reinarán juntos y bajo la suprema autoridad de Cristo desde Jerusalén (Vea Apocalipsis 21-22:5 y 1 Corintios 15:24-28). No desde Puerto Rico, Republica Dominicana o México.
Por eso los creyentes gentiles en Cristo no deben jactarse contra los judíos solo porque reemplazaron al incrédulo judío en el favor divino de la redención sino a considerarlos como los candidatos primarios para el Evangelio, apoyarlos porque de ellos hemos recibido mucho de los beneficios espirituales y recordar que su ceguera espiritual actual es parcial y temporal (Vea Romanos 1:16; 11:18 y 15:26-27). Sin embargo, el mismo Pablo condenó este tipo de antijudaísmo cristiano diciendo, “no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.” (Romanos 11:18). Por tanto, la iglesia no ha reemplazado a Israel y tampoco ha tomado control de las promesas que Dios le hizo exclusivamente a los judíos (Ezequiel 36).
¿Qué hay de los sacrificios de animales en el Milenio?
Como respuesta muchos antidispensacionalistas tratan de espiritualizar el templo futuro y milenial porque no le encuentran sentido el continuo sacrificio de animales. Sin embargo, como explica Michael J. Vlack en su obra, “Dispensational Hermeneutics”, aunque Jesús es más grande que cualquier templo, tales templos todavía tienen propósitos. Por tanto, así como los sacrificios en el templo del Antiguo Testamento y la Santa Cena del Nuevo Testamento tenían como propósito celebrar la muerte de Cristo como recordatorio de lo que Cristo hizo en la cruz es muy posible que las del reino milenial tengan ese mismo sentido y significado del valor infinito de su sangre preciosa.
“Israel tiene orígenes ilegítimos y el estado de Israel no es el Israel bíblico”
Siguen siendo judios a menos que crean que Israel dejó de existir y que el actual Israel es un falso Israel lo cual no tendría sentido a la luz de la Biblia porque las promesas fueron dadas no solamente a Abraham e Isaac sino a toda su descendencia física. Sin olvidar que eso también seria negar no solo la ciencia (genética) y la historia (mapas, calles, infraestructura y hasta los cementerios con nombres judíos) que el territorio de Israel siempre ha tenido sino la Biblia la cual afirma que Dios hizo un pacto eterno con el Israel étnico y las cuales son irrevocables (Romanos 11:29). Si es por rebeldia o apostacía entonces ignoran que Israel nunca dejó de ser pueblo de Dios cuando cometió tales pecados en el Antiguo Testamento.
En otras palabras, cuando se habla de Israel se habla de un grupo étnico de personas (judios) que ha existido desde tiempos bíblicos y quienes fueron una nación antes del año 70 (a.C.) y hay miles de evidencias históricas que demuestran que el lugar donde se encuentra el Israel de hoy es el mismo del Israel bíblico. Sin olvidar que hay una promesa para Israel en el sentido nacional y corporativo. Por eso la reunión o retorno internacional de los judíos a su tierra en 1948 fue una profecía cumplida que demuestra que la Biblia es la Palabra infalible de Dios (Ezequiel 20:33-38; 22:17-22; 34:13; 36:22-24; 38-39; Isaías 11:11-12; 37:1-14; 66:7-9; Sofonías 2:1-2 y Amos 9:15). Por tanto, asumir que tales personas ya no existen no solo contradice la ciencia (genética) y la historia de tales personas sino toda la Biblia pues Dios hizo un pacto eterno e incondicional con ellos y tienen su rol en las profecias escatológicas los cuales son promesas que todavía continuan como enseña Romanos 9-11. En fin, Israel fue una nación antes en tiempos bíblicos y ahora lo siguen siendo lo cual también fue profetizado en las Escrituras, en el caso de Pakistán, este nunca existió antes. Tenga en mente que antes del 1948 ya los dispensacionalistas estaban diciendo que esto iba ocurrir.
“La Higuera de Mateo 21 y Mateo 24 muestra que todo fue cumplido en el año 70 con la destrucción del templo de Jerusalén”
1. Creen que desde el 70 estamos en el milenio lo cual no tiene sentido pues ¿dónde en la Biblia dice que 1,000 años se refiere a 2,000 años o 2025 o más? ¿Acaso llevamos más de dos mil años en el milenio? Si no hay un milenio literal entonces los mil años de la Biblia no estaría definido y podríamos estar como dicen algunos amileniales más de 100,000 tratando de cambiar el mundo en vez de esperar a Cristo para que sea Él el que cambie el mundo durante su reinado en el milenio.
2. Los preteristas sostienen que los dos testigos de Apocalipsis ocurrieron en el siglo 1 lo cual no tiene sentido porque los judíos mártires de Apocalipsis eran cristianos que predicaron el evangelio mientras que el mundo se enfureció contra ellos. Mientras que los judíos talmúdicos del siglo 1 no predicaron, ni el mundo se enfureció contra ellos. Al contrario, crucificaron a Cristo y persiguieron a los creyentes.
3. La Didaché 16:3-8 (50-70) vincula la resurrección de los muertos con la segunda venida de Cristo con los tiempos finales como el milenio. Por tanto, ¿qué resurrección de muertos ocurrió en el año 70? Sin olvidar que la Didaché al igual que otros escritos antiguos del cristianismo primitivo (como la Epístola de Bernabé) presenta una escatología futurística y premilenialista la cual no cuadra con la escatología amilenialista o preterista. Esto es admitido por varios teólogos reformados como Louis Beckhoff y el famoso historiador reformado, Philip Schaff. Además de que no tendria sentido escribir la Didaché 16 después del año 70 si todo lo profetizado en Mateo 24 ya se habia cumplido.
4. Según la Academia y la fecha tradicional, el Apocalipsis fue escrito entre el año 90 al 96 durante la época domiciano. Por tanto, no tendría sentido que se escriba un libro profético (Apocalipsis 1:3) para advertir a los cristianos sobre los tiempos futuros en el año 90-96 si ya todo ocurrió en el año 70.
5. El supuesto milenio que vivimos actualmente no encaja con la descripción detallada que se da en Apocalipsis 20 la cual es un libro profético y no poético. El hecho de que contenga simbolismos no significa que todo sea simbólico (falacia de afirmación del consecuente).
6. Según el preterismo el diablo está ahora atado lo cual no suena muy convincente ya que no vemos menos engaño sino más engaño a través de la historia del mundo. A menos que el diablo tenga una cadena muy larga para darle la vuelta al mundo.
7. Los preteristas nos critican por sostener que el regresó de los judíos a su territorio original es una profecía cumplida cuando la evidencia está en la Escritura y la existencia del estado de Israel desde el 1948. En cambio, ellos creen que Cristo vino con poder y gloria en el año 70 y ni cuenta nos dimos. ¿Dónde está la evidencia para esto?
