¿Las oraciones no funcionan?

“Tomo mi telescopio y observo el espacio, lo que se encuentra a millones de kilómetros de distancia. No obstante, entro a mi habitación y, por medio de la oración, puedo acercarme más a Dios y al Cielo que si contara con todos los telescopios que hay en la Tierra.” – Sir Isaac Newton, historiador, teólogo, científico y filósofo cristiano

          Muchos nuevos ateos de internet como DallasReview y Sherly de Ateístas de Puerto Rico dicen que las oraciones no salvan a nadie. De hecho, el youtuber Dalas hasta publicó un vídeo titulado “Rezar es PEOR que no hacer NADA” como su primera “prueba” de que Dios no existe. Sin embargo, esta afirmación gratuita comete 3 tipos de falacias lógicas. En primer lugar, que un ateo diga que las oraciones son inútiles y que no sirven para nada sólo porque no cree en Dios es caer en un razonamiento circular (falacia de petición de principio). Eso es como si yo dijera que Dios existe y que por ende las oraciones sí funcionan y listo. 
            En segundo lugar, asumen que si una oración no es respondida entonces es porque Dios no existe. Sin embargo, esto es apelar a una falacia non sequitur (no se sigue) pues es como si se dijera que si un padre no le complace todos los caprichos que sus hijos le piden entonces es porque no existe. Eso por supuesto seria absurdo. Sin embargo, al igual que los falsos cristianos del llamado evangelio de la prosperidad, estos ateos militantes ignoran que Dios no es como el genio de la lampara de Aladino o un camarero para que le demos órdenes y haga lo que pidamos pues El es el Señor Soberano y nosotros sus siervos. No al reves. Además de que Dios siempre responde con 3 tipos de respuestas cuando pedimos algo: “Sí”, “Todavía no” o “Yo he pensado algo mejor para ti”. En otras palabras, al igual que cualquier padre humano, el que Dios no responda siempre con un “Sí” porque tenga otros propósitos o razones que desconocemos no signifca que no exista pues el próposito de la oración no es presionar a Dios para que nos suministre nuestras satisfacciones materiales, sino el hacer que nos conformemos nosotros a Sus propósitos. Como dijo Martin Lutero, “La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su soberana voluntad."
         Además, si Dios estuviera obligado a decir que “sí” a cualquier oración ofrecida en la fe entonces nadie se moriría ni iria al Cielo y aunque Dios todavía hace milagros y sanará a todo aquel que confía en Cristo como su Salvador, la sanidad vendrá, no como resultado de nuestra presente exigencia, sino en el tiempo de Dios, posiblemente no en esta vida, pero definitivamente en el cielo. Hasta entonces, caminamos por fe, confiando en el Dios que nos redime en Cristo y nos promete la resurrección del cuerpo. Sin embargo, para apoyar esta falsa idea los ateos militantes y algunos creyentes cometen la falacia de evidencia incompleta al citar textos fuera de contextos e ignorando aquellos que demuestran que Dios responde según Su voluntad y no según la nuestra (Vea 1 Juan 5:14; 1 Pedro 5:6; Mateo 6:10; 26:42 y Santiago 4:15). En cambio, Mateo 7:7; 18:19; Juan 14:13,14 y Santiago 15:15 no son promesas que, como algo que nos dan, en "cheques en blanco", para ser provistos de todo lo que uno pida pues la frase “En mi nombre” corresponde a “de acuerdo a mi carácter”. El "pedir en su nombre" (Juan 14:13-14 y Juan 16:23-24) significa pedir de acuerdo a su voluntad, no a la nuestra. El autor de este evangelio es el apóstol Juan y hay otro lugar donde Juan expresa ese mismo pensamiento y es en 1 Juan 5:14 donde dice lo siguiente:  "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye" (1 Juan 5:14-15). 1 Juan 5:14 claramente incluye un "si". Además, Romanos 8:27 nos dice que hasta el Espiritu Santo "intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios". Aca otros ejemplos:

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites… En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.” (Santiago 4:3-4,15)

“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10; 26:42)

           Además, los ateos también ignoran todos los testimonios de todas las personas (incluyendo médicos) que han sido curadas milagrosamente de diferentes tipos de enfermedades a través de la historia como resultado de una sanación divina. Sin olvidar los milagros registrados que Jesús mismo hizo (Marcos 1:40-42; Lucas 17:12-14; Lucas 22:50-51 y Mateo 11:5; Juan 11). Por tanto, asumir la conjetura de que, en ninguna historia del mundo, Dios jamás ha sanado a nadie a través de una oración sólo porque no ha visto uno o simplemente porque no quiere aceptar ningún testimonio de una sanación milagrosa (aunque venga de un médico) es deshonesto y falaz. El hecho de que un ateo nunca haya sido testigo o experimentado una sanación divina gracias a una oración debido a su incredulidad y pecado no significa que todos los demás casos que ni ellos conocen nunca han ocurrido. Es cierto que ha habido fraudes especialmente dentro del movimiento carismático donde hay creyentes haciéndose pasar por “sanadores” o apóstoles con dones “milagrosos”. Pero eso no significa que todas sean falsas o un montaje. 
           Por tanto, estos tipos de pensamientos son un mal argumento basado en una visión equivocada de Dios y una ignorancia teológica de la Escritura (Vea 1 Juan 5:14; 1 Pedro 5:6; Mateo 6:10; 26:42 y Santiago 4:15). Sin olvidar que hay ateos que dicen que la oración no funciona cuando nunca han orado en su vida y que mandan a los creyentes a dejar de orar para hacer algo útil cuando muchos de ellos mismos no son útiles porque están muy ocupados blasfemando en Internet. En palabras de Oswald Chambers «Nosotros miramos a la oración como un medio de conseguir cosas para nosotros mismos; la idea que tiene la Biblia sobre la oración es que podamos llegar a conocer a Dios mismo.»
One thought on “¿Las oraciones no funcionan por ende Dios no existe?”
  1. Hay algo que sigo si entender. Muy bien al hablar de lógica, pero al hablar de “ellos”, “los ateos ” etc, ¿No comenten un secundum quid?

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