¿Qué dice la Biblia sobre el Vampirismo?

“Mi vida está entre leones; Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas; Sus dientes son lanzas y saetas, Y su lengua espada aguda.” – Salmo 57:10

Aunque se dice que históricamente existió un tal Drácula, el tipo de vampirismo que se presenta en los filmes de Hollywood no es real sino solo leyendas que algunas personas fantasean tener. De hecho, muchos toman estas películas tan en serio que empiezan teniendo problemas en diferenciar entre la realidad y la fantasía. Se visten de negro, se alteran los dientes para hacerlos puntiagudos, duermen en sarcófagos, beben y guardan sangre en sus neveras. Actualmente, esta moda del vampirismo se ha convertido en un culto gótico que crece rápidamente entre varios artistas del rock pesado, sus fanáticos y jóvenes que se creen vampiros en la vida real.

Sin olvidar que también hay una gran variedad de revistas, negocios especializados dedicados a satisfacer estos tipos de gustos y miles de sitios de Internet en donde los vampiristas pueden intercambiar material y chatear sobre cuestiones ocultas. Sin embargo, aunque para algunos fans el vampirismo es sólo un hobby divertido o puro escapismo, para otros no les alcanza fantasear. Como es el caso de Allan Menzies y el puertorriqueño Alexander Berrios Cortés (mejor conocido como “El Vampiro de Carolina”) quienes llegaron hasta matar personas cortándoles el cuello para chuparles la sangre. Por tanto, debido a su popularidad y efecto queremos presentarles 7 razones para no sentirse atraído hacia el ocultismo que exalta el Vampirismo:

1. Según sicólogos, muchas películas de vampiros influyen en las personas al punto que ya existen sociedades de “vampiros” que se reúnen semanalmente para representar escenas de sus películas favoritas e incluso para auto mutilarse y beber la sangre del uno al otro. ¿Cuál es el problema con esto? Los vampiros comen sangre de humanos y animales lo cual es condenado en la Biblia debido a que Hechos 15:29 nos manda a “abstenerse de sangre” (Vea Deuteronomio 12:23 y 1 Samuel 14:34 también).

     En cuanto a mutilar y alterar nuestros rasgos físicos para parecernos como vampiros, Dios mismo prohibió tales prácticas en nuestro cuerpo (Levítico 19:28; 21:5; Deuteronomio 14:1; Marcos 5:1-5; 1 Timoteo 4:1-5; Filipenses 3:2 y Colosenses 2:21-23). Pero más importante aún, ¿qué piensa Dios de nuestra apariencia externa? ¿Qué clase de impresión le están dando al mundo perdido con una apariencia que refleja el horror, la muerte y la maldad? ¿Qué clase de esperanza le están ofreciendo a los pecadores cuando en sus rostros y en su forma de vestir no expresan el fruto del Espíritu Santo como el amor, gozo, paz, benignidad, bondad y mansedumbre? (Vea Proverbios 21:4,29; Jeremías 5:3; 1 Corintios 11:14; Apocalipsis 9:7,8; 1 Corintios 6:9; Isaías 3:9; Colosenses 3:12; Proverbios 6:16-17 y Jeremías 5:3).

2. El vampirismo es un problema natural, no sobrenatural. Además de que no es saludable beber sangre, algunos expertos en el vampirismo han sugerido que estas leyendas se hallan relacionadas total o parcialmente con casos de patologías reales como la rabia (Juan Gómez Alonso, Los Vampiros a la Luz de la Medicina; o la Porfiria). Esta enfermedad, no infecciosa sino hereditaria, sobre la teoría porfídica del vampirismo, aunque curiosa y merecedora de estudio, no se cree que explique las formas epidémicas del vampirismo. Además, los que padecen de esta extraña “enfermedad de los vampiros” no son inmortales, ni tienen fuerzas sobrehumanas como se muestra en las películas de horror.

3. Los vampiros son criaturas de la noche que “amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.” (Juan 3:19-21). Por lo que no se puede ser un buen cristiano porque somos hijos de la luz “¿y que comunión tienen la luz con las tinieblas?” (1 Corintios 6:14). De hecho, resulta interesante saber que muchas veces el enemigo de los vampiros suele ser un cazador cristiano que siempre anda con Biblias, crucifijos, balas de plata, estacas y agua bendita. Algo así como Van Helsing.

4. Muchas de estas películas como Twilight (Crepúsculo) no son novelas basadas en el verdadero amor sino en la lujuria y así lo admite su propia autora, Stephenie Meyer. Meyer al igual que otras autoras de novelas misteriosas creen que los vampiros modernos y seductores son la clase de hombres que las mujeres fantasean tener y que el asunto de beber sangre tiene connotaciones sexuales.

De hecho, en la portada del primer libro de Twilight se muestra unas manos sujetando una manzana roja que parece simbolizar el fruto prohibido que comió Eva en el huerto del Edén. Esta manzana en Twilight representa la tentación de Bella hacia lo carnal, poder, maldad, conocimiento e inmortalidad. Muy parecido a lo que le dijo la serpiente a la Mujer en Génesis 3:1-5. Hasta el mismo vampiro de la película (Edward) admite “soy un monstruo, soy un asesino, no puedes amar un monstruo bla bla bla” por lo que no quiere que ella sea como él. En otras películas de vampiros como “Interview with a Vampire” también se sugiere la misma idea.

5. Sin embargo, muchos jóvenes quisieran ser como la emo adolescente (Bella) y el vampiro metrosexual (Edward) de Twilight. Pero ella no es un buen ejemplo a seguir pues al final de la serie cae en la tentación y muerde la manzana para convertirse en una chupa sangre (vampira) a pesar de las advertencias del mismo Edward. Como resultado, Bella y Edward viven como criaturas espiritualmente y físicamente muertas, idolatrandose uno al otro y eternamente sin Dios y sin redención. No un final feliz bíblicamente hablando. Aunque la trama también se podría considerar como un triagulo amoroso de adolescentes anémicos ya que incluye también a otro muchacho (Jacob) quien pertenece a una manada de indios-lobos y quienes parecen que no tienen suficiente dinero para comprarse una camisa. Después de todo, dicha película de “vampiros” parece más cómica que romántica. Consejo: Nunca salgas con un tipo que usa más maquillaje que tú.

6. Algunas de estas películas parecen hasta sugerir la necrofilia y el bestialismo. Ambos son contrarios a la Biblia ya que Dios solo ordena las relaciones sexuales dentro del matrimonio y para la reproducción familiar lo cual es imposible hacer con muertos, animales o alguien del mismo sexo (Vea Levítico 20:15; 21:11; Deuteronomio 27:21 y Éxodo 22:19). Sin olvidar que otro aspecto que preocupa en algunas películas de vampiros como Twilight, es la edad de la pareja principal pues Bella tiene 17 años mientras que Edward tiene más de 100. No solo eso, en la cuarta parte de esta rara película, Jacob se enamora de la pequeña hija de Edward y Bella. ¿No suena todo esto a pedofilia?

7. ¿Y por qué la sed de sangre? El psicólogo forense, Ian Stephen, dijo que este tipo de obsesiones puede ser difícil de detectar. “Hay muchos adolescentes que se obsesionan con esta cultura y a sus padres les resulta imposible percibir esta transformación. El tema vira de un interés normal a algo que puede volverse verdaderamente escabroso”, dijo. “El vampirismo tiene que ver con el poder y el dominio, y la sangre es el vehículo de la energía y la inmortalidad”, agrega Stephen. Sin embargo, hay otra fuente que habla de vida eterna y esa es la Biblia. Dios nos da salvación eterna como un regalo para vivir para siempre si nos arrepentimos de nuestros pecados y tenemos fe en Su Hijo Jesucristo. No como un vampiro sino como un hijo de Dios. Solo El nos puede libertar de la oscuridad y darnos nueva vida en Cristo quien dijo, “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12). Por tanto, si lo que quieren es inmortalidad entonces están buscando en el lugar equivocado.

En fin, aunque sabemos que los vampiros NO existen y que no es necesario quemar este tipo de películas o libros (como el de Twilight) que idiotizan a generaciones enteras con nada intelectual, siempre estarán en boca de muchos por lo que como cristianos podemos usar esta oportunidad para explicales la Verdad a nuestros hijos, amigos y familiares, saludos