¿Feliz Día del “Teólogo”?
“La verdad es inmortal” – Balthasar Hubmaier , teólogo anabaptista
En un día como hoy (30 de noviembre) se celebra el Día del Teólogo y ya algunos neocalvinistas andan diciendo que el filosofo católico, Agustín de Hipona y los lideres de la Reforma Protestante como Martin Lutero o Juan Calvino como si fueran los mejores que ha habido en la historia del cristianismo. ¿Pero es esto cierto? Si la experiencia nos dice algo, es que la popularidad e influencia de un teólogo en particular no valida sus creencias. Por ejemplo, Agustín juntamente con Orígenes, Jerónimo y otros monjes defendió la idea de que el celibato era superior al matrimonio y la supuesta virginidad perpetua de María. Agustín hasta llegó a pensar que, si las parejas podían abstenerse de tener sexo estando casadas, ese era un mejor estado para acercarse más a Dios. Por tanto, no es de extrañar que estos “matrimonios espirituales” y ascetismo sexual sentara las bases para el celibato y el dogma católico de la virginidad perpetua de María.
Pero no solo eso, Agustín es considerado por muchos eruditos como el verdadero padre del lugar imaginario llamado purtagorio. Tanto en su “De Civitate Dei” (La Ciudad de Dios) como en otros de sus escritos se puede ver como describe el purgatorio diciendo que hay almas allí siendo purificadas con fuego. Agustín también creía tanto en el bautismo infantil que decía que los bebés que no eran bautizados iban al infierno y hasta persiguió a muchos cristianos como los anabaptistas porque no aceptaban esta falsa doctrina. Cuando los donatistas le preguntaron qué evidencia bíblica tenia para afirmar como verdadero el paidobautismo, Agustín respondió diciendo que le bastaba con que su iglesia católica lo dijera lo cual es un razonamiento circular (falacia de petición de principio) que muchos apologistas católicos repiten hoy en día.
Sin olvidar que Agustín también sostuvo otras herejías las cuales también eran completamente desconocidas para la iglesia primitiva como la regeneración bautismal, el orar por los muertos, la persecución contra los “herejes”, el amilenialismo, la inmaculada concepción, la predestinación determinista, la total depravación (conocido también como la total inhabilidad) y rechazó el libre albedrio la cual siempre fue aceptado por los Padres más antiguos que Agustín. Tanto Lutero como Calvino siguieron algunas de estas falsas doctrinas como el bautismo infantil, la idea de una iglesia-estado, la persecución contra los “herejes” entre otros errores teológicos. Calvino hasta llegó a sostener que el sacramento de la Eucaristía proporcionaba y cito, “indudable seguridad de vida eterna a nuestras mentes, pero asegura la inmortalidad de nuestra carne.” Que cometieran errores como esto es entendible no solo porque estaban influenciados por algunas falsas doctrinas de la iglesia católica romana de la cual salieron sino porque muchos reformados no sabían mucho de teología bíblica. Por ejemplo, Juan Calvino solo tenía títulos como abogado y como sacerdote católico y las famosas Instituciones de la Religión Cristiana (resumen de todas las doctrinas de la fe cristiana) de la cual escribió a la edad de 26 años están llenas de contradicciones y copias de las enseñanzas del filósofo católico, Agustín de Hipona, el cual Calvino cita más de 400 veces.
Moralmente hablando, Martin Lutero condonaba la bigamia y era conocido por su lenguaje soez. Philip Melanchthon, compañero de trabajo y amigo de Lutero, admitió que él no podía negar, ni excusar, ni alabar la vulgaridad de Lutero. Peór aún, tanto Lutero como Calvino fueron conocidos por emplear el uso de la tortura y la persecución religiosa contra miles de cristianos como los anabaptistas porque no pensaban teológicamente igual que ellos. Por razones como estas Jacques Gruel llamó a Calvino un “ambicioso e hipócrita altanero” lo cual hizo enfurecer tanto a Calvino que mandó a que lo torturaran por un mes para luego hacerlo decapitar. Hasta un amigo personal de Calvino llamado Sebastian Castellio, escribió reprendiendo su intolerancia y crueldad diciendo que “Si Cristo mismo viniera a Ginebra seria crucificado, porque Ginebra no es un lugar de libertad cristiana. Está gobernado por un nuevo papa, Juan Calvino, que quema hombres vivos mientras que el papa de Roma los estrangula primero.”
Por tanto, hay mejores teologos que Calvino, Lutero, Zwinglio o Agustín como el pastor reformado Casiodoro de Reina quien arriesgó su vida para darnos la Biblia entera en español la cual estaba prohibida por la inquisición y quien quedó decepcionado con los calvinistas y luteranos por su odio extremo contra el español Miguel Servet y los anabaptistas. Su Biblia del Oso es considerado un clásico universal del siglo de oro debido a su importancia, riqueza y belleza literaria. De hecho, es la más usada en las iglesias hispanas evangélicas y desde su distribución ha logrado llevar la voz de Dios a millones de personas alrededor del mundo (incluyendo este servidor). Balthasar Hubmaier y Menno Simmons son otros cristianos humildes, compasivos, ganadores de miles de almas y contemporáneos de Lutero que también representan mejor la verdadera teología cristiana la cual no solo predicaron sino que también lo vivieron. Pero lamentablemente las voces de estos héroes olvidados (como Hubmaier) y menos conocidos fueron apagados u ahogados por otros reformados gritones que los mataron. Sin embargo, ellos son nuestros verdaderos antepasados pues ya estaban evangelizando mucho antes de Lutero y Calvino. Que pentecostales, Bautistas no reformados y otros grupos evangélicos prefieran identificarse con Calvino o Lutero muestra que no saben de esta parte triste y vergonzosa de la Reforma Protestante pues si hubiesen vivido en aquel tiempo también hubiesen sido perseguidos por creer en el provisionismo, el credobautismo y el derecho a la libertad religiosa.
En fin, mientras los calvinistas (reformados) no se cansan de exaltar a estos matones religiosos hagamos un mejor trabajo en mirar nuestra historia y la Biblia para identificarnos con aquellos héroes de la fe que no solo eran mejores teólogos sino que representaron mejor a Cristo antes, durante y después de la Reforma Protestante, saludos (1 Corintios 13:2,4-6).