8. Al igual que los falsos testigos de Jehová, los preteristas alegorizan los 144,000 de Apocalipsis 7 diciendo que no son judíos sin embargo el mismo contexto indica que son judios literales al decir que hay 12,000 judíos de cada tribu de Israel como por ejemplo, 12,000 de la tribu de Juda, 12,000 de la tribu de Rubén, 12,000 de la tribu de Levi, 12,000 de la tribu de Gad. Si esto es simbólico entonces nos preguntamos ¿de cuál tribu serán los preteristas?
9. Como dice el Dr. Francisco Lacueva, en el año 30 se quita la vida del Mesías y la destrucción del templo de Jerusalén ocurre en el año 70. Por tanto, hay un tiempo de 40 años por lo que esto no puede referirse a que la desolación o desolador que se habla en Daniel. Decir que lo de Daniel ocurrió en el siglo 1 como asumen los preteristas o amileniales no cuadra escatológicamente y numéricamente con la cantidad de años por semana que marca Daniel. Por tanto, esto no se cumplió en el siglo 1.
10. Por último, Ireneo de Lyon, Tertuliano, la Epístola de Bernabé, la Didaché y otros Padres más antiguos de la Iglesia demuestran que los cristianos primitivos eran premileniales. En cambio, los primeros en alegorizar las profecías bíblicas fueron los gnósticos seguidos por los católicos, los falsos testigos de Jehová, los mormones, los adventistas, las raíces hebreas y otras sectas.
“¿Pero no dice Mateo 21:43, “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.”?
Este pasaje es muy utilizado para decir que ya no hay más Reino del Milenio para Israel, implicando que ya no serán restaurados a como la Escritura parece describir en pasajes como Salmos 45, 102, Jeremías 31 o Zacarías 8 y Romanos 9-11. Sin embargo, en su contexto está escrito para ciertos fariseos, pues no podemos decir que para todos los fariseos porque Nicodemo era fariseo y creyó en Cristo y porque estaban cuestionando la autoridad de Cristo; en sí, lo estaban rechazando. Pero de esto, los preteristas hacen un salto impresionante para intentar decir que al Israel étnico se la ha quitado el reino para que se le entregue a la Iglesia. Por lo tanto, consecuencias vienen sobre aquellos que no recibieron al Señor cuando vino, e incluso luego le crucificaron. El rechazo del consejo de Dios en la nación de Israel, ya había existido desde tiempos del Antiguo Testamento. De hecho, este rechazo tenía consecuencias reflejadas en las diversas dispersiones, hambrunas, asedios, conquistas, entre otras cosas. Me parece que un pasaje que habla de estas consecuencias de manera concentrada, podría ser Deuteronomio 32. Individualmente, ya vemos cómo Dios rescata a varios judíos, pero llegará el día en que veremos a toda la nación volcada hacia Dios; como lo vaticina Pablo en Romanos 11:25-27, donde dice que todo Israel será salvo cuando la plenitud de los gentiles se haya cumplido.
Por ejemplo, el Dr. Michael Brown, un autor que no es dispensacional, comenta lo siguiente cuando analiza el pasaje: “…….Es cierto que a lo largo de los siglos, la iglesia se volvió mayoritariamente gentil a medida que el evangelio se difundía por las naciones del mundo, pero en ningún momento Dios desplazó a Israel con la iglesia, y Mateo 21:43 no respalda tal punto de vista.” (Christian Antisemitism, p. 113) Y continúa diciendo: “El mismo hombre que escribió estas palabras, Mateo, era un hijo del reino, como lo han sido varios millones de creyentes judíos en Jesús desde entonces. El texto tampoco dice que no habrá un cambio futuro del pueblo judío. Al contrario, será tal como explica Pablo en Romanos 9-11. Las ramas judías han sido cortadas y las ramas gentiles han sido injertadas. Pero cuando entre la plenitud de los gentiles, habrá una reunión masiva del pueblo judío. ¡Dios cumplirá Su Palabra! Mateo también habla del tiempo futuro cuando Israel será restaurado. (Véase Mateo 19:28.)” (Ibid, p. 114) Si bien, Michael Brown no es dispensacional, él está muy en contra de la teología del reemplazo.
“Así como Dios le quitó el reino a Nabucodonor en Daniel 4:31 asi ha hecho con Israel.”
Sin embargo, por el contexto completo, sabemos que a Nabucodonosor se le quita el reino por un tiempo solamente; no se le quita para siempre. De hecho, luego es restaurado cuando él vuelve sus ojos a Dios y así lo reconoce como el Rey de reyes y Señor de señores. En mayor o menor medida, sabemos que es una locura que Israel haya rechazado en general al Mesías, del cual tenían profecía tras profecía. Rechazaron a su Dios, del cual escucharon una y otra vez. Claramente, no todos lo rechazaron a Cristo y hubo gente de Su pueblo que sí lo recibió (Juan 1:11-12), y por esa razón es que a esto se le llama “endurecimiento parcial”(Romanos 11:25). Y ahora solo queda pensar que, si el reino fue restaurado a Nabucodonosor cuando se arrepintió y reconoció al Señor como lo que es, lo mismo pasará sobre Israel cuando se arrepienta y reconozca al Señor como lo que es. Y ambas cosas las sabemos porque están escritas como una condición de restauración, mucho antes incluso de que las consecuencias del endurecimiento por el pecado se vean. Dado todo lo anterior, nos es necesario concluir que Daniel 4:31 no es favorable a la teología del reemplazo, e incluso la contradice. Si uno quisiera hablar sobre todo Israel perdiendo el reino, tomando este pasaje como ejemplo, necesariamente tendría que concluir que el reino será restituido a ellos. Y no solo por el patrón visto en la historia del rey Nabucodonosor, sino porque en la Biblia se describe algo sumamente parecido sobre Israel; de hecho, está descrito de formas muy explícitas. Además, una de las pruebas más claras de que el reino será restaurado a Israel, está en Hechos 1:6, donde la pregunta de los que estaban ahí era: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”. Y esta pregunta era después de haber estado durante cuarenta días habiendo escuchado a Jesús sobre el reino de Dios (Hechos 1:1-2). La única duda que quedó, no fue si iba a haber reino de Dios para Israel, sino que cuándo es que esto iba a suceder. Y es la misma pregunta que queda hoy, porque no es para nosotros saber las sazones y los tiempos; pero sí nos toca ser testigos con el poder del Espíritu Santo que se nos ha dado (Hechos 1:7-8). En fin, en Mateo 21:43 no se le quita el reino a Israel, ni nada parecido. Más bien, se le quita a los líderes corruptos de Israel y se establece un nuevo liderazgo que de frutos, he de decir que los primeros en dar frutos fueron los apóstoles a los cuales Jesús les otorgó el reino venidero como líderes de Israel; algo que ya vimos hasta el cansancio. Así que, tomando en cuenta el entorno judío del texto, realmente se cumple que aquel reino es entregado a un pueblo (judío creyente en Cristo) que de frutos, pues los apóstoles eran parte del pueblo judío y daban frutos dignos del reino. Y sí, es cierto que también nosotros los gentiles ahora ya damos fruto, pero eso no significa que este pasaje en específico sea sobre nosotros. Como afirma, el teólogo Arnold Fruchtenbaum, reconocido experto en teología judío-mesiánica y conocido por su trabajo en la evangelizacion a los judios, “El reino le fue quitado a esa generación y dado a una futura generación de personas de Israel. Una posibilidad es a los discípulos judíos de Jesús. Ellos y los primeros cristianos en Hechos 2 estaba compuesto mayormente por judíos y probablemente eran “la gente que producirian los frutos.”
¿Qué hay de Hechos 1:7-8?
En Hechos 1:6-8 los discípulos le preguntaron a Jesús que cuando el reino de Israel iba ser restaurado. Si el caso hubiese sido que a partir del nacimiento de la iglesia dichas promesas reales para la nación habrían sido alteradas de alguna manera, Jesús lo habría dicho. Pero en cambio Jesús no los corrigió. Al contrario, afirmó la rectitud de su pregunta, ya que un día Dios restaurará el reino a Israel aquí en la tierra antes de que entremos en la eternidad y que un día se sentarán en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28).. Solo dijo que no les correspondía a ellos saber los tiempos y las épocas en que esto sucederá. Necesitaban concentrarse en predicar el evangelio en el poder del Espíritu.
¿Qué hay de Romanos 2:28-29 donde dice que, “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón,”?
En cuanto a Romanos 2:28-29, no me parece sostenible decir que este pasaje enseña que los gentiles con fe en Cristo, sean entonces judíos espirituales. El Dr. Michael Brown quien no es dispensacionalista comenta que “[…]es muy probable que Pablo esté contrastando a dos judíos, ambos circuncidados en la carne, pero solo uno está circuncidado de corazón.” (Christian Antisemitism, p. 190). De hecho, el contexto del pasaje nos indica que, en ese alegato, Pablo le está hablando a los judíos étnicos (Romanos 2:17-18).
¿Qué hay de Romanos 9:6, “porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,”?
Estos son terminos que se refieren a los seguidores judios de Cristo quienes son reconocidos como el autentico Israel y quienes Pablo compara con el remanente de Israel que durante el tiempo de Elías no doblaron sus rodillas a Baal (Romanos 11:14). Por tanto, en la perspectiva de Pablo el ser parte de la verdadera Israel no es algo universal para cada creyente en Jesucristo sino especificamente para sus seguidores judios. Por eso cuando en Romanos 9:6 habla de que “no todos los que descienden de Israel son israelitas”, aclara después que “No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”(Romanos 9:8); igual manejó antes el mismo concepto en Romanos 2:28-29. Y sabemos que no habla de la Iglesia, porque después hace alusión a Isaías 10:22 al decir que “Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo”(Romanos 9:27); todo esto, Pablo aclara que es tocante a Israel, y cualquiera lo puede leer en el texto. Más adelante, ya en Romanos 11:5, Pablo explica que ese remanente de Israel es escogido por gracia; pues Dios no ha desechado a Israel (Romanos 11:1-2). Es decir, el remanente de Israel es todo aquel israelita que haya decidido seguir a Cristo; todos aquellos que han creído, han accedido a la gracia salvadora de Dios. En la Biblia, Pablo no es el único que hace cierta distinción entre israelitas que sí son israelitas, de los israelitas que no lo son. Jesús hace lo mismo en Juan 1:47, cuando llama a Natanael “un verdadero israelita.”
En Juan 8:39-47 Jesús hace esta misma distinción entre los mismos israelitas… Y la Biblia enseña que uno es hijo de Abraham por seguir las pisadas de fe que tuvo(Romanos 4:11-12 & Gálatas 3:7). Por lo tanto, Jesús parece hacer la distinción entre israelitas genuinos, e israelitas que no son israelitas; en cuanto a la fe. Claro, en ese contexto particular y teniendo una audiencia judía, la distinción tiene que remitirse a los hijos de Israel; el tema de que los gentiles podemos ser hijos espirituales de Abraham, no está en juego aquí… nos queda claro que existen israelitas que no son israelitas. Pero, claro está, los israelitas que sí han puesto su fe en Cristo nuestro Dios, son contados como verdaderos israelitas (Apocalipsis 2:9 & 3:9).
“Si Romanos 11 tiene que ver con la salvación de Israel étnico entonces no tiene validez el estado geopolítico de Israel del 1948.”
Eso es apelar a una falacia non sequitur (no se sigue) pues el hecho de que Israel será salvo en el futuro no invalida o quita que la profecía de Dios de que iba reunir o hacer regresar a los judios a su territorio original no se haya cumplido. La primera profecía ya se cumplió y solo tenia que ver con el retorno de Israel la cual todavía esta en incredulidad y la segunda tiene que ver con su salvación la cual también se cumplirá en la segunda venida de Cristo. Por tanto, a pesar de su incredulidad actual, Romanos 9-11 muestra que Dios no ha terminado sus planes futuros con la nación de Israel ni los ha desechado. Esto lo han reconocido aún autores muy importantes que no son dispensacionalistas tales como el Dr. Douglas Moo (2002) y Charles Hodge. Una vez la iglesia sea quitada en el Rapto, Dios tratará con Israel durante el periodo de la gran tribulación (Jeremías 30:7). De hecho, unas de las grandes promesas nacionales y cumplidas para Israel es que la gente judía regresaría a su tierra original lo cual es repetido a través de las Escrituras (Amos 9:15). Todos los israelitas que sobrevivan la gran tribulación se darán cuenta de su error, se arrepentirán de sus pecados y buscarán de Dios (Jeremías 50:4-5). Según Isaías 66:7-14 y Ezequiel 36:25-29 la nación entera nacerá de nuevo como si se tratara de una sola persona (Jeremías 33:8; 50:20; Isaías 45:25 y Romanos 11:26-27). Cuando esto ocurra Israel será restaurada una vez más como la cabeza de las naciones durante el reino milenial y volverá a experimentar las bendiciones de Dios junto a la iglesia (Apocalipsis 20:1-6 y Zacarias 8:22).
¿Qué hay de Gálatas 3:7 y 9?
El texto indica que aquellos que tienen fe son hijos de Abraham y bendecido con este hombre de fe. Sin embargo, yo puedo decir que la persona que me ganó para Cristo es mi “padre espiritual” (a pesar de que no tengamos ninguna conección sanguinea). De la misma manera, en Gálatas 3, Pablo argumenta que Abraham es el padre de todos los creyentes, no que los gentiles se vuelven fisicamente judios o que los reemplazan. Ni Romanos 4:11-12 tampoco. Como bien señala J. P. Martínez, “[l]a paternidad de Abraham para los gentiles es una paternidad en la fe (Ro.4:11-12), no étnica ni realizada por alguna especie de «reingeniería» para crear judíos espirituales, descartando con ello las promesas del pacto para la nación de Israel.” Algunos críticos del dispensacionalismo creen que Gálatas 3:7 echa por tierra la distinción entre Israel y la Iglesia. Sin embargo, nosotros los gentiles somos hijos espirituales de Abraham a través de la promesa. Pero ser un hijo espiritual no significa ser un israelita ni apropiarse de las promesas de Dios dadas a Israel. Por tanto, la paternidad espiritual de Abraham entre los gentiles no es ningún argumento contra el dispensacionalismo.
Sí, por la fe somos hijos de Abraham, pero eso no significa que nacionalmente seamos un sustituto al linaje de Abraham, Isaac y Jacob. Y tiene todo el sentido del mundo en la cosmovisión paulina, pues el apóstol Pablo siempre hizo distinción entre grupos, a la vez de hablar de la unidad. Esto es algo que también comentó Charles Ryrie, pues él asegura, con justa razón, que “[…]los judíos creyentes y los gentiles creyentes, que juntos forman la iglesia en esta época, continúan siendo distinguidos en el Nuevo Testamento, lo que demuestra que el término Israel todavía significa los descendientes físicos de Abraham.”(Dispensationalism, p. 104). Se puede estar unidos en Cristo, sin necesariamente borrar las promesas nacionales que Dios prometió a una nación específica, la nación de Israel.
¿Qué hay de Gálatas 3:28?
Algunos apelan a Gálatas 3:28 para decir que, en Cristo, no hay judío ni griego. Así que, debido a esto, el Israel nacional ya no existe realmente; ya no hay distinción alguna. Esto es una locura, pues ese mismo pasaje dice que, en Cristo, no hay varón ni mujer. ¿Acaso eso abre la puerta a decir que la distinción entre hombres y mujeres ha dejado de existir? ¿Y entonces que somos ahora? ¿Género fluído? ¿No es ese el mismo argumento que usan los “cristianos” progres? Por tanto, aunque Gálatas 3:28 parece indicar que no hay distinción entre judios y gentiles, Pablo no está borrando la diferenciación entre las personas pues el mismo Pablo reconoce la importancia de tales distinciones y roles en otras partes de sus escrituras (Efesios 5; 6:5 y 1 Timoteo 2-3) sino que su enfasis es que cualquiera puede unirse a la familia espiritual de Dios por medio de la fe en Cristo sin importar su origen, identidad cultural, estatus social o sexo biológico. Por lo tanto, así como puede haber una igualdad y unidad en Cristo entre hombres y mujeres, pero aún existir la distinción básica marcada por Dios, lo mismo pasa con el Israel nacional y el resto de las naciones; esta distinción, también es marcada por Dios a lo largo de la Biblia. Y, aunque es cierto que la fortaleza de la identidad de Israel sí incluye lo espiritual, la realidad es que no era lo único que distinguía a Israel de las naciones (Vea Romanos 1:16). En todo caso, de tener razón la lógica del teólogo del reemplazo citado, no tendría sentido lo que leemos aquí en Zacarías 2:10-13: “Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho YHWH. Y se unirán muchas naciones a YHWH en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que YHWH de los ejércitos me ha enviado a ti. Y YHWH poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén. Calle toda carne delante de YHWH; porque él se ha levantado de su santa morada.” Aquí, el mensaje de Dios va hacia Israel(hija de Sion), pero también habla de que los gentiles(las naciones) se unirán a Él y le serán por pueblo. Pero noten algo interesante, pues a pesar de que las naciones le sean por pueblo, mantiene su promesa al Israel nacional al decir que Él poseerá a Judá, su heredad, y que escogerá aún a Jerusalén. Y es que Dios utiliza este lenguaje nacional porque aún cumplirá con las promesas al Israel nacional. Por tanto, la inclusión de los gentiles al Nuevo Pacto, no es la exclusión de las promesas a la nación de Israel. Y, claro está, tampoco significa que los gentiles tomen las promesas nacionales a nombre de Israel (Isaías 49:5-6). La restauración de Israel va ligada al tema espiritual, pero sin negar lo nacional.
¿Qué hay de Gálatas 6:15-16?

Aqui Pablo está bendiciendo a todos los creyentes en adición a los judíos creyentes de la iglesia. Pablo los bendice por rechazar la falsa doctrina de que la ley de Moises podia salvarlos. Sin embargo, Pablo no está discutiendo la identidad de Israel aquí. Tenemos que entender que Pablo, a lo largo de toda su carta, está reclamando a su audiencia por haberse desviado por otro evangelio, uno falso, el cual es de obras(Gálatas 1:6-10 & 3:1-5). La controversia principal, estaba en que había gente que andaba pujando por la necesidad de circuncidarse para ser salvos(Gálatas 2:3-5 & 5:1-12); principalmente, esa obra fue la que más debatió Pablo, el Apóstol de los gentiles. Entendamos que Pablo no estaba tratando un tema identitario nacional, sino uno soteriológico. Tomando en cuenta esto, se puede entender mejor el tema de que, en Cristo, la circuncisión e incircuncisión no valen nada, pues no es por obras o por nacionalidad que somos salvos.
Si la carta de Pablo estuvo hablando consistentemente de dos grupos, los cuales ya sabemos que son los judíos y los gentiles, lo más lógico es que estos mismos sean los dos grupos a los que hace alusión en el texto en cuestión. Por lo tanto, si los judíos son uno de los dos grupos, lo evidente es que ellos sean el “Israel de Dios”, mientras que los gentiles serían el otro grupo ya mencionado. MacArthur, en su Biblia de estudio, define al Israel de Dios como “[t]odos los creyentes judíos en Cristo, es decir, aquellos que son descendientes tanto físicos como espirituales de Abraham”. Además, las otras 65 apariciones del término “Israel” en el Nuevo Testamento, se refieren siempre a judíos. Por lo tanto, sería extraño que Pablo usara aquí «Israel» para referirse a los cristianos gentiles. Pablo también se refirió en Romanos 9:6 a dos clases de israelitas: los judíos creyentes y los judíos incrédulos (The Bible Knowledge Commentary: Acts and Epistles, p. 507).
Sobre el uso del término “Israel”, Michael Vlach apunta lo siguiente: “[C]ualquier otra referencia a Israel, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, tiene un sentido étnico. Es necesario que haya razones particularmente sólidas para optar por una comprensión no étnica del título. Pero no veo evidencia suficiente para respaldar un sentido no étnico de Israel. […] No hay suficientes razones de peso para adoptar una redefinición tan significativa del concepto de Israel. Como Pablo fue tan duro con los judaizantes, probablemente estaba reconociendo a los creyentes judíos que no habían caído en los errores de los judaizantes. Para mostrar que su dura actitud hacia los judaizantes no se extendió a los verdaderos creyentes judíos, se acerca a estos creyentes judíos y los llama el «Israel de Dios». […] Como George apuntó, la bendición de una carta, es un lugar poco probable para hacer la sorprendente afirmación teológica de que los gentiles creyentes son ahora parte de «Israel».” (Has the Church Replaced Israel?, p. 178) “Pablo defiende el concepto de salvación por gracia mediante la fe, contra el error de los judaizantes que sostenían que la circuncisión contribuía a la salvación. Al hacer esto, Pablo destaca a los judíos cristianos en Galacia que creyeron correctamente en el evangelio de la gracia y no siguieron el error de los judaizantes. Pablo, por tanto, elogia a estos judíos cristianos y los llama el «Israel de Dios». Como lo expresa Johnson: «Se dice que qué cosa más adecuada podría escribir Pablo en una obra que ataca tan fuertemente a los creyentes judíos profesantes, los judaizantes, que dejar muy claro que no estaba atacando a los verdaderos judíos creyentes. Los judaizantes son anatematizados, pero el remanente según la elección de la gracia es el Israel de Dios». Por lo tanto, el contexto está del lado de la opinión de que Pablo se dirigía a los judíos cristianos con su declaración del «Israel de Dios». Timothy George ha señalado que la declaración «Israel de Dios», cerca del final de la epístola, hace poco probable que Pablo estuviera incluyendo a los creyentes gentiles en la categoría de Israel. Para George, este es un lugar improbable para hacer una declaración de tan gran significado teológico: «Es extraño que si Pablo pretendía simplemente equiparar a los creyentes gentiles con el pueblo de Israel, hiciera esta identificación crucial aquí al final de la epístola, y no en el cuerpo principal donde desarrolló detalladamente su argumento a favor de la justificación por la fe».” En fin, debemos concluir que el “Israel de Dios” es todo aquel descendiente étnico de Israel, que ha venido a la fe de Cristo.
“¿Pero no dice la Biblia en Efesios 2:14 que de ambos pueblos Dios hizo uno?”
Cierto, pero ser semilla de Abraham no significa ser un judío espiritual, el ser cristiano no hace que perdamos nuestra identidad cultural y aunque de los dos pueblos Dios hizo uno solo, aun así, no hay nada en la Biblia que indique una presunta anulación de las promesas dadas a Israel como nación. Inclusive, los discípulos antes de la ascensión de Jesús preguntaron acerca del tiempo de la restauración de Israel en Hechos 1:6. Si el caso hubiese sido que a partir del nacimiento de la iglesia dichas promesas reales para la nación habrían sido alteradas de alguna manera, Jesús lo habría dicho. Pero en cambio les dijo que un día se sentarán en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel y que no les toca saber cuando sucederá (Mateo 19:28). Jesús mismo habló de ovejas de dos rediles y el Nuevo Testamento tiene apóstoles a los judíos y un apóstol a los gentiles. No es que creemos que la iglesia tendrá una clase de segunda categoría o una ciudadanía celestial de segunda clase como asumen algunos teólogos reformados como Miguel Nuñez pues tanto Israel y la Iglesia reinarán juntos con Cristo.
Así lo explica J. P. Martínez en relación a 1 Pedro 2:9-10, “[n]adie discute que los gentiles creyentes sean hoy el pueblo de Dios.[…] Pero no hay nada en este texto que diga que somos «el nuevo o verdadero Israel» ni que Israel como etnia y nación se haya «ampliado» o espiritualizado.”(Vindicando la Esperanza Dispensacional, p. 40). La Biblia dice que de dos pueblos, que son Israel y las naciones(gentiles), ha hecho uno(Efesios 2:14-16). Pero también sigue llamando a Israel “su pueblo”(Romanos 11:1-2). Y aquí es donde Martínez vuelve a apuntar atinadamente que “Pablo no tenía problemas en reconocer a la nación de Israel como «el pueblo de Dios» que de ninguna forma había sido desechado (con todas sus implicancias étnicas y pactuales), y al mismo tiempo afirmar que judíos y gentiles en la iglesia eran también «el pueblo de Dios».”(Ibid, p. 43). No es tan difícil de entender que se puede ser un pueblo en Cristo, pero que ese pueblo esté compuesto de dos grupos de personas distintos; que serían judíos y gentiles.
El pueblo de redimidos de Dios, bien puede estar compuesto de muchos grupos de personas. Volvamos a revisar Zacarías 2:10-11, que dice “Y se unirán muchas naciones a YHWH en aquel día, y me serán por pueblo”. Aquí asegura que las naciones, otro grupo de personas aparte de Israel, igual le será por pueblo. Y aquí replicaré la acotación de J. P. Martínez: “Estos pueblos, sin embargo, no se convertirían en Israel, sino en pueblos que pertenecen a Dios (cfr. Is.19:24-25).”(Vindicando la Esperanza Dispensacional, p. 40). Así que, cuando no se adopta la cosmovisión de la teología del reemplazo, es posible ser consistentes y aplicar el mismo criterio con los santos pre-abrahámicos, los cuales son pueblo redimido por Dios aunque no sean de la nación Israel o la Iglesia, sin necesidad de dar las maromas eisegéticas que hacen los teólogos del reemplazo.
“¿Pero no habla 1 Pedro 2:9 de una Israel escatológico?”
Aca los amileniales se equivocan al afirmar que 1 Pedro 2:9 está instituyendo a la Iglesia como una “nación de Israel escatológica” pues en ningún momento del pasaje se ha hecho tal cosa, a menos que se tenga una visión descontextualizada y sesgada del mismo. Si uno lee la Biblia aceptando la abrumadora evidencia de que “Israel” siempre se refiere al pueblo de Israel étnico, tanto en el Nuevo como el Antiguo Testamento, jamás podrá caer en el error que cae los premileniales de entender este pasaje como una declaración que vuelve a la Iglesia una “nación de Israel escatológica”. De hecho, abrazar la evidencia bíblica sobre el significado que “Israel” tiene, hace que esta espiritualización en la que caen, se vea como una suerte de anécdota ridícula dentro de la teología de algunos cristianos.
El contexto de la carta entera, sugiere que la audiencia era judía de la dispersión, así que la repetición de la frase solamente es para recordarle a estos judíos de la dispersión que ahora habían aceptado a Jesucristo como Señor, que ellos eran el remanente de Israel que iba a seguir cumpliendo la misión una vez dada a la nación. El judío cumple a cabalidad con la misión dada a los judíos, cuando abraza a Jesucristo; este era el caso de la audiencia a la que Pedro escribía. Arnold Fruchtenbaum lo pone de la siguiente manera: “1 Pedro 2:9 habla de una nación santa, pero los dos primeros versículos de esta epístola dejan claro que Pedro se dirigía específicamente a los creyentes judíos y no a la Iglesia en su conjunto. Esto tiene sentido, ya que Pedro fue el apóstol de la circuncisión. Los creyentes judíos constituyeron el actual Remanente de Israel o el Israel de Dios. Ellos son la nación santa. Lo que Pedro señala es que, si bien la nación en su conjunto falló en cumplir su llamamiento de Éxodo 19:5-6, el remanente judío creyente no lo ha hecho.” (Israelology: The Missing Link In Systematic Theology, p. 181) es cierto que existe una aplicación a los gentiles en el sentido de que ahora tenemos una relación con el Señor y que debemos anunciarle al mundo las virtudes de nuestro Dios que nos ha rescatado. Pero en ningún momento se debe creer que estos pasajes constituyen a la Iglesia como una “nación de Israel escatológica”; eso sería excesivo y un despropósito total como estudiante de la Biblia. Así lo explica J. P. Martínez en relación a 1 Pedro 2:9-10, “[n]adie discute que los gentiles creyentes sean hoy el pueblo de Dios.[…] Pero no hay nada en este texto que diga que somos «el nuevo o verdadero Israel» ni que Israel como etnia y nación se haya «ampliado» o espiritualizado.”(Vindicando la Esperanza Dispensacional, p. 40). La Biblia dice que de dos pueblos, que son Israel y las naciones(gentiles), ha hecho uno(Efesios 2:14-16). Pero también sigue llamando a Israel “su pueblo”(Romanos 11:1-2). Y aquí es donde Martínez vuelve a apuntar atinadamente que “Pablo no tenía problemas en reconocer a la nación de Israel como «el pueblo de Dios» que de ninguna forma había sido desechado (con todas sus implicancias étnicas y pactuales), y al mismo tiempo afirmar que judíos y gentiles en la iglesia eran también «el pueblo de Dios».”(Ibid, p. 43). No es tan difícil de entender que se puede ser un pueblo en Cristo, pero que ese pueblo esté compuesto de dos grupos de personas distintos; que serían judíos y gentiles.
“Cristo maldijo a la Higuera lo cual es un símbolo a Israel mismo. Por tanto, fueron desechados por Dios.”
El árbol que se describe en dicho relato tenía la apariencia de ser un árbol fructífero, pero no había producido ningún fruto por lo que Jesús la maldijo. La lección de la hiquera no era para maldecir a Israel lo cual no tendria sentido pues Romanos 9-11 demuestra que Israel no ha sido desechados por Dios y que tendrán una restauracion futura en las profecias escatólogicas y además muchos judios (como los apóstoles y discípulos de Cristo) fueron salvos y dieron sus buenos frutos sino para enseñar que a los verdaderos cristianos se les conoce por sus frutos (Gálatas 5:22-23). Sin embargo, esto es apelar a una falsa dicotomía (conocido también como la falacia del dilema falso, falsa dualidad, falso correlativo o bifurcación) entre historia y teología. ¿Por qué el texto no puede referirse a ambos? La historia de la Biblia no puede separarse de sus afirmaciones teológicas y así lo entendieron los antiguos judíos, los padres de la iglesia como Agustín y Teófilo, los padres de la Reforma Protestante como Lutero y Calvino y los grandes teólogos de todos los tiempos como Tomás de Aquino, Jerónimo, etc. Todos vieron el Génesis como una antigua crónica de eventos históricos. Nada entendieron de mitología en la revelación de Dios. Por el contrario, asumieron que desde el capítulo primero el Génesis presenta una estructura histórico-teológica. Como dice el apologista cristiano, Joe Owen, “No podemos separar las implicaciones teológicas de la historicidad del texto.” (Joe Owen, apologista cristiano, conferencista y director para América Latina del ministerio Answers in Genesis “Respuestas en Génesis”). Por tanto, Génesis 1-11 sí nos enseña teología pero también historia.
¿Y qué hay del valle de los huesos secos?
Los mismos descendientes de Abraham tenían ese concepto de su realidad, “Nuestros huesos se secaron y pereció nuestra esperanza, somos del todo destruidos…” por tanto se habla en senido simbólico (Ezequiel 37:11). Sin embargo, el Señor declaraba: “He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío… y os traeré a la tierra de Israel… y sabréis que yo soy Jehová… Y pondré mi Espíritu en vosotros y viviréis, y os hare reposar sobre vuestra tierra…” (Ezequiel 37:12-14) lo que deja claro que pese a que el pueblo judío estaba destruido y sin la herencia de su tierra, con el permiso concebido por el mismo, El mismo Dios los haría retornar y levantarse de las cenizas como un ave Fénix. Pero ¿cómo y cuando era la cuestión? Como dispensacionalistas creemos que cuando termino la segunda guerra mundial, los representantes de todos los países que estaban en la recién nacida O.N.U. dieron su voto a favor en 1948 de que los judíos que pedían volver a su tierra pudieran hacerlo pues ya habían sufrido bastante con la persecución dirigida por Adolfo Hitler, y las Naciones Unidas sabían que esto era lo más apropiado. Es así que una gran parte de la profecía del libro de Ezequiel tuvo su cumplimiento en la era moderna.
Pero no toda la profecía antigua se cumplió en ese año, y sabemos eso debido a que hay una clara división de cumplimiento en la misma visión. Ezequiel nos dice claramente que primero los huesos se juntaron, luego le crecieron tendones y carne. Y por ultimo entro en ellos el espíritu de vida. Es por eso que sabemos que este cumplimiento es por parte, tres partes para ser exacto. Al mirar esta palabra sabemos que el valle representa el mundo donde los judíos fueron dispersados, (v. 7) entonces Dios les junto de nuevo a los exilados de todas partes (v. 37: 12-14). Hasta aquí sabemos que esto se cumplió en 1948, ya que fue en ese momento que se volvieron a juntar como nación oficial, así como en la visión “… y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.” Ezequiel 37:7. Pero aun faltan las otras dos etapas de esta profecía. Los teólogos modernos piensan que cuando aparezca el “anticristo” y confirme el pacto de paz en medio oriente (DANIEL 9:27; Isaías 28:14-19) entonces allí será cuando se cumpla la segunda parte de esta palabra “… y mire, y he aquí tendones sobre ellos y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.” El profeta lo aclara bien, “…pero no tenían espíritu.” Es por eso que sabemos que esto será cumplido en la época futura del reinado del anticristo, “La gran tribulación” ya que esa época la palabra dice que ellos tendrán “paz y calma”, habitaran confiados en su tierra prometida, pero no tendrán “el espíritu en ellos”. Aunque ahora no lo tienen tampoco en gran parte, ya que la mayoría en Israel son escépticos, pero una gran parte todavía busca a Dios (los ortodoxos), algunos inclusive aceptan al Señor Jesús como Mesías (judíos mesiánicos), otros no y otros inclusive esperan todavía al Mesías (parte de los judíos ortodoxos). En síntesis la nación no es una en su creencia.
Pero así como El Señor mismo dijo, llegara el día que aceptaran al otro como Mesías y rey y el les dará falsa paz. Se cumplirá la profecía y luego vendrá la destrucción y desolación repentina como dice en Daniel (Dan 12:1), Isaías (Isa 28:18-19) , los evangelios (Mat 24:15-22; Luc 21:20-24), las cartas paulinas (1 Tés 5:3 y 2 Tes 2:3-4 ) y el Apocalipsis (Apocalipsis 13). En esa época según la palabra profética el templo de Salomón volverá a estar presente, posiblemente por influencia del anticristo mismo. Ellos tendrán libertad de realizar los antiguos sacrificios y ofrendas allí durante tres años y medio (Dan 9:27). Pero “El espíritu no estará con ellos” como dice Ezequiel y es que es obvio, el Espíritu de Dios es para aquellos que reciben a Jesús como Mesías y Dios. El Señor Jesús mismo nos dice: “Por tanto cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de la cual hablo el profeta Daniel (el que lee entienda) entonces el que este en Judea, huyan a los montes…” Mateo 24:15-16 Es bastante claro, Daniel nos dice que a la mitad de los siete años el anticristo parara los sacrificios en el templo, luego el mismo Jesús dice que la abominación desoladora estará puesta en el templo y advierte peligro. Una parte de la profecía de Daniel se cumplió con “Antoquio Epifanes” (rey griego que conquisto Israel y gran parte del mundo antiguo) en el pasado, mucho antes que naciera Jesús. Una parte de la profecía de Daniel se cumplió con Antíoco Epifanes, pero debe de cumplirse en su totalidad con el anticristo futuro en la tribulación (cuando las coyunturas y la carne cubran los huesos que se juntaron Ezequiel 37:8). Se formaran mas como nación, tendrán su templo y algo de paz. Pero no tendrán “El Espíritu” como dice Ezequiel, esto que es la última parte de la profecía de los huesos secos recién se cumplirá al final de la “Gran Tribulación”, cuando El Señor vuelva y el remanente fiel de los nuevos creyentes judíos y no judíos lo reconozcan como “Rey-Mesías” (Zacarías 14:1-9) así como El mismo lo dijo (Mateo 23:39 ).
“Entonces deberías ser judío en vez de cristiano”
Ningún dispensacionalista dice que los judíos serán salvos solo por ser judíos o debido a su raza, sino que deben aceptar el evangelio de Cristo para salvación como cualquier otro ser humano. Y esa forma la podemos encontrar descrita en Génesis 15:6 y replicada por Pablo en Romanos 4:3; aunque se podrían nombrar más pasajes. La salvación es por gracia, mediante la fe, y eso siempre ha sido así. Tampoco pues como dijo el apóstol Pablo en su epístola a los Romanos nadie se salva por razones étnicas sino por razones espirituales al arrepentirse de sus pecados y recibiendo a Jesús como su Señor y Salvador personal. Además, de que científicamente es imposible cambiar nuestra genética. Entendemos que hay dispensacionalistas extremistas que parecen idolatrar a Israel, pero asumir que todo cristiano que apoya a Israel es así es cometer una falacia de generalización apresurada. SIN EMBARGO ESO NO QUITA QUE DIOS LE PROMETIO A ISRAEL …EL PREMILENIALISMO ES UNA TEORIA NUEVA
¿El Dispensacionalismo Nació en el Siglo XIX?
Muchos teólogos reformados y algunos filósofos cristianos como William Lane Craig, Miguel Nuñez, Sebastian Cespedes y Will Graham creen que la doctrina bíblica del rapto es un mito moderno que tuvo su origen con John Nelson Darby (1880-1882) o que fue inventada por el católico jesuita Manuel Lacunza en los siglos XVII y XIX. Sugel hasta dice que “en 19 siglos la iglesia nunca creyó en el rapto”. Sin embargo, las evidencias bíblicas e históricas dicen lo contrario. Como prueba de que se enseñó antes del siglo 19 se puede citar a John Bale (1495-1563); John Napier (1550-1617); Robert Pont (1524-1606); Hugh Broughton (1549-1612) y Thomas Brightman (1557-1607).
La doctrina bíblica del rapto también se encuentra en la Patrística (historia eclesiástica de los Padres de la Iglesia) como en la de San Victorino, mártir y obispo de Pettau (250-304 d.C.) y quien dijo sobre el capítulo 11 de Apocalipsis, “Esto sucederá en los últimos tiempos cuando la Iglesia haya sido quitada de en medio.”
San Efren de Nisibe o “el sirio” doctor de la iglesia (306-373 d.C.) también escribió, “Porque todos los santos y elegidos de Dios serán reunidos antes de la Tribulación que ha de venir, y serán llevados al Señor antes que vean la confusión que llenará al mundo”. San Ireneo, martir, en su libro Adversus Haereses, escribe, “tiempo, dos tiempos y medio tiempo”, refiriéndose a los tres años y medio del profeta Daniel en los que el anticristo desatará la persecución antes de la segunda venida de Cristo. Y sobre el Rapto escribe, “Aquellas naciones que no volvieron sus ojos a los cielos ni volvieron a su Maestro, ni desearon profesar la luz de la verdad, sino que fueron como ciegos que se obstinaron en la oscuridad de la ignorancia, y fueron como aguas negras de desagüe o como nada en la balanza, o como paja que sirve para purificar el oro, así será cuando al final la iglesia sea repentinamente rescatada de todo esto.” (Ad Haer Lib 5, 29).
En su carta a los presbíteros, San Cipriano, mártir y obispo de Cartago (200-258 d.C) escribió, “que seremos arrebatados y liberados de las trampas del mundo y restaurados al paraíso y al Reino”. Los escritos de Justino Mártir (150) y el montanista Tertuliano (180) también muestran que eran dispensacionalistas (Justino Martir, Dialogue with Trypho, chapter LXXX y Thomas Ice, The History of Messianic Speculation in Israel 33-35). Lo mismo se encuentra en antiguos escritos como las Instituciones Divinas, Libro VII de Lactancio, el Pastor de Hermas, el Apocalipsis de Elías del siglo tercero y Pseudo-Efraín.
La única excepción es la escuela de Alejandría, Egipto del tercer siglo donde Clemente y Orígenes interpretaban las Escrituras de manera alegórica porque estaban influenciados por la filosofía neoplatónica (Thomas Ice, The History of the Rapture). Como admite el mismo sacerdote y famoso escritor católico, Leonardo Castellani, durante el siglo 4 la iglesia católica asumió la postura contra el Rapto porque el antidispensacionalista Eusebio de Cesárea trató de tergiversar la historia de la iglesia ocultando los testimonios de los que favorecen el milenarismo y por lo tanto el rapto debido a su inclinación a la herejía Arriana (El Rapto de los Fieles, José Alberto Villasana). Como dice el reconocido historiador, Philip Schaff, lo mismo se puede decir de Jerónimo y Agustín de Hipona (conocido como el padre del amilenialismo) quien admitió haber creído en el milenialismo como muchos otros pero luego cambió de idea y empezó a atacar el futuro milenial prefiriendo creer que el creciente poder del catolicismo romano traería al presente un milenio (Agustín de Hipona, La Ciudad de Dios, Libro XX, capitulo 7).
El calvinismo se basa mucho en los escritos de Agustín por lo que no debe sorprender a nadie que sus teólogos reformados también sean enemigos del rapto. Además, Charles Ryrie admite que este ataque dispensacionalista para desacreditarlo no tiene sentido pues no es un asunto de novedad ya que no es un buen argumento y que hasta contradice el mismo calvinismo y la Reforma Protestante los cuales sí lo son y sin embargo no la descartan por eso. Recuerde, decir que Jesús y sus apóstoles eran calvinistas es anacrónico.
Otros dicen, “Nosotros los Reformados no creemos en la teología del remplazo sino en la teología de expansión o continuidad.”
Sin embargo, nosotros los dispensacionalistas también creemos en la expansión del concepto «pueblo de Dios», pero no en la expansión supersesionista y las promesas de tierra y reino no encajan con una continuidad que dice que los gentiles somos «israelitas espirituales» o parte de Israel de alguna manera. Por tanto, aunque digan que no creen en una teología del reemplazo, la realidad es que usan eufemismos que demuestran que siguen creyendo en la misma rancia teología del reemplazo. Como afirma Craig Blaising, «No me importa cómo le llamen, da lo mismo, si es que se trata de negar las promesas de tierra y reino para Israel».
Conclusión, los gentiles no necesitamos “ser Israel” para ser reconocidos como pueblo de Dios y recibir las bendiciones del reino. Los gentiles simplemente tenemos que reconocer al Dios de Israel para esto, al igual que los judíos también tienen que retornar a su Dios. Y es así como se constituyen los herederos al reino. Pero Israel sigue siendo Israel; eso es lo que dice el pasaje. Esto deja ver que aún dentro de Cristo, donde todos somos iguales, hay diferentes roles que no merman la igualdad que tenemos. Así como estar en Cristo no anula la distinción entre un hombre y una mujer, ni sus respectivos roles, tampoco lo hace entre judíos y gentiles; la igualdad no suprime ciertos roles que Dios define. Por lo tanto, es importante que el estudiante de la Biblia reconozca que Israel aún tiene un rol por cumplir y que va a ser restaurado como pueblo. Y sí, en la restauración habrá muchos otros pueblos diversos disfrutando de toda la bendición que habrá; y ahí, justo ahí, estamos nosotros los que somos gentiles. No necesitamos ser Israel, ni usurpar el rol de Israel, pues ya tenemos un rol definido muy hermoso. Como se ha dicho, el rol de los gentiles es el de provocar a celos a Israel para que los más sean salvos en este tiempo. Por eso Pablo dice que nos escribe a nosotros, los gentiles, para que provoquemos a los de su sangre judía y sean salvos algunos de ellos (Romanos 11:13-14).
Mientras está Israel endurecido parcialmente, es el tiempo en que los gentiles tienen un rol importante en propagar el mensaje del Señor y que se sigan uniendo personas al reino venidero. Igualmente, se unen a nosotros los judíos individuales que hayan aceptado el mensaje de Cristo; el que Pablo llama el “Israel de Dios” en Gálatas 6:16. Como Iglesia, espero no nos jactemos contra las ramas, pues hemos sido injertados al olivo y nos sustenta su raíz(Romanos 11:17-18)… La mejor manera de bendecir a Israel, nación de la cual vino nuestro bendito Mesías, es compartiéndoles el evangelio y orar por ellos, para que ellos pronto puedan reconocer a ese Mesías que ya vino, y volverá nuevamente en gloria y los restaurará para reinar en medio de ellos y regir a las naciones.En fin, como dice J.P Martinez, “Si van a estudiar escatología dispensacional más vale ir a gente que sepa. Lean a Vlach, Ryrie, Woods, Hindson, Thomas, Hitchcock, Walvoord, incluso Saucy y Bock (progresivos), Fazio, Cone y Marsh, entre muchos otros. Si van a leer a Scofield y Chafer, son muy buenos también, pero no pueden hablar de escatología dispensacional debidamente si no se actualizan. YouTubers que no saben del tema abundan.
Fuentes:
The Fathers on the Future y RetroChristianity: Reclaiming the Forgotten Faith de Michael Svigel
The Rapture por Ken Johnson
Dispensationalism Before Darby de William C. Watson
Vindicando la esperanza dispensacional: Aclaraciones sobre el arrebatamiento, el milenio, la resurrección y el juicio venidero y ¿El Dispensacionalismo es Mitología? de J.P. Martínez
Dispensational Hermeneutics y Has the Church Replaced Israel? de Michael J. Vlack
The Truth about the Rapture y Rapture Myths de Thomas Ice
Can We Still Believe in the Rapture? De Mark Hitchcock
Before the Wrath, Brent Miller Jr. (documental en DVD)
An Apologetic of Premillennialism por M.L. Moser Jr.
The Millennial Kingdom: A Basic Text in Premillennial Theology de John F. Walvoord
The Rapture: Pre-, Mid-, or Post-Tribulational? de Gleason L. Archer, Paul D. Feinberg
Dispensationalism Today de Charles C. Ryrie
The Footsteps of the Messiah: A Study of the Sequence of Prophetic Events de Arnold G. Fruchtenbaum
Israel and the Church: The Origins and Effects of Replacement Theology de Ronald E. Diprose
Amillennialism and the Age to Come: A Premillennial Critique of the Two-Age Model de Matt Waymeyer